Capítulo 3A – LAS CONDICIONES DE LA ORACIÓN (pecado)

Una vida fluyente de oraciónINTRODUCCIÓN

La vida de oración tiene condiciones. Ya hemos visto una de ellas, la constancia, pero hay otras que debemos tener en cuenta.

Algunos maestros de autoayuda aconsejan la oración como terapia sin importar a quién se ora, cómo se hace, cuál es el motivo de nuestras plegarias y si creemos o no. La oración viene a ser un fin en sí misma, sin importar a quién se ora. Uno de los escritores de libros de auto ayuda pioneros y más conocidos, Dale Carnegie (1888-1955), escribió en su libro «Cómo suprimir las preocupaciones y disfrutar de la vida», lo siguiente: El Dr. Alexis Carrel, hombre de ciencia mundialmente famoso, dijo: «La oración es la más poderosa forma de energía que se pueda generar». En tal caso ¿por qué no usarla? Llamémoslo Dios, Alá o Espíritu, ¿para qué disputarnos por definiciones mientras el misterioso poder de la naturaleza nos lleva de la mano?

La oración se usa en todo tipo de religiones, sean verdaderas o falsas. Se ora a todo tipo de dioses, con una diversidad de formas y rituales. Algunas de esas oraciones pueden ser respondidas, aunque ello no sea garantía de andar en la verdad.

Nuestra oración está basada en las Escrituras y dirigida al Dios revelado en la Biblia. Oramos al Dios de Abrahán, al Señor, Dios Altísimo (Génesis 14:22), al Todopoderoso (Génesis 17:1), al Eterno (Génesis 21:33), del que hablaron los profetas y que Jesús nos ha dado a conocer (Hebreos 1:1,2). Necesitamos la ayuda del Espíritu Santo para orar (Romanos 8:26,27).

Nuestras oraciones pueden tener estorbo (1 Pedro 3:7). Por tanto, debemos ajustarnos a las condiciones de la oración. Podemos orar para nosotros mismos y con arrogancia (Lucas 18:9-14). Podemos usar vanas repeticiones, sin sentido, imaginando que seremos oídos por nuestra palabrería (Mateo 6:7) (1 Reyes 18:26,27). En este capítulo veremos tres condiciones básicas de la oración: pecado, fe y justicia. Ambas están interrelacionadas.

AvariciaA. EL PECADO

El pecado no es solo hacer lo malo. Es una naturaleza de rebelión y autosuficiencia frente a Dios, que Lucifer introdujo en el hombre y éste a toda su descendencia (Romanos 3:23 y 5:12). Es emancipación, (independencia de la voluntad de Dios), escoger nuestro propio camino. El pecado hace separación, nos lleva a escondernos de Dios y andar sueltos, llevados por la corriente de este mundo. El pecado no solo atrapa a los incrédulos, sino que en ocasiones puede obstaculizar nuestra vida de oración.

Pero vuestras iniquidades han hecho separación entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados le han hecho esconder su rostro de vosotros para no escucharos (Isaías 59:2).

Y oyeron al señor Dios que se paseaba en el huerto al fresco del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia del Señor Dios entre los árboles del huerto. Y el Señor Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás?… Te oí… tuve miedo porque estaba desnudo y me escondí (Génesis 3:8-10).

Si observo iniquidad en mi corazón, el Señor no me escuchará (Salmos 66:18).

Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra  (2 Crónicas 7:14).

Sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguno teme a Dios y hace su voluntad, a éste oye (Juan 9:31).

al corazón contrito y humillado, oh Dios, no despreciarás  (Salmos 51:17).

Verano - descansoDios es santo (Isaías 6:1-8), sin relación con el pecado, por tanto, no podremos orar con eficacia sin que antes la relación haya sido restaurada, reconciliada. El profeta Isaías supo que era hombre de labios inmundos y habitaba en medio de un pueblo de labios inmundos. Necesitó un carbón encendido del altar para tocar sus labios, quitar su iniquidad y perdonar su pecado. Entonces, «oí la voz del señor» (6:8).

Dios es luz (1 Juan 1:6-10 y 2:1-2). Si andamos en luz, tenemos comunión unos con otros y la sangre de Jesús nos limpia de todo pecado. Si confesamos nuestros pecados, El es fiel y justo para perdonar los pecados y limpiarnos de toda maldad. Luego podremos pedir con confianza y recibir (1 Juan 5:14-16).

Continuará: Capítulo 3B – LAS CONDICIONES DE LA ORACIÓN (la fe)

Download PDF

4 comentarios sobre “Capítulo 3A – LAS CONDICIONES DE LA ORACIÓN (pecado)

  1. 28-2-2.017 responder
    Gracias mi Hermano en Cristo , que EL SEÑOR te siga dando las fuerzas necesarias para
    ayudarnos, en su PALABRA
    Isabel Cantallops Guillaumet

Deja un comentario