GRATITUD Y ALABANZA ( 20 ) – Sacrificio de alabanza ( 15 )

GRATITUD Y ALABANZA - 1Sacrificios de alabanza y gratitud (15)

Saca mi alma de la cárcel, para que alabe tu nombre [para que yo de gracias a tu nombre LBLA]; me rodearán los justos, porque tú me serás propicio (Salmos 142:7).

¡Cuántas cárceles y prisiones nos atenazan a lo largo de nuestra vida para impedir que cumplamos el propósito de Dios! Hay uno que ha venido a esclavizar, oprimir, cauterizar, someter, todo para tratar de paralizar el cumplimiento de la voluntad de Dios en nuestras vidas. La Escritura está llena de múltiples testimonios. La historia de Israel y de la iglesia también. A José, el hijo de Jacob, le afligieron sus pies con grillos; en cárcel fue puesta su persona tratando de impedir el propósito divino, hasta la hora que se cumplió su palabra (Salmos 105:17-19). Daniel fue puesto en el foso con leones. El profeta Jeremías fue echado a una cisterna para que muriera de hambre. Pablo y Silas fueron azotados con varas y puestos en el calabozo más profundo de la cárcel y sus pies colocados en el cepo. Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían. Entonces vino un terremoto que sacudió los cimientos de la cárcel y las puertas fueron abiertas. Este es el clamor de nuestro salmista.

Observemos el contexto de este salmo. Clamó al Señor pidiendo misericordia (1). Expuso su queja y manifestó su angustia (2). Su espíritu estaba angustiado dentro de él, le habían puesto lazo (3). No había nadie a su lado para socorrerle y cuidar su vida (4). Entonces clamó al Señor diciendo: Tú eres mi esperanza, y mi porción en la tierra de los vivientes. Escucha mi clamor porque estoy muy afligido. Líbrame de los que me persiguen, porque son más fuertes que yo (5,6). Verdaderamente vivía atrapado. Su alma estaba en la cárcel y pidió al Señor ser librado de ella para poder alabarle.

Hay muchos tipos de cárceles que impiden nuestra alabanza y gratitud. El temor es la más común. El temor de hombres y la esclavitud que produce siempre es uno de los motivos de quedar atenazados para neutralizar nuestra expresión de júbilo y gozo delante del Señor. Pablo y Silas lo rompieron y hubo salvación en la misma cárcel de Filipos. José fue puesto como gobernador de Egipto. Jeremías finalmente fue librado de la cisterna para seguir exhortando al pueblo rebelde y una generación bajo el juicio de Dios. Nuestro hombre concluye que le rodearán los justos porque el Señor le será propicio. Jesús es nuestra propiciación para quedar libres de pecado y adorarle en libertad. Dios le ha puesto como propiciación para manifestar su justicia, y por la fe en su sangre pasar por alto nuestros pecados para adorarle (Ro.3:25).

         Nuestra alma necesita salir de la cárcel, o que la cárcel salga de nosotros, para alabar su nombre y darle gracias.

GRATITUD Y ALABANZA ( 19 ) – Sacrificio de alabanza ( 14 )

GRATITUD Y ALABANZA - 1Sacrificios de alabanza y gratitud (14)

Ciertamente los justos alabarán tu nombre [darán gracias a tu nombre LBLA]; los rectos morarán en tu presencia (Salmos 140:13).

Los que alaban a Dios de todo corazón están sometidos a su voluntad. El acatamiento de su voluntad determina los términos de su reino. Como dice el salmista en otro lugar: En todos los lugares de su señorío, bendice, alma mía, a Jehová (Salmos 103:22). Por tanto, la verdadera alabanza tiene lugar donde el Señor reina en corazones rendidos. Los que han hecho con él pacto con sacrificio (Salmos 50:5). Y esa rendición tiene lugar cuando somos hechos justos por la justicia de Dios al aceptar su pacto. Por tanto, los justos alabarán su nombre, y los rectos morarán en su presencia.

La fe de Abraham le fue contada por justicia, porque no dudó de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios, plenamente convencido de que era poderoso para hacer todo lo que había prometido. Y no solamente le fue contada a él esa fe por justicia, sino como está escrito: también con respecto a nosotros, a quienes ha de ser contada, esto es, a los que creemos en el que levantó de los muertos a Jesús, Señor nuestro, el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación (Romanos 4:20-25). Esta verdad central de la Escritura nos habilita para la verdadera alabanza. Sin la imputación de la justicia de Dios por la fe en la obra redentora de Jesús no podemos ser declarados justos.

El Señor escoge un pueblo —Israel— para que publique sus alabanzas. Como está escrito: Este pueblo he creado para mí; mis alabanzas publicará (Isaías 43:21). Y en el Mesías, ese pueblo se ha extendido y ampliado a todas las naciones. Mediante la manifestación de la gracia de Dios para salvación a todos los hombres, se nos enseña a renunciar a la impiedad y vivir vidas sobrias, justas y piadosas, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación de Jesucristo, quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras (Tito 2:11-14).

Este es el camino para poder ofrecer a Dios sacrificio de alabanza, fruto de labios que confiesan su nombre. Es el camino nuevo y vivo que Jesús nos abrió para poder acercarnos hasta el trono de la gracia, y estando en ese lugar, en lugares celestiales, en su presencia, podemos alabarle en rectitud. Por tanto, adorar a Dios no es para entrar en su presencia, sino que estando en su presencia le adoramos. Debemos abandonar la conciencia de obras muertas para servir al Dios vivo (Hebreos 9:14).

         La justicia de Dios en Cristo nos habilita para alabarle y darle gracias en su misma presencia haciéndolo con rectitud.  

GRATITUD Y ALABANZA ( 18 ) – Sacrificio de alabanza ( 13 )

GRATITUD Y ALABANZA - 1Sacrificios de alabanza y gratitud (13)

Te alabaré con todo mi corazón; delante de los dioses te cantaré salmos. Me postraré hacia tu santo templo, y alabaré tu nombre por tu misericordia y tu fidelidad; porque has engrandecido tu nombre, y tu palabra sobre todas las cosas (Salmos 138:1,2).

La adoración que enseña la Biblia viene como resultado de la salvación. Es para los redimidos del Señor. Nadie puede adorar a Dios en plenitud sin haber sido rescatado de la esclavitud. Podemos tener servicios religiosos, liturgia aprendida de memoria y repetida de forma rutinaria y disciplinada, pero no llegaremos al trono de Dios sin haber sido antes lavados por la sangre de Jesús y regenerados por el Espíritu de gracia. Podemos acercarnos en plena certidumbre de fe al lugar santísimo una vez que hemos sido recibidos como hijos, solo así podremos venir con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura (Hebreos 10:22).

La salvación precede a la adoración. Nada más salir de Egipto, cuando los carros de Faraón quedaron anegados en el Mar Rojo, y el pueblo de Israel pasó en seco al otro lado, la salvación y liberación de la esclavitud produjeron un cántico nuevo que nunca antes habían cantado. Entonces cantó Moisés y los hijos de Israel este cántico a YHVH; y dijeron: Cantaré yo a YHVH, porque se ha magnificado grandemente; ha echado en el mar al caballo y al jinete… Y María la profetisa, hermana de Aarón, tomó un pandero en su mano, y todas las mujeres salieron en pos de ella con panderos y danzas. Y María respondía: Cantad a Jehová, porque en extremo se ha engrandecido; ha echado en el mar al caballo y al jinete (Éxodo 15:1,20,21). Delante de los dioses de Egipto, —que habían sido derrotados—, Israel elevó su primera potente alabanza que resonó en el trono de Dios como un estruendo.

La palabra del pacto que Dios le dio a Abram se había cumplido. Entonces Jehová dijo a Abram: Ten por cierto que tu descendencia morará en tierra ajena, y será esclava allí, y será oprimida cuatrocientos años. Mas también a la nación a la cual servirán, juzgaré yo; y después de esto saldrán con gran riqueza (Génesis 15:13,14). La fidelidad y misericordia de Dios alcanzó a Israel que había engrandecido su nombre y su palabra —dada a Abram— sobre todas las cosas. Por ello dice el salmista: te alabaré con todo mi corazón. Lo haré delante de los dioses cantando salmos, y postrado hacia tu santo templo. Hoy somos templo del Espíritu para adorarle delante de las potestades de este mundo que han sido derrotadas en la cruz del Calvario.

         Los redimidos elevan su alabanza a Dios de todo corazón agradecidos por una salvación tan grande, engrandecida por su nombre y su palabra.

GRATITUD Y ALABANZA ( 17 ) – Sacrificio de alabanza ( 12 )

GRATITUD Y ALABANZA - 1Sacrificios de alabanza y gratitud (12)

Sálvanos, Señor Dios nuestro, y recógenos de entre las naciones, para que alabemos tu santo nombre, para que nos gloriemos en tus alabanzas (Salmos 106:47).

Antes de entrar de lleno en la meditación del texto que nos ocupa me gustaría reseñar algo más sobre los beneficios de nuestra anterior meditación. El salmista se pregunta: ¿Qué pagaré al Señor por todos sus beneficios para conmigo? Y él mismo se responde: Te ofreceré sacrificio de alabanza, e invocaré el nombre de YHVH (Salmos 116:12 y 17). La Escritura tiene una respuesta clara para quienes reciben los beneficios y bendiciones del Señor: ofrecerle sacrificio de alabanza e invocar su nombre. Es el mismo mensaje que encontramos en el Nuevo Testamento (Ver Hebreos 13:15 y 1 Pedro 2:4,5).

Entrando ya en nuestro texto vemos que es posible para el pueblo de Dios perder el propósito esencial de glorificar a Dios. Israel lo perdió progresivamente dejándose infiltrar por los cultos falsos y la influencia de los pueblos paganos que le rodeaban, de tal forma que quedaron anegados por el engaño de la idolatría, perdiendo el propósito de su llamado y recibiendo como consecuencia el juicio de Dios. Rompieron el pacto y por tanto quedaron a merced de las maldiciones reseñadas en el libro de Deuteronomio, cuyo final era ser llevados al cautiverio. Y así fue. Israel fue al cautiverio y estando en esa condición volvieron en sí, como el hijo pródigo, para anhelar y recuperar el propósito de sus vidas. Es el mismo recorrido que la iglesia ha hecho una y otra vez a lo largo de su historia. Incluso en nuestros días, muchos pueden haber perdido el rumbo, haber quedado subyugado por el brillo de Babilonia y perdido la esencia de su llamamiento.

Israel pidió al Señor ser restaurados a su estado primigenio: Sálvanos y recógenos de entre las naciones. De esa manera podrían recuperar el propósito original de ser un reino de sacerdotes y gente santa (Éxodo 19:6). En el cautiverio, junto a los ríos de Babilonia, allí nos sentábamos, y aún llorábamos, acordándonos de Sión. Sobre los sauces en medio de ella colgamos nuestras arpas. Y los que nos habían llevado cautivos nos pedían que cantásemos… nos pedían alegría, diciendo: Cantadnos algunos de los cánticos de Sión (Salmo 137). Sin embargo, los desterrados sabían que su alabanza estaba vinculada a la tierra, la herencia que habían perdido, y ahora en Babilonia su canción se volvió en llanto. Por eso la oración de nuestro texto es para ser recogidos de entre las naciones recuperando así la alabanza a su nombre en toda su plenitud. Lo mismo debe ser anhelado por la iglesia.

         Nuestra adoración está vinculada a Sión, —en espíritu y en verdad—, no en tierra extraña babilónica donde seamos esclavos del sistema mundano.

GRATITUD Y ALABANZA ( 16 ) – Sacrificio de alabanza ( 11 )

GRATITUD Y ALABANZA - 1Sacrificios de alabanza y gratitud (11)

Bendice, alma mía, al Señor, y bendiga todo mi ser su santo nombre. Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides ninguno de sus beneficios. El es el que perdona…el que sana… el que rescata… el que te corona de bondad y compasión, el que colma de bienes tus años, para que tu juventud se renueve como el águila (Salmos 103:1-5 LBLA).

Si hay una voz que le habla al alma para decirle: bendice al Señor y no olvides sus beneficios, debe haber un lugar más profundo, con más autoridad, de donde emana esa voz. Ese lugar no puede ser otro que el espíritu del hombre. Jesús enseñó que Dios es Espíritu, y los que le adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad. Por tanto, el espíritu renacido le dice al alma: Bendice y no olvides. Y a ese espíritu humano se le une el Espíritu de Dios en la regeneración, cuando renacemos a una nueva vida por la palabra de Dios y el Espíritu que da vida. Jesús dijo que el Espíritu vendría para guiarnos a toda verdad. Una de esas verdades centrales es levantar en nuestro corazón adoración y gratitud. Del corazón mana la vida. Por eso dice el salmista: Te daré gracias, Señor mi Dios, con todo mi corazón, y glorificaré tu nombre para siempre (Salmos 86:12 LBLA).

Si andamos en el Espíritu, que es el mensaje central del Nuevo Testamento para todos aquellos que seguimos al Maestro y Mesías, bendeciremos a Dios por todos sus beneficios sin olvidar la fuente de nuestro bienestar y vida. La Escritura está llena de los beneficios de servir a Dios, el Dios de Israel. En el libro de Deuteronomio han quedado reflejadas ampliamente las bendiciones de obedecer a Dios, servirle con alegría y vivir bajo su voluntad. Por otro lado, también están reseñadas las maldiciones de romper el pacto que Dios hizo con su pueblo en el desierto; como en la carta de Hebreos, donde han sido recogidas las consecuencias de pisotear la sangre del nuevo pacto: ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia? (Hebreos 10:29).

Los beneficios no han sido gratuitos para el Hijo de Dios, le costaron la vida. La bendición de Dios tiene como fundamento el sacrificio del Justo, por ello, se nos insta a no olvidarlos dándole gracias por ellos. El salmista hace una relación breve de algunos de estos beneficios: Dios perdona nuestros pecados, sana nuestras enfermedades, rescata del hoyo nuestras vidas, nos corona de bienes y misericordias, nos colma de bienes nuestros años para vivir en una continua renovación de fuerzas y vitalidad, como el águila.

         De lo más hondo de nuestro ser brota una voz dirigida al alma que nos exhorta: ¡bendice a Dios y no olvides que nuestra Fuente es Él!

GRATITUD Y ALABANZA ( 15 ) – Sacrificio de alabanza ( 10 )

GRATITUD Y ALABANZA - 1Sacrificios de alabanza y gratitud (10)

Cantad alegres a Dios, habitantes de toda la tierra. Servid al Señor con alegría; venid ante su presencia con regocijo. Reconoced que el Señor es Dios; Él nos hizo, y nosotros a nosotros mismos… Entrad por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con alabanza; alabadle, bendecir su nombre. Porque el Señor es bueno; para siempre es su misericordia, y su verdad por todas las generaciones (Salmos 100:1-5).

Toda manifestación de júbilo donde hay expresión musical y alabanza es atractiva al alma humana. La alegría es contagiosa. Si le añadimos el componente religioso puede erizarnos el cabello. El alma es muy sensible al atractivo musical. Si hay talento y dones que tocan los distintos instrumentos musicales con destreza la atmósfera puede ser electrizante. Hechiza los sentidos. Absorbe nuestras emociones y podemos quedar paralizados por un tiempo. Los grandes conciertos musicales de grupos de rock y otros son una muestra de ello. Todos hemos visto a multitudes de adolescentes histéricas al ver salir al escenario a sus cantantes idolatrados. Tristemente, esto también está ocurriendo con algunos grupos o cantantes cristianos. Hay ocasiones cuando el foco de la escena lo ocupa la persona o grupo con su carisma. Hemos perdido el centro de nuestra adoración para desplazarlo al deleite humano con todo su potencial.

Lucifer, convertido en Satanás, sabe mucho de este poder hechicero porque él mismo fue un tiempo el que dirigía la adoración en el cielo. Conoce y usa el atractivo de la música y la danza para trastornarla convirtiéndola en un culto carnal, seductor y manipulador de los sentimientos para confundir el alma humana llevándola a la idolatría. Ocurrió pronto en el desierto cuando Israel salió de Egipto y mezclaron el culto a Dios con el becerro. Música, danza, fiesta, alegría, comida y sexo es un coctel explosivo para confundir los sentidos. Debemos estar alertas. Si cayó el querubín protector puede caer cualquier otro bajo la misma fascinación liberada con soberbia y rebelión.

Nuestro salmista tiene claro su objetivo: Cantar alegres a Dios… Servid al Señor con alegría. Adoración y servicio van juntos. No hay verdadera alabanza y gratitud sin servicio incondicional a Aquel que adoramos. Reconoced que el Señor es Dios; Él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos. Señor, Dios y Creador. No somos hechos a nosotros mismos. Somos suyos. Entrad por sus puertas con acción de gracias. Una vez más alabanza y gratitud en armonía. ¡Alabadle! Esta alabanza nos libra de nosotros mismos introduciéndonos en la expresión más elevada del ser humano en la tierra.

         La alabanza verdadera siempre nos libera de nosotros mismos poniendo su foco en el centro del universo: el trono de Dios y su majestad.

GRATITUD Y ALABANZA ( 14 ) – Sacrificio de alabanza ( 9 )

GRATITUD Y ALABANZA - 1Sacrificios de alabanza y gratitud (9)

Cantad alegres a Dios, toda la tierra; levantad la voz, y aplaudid, y cantad salmos. Cantad salmos al Señor con arpa; con arpa y voz de cántico. Aclamad con trompetas y sonidos de bocina, delante del rey YHVH (Salmos 98:4-6).

El salmista no se cansa. Su corazón está lleno de alabanza y gratitud. Quiere expresarlo. Ponerlo de manifiesto. Nos invita también a nosotros a hacer lo mismo. Y nos dice cómo hacerlo: con alegría, levantando la voz, sin timidez, aplaudiendo y cantando salmos que emanan de un corazón rendido al Dador de todas las cosas. Y debe hacerlo toda la tierra, no solo Israel, no solo la iglesia, o tal vez las iglesias carismáticas y pentecostales. No. El salmista nos dice que toda la tierra cante alegre al Señor, el Eterno. Y prosigue con más detalles. Hacerlo con arpa, aclamad con trompeta y sonidos de bocina, que en este caso viene a ser el sonido del shofar, y hacerlo delante del Rey, el Rey de toda la tierra. El Rey de gloria. ¿Quién es este Rey de gloria? Jehová el fuerte y valiente. Jehová el poderoso en batalla… El Señor de los ejércitos, Él es el Rey de la gloria (Salmos 24:8-10).

Cuando somos conscientes a quién estamos adorando y reconociendo con nuestra alabanza todo lo demás empequeñece. Cuando miramos al trono de Dios como centro de nuestra rendición, la adoración fluirá con múltiples expresiones y diversidad de instrumentos. A la misma vez debemos recordar que las falsificaciones, imitaciones y la falsa adoración están a la orden del día. También en congregaciones y líderes de alabanza que un día fueron impulsores de una verdadera libertad y profunda adoración. Sabemos por los profetas que el antiguo Lucifer (Luzbel, «portador de luz») se transformó en Satanás, «el adversario». La causa de la caída fue dejar de reconocer el trono de Dios pretendiendo ocupar el suyo propio siendo él mismo objeto de adoración. La palabra de Dios le juzgó así: Descendió al Seol tu soberbia, y ya no se oye el estruendo de tus salterios… ¡Cómo caíste de los Cielos, oh Lucero de la mañana! Tú, que das órdenes a todas las naciones, fuiste abatido a la Tierra. Tú, que a causa del acto traidor, dijiste dentro de ti: Subiré a los Cielos, junto a las estrellas de Dios haré levantar mi trono, y me sentaré en el monte de la asamblea, subiré sobre las altas nubes, en el flanco norte, y me haré semejante a Elyon (Isaías 14:11-14 IV Edición BTX).

Lucifer estaba vestido de música: Los primores de tus tamboriles y flautas estuvieron preparados para ti en el día de tu creación (Ezequiel 28:13). Y recordemos que es un falsificador, ladrón y mentiroso que pretendió la adoración del mismo Mesías ofreciéndole los reinos del mundo (Lucas 4:5-8).

         La verdadera adoración y alabanza es jubilosa, con múltiples instrumentos musicales, pero también puede ser corrompida en idolatría.

GRATITUD Y ALABANZA ( 13 ) – Sacrificio de alabanza ( 8 )

GRATITUD Y ALABANZA - 1Sacrificios de alabanza y gratitud (8)

Bueno es dar gracias al Señor, y cantar alabanzas a tu nombre, oh Altísimo; anunciar por la mañana tu bondad, y tu fidelidad por las noches (Salmos 92:1,2 LBLA). Venid, cantemos con gozo al Señor, aclamemos con júbilo a la roca de nuestra salvación. Vengamos ante su presencia con acción de gracias; aclamémosle con salmos (Salmos 95:1,2 LBLA).

En la deriva de nuestro mundo actual se han diluido como un azucarillo las verdades absolutas. La disolución moral y espiritual, con sus mezclas babilónicas e idólatras, ha impuesto una cosmovisión que pretende evitar, ignorar y erradicar la presencia de Dios de nuestras vidas. La noche está avanzada y las naciones han quedado atrapadas en densa oscuridad. Las consecuencias son nefastas para esta generación. El engaño es de tal magnitud que se tiene las tinieblas por luz, y la luz por tinieblas. La confusión resultante ha sumergido a las multitudes en un vacío existencial y una disolución de los valores que destruye el alma humana esclavizándola con nuevas ideologías que buscan ocupar el lugar del Hacedor. Se intenta diluir la fe en el Dios vivo substituyéndola con nuevas religiones al amparo de agendas globalista de instituciones supranacionales que pretenden ocupar el lugar de Dios. Es el viejo proyecto babilónico de la llanura de Sinar bajo el liderazgo de Nimrod, que se levantó con prepotencia contraviniendo la voluntad de Dios. Es lo que llama el apóstol de las naciones «el misterio de la iniquidad» (2 Tesalonicenses 2:3-12).

Sin embargo, todos estos proyectos están destinados al fracaso. Tienen fecha de caducidad. Aunque dejarán un rastro de dolor y muerte a su paso, como todos los totalitarismos. Dios tiene en todas las generaciones un remanente fiel que no dobla sus rodillas ante los baales, sino que discierne el bien del mal, lo justo de la impiedad, la luz de las tinieblas y la verdad de la mentira. Hay una verdad indisoluble que nos muestra una y otra vez el salmista: es bueno dar gracias al Señor y cantar alabanza a su nombre. Anunciar todas las mañanas su bondad; sus misericordias son nuevas cada día; y proclamar su fidelidad por las noches. Es bueno venir a su presencia con cánticos de gozo, aclamarle con júbilo por su salvación —porque seguimos necesitados de salvación, hoy es día de salvación—; vivir una vida de gratitud por sus maravillosos dones y aclamarle con salmos. Hacerlo es penetrar el velo de carne. Salir de las limitaciones temporales entrando en el lugar santísimo y presentarnos delante de su trono con gran alegría, donde caerán nuestras fortalezas y saldremos llenos de la suya. En su luz veremos la luz. Hallaremos descanso para nuestra alma. El diablo pretende robarnos esta dimensión, no lo permitas.

         La gratitud y alabanza constantes nos introducen al trono de gracia.

GRATITUD Y ALABANZA ( 12 ) – Sacrificio de alabanza ( 7 )

GRATITUD Y ALABANZA - 1Sacrificios de alabanza y gratitud (7)

Y nosotros, pueblo tuyo y ovejas de tu prado, te daremos gracias para siempre; a todas las generaciones hablaremos de tu alabanza (Salmos 79:13 LBLA).

La Biblia es el libro de la revelación de Dios, el Dios de Israel, Creador, Salvador y Hacedor de todas las cosas. Esa revelación está canalizada a través de la simiente que había de venir, el hijo de la promesa, encauzada mediante la descendencia de Abraham, el padre de la fe y por el pueblo de Israel. Cuando este pueblo quedó atrapado en las fauces de Faraón en Egipto, el mensaje que Dios le dio a Moisés para transmitir a Faraón fue: «deja salir a mí pueblo, mi primogénito, para que me sirva». Ese servicio se concretaría en adoración en el monte Sinaí con todo lo que Israel sacaría de Egipto, con todas sus familias y posesiones. Faraón pretendió limitar esa adoración, —que incluía redención—, diciendo a Moisés que lo hicieran dentro de Egipto; luego aceptó dejarlos ir con la condición que no se alejaran mucho (Éxodo 8:25,28). Más tarde, a medida que se endurecían las plagas, Faraón estuvo dispuesto a dejar ir solo a los hombres (10:11). Moisés fue claro: Iremos con nuestros jóvenes y nuestros ancianos; con nuestros hijos y nuestras hijas; con nuestras ovejas y nuestras vacadas iremos, porque hemos de celebrar una fiesta solemne al Señor (10:9).

La presión ejercida sobre el rey de Egipto hizo que estuviera dispuesto a dejarlos salir pero «que vuestras ovejas y vuestras vacas queden aquí» (10:24). Moisés fue inflexible por palabra de Dios hasta que finalmente Israel salió de Egipto siendo su especial tesoro entre todos los pueblos, y un reino de sacerdotes y nación santa (Éxodo 19:5,6). Estaba en juego la adoración al Dios único, el monoteísmo. Como se le dijo al profeta: El pueblo que yo he formado para mí, proclamará mi alabanza (Isaías 43:21).

La revelación avanzó de Israel a todas las naciones de la tierra mediante el Mesías. Los gentiles de todo pueblo y nación serían injertados en el buen olivo para anunciar sus virtudes, ofreciendo sacrificios de alabanza y acción de gracias en todas las generaciones, incluida la nuestra. Esto concuerda con la enseñanza de Pablo en su carta a los Efesios: a fin de que seamos para alabanza de su gloria, con la cual nos hizo aceptos en el Amado (Efesios 1:6,12). Por tanto, dice el salmista: nosotros, pueblo tuyo y ovejas de tu prado, te daremos gracias para siempre; a todas las generaciones hablaremos de tu alabanza. Palabras que coinciden con la enseñanza apostólica: Ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre. Esa es nuestra misión como pueblo redimido por la sangre del Cordero inmolado.

         Sirvamos a nuestra generación proclamando su alabanza, viviendo agradecidos al que nos llamó y redimió por su gracia.

GRATITUD Y ALABANZA ( 11 ) – Sacrificio de alabanza ( 6 )

GRATITUD Y ALABANZA - 1Sacrificios de alabanza y gratitud (6)

En Dios, cuya palabra alabo, en el Señor, cuya palabra honro; en Dios he confiado, no temeré. ¿Qué puede hacerme el hombre? Están sobre ti, oh Dios, los votos que te hice; ofrendas de acción de gracias te ofreceré (Salmos 56:10-12 LBLA).

No podemos separar la naturaleza de Dios de lo que ha salido de su boca. Tampoco podemos adorarle sin tener como fundamento honrar su palabra. Nuestra actitud hacia la palabra de Dios revelada en la Biblia es proporcional a nuestro amor a su nombre. Jesús dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él Y añadió: El que no me ama, no guarda mis palabras (Juan 14:23,24). El que dice que ama a Dios y no guarda su palabra es mentiroso. El que dice que adora a Dios pero niega su palabra y no la honra obedeciendo sus preceptos vive atrapado en un corazón engañoso. Como enseña el apóstol: Si alguno enseña otra cosa, y no se conforma a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad, está envanecido, nada sabe, y delira acerca de cuestiones y contiendas de palabras… (1 Timoteo 6:3,4).

Nuestro salmista ha entendido que su alabanza y acción de gracias está íntimamente ligada a honrar a Dios honrando su palabra. Incluso dice: En Dios alabaré su palabra. Por su parte el padre de la mentira, el diablo, pretendió una adoración hacia sí mismo contradiciendo la Escritura. La respuesta del Mesías fue concluyente: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás (Mateo 4:8-10). La adoración a ídolos y otros dioses es una adoración falsa. No tiene el fundamento de la verdad revelada en la palabra de Dios. La decadencia moral y espiritual de la sociedad actual ha levantado muchos ídolos que adora, en algunos casos, con verdadera pasión: autorrealización personal, su propia imagen, el dinero y el consumo, el deporte, la cultura del placer,  satisfacción propia y tantos otros. Todos ellos falsos cultos que pretenden colocar en el centro de la escena al hombre y sus deseos.

Este proceder tiene como fundamento el amor a lo que hay en el mundo: los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida; todo ello con fecha de caducidad, es temporal y muy efímero; pero el que hace la voluntad de Dios, le adora y da gracias de todo su corazón honrando su palabra escrita, permanece para siempre. Como dijo Jesús: El que cree en mí, tiene vida eterna. Y en otra ocasión: Todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida [alma] por causa de mí, la hallará (Mateo 16:25). Honremos su palabra y saldremos del temor.

         Cuando honramos a Dios y le adoramos según su palabra escapamos del temor de los hombres a una vida de paz, descanso y confianza.