Capítulo 3B – LAS CONDICIONES DE LA ORACIÓN (la fe)

Una vida fluyente de oraciónB. LA FE

En el libro que citamos anteriormente de Dale Carnegie está escrito lo siguiente: “la oración satisface tres necesidades psicológicas básicas que todos tenemos, ya sea que creamos en Dios o no”. Este pensamiento humanista es contrario a lo revelado en las Escrituras. La oración necesita fe para acercarse a Dios y confiar en sus promesas.

La Biblia revela que el justo vive por fe. La fe en Jesús es un don de Dios que nos permite acercarnos al Trono de la gracia, ser justificados y declarados justos. Por tanto, podemos orar con confianza y recibir respuesta de Dios.

“Y sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que el existe, y que es remunerador de los que le buscan” (Hebreos 11:6).

“Pero si alguno de vosotros se ve falto de sabiduría, que le pida a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. Pero pida con fe, sin dudar… porque el que duda… no piense… que recibirá cosa alguna del Señor” (Santiago 1:5-7).

“Por eso dos digo que todas las cosas por las que oréis y pidáis, creed que ya las habéis recibido, y os serán concedidas” (Marcos 11:24).

El Dios de la Biblia es un Dios de fe (Marcos 11:22) (Romanos 4:17). La fe se apoya en las promesas de Dios (1 Corintios 1:20). Y está ligada al Pacto que Dios ha hecho con nosotros a través de Jesús.

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