15 – UNIDOS CON EL MESÍAS: Una verdadera vida de libertad

Unidos con el Mesías (2)Textos claves: (Gá.2:3-5  y  5:1,13) (Jn.8:31-32) (Is.60:1,2)

UNIDOS CON YESHÚA

Nuestra unión con Cristo tiene que ver con la asimilación de su palabra. No hay separación entre Jesús y su palabra. Él es el Verbo (la palabra) hecho carne; la sabiduría expresada en obras. Él dijo: “Si alguno me ama, guardará mi palabra” (Jn.14:23). Nuestra unión con Jesús es la unión con el Espíritu de la palabra; no con la letra muerta, o el dogma seco; si no con el Espíritu que da vida y la palabra que nos vivifica. “El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida… Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna” (Jn.6:63,68). “El cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica”  (2 Co.3:6). En esa palabra vivificada debemos permanecer, y conoceremos la verdad, y la verdad nos hará libres. “Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Jn.8:31-32)

RESULTADOS DE ESA UNIÓN

Somos hechos libres.

“Y esto a pesar de los falsos hermanos introducidos a escondidas, que entraban para espiar nuestra libertad que tenemos en Cristo Jesús, para reducirnos a esclavitud… Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud… Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros” (Gá.2:4; 5:1,13).

La libertad no es una meta para el cristiano; la libertad es un estado de posición en Cristo. El nuevo hombre ha sido hecho libre; ha nacido en libertad y para la libertad. Veamos algunas otras verdades que se derivan de este hecho.

1.- Libres de religiosidad. “Mas ni aun Tito, que estaba conmigo, con todo y ser griego, fue obligado a circuncidarse; y esto a pesar de los falsos hermanos introducidos a escondidas, que entraban para espiar nuestra libertad que tenemos en Cristo Jesús, para reducirnos a esclavitud, a los cuales ni por un momento accedimos a someternos, para que la verdad del evangelio permaneciese con vosotros” (Gá.2:3-5).

2.- Podemos ser engañados y vivir en esclavitud religiosa, aunque seamos libres. Hay que mantenerse firmes. “Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud” (Gá.5:1). Los gálatas habían sido llamados a vivir en la libertad de Jesús y sin embargo cayeron en el yugo de regresar a las obras de la ley y un sistema religioso para alcanzar la salvación. Esa misma esclavitud pretende siempre atar al cristiano libre en Cristo, por ello es necesario mantenerse firme en la libertad y no someterse a la esclavitud de la religiosidad.

3.- La libertad puede usarse mal y confundirla con deseos carnales. “Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros” (Gá.5:13). A pesar de posibles malos ejemplos, la verdad de nuestra libertad en Cristo no cambia.

4.- Tenemos libertad para acceder a Dios en plena confianza. “En Cristo Jesús nuestro Señor, en quien tenemos seguridad y acceso con confianza por medio de la fe en él” (Ef.3:12). “Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura” (Hebreos, 10:19-22). “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro” (Hebreos, 4:16). Podemos disfrutar de comunión íntima con el Señor. Recuerda, somos un espíritu con él.

5.- Libres del dominio de las tinieblas. “El cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo” (Col.1:13).

6.- Liberados de la ira venidera. “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él” (Jn.3:36). “Porque ellos mismos cuentan de nosotros la manera en que nos recibisteis, y cómo os convertisteis de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero, y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera” (1 Ts.1:9,10).

7.- Liberados del temor a la muerte “Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre” (Heb.2:14,15).  Y librados de cualquier otro temor. “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio” (2 Ti.1:7).

8.- Libertad de casarnos con quién queramos en el Señor. “La mujer casada está ligada por la ley mientras su marido vive; pero si su marido muriere, libre es para casarse con quien quiera, con tal que sea en el Señor” (1 Co.7:39). Dios nos da libertad para escoger nuestra pareja con la condición de no unirnos en yugo desigual con los incrédulos, (2 Corintios, 6:14-17), sino escoger sabiamente, según los principios del Reino, con la base esencial de que sea “en el Señor”. Todo lo que hacemos lo hacemos unidos a Cristo y esa unión tiene también repercusión al unirnos en matrimonio.

Hay muchas otras áreas que podríamos mencionar, pero el Espíritu Santo nos va llevando día a día a los diversos campos de libertad, y al buen uso de ella. Por el conocimiento de la verdad vamos extendiéndonos en la amplitud de movimientos que Dios nos ha dado para movernos en la libertad gloriosa de los hijos de Dios.  “Conoceréis la verdad, y la verdad os hará” (Juan, 8:32).

CONSECUENCIAS

Nuestra unión con Cristo es la unión con una vida de libertad en el Espíritu Santo. Por eso, podemos levantarnos y resplandecer en libertad sobre la religiosidad, los engaños, el dominio de las tinieblas, y el temor de la muerte (Is.60:1,2). Podemos acercarnos a Dios con confianza, habiendo escapado de la ira venidera.

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