Tema: Armas para la batalla
El hombre nuevo es un vencedor desde el nacimiento, pero a la vez se desenvuelve en un territorio hostil. Vive en medio de grandes conflictos. Por eso necesita aprender a pelear la buena batalla de la fe; y conocer el manejo de las armas espirituales que tiene.
La Biblia nos habla continuamente de la batalla que existe entre la luz y las tinieblas, la verdad y la mentira, la justicia y la iniquidad. En definitiva se trata de la guerra entre dos reinos: el reino de Dios y el reino de las tinieblas. Esta batalla es espiritual. Contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes (Efesios 6:12).
Sin embargo, esta pelea tiene muchas conexiones prácticas con el mundo material en el que vivimos. Los acontecimientos más relevantes de la Historia de la Humanidad responden al resultado de la lucha espiritual en el campo natural. Los dos mundos (el espiritual y el material) están conectados. Lo invisible y lo visible forman parte de un todo.
Sin extendernos demasiado en más explicaciones, debemos comprender la existencia real, no ficticia, de una guerra espiritual. Tenemos un enemigo que viene a matar, robar y destruir, y no podemos ignorarlo. Pero además, debemos saber que hay otro que es más poderoso que él y que ha venido para dar vida y vida en abundancia. Es Jesús, el Hijo de Dios.
En esta lección veremos algunas de las armas espirituales que están a nuestro alcance y que Dios nos ha provisto. Todas ellas deben ser usadas en cada momento que las necesitemos.
LAS ARMAS ESPIRITUALES QUE DIOS NOS HA DADO
Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las acechanzas del diablo. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo. Estad, pues, firmes ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestíos con la coraza de justicia, y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. Tomad el escudo de la fe… Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del espíritu que es la palabra de Dios (Efesios, 6:11-17).
Necesitamos estar cubiertos con toda la armadura de Dios, −todos los días−, para entrar en batalla con éxito. Jesucristo es la totalidad de nuestra armadura. ¿Cómo nos la ponemos? Por la fe, proclamando de viva voz cada una de sus partes y viéndolas en nuestro interior. Veamos una relación de las armas que tenemos y su significado espiritual para nosotros.
- LA VERDAD. Es el evangelio que hemos creído. La verdad de Dios nos hace libres de toda mentira de este mundo. La verdad es Jesús mismo.
- LA JUSTICIA. Es parte de nuestra nueva naturaleza en Cristo. Hemos sido hechos justos por la sangre de Jesús y debemos mantenernos en esa justicia. Nuestra justicia es Jesús.
- EL EVANGELIO DE LA PAZ. Hemos recibido paz en nuestros corazones que debemos guardar bien. Además, compartir el evangelio con otras personas se convierte en un arma que nos hace cada vez más fuertes en la fe. El evangelio es Jesús mismo.
- LA SALVACIÓN. Nuestra salvación está asegurada en Cristo. Saberlo y vivirlo nos defiende de muchos temores innecesarios sobre el futuro. Jesús es nuestra salvación.
- LA FE. La fe en Jesús vence al mundo. Nuestra fe es de Dios, dada por Él, por lo tanto, es suficientemente fuerte para resistir cualquier ataque o circunstancia. Firmes en la fe.
- LA PALABRA DE DIOS. Es como una espada que nos hace tomar la iniciativa en la pelea contra los argumentos humanos, las fortalezas mentales y las vanas imaginaciones. Jesús es el Verbo de Dios.
- LA ORACIÓN. Es un arma de largo alcance porque nos eleva hasta el trono de la gracia para buscar la ayuda oportuna en cada caso. Debemos mantener una vida constante de oración.
- LA ALABANZA. Alabar a Dios y darle gracias por todo confunde al enemigo. Nos hace mantener un corazón sano y alegre, no de quejas. Rompe muchas cadenas invisibles.
- EL NOMBRE DE JESÚS. Se nos ha dado el derecho a usarlo. Es un nombre de máxima autoridad en el mundo espiritual. No lo usemos en vano, sino en fe y autoridad.
- LA SANGRE DE JESÚS. Levanta un muro de protección en nuestras vidas, cuyos límites no pueden ser traspasados por las tinieblas. Rociemos nuestras casas en fe con su sangre.
Resumiendo. Dios nos ha dado todo un arsenal de armas espirituales para que salgamos victoriosos en la batalla. El hombre nuevo tiene que aprender a pelear la buena batalla de la fe. No es algo opcional. Tenemos un enemigo real que no podemos ignorar y que usará todas las artimañas necesarias para apartarnos de los caminos de Dios. Por tanto, debemos conocer las armas espirituales y su manejo, someternos a Dios, resistir al diablo y echarle fuera de nuestras vidas, nuestras familias, nuestra iglesia, nuestra ciudad y nuestro país. Todo ello solo puede ser hecho en el nombre de Jesús y desde una vida que confía plenamente en él y en su palabra.
RESPONDE LAS SIGUIENTES PREGUNTAS
- EXPLICA CON TUS PROPIAS PALABRAS LO QUE ENTIENDES POR BATALLA ESPIRITUAL.
- HAZ UNA RELACIÓN CON TODAS LAS ARMAS ESPIRITUALES QUE HEMOS MENCIONADO EN ESTA LECCIÓN.
- HAZ TU PROPIO COMENTARIO PERSONAL SOBRE ESTE CURSO BÍBLICO POR CORRESPONDENCIA. ANOTA TUS OBSERVACIONES. HAZLO SINCERAMENTE.