ANTES DE ORAR: Haz una primera lectura para ti mismo; si estás de acuerdo con el contenido oremos juntos y unánimes con voz audible.
Orando por la iglesia con el apóstol Pablo en la carta de Efesios.
«Por esta causa yo Pablo, prisionero de Cristo Jesús por vosotros los gentiles… doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo… para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento…» (Efesios 3:1,14,16-19 RV60)
Padre nuestro, estamos asombrados de la profundidad de tu amor para con nosotros, los gentiles. Nosotros que en otro tiempo vivíamos alejados de la ciudadanía de Israel, ajenos a los pactos y las promesas; que vivíamos sin esperanza y sin Dios en el mundo; pero que ahora en Cristo, hemos sido hechos cercanos por la sangre de Jesús [1]; por ello, oh Dios, alabamos tu nombre con plena gratitud. Gracias Padre por el don inefable. Gracias Padre por tu amor infinito, incomprensible, inmerecido para con nosotros.
Ahora Señor, habiendo obtenido el socorro de tu gracia, y habiendo sido hechos copartícipes del Mesías, pedimos que podamos comprender la realidad de Cristo en nosotros. Señor y Dios, que habite Cristo por la fe en nuestros corazones de tal forma que seamos transformados a su semejanza, y la fuerza de su vida en nosotros nos haga útiles en la extensión de tu reino.
Padre amado, ayuda a tu iglesia redimida a estar bien arraigada en ese amor insondable y eterno, para que vivamos establecidos en la Roca que nos sostiene; y alejados de la soberbia y arrogancia, podamos honrar tu nombre y darlo a conocer a nuestra generación. Señor, que podamos comprender con todos los santos la anchura, longitud, profundidad y altura de tu amor.
Oh Dios, Señor nuestro, cuán grande es tu nombre en toda la tierra. Alabamos tu nombre. Nos rendimos a tu bondad. Y que mediante tu Espíritu, podamos conocer el amor de Cristo que excede a todo conocimiento. Perdónanos por la altivez del conocimiento que nos envanece, y danos, poderoso Señor, el conocimiento de tu amor, ese amor transformador y libertador de nosotros mismos, para que sumergidos en él podamos servirnos los unos a los otros.
Padre, Israel y España. Y Europa. Acuérdate Dios mío de tu pacto; para que en la ira recuerdes la compasión [2]. Israel la necesita. España la necesita. Europa la necesita. Ayúdanos, oh Dios. Socórrenos, Señor. Líbranos de la maldad extendida por el mundo. Guarda a nuestros gobernantes. A nuestras familias, nuestros hijos y nuestros nietos. Derrama, una vez más, la bendición de Abraham sobre todas las familias de la tierra, y en el nombre de la simiente santa, que ya ha venido, podamos honrar tu nombre, y servir a nuestro prójimo. Amén.
NOTAS:
[1] – Efesios 2:11-13
[2] – Habacuc 3:2
Amén!!