Hasta la fecha Hamás se sigue considerando el protagonista principal de una misión divina trascendental: destruir a Israel con el fin de invalidar los textos bíblicos donde se profetiza que los judíos volverán a su tierra, Israel.
La guerra de Hamás contra Israel es un combate religioso para hacer prevalecer el Corán sobre la Biblia. Si Israel, cabeza y pilar del mundo judeocristiano, es destruido −argumentan−, se podrá demostrar la falsedad de la Biblia, por lo que, por efecto dominó, el mundo cristiano y posteriormente todo el orbe será musulmán (citado del libro Objetivo: el califato universal página 95).
De lo que se deduce que los dirigentes del grupo terrorista Hamás conocen las profecías de los profetas de Israel, no las ignoran, por tanto, no tienen excusa.
Estamos ante un conflicto religioso-espiritual que los políticos ni periodistas entienden, sus ojos están velados para ver y entender.
La idea de Hamás de combatir a Israel no disminuye con el paso del tiempo. Uno de sus ministros de los Bienes Religiosos, dijo el 28 de febrero de 2010 lo siguiente: «Los judíos no son seres humanos. Ellos no son personas. No tienen ninguna religión, ni conciencia ni valores morales», ideas similares a las expresadas por Adolf Hitler setenta años antes (Ídem pág.94).
Para saber más acerca de la naturaleza de Hamás puedes leer este artículo que escribí hace un tiempo titulado: La naturaleza de un conflicto
https://virgiliozaballos.es/?p=425
En el evangelio se dice que cielo y tierra pasarán, pero sus palabras no pasarán.
Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil. Su palabra es verdad. La fe del evangelio está edificada sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo Jesucristo la piedra angular.
Pues bien, la Escritura no deja lugar a dudas. Dios hizo un pacto con Abraham de darle la tierra prometida por heredad, y su palabra no puede ser revocada. Israel fue llevado al cautiverio y el exilio entre las naciones, pero los profetas anunciaron su retorno para hacer florecer nuevamente a Israel en su tierra antes de la venida del Mesías.
Leamos lo que ninguna amenaza ni estratagema podrá cambiar: Él es YHVH nuestro Dios; en toda la tierra están sus juicios. Se acordó para siempre de su pacto; de la palabra que mandó para mil generaciones, la cual concertó con Abraham, y de su juramento a Jacob por decreto, a Israel por pacto sempiterno, diciendo: a ti te daré la tierra de Canaán como porción de vuestra heredad (Salmos 105:7-11).
Así está escrito: Vive YHVH, que hizo subir a los hijos de Israel de la tierra del norte, y de todas las tierras adonde los había arrojado; y los volveré a su tierra, la cual di a sus padres (Jeremías 16:15).
Y el profeta Ezequiel dice: Y yo os tomaré de las naciones, y os recogeré de todas las tierras, y os traeré a vuestro país (Ezequiel 36:24).
Hay una infinidad de profecías sobre la restauración de Israel en su tierra y a su Dios antes de la venida del Mesías. Nuevamente los Sanbalat, Tobías, Gesém el árabe (Nehemías 2:10,19; 4:1-8; 6:1-16) y los pueblos circunvecinos de Israel se han levantado (incluyendo Europa) para tratar de impedir su retorno, porque en su restauración está incluida la venida del Deseado de todas las naciones.
Porque así dice YHVH de los ejércitos: de aquí a poco yo haré temblar los cielos y la tierra, el mar y la tierra seca; y haré temblar a todas las naciones, y vendrá el Deseado de todas las naciones; y llenaré de gloria esta casa, ha dicho YHVH de los ejércitos (Hageo 2:6,7).
¿Quién podrá resistirle? ¿Quién podrá oponerse a sus designios? Sin embargo, hay un conflicto y una lucha que librar, los enemigos son muchos y debemos levantar nuestro clamor al cielo por Israel. Pablo dijo: Se me ha abierto puerta grande y eficaz, y muchos son los adversarios (1 Corintios 16:9), y añadió en su segunda carta: cooperando también vosotros a favor nuestro con la oración (2 Corintios 1:11).
Cooperemos también nosotros orando por Israel y la iglesia para que la palabra de Dios se abra camino en medio de nuestra generación, y sus planes sean acelerados en el advenimiento en gloria del Mesías de Israel.