23 – ORANDO CON EL SALMISTA

Orando con el salmista - PortadaEl Señor hace nulo el consejo de las naciones; frustra los designios (las maquinaciones RV60) de los pueblos  (Salmos 33:10).

Desde los días de la torre de Babel, las naciones han pretendido hacer coaliciones para oponerse a la revelación de Dios. Han tramado consejos contra Dios y su Ungido (Salmos 2:1-4), contra su pueblo Israel (Salmos 83), y contra los hijos del reino, que han escapado del sistema mundano que dirige el príncipe de la potestad del aire. Los gobernantes fabrican leyes, en muchos casos, contrarias a la ley moral y natural, para resistir la voluntad del Soberano y Señor de toda la creación. Sin embargo, el Señor se reirá y frustrará sus consejos. Cuando se levanta la soberbia del hombre, Él la reduce a nada. Dios quita y pone reyes. Todas las naciones, delante de Él, son como una gota de agua que cae en un cubo, son estimadas como grano de polvo en la balanza, y ante Él son como nada, insignificantes (Isaías 40:15,17). Dios frustra los consejos de las naciones que se levantan contra su palabra revelada por apóstoles y profetas. Por eso, bendita la nación cuyo Dios es el Señor, el pueblo que Él ha escogido como herencia para sí (Salmo 33:12).

Señor y Dios, frustra los designios de las naciones contra tu pueblo Israel, y revélanos la palabra profética más segura a los hijos del reino. Amén

21 – ORANDO CON EL SALMISTA

Orando con el salmista - PortadaPero yo, oh Señor, en ti confío; digo: Tú eres mi Dios. En tu mano están mis años  (Salmos 31:14,15).

No hay ningún ser humano pisando la tierra que tenemos bajo nuestros pies que no haya experimentado en alguna ocasión el peso de la adversidad, el dolor del rechazo, o la calumnia de quienes buscan su mal. En esos tiempos nos atenaza el temor que pretende paralizarnos. Esa es la atmósfera en la que se está moviendo el salmista en el texto mencionado. Me interesa, y mucho, cómo han reaccionado los hombres de Dios cuando han enfrentado la angustia del olvido y la insignificancia ante sus cercanos. Como un muerto soy olvidado, sin ser recordado, soy semejante a un vaso roto (Salmos 31:12). Ante esa tesitura, nuestro hombre se vuelve a Dios y declara con seguridad: en ti confío, tú eres mi Dios, en tus manos están mis tiempos (años). Esta es la fe que vence al mundo. Hay un tiempo para ser ensalzado y otro para ser desplazado, pero en todos ellos, la fortaleza está en confiar nuestras vidas a la soberanía de Dios.

Padre, tu eres mi Dios, en tus manos están los tiempos para Israel y las naciones, sepan todos ellos que no son sino polvo. Amén.

11 – ORANDO CON EL SALMISTA

Orando con el salmista - PortadaQue el Señor te responda en el día de la angustia… te ponga en alto… te envíe ayuda… te sostenga… Que te conceda el deseo de tu corazón, y cumpla todos tus anhelos… Que el Señor cumpla todas tus peticiones… Que el Rey nos responda el día que clamemos  (Salmos 20: 1, 2, 4, 5,9).

Los ojos del salmista están puestos, no en sus deseos de realización personal, sino en el Señor, el Rey, el trono de gracia. Sabe que es desde ese lugar de gloria donde se forjan las respuestas a su angustia, a recibir ayuda, a ser sostenido, a que sus anhelos se cumplan porque vive sometido a  su voluntad. En palabras del Maestro: Hágase tu voluntad aquí en la tierra, como en el cielo. Ha ocupado su lugar de siervo, y alza su mirada al trono de autoridad y señorío. Fue lo que hizo la joven Maria cuando dijo: Hágase conmigo conforme a tu palabra.

Eterno Dios, venimos ante tu trono para que sostengas a tu pueblo Israel en estos días de amenaza, y cumplas tu voluntad en ellos y en nosotros en España, y en todas las naciones. Amén.

 

PANORÁMICA del Nuevo Testamento – JUAN

Anunciaron la palabraEvangelio de JUAN

HISTORIA DEL LIBRO

Hay una aceptación muy amplia de que estamos ante el evangelio con la fecha más tardía de los cuatro que componen el Canon. Se cree que fue escrito alrededor del año  90 d.C.

Autor. Aunque no se menciona expresamente en el libro, se da por seguro que fue Juan, hermano de Jacobo, ambos hijos de Zebedeo, también conocidos como «hijos del trueno». La palabra clave que aparece por todo su contenido es «creer», se menciona  alrededor de 97 veces expresando claramente cuál es el propósito del autor:

… Estas cosas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida en su nombre  (Jn.20:31).

El apóstol Juan pone el énfasis, no en lo que Jesús hizo, sino en lo que dijo. Se mencionan largos pasajes de las enseñanzas del Maestro a sus discípulos. Este evangelio presenta a Jesús como el Hijo del Dios, su divinidad. El escritor pone su empeño en demostrar que Jesús de Nazaret es más que un simple mortal. De ello veremos datos muy importantes en el recorrido de este importantísimo escrito de la literatura canónica.

ENSEÑANZAS Y TEMAS

El autor inicia su relato hablando de lo que Jesús era antes de aparecer en la tierra: la eterna palabra de Dios que se hizo hombre y vivió entre nosotros (Jn.1:14). Es el Verbo de Dios, la palabra hecha carne para manifestar la gloria de Dios.

Algunas de las características de Jesús en el prólogo de este evangelio son las siguientes: (Jn.1:1-18).

  • Es el Verbo de Dios, la Palabra (1:1).
  • Es Dios. El Verbo «era Dios» (1:1).
  • Es Creador. «Todas las cosas por él fueron hechas» (1:3) (Col.1:16) (Ap.4:11).
  • Es la luz del mundo que alumbra a todo hombre (1:7) (Jn.8:12).
  • Fue encarnado; se hizo hombre y habitó entre nosotros (1:14).
  • Es la plenitud de Dios, de quien recibimos gracia sobre gracia (1:16)  (Col.2:1-3,9,10).
  • Es la fuente de gracia y verdad. «La gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo» (1:17).
  • Es la imagen del Dios invisible. «él le ha dado a conocer» (1:18) (Col.1:15) (Heb.1:3).
  • El unigénito Hijo de Dios (1:18)

Hemos dicho que este evangelio presenta a Jesús como el Hijo de Dios, veamos seis testimonios que así lo afirmaron:

  • Juan el Bautista: «Éste es el Hijo de Dios» (1:34).
  • Natanael: «Tú eres el Hijo de Dios» (1:49).
  • Pedro: «Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente» (6:69).
  • Marta: «Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que ha venido al mundo» (11:27).
  • Juan: «Para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios (20:31).
  • Jesús mismo lo dijo: «¿Porque dije: Hijo de Dios soy? (10:36).

El título «Hijo de Dios» nos habla de su divinidad, así lo entendieron los judíos: Decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios  (5:17,18). Porque tú, siendo hombre, te haces Dios… Vosotros decís: Tu blasfemas porque dije: Hijo de Dios soy (10:33-36). Según nuestra ley debe morir, porque se hizo a sí mismo Hijo de Dios (19:7). Se usa dicho título para expresar la subordinación de Jesús al Padre en la humillación de la encarnación como hombre (Fil.2:5-8). Es en este sentido que el Padre es mayor que el Hijo (Jn.14:28). Veamos otra prueba de su deidad.

Jesús revela su naturaleza divina en la manifestación del YO SOY. Leamos antes en el libro de Éxodo: «Si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre?, ¿qué les responderé? Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros (Ex.3:13-15). Veamos ahora la revelación del YO SOY en el evangelio de Juan.

  • YO SOY el pan de vida (6:35).
  • YO SOY la luz del mundo (8:12).
  • Antes que Abraham fuese YO SOY (8:58).
  • YO SOY el buen Pastor (10:11).
  • YO SOY la resurrección y la vida (11:25).
  • YO SOY el camino, la verdad y la vida (14:6).
  • YO SOY la vid verdadera (15:1).

A esta lista podemos añadir cualquier otra necesidad en la vida del hombre. La respuesta de Jesús es: YO SOY. Cristo es todo lo que necesitamos, de ahí que Pablo diga: Vosotros estáis completos en él (Col.2:10).

Reseñemos brevemente algunas enseñanzas propias de este evangelio.

  1. El Nuevo Nacimiento (3:1-21)

Una de las verdades fundamentales que da inicio a la vida cristiana y que aparece claramente expresado aquí es el nuevo nacimiento. Lo encontramos en la conversación que Jesús sostuvo con un fariseo, principal entre los judíos, llamado Nicodemo. El Maestro le dijo estas palabras: de cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios (3:3). Posteriormente, el Señor dio un paso más en la revelación de esta enseñanza, y le dijo: de cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios  (3:5). Nacer del agua y del Espíritu. Veamos lo que significa y cómo se amplia esta enseñanza en otros lugares de la Escritura.

Nacer del agua. Se trata de una figura que nos habla de la palabra de Dios como se desprende de los siguientes textos: para santificarla [a la iglesia], habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra (Ef.5:26). Él, de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad (Stg.1:18). Y dice más adelante en la misma epístola de Santiago: Desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas (1:21). Como dice el apóstol Pedro: siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre (1 P. 1:23). Si nos preguntamos cómo se realiza este misterio en el corazón del hombre encontramos la respuesta mediante tres verbos claves: oír, creer y entender. Así está escrito: Habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa (Ef.1:13). Esto concuerda con las palabras de Jesús en la parábola del sembrador cuando dijo: Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno (Mt.13:23). Ahora preguntémonos ¿qué hay que oír, creer y entender? La respuesta es el evangelio de Jesús. El misterio que estaba oculto desde antes de la fundación del mundo, pero que ahora ha sido revelado por las Escrituras de los profetas (Rom. 16:25-27) (Col.12:26,27). Este evangelio se concreta en el mensaje que Pablo anuncia a los corintios: Os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis… que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las escrituras; y que apareció… (1 Co.15:1-7). El cual [Jesucristo] fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación. Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo (Ro.4:25 y 5:1). Todo ello está implícito en la enseñanza de Jesús a Nicodemo cuando le dijo que le era necesario nacer de nuevo del agua, por la palabra de Dios.

Nacer del Espíritu. Como hemos leído en el pasaje de Efesios 1:13,14; una vez que hemos oído y creído el mensaje del evangelio somos sellados con el Espíritu Santo de la promesa. El agua de la palabra y el Espíritu que da vida a la palabra actúan al unísono en el corazón del hombre arrepentido para producir una nueva naturaleza, creada en Cristo, en la justicia y santidad de la verdad (Ef.4:24). Nueva criatura es (2 Co.5:17). El Espíritu de Dios produce la regeneración y renovación en el espíritu humano. Como está escrito: Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo (Tito 3:4,5). Como dice en otro lugar. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él… El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios (Rom. 8:9,16).

  1. Jesús y la mujer samaritana (4:1-42).

En este evangelio encontramos a Jesús hablando con algunas personas individualmente. No solo hablaba a las multitudes, también lo hizo individualmente con ciertas personas, lo cual pone de manifiesto que la salvación es individual, persona a persona, para luego formar parte de un cuerpo o comunidad que es la iglesia. Lo vemos también en la parábola de la oveja perdida, cómo el pastor dejó las noventa y nueve y fue a buscar la número cien que se había perdido. Hemos visto su conversación con Nicodemo, ahora nos encontramos a Jesús hablando con una mujer, —samaritana—, de mala reputación (había tenido cinco maridos, y el que ahora tenía no era su marido); además de que samaritanos y judíos no se trataban entre sí; vivían como vecinos, pero de la misma manera que el agua y aceite, no se mezclaban, consecuencia de la herencia cultural Y religiosa recibida. Para comprender mejor esta realidad social de los días de Jesús debemos remontarnos a la época cuando el reino del norte (Israel) fue llevado al cautiverio por Asiria, y la zona de Samaria fue repoblada por colonos que trajo el rey asirio. Puedes ver el origen de este hecho histórico leyendo en 2 Reyes 17, especialmente los versículos del 24 al 41.

Cuando pensamos en la realidad social de la mujer en la época que Jesús mantuvo esta conversación con la samaritana, y le añadimos la animadversión entre judíos y samaritanos, nos encontramos con uno de los aspectos libertadores del evangelio que no hace diferencia entre hombre o mujer, judío, griego o samaritano. Los mismos discípulos, al regresar donde estaba el Maestro hablando con la mujer, se sorprendieron. En Cristo no hay barreras sociales, ni religiosas, porque la cruz ha derribado la pared intermedia de separación, aboliendo en su carne las enemistades, para crear un nuevo hombre reconciliado mediante la sangre de su cruz (Ef.2:15,16). Como está escrito en otro lugar: Ya no hay judío, ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús (Gá. 3:28). Esta verdad del evangelio ha estado oscurecida en muchos periodos de la historia de la iglesia tristemente. Somos dados a levantar exclusiones que la cruz ha derribado.

Jesús olvidó su propia necesidad de alimentarse ante la ocasión que se le presentó de anunciar el mensaje de agua viva y salvación a una mujer samaritana. Su prioridad era hacer la voluntad del Padre; esa, dijo, era su verdadera comida y bebida (4:31-34). La mujer se convirtió en una evangelista inmediatamente para su pueblo, anunciando el mensaje que acababa de recibir del mismísimo Mesías. Jesús se quedó dos días en aquel pueblo samaritano, −Sicar−, y muchos de sus habitantes creyeron en él. Y decían a la mujer: Ya no creemos solamente por tu dicho, porque nosotros mismos hemos oído, y sabemos que verdaderamente éste es el salvador del mundo, el Mesías (4:42). Jesús sigue siendo al agua viva que calma la sed del hombre y la mujer, poniendo en su interior una fuente que brota para vida eterna. Esta es la respuesta del cielo para el vacío existencialista de nuestra generación.

  1. Jesús es el pan de vida (6:25-71).

El Señor es también el pan de vida que satisface el hambre espiritual de cada uno de nosotros. Los judíos le seguían en masa porque habían comido pan y peces, pero el Señor les mostró que tenían una necesidad aún mayor, y esa era espiritual. El espíritu humano solo encuentra reposo en Dios, su Creador. El es el Padre de los espíritus (Núm. 27:16) (Heb.12:9).

Muchos de los judíos que le seguían y habían comido con él, cuando oyeron algunas de sus palabras que no hallaron cabida en ellos, como fue que debían comer su carne y beber su carne (un mensaje abominable para un judío) le abandonaron. Volvieron atrás. Sus pensamientos estaban anegados en las necesidades materiales, por un lado, y los conceptos religiosos insalvables, por otro. A los que se quedaron les explicó después que las palabras que había hablado son espíritu y son vida (6:63). Una interpretación literal del mensaje del Maestro, −en este caso−, había dado lugar para hacer una criba entre quienes le buscaban por interés personal, o aquellos que no tenían otro lugar adonde ir; porque solo tú tienes palabras de vida eterna, y nosotros hemos creído y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente (6:67-69).

No hemos cambiado mucho. Hay quienes se acercan a Jesús hoy, −o al mensaje bíblico−, por interés egoísta; pronto sus intenciones son depuradas quedando sin fruto. Pero quienes vienen a Jesús recibiéndole como el pan de vida que bajó del cielo, aquel que tiene palabras por las cuales serán salvos, permanecen en él porque entienden quién es: el Mesías de Dios. El Redentor del mundo. Muchos buscan bendiciones materiales en la religión, creyendo que la piedad es fuente de ganancia (1 Tim.6:5), pero tropiezan en la palabra de verdad sobre el auténtico discipulado, aquel que toma su cruz cada día y le sigue, el que pierde su vida para ganar a Cristo (Jn.12:24-26). Sin embargo, hubo un remanente de incondicionales que habían entendido quién era Jesús: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna, y nosotros hemos creído y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente  (6:67-69). Esa decisión de los apóstoles transformó sus vidas y el curso de la historia. Su decisión influyó en todo el mundo conocido, y hasta nuestros días ha llegado el eco de su fidelidad a Dios y su palabra. Los que creemos en él somos herederos de su legado. Hoy el Señor sigue llamando a hombres y mujeres para servir a su propia generación, según la voluntad de Dios, como hizo David, para después dormir y ser reunido con sus padres (Hch.13:36).

  1. Jesús el Maestro (13:1-20).

Uno de los pilares de la enseñanza de Jesús es este: el que quiera ser el mayor entre vosotros sea como el que sirve a todos. En una sociedad como la nuestra, donde la competitividad ha sido elevada al rango de máxima realización personal, este mensaje no encuentra cabida y es desechado o manipulado debidamente para que sirva a nuestros propios intereses. El espíritu de servicio a los demás se camufla tras un interés comercial; conseguir ser el primero; ocupar los primeros puestos, y todo ello sin escatimar en zancadillas, rodillazos y argucias sin escrúpulos; abandonando los valores tradicionales de la honestidad y el respeto mutuo, por aquellos que han sido implantados por la corriente de este mundo.

Jesús tomó una toalla, se la ciñó, puso agua en una palangana y comenzó a lavar los pies de sus discípulos. Mostró el ejemplo de un verdadero Maestro. Había dicho que él no vino para ser servido, sino para servir, y dar su vida, entregarla en sacrificio por la humanidad. Entonces les dijo:

¿Sabéis lo que he hecho? Vosotros me llamáis Maestro y Señor; y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros. Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis (Jn.13:12-15).

Esa costumbre de lavar los pies a los huéspedes, habitual en el Oriente Medio de la época, era un trabajo reservado para los esclavos. Jesús se hizo siervo, se humilló a sí mismo, dejándonos ejemplo para que sigamos sus pisadas.

  1. Jesús y la Promesa del Padre

Uno de los discursos más largos que el Señor hizo a los suyos fue poco antes de ser entregado. En él les habló de una diversidad de temas, pero hubo uno que predominó ampliamente: el anuncio de que enviaría el Consolador y Ayudador, el Espíritu Santo, la promesa del Padre, para que estuviese con ellos para siempre. Lo tenemos recogido en los capítulos del 13 al 16 de este evangelio. Veamos algunos detalles que anunció el Maestro sobre la venida del Espíritu Santo a los discípulos.

  • Estará con vosotros para siempre (14:16).
  • Os enseñará todas las cosas (14:26).
  • Os recordará todo lo que yo os he dicho (14:26).
  • Dará testimonio junto con ellos de Jesús (15:26,27).
  • Convencerá al mundo de pecado, justicia y juicio (16:8).
  • Los guiará a toda verdad (16:13).
  • Les hará saber las cosas que habrán de venir (16:13)
  • Glorificará a Jesús sobre todas las cosas (16:14)
  • Tomará de Jesús y lo hará a saber a los suyos (16:14,15)
  1. La oración sacerdotal (17:1-26).

Y acabado el discurso, levantó los ojos al cielo orando por ellos ante el Padre que se los había dado (1). Era consciente de que la hora había llegado. Su tiempo había concluido. La obra que el Padre le dio para hacer estaba acabada, y quería recuperar la gloria que tuvo junto al Padre antes que el mundo fuese. Regresaría para sentarse a su diestra después de cumplir fielmente con la obra encomendada. Regresaba al Padre pero dejaba a los suyos en la tierra para que continuaran la obra iniciada, por ello levantó su voz en oración diciendo: Padre:

Guárdalos en tu nombre (17:11,12).

Que tengan mi gozo en ellos  (17:13).

Guárdalos del mal (17:15).

Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad (17:17).

Que sean uno… que también sean uno en nosotros (17:22).

Que sean perfectos en unidad (17:23).

Quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado… (17:24).

Esta oración no la hizo solamente por los doce discípulos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos (17:20). En ese grupo estamos incluidos nosotros también, aquellos que hemos recibido su palabra, y creído que Jesús es el Mesías de Israel, siendo guiados por el Espíritu Santo de la promesa.

Luego el Hijo de Dios fue entregado a la muerte; resucitó al tercer día, y apareció de nuevo a los suyos con el siguiente mensaje: Paz  a  vosotros.  Como  me  envió el Padre, así también yo os envío… (20:21).

Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre (20:30,31).

EFESIOS (6) - el misterio del evangelioPREGUNTAS Y REPASO

1.-   ¿Cuál es el propósito de este evangelio?

2.-   ¿Cómo es presentado Jesús en este libro?

3.-   Lee Jn.5:17,18;  10:33-36 y 19:7 y anota qué entendían los judíos por el término Hijo de Dios?

4.-   Lee Jn.1:1-18 y anota algunas características que se mencionan de Jesús.

5.-  Cómo relacionarías Ex.3:13-15,17 con el evangelio de Juan.

6.-   Que enseñanza fundamental trata Jesús con Nicodemo en el capítulo tres.

7.-   Que le enseña Jesús a la mujer samaritana.

8.-  Que fue lo que hizo posible que Pedro y los demás apóstoles siguieran a Jesús, al contrario de otros muchos que le abandonaron. Leer 6:60-71.

9.-  Anota algunas cosas en las que nos ayuda el Espíritu Santo.

10.- Lee la oración sacerdotal de Jesús en Jn.17:1-26, y apunta algunas de las cosas que pide al Padre por nosotros

10 – ORANDO CON EL SALMISTA

Orando con el salmista - PortadaEn mi angustia invoqué al Señor, y clamé a mi Dios, desde su templo oyó mi voz, y mi clamor delante de Él llegó a sus oídos… me sacó de las muchas aguas… me sacó a un lugar espacioso… alumbra mis tinieblas… ensancha mis pasos debajo de mí, y mis pies no han resbalado (Salmos 18:6, 16, 19, 28,36).

Tenemos aquí cómo reacciona un hijo de Dios al estado de angustia que le invade. No es falta de fe reconocer tiempos de extrema necesidad. El hombre de fe pone su mirada, no en las circunstancias, sino en el Dios que está sentado en el trono. El justo, que vive por fe, sabe que Dios es galardonador de los que le buscan. El hombre de fe puede vivir angustiado muchas veces, pero sabe dónde acudir para salir de las tinieblas, hallar lugar espacioso y que su vida sea ensanchada. Ese lugar es el trono de la gracia, desde donde Dios oye su clamor y responde a su necesidad.

Padre celestial, ensancha a Israel en su tierra, tu promesa es eterna; y enséñanos en nuestro país a entrar hasta tu trono en el Nombre de Jesús.

7 – ORANDO CON EL SALMISTA

Orando con el salmista - PortadaLas naciones se han hundido en el foso que hicieron… todas las naciones que se olvidan de Dios… sean juzgadas las naciones delante de ti… aprendan las naciones que no son sino hombres (Salmos 9:15, 17, 19,20).

Las naciones se hunden porque ignoran a Dios y sus palabras, por tanto, son juzgadas para que aprendan que no son dioses, sino solamente hombres. El salmista nos recuerda cuatro verbos que todo gobernante debería aprender a conjugar debidamente: hundir, olvidar, juzgar y aprender. Si comenzamos por el último y los conjugamos bien, podríamos decir lo siguiente: aprender que hay juicio para nuestras acciones, nos ayudará a no olvidar que podemos caer hundidos en el foso. Muchas de las crisis que nosotros mismos fabricamos suelen ser consecuencia de ignorar el temor de Dios, principio de la sabiduría.

Padre, bendecimos a Israel como nación, la restauración en su tierra y a su Dios, y que en ella la nuestra alcance tu beneplácito, en el nombre de Jesús.

3 – ORANDO CON EL SALMISTA

Orando con el salmista - Portada… Porque solo tú, Señor, me haces habitar seguro (Salmos 4:8).

Una declaración muy osada viviendo en un mundo tan incierto. Otra versión dice: porque solo tú, Señor, me haces vivir confiado. Esta osadía no procede de la confianza en uno mismo, tan de moda en nuestra generación, sino de ponerla en aquel que vive en la altura y la eternidad, que es Inmutable, el Eterno, que no está sujeto a cambios caprichosos de ánimo, ni se mueve por intereses mezquinos, sino por amor. Solo tú. No hay ninguna otra persona, ídolo o circunstancia que pueda asegurarnos la certeza de vivir confiados, solo Dios. Esta seguridad está anclada en la piedra angular del nuevo edificio que ha levantado Jesús. Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna (1 Juan 5:13). En Jesús hay seguridad, palabras de vida eterna, por tanto, podemos vivir confiados.

Padre celestial, gracias porque solo tú puedes hacer vivir seguro a Israel, a nuestra nación,  nuestras familias y a cada uno de nosotros. Amén.

PANORÁMICA del Nuevo Testamento – LUCAS

Anunciaron la palabra

Evangelio de LUCAS

HISTORIA DEL LIBRO

El evangelio de Lucas presenta a Jesús como el Hijo del Hombre. Enfoca la humanidad del Señor y va dirigido especialmente a los griegos, amantes de la belleza, la poesía y la cultura.

Autor. Su nombre aparece solamente en tres ocasiones en el Nuevo Testamento (Col.4:14) (Flm.24) (2 Ti.4:11); sin embargo, lo encontramos también bajo el pronombre personal «nosotros» en varios pasajes de los Hechos (16:10,11,16; 20:5,6,7,13-14; 21:1). Era médico, y según se cree griego, por lo que es el único escritor nuevo testamentario que no es judío. Fue uno de los colaboradores de Pablo. También es el autor del libro de Hechos. Lucas nos ofrece muchos aspectos de la infancia de Jesús que los demás evangelistas han omitido. Vemos también cómo el Dios de gloria se acomoda a nuestro nivel, aceptando nuestra condición, y sujetándose a nuestras circunstancias humanas. Pero también vemos claramente una diferencia evidente entre el Hijo del Hombre y los hijos de los hombres; el Hijo de Dios y los hijos de Dios. La diferencia esencial fue anunciada por el ángel a María: El Santo ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios  (Lc.1:35). Jesús fue santo desde su encarnación; nosotros arrastramos la naturaleza pecaminosa de Adán. (Heb. 4:15). El escrito de Lucas menciona algunos temas más ampliamente que otros evangelios. Estos son algunos.

  • La oración (1:13; 2:37; 3:21; 5:33; 6:12,28; 9:29; 18:1,11; 22:44).
  • El Espíritu Santo (1:15,35,41,67; 2:25-27;  3:16,22;  4:,14,18; 11:13; 12:10-12; 24:49).
  • Perdón de pecados (1:77; 3:3;  6:37;  7:42;  7:47;  12:10;  17:3;  23:34; 24:47).
  • El papel de la mujer (Elisabeth, María) (Ana 2:36-38) (Viuda de Naín 7:11-17) (Mujer pecadora 7:37-50) (8:1-3) (8:41,42) (10:38-42) (11:27,28) (23:27).

También en este evangelio aparecen algunos episodios de la vida de Jesús y otros sucesos que no se mencionan en los demás evangelios. Veámoslos.

  • Anuncio del nacimiento de Juan el Bautista.
  • Anuncio del nacimiento de Jesús.
  • María visita a Elisabeth.
  • El encuentro de ángeles y pastores.
  • La visita de los pastores.
  • La presentación en el templo.
  • La vida de Jesús a los doce años.
  • Historia del buen samaritano.
  • El juez injusto y la viuda.
  • El fariseo y el publicano.
  • El hijo pródigo.
  • Curación de la oreja de Malco.
  • Zaqueo.
  • El ladrón en la cruz.
  • Jesús contempla y llora por la ciudad de Jerusalén.
  • El sudor como gotas de sangre.
  • El viaje a Emaús.

Como hemos visto, es Lucas el único que menciona algunos sucesos de la niñez de Jesús. Siendo hombre, trabajó con sus manos, lloró por la ciudad, oraba puesto de rodillas, y conocía la agonía del sufrimiento. Hay en todo ello un aire marcadamente humano.

ENSEÑANZAS Y TEMAS

Jesús comenzó su ministerio público a la edad de treinta años, y lo hizo como el Ungido del Señor para llevar a cabo la obra de redención.  Precisamente en su tierra, donde se había criado, Nazaret, entró en la sinagoga un día de reposo atribuyéndose a sí mismo la profecía de Isaías, que dice: El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para:

Dar buenas nuevas a los pobres,

sanar a los quebrantados de corazón,

pregonar libertad a los cautivos,

dar vista a los ciegos,

poner en libertad a los oprimidos,

predicar el año agradable del Señor  (Lc.4:18,19).

A partir de este momento nos encontramos con el cumplimiento de la obra de Jesús como el Hijo del Hombre. Veamos un resumen de los acontecimientos de la vida del Mesías tal y como aparecen progresivamente en este evangelio.

  1. El ministerio de Jesús en Galilea (4:14-9:50).
  • Ministerio en Nazaret, donde se había criado (4:16-30).
  • Predicación en Capernaún (4:31-44).
  • Llamado de Pedro, Jacobo y Juan (5:1-11).
  • Llamado de Mateo (5:27-39).
  • Los fariseos (6:1-11).
  • Elección de los doce apóstoles (6:12-16).
  • Enseñanza para los apóstoles (6:17-49).
  • Milagros (7:1-17).
  • Discursos del Maestro (7:18-50).
  • Parábolas (8:4-18).
  • Parientes verdaderos (8:19-21).
  • Apaciguamiento del mar (8:22-25).
  • Liberación del endemoniado gadareno (8:26-39).
  • Resurrección de la hija de Jairo (8:49-56).
  • Comisión de los doce (9:1-10).
  • Alimentación de los cinco mil (9:18-21).
  • La transfiguración (9:27-36).
  • Curación de un lunático (9:37-43).
  1. Su ministerio en Judea (9:51-19:27).
  • Comisión de los setenta (10:1-24).
  • La pregunta del intérprete de la Ley (10:25-37).
  • Las amigas de Jesús, Marta y María (10:38-42).
  • Los discípulos aprenden a orar (11:1-13).
  • Buscando señales (11:14-36).
  • Denuncia de los fariseos (12:1-12).
  • El pecado de codicia (12:13-59)
  • Arrepentimiento (13:1-9).
  • El reino de los cielos (13:18-30).
  • Jesús habla sobre la hospitalidad (14:1-24).
  • El seguimiento al discipulado (14:25-35).
  • Jesús y los perdidos: la oveja, la moneda y el hijo pródigo (15:1-32).
  • El mayordomo injusto (16:1-30).
  • Camino de Jerusalén (16:31-19:27).
  1. El ministerio del Señor en Jerusalén (19:38-24:53).
  • Entrada triunfal en Jerusalén (19:28-38).
  • Los gobernantes cuestionan la autoridad de Jesús (20:1-21:4).
  • Señales del fin y su retorno (21:5-38).
  • La última Pascua del Maestro (22:1-38).
  • Jesús traicionado (22:39-53).
  • Juzgado ante el sumo sacerdote (22:54-71).
  • Juzgado ante Pilato (23:1-26).
  • La crucifixión (23:27-49.
  • La sepultura (23:50-56).
  • La resurrección (24:1-48).
  • La ascensión (24:49-53).
  1. Un hecho trascendental

En el capítulo 9 y versículo 51 nos encontramos con uno de los momentos más trascendentales de la vida de Jesús. Llegó el tiempo de ser recibido arriba, pero antes le era necesario pasar por Jerusalén. El Señor tomó una decisión firme y trascendente para el bien de toda la humanidad y los siglos venideros. Aunque sabía lo que le esperaba en Jerusalén (Mr.10:32-34), Cuando se cumplió el tiempo en que él había de ser recibido arriba, afirmó su rostro («con determinación» LBLA) para ir a Jerusalén. En la ciudad de David le esperaba el ser escarnecido, azotado, escupido, ser muerto y resucitar al tercer día.

En todo este proceso podemos ver el camino a la exaltación mediante la cruz y la humillación (Fil.2:5-11) (1 P.5:6). La vida de los discípulos del Maestro es también una decisión firme y determinante de tomar la cruz e ir en pos de su Señor para llegar finalmente a la exaltación y la gloria eterna (Lc. 14:25-33).

Cada ser humano tiene hoy la posibilidad de tomar una decisión firme y trascendente en favor de Cristo, creyendo en él y aceptando la muerte al pecado para vivir en novedad de vida bajo su señorío (Ro.6:2-6,11-13,15-23) (Gá.2:20) (Jn.12:24-26); amando más la gloria de Dios que la gloria de los hombres (Jn.12:42,43).

Por otro lado, vemos también en Lucas 9:51 una expresión que se repite a menudo en la Biblia, y que revela con claridad que Dios actúa a su debido tiempo llevando a cabo sus planes y propósitos: «Cuando se cumplió el tiempo….» Veamos algunos ejemplos de ámbito universal y personal.

De alcance universal

Cuando llegó el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo… para que redimiese… (Gá.4:4,5).

Cuando llegó el día de Pentecostés… (Hch.2:1).

Hay un tiempo señalado para la aparición del Señor Jesucristo por segunda vez, aunque nadie sabe ni el día ni la hora (1 Ts.5:1; 2 Ts.2:6).

A su debido tiempo manifestó su palabra… (Tít. 1:3), misterio que había estado oculto, pero que ahora ha sido revelado (Col.1:25-27) (Ro.16:25,26).

Ya es el último tiempo… han surgido muchos anticristos, por eso conocéis que es el último tiempo (1 Jn.2:18).

De alcance particular y personal

Conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño… de desechar las tinieblas  y vestir las armas de la luz (Ro.13:11 ss.).

He aquí ahora el tiempo aceptable; el día de salvación (2 Co.6:2).

Porque a su tiempo segaremos si no desmayamos (Gá.6:7-10).

Para que Él os exalte cuando fuere tiempo (1 Pedro 5:6).

Dará su fruto en su tiempo (Sal.1:3).

En tu mano están mis tiempos (Sal.31:15).

Bendeciré al Señor en todo tiempo (Sal.34:1).

Y la palabra a su tiempo, ¡cuán buena es! (Pr.15:23).

Todo tiene su tiempo y… su hora (Ecl.3:1; 8:6).

  1. Acerca de la intercesión

Nos encontramos en Lc.22:31-34 un pasaje único en los evangelios acerca del ministerio de Jesús como intercesor y ayudador de nuestras debilidades.  «Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte…» En otros pasajes de la Escritura se expresa esta misma verdad. Jesús intercede por nosotros (Ro.8:34), es nuestro intercesor (Heb. 7:25).  Es poderoso para socorrer a los que somos tentados, puesto que él mismo fue tentado en todo, —como nosotros—, pero sin pecado (Heb.2:18 y 4:15). Es nuestro Abogado ante el Padre (1 Jn.2:1).

Finalmente nos encontramos en el último capítulo con otro episodio único en los evangelios. Jesús, ya resucitado, acompaña a dos de sus discípulos en su camino a la aldea de Emaús. Les expuso las Escrituras sobre lo que había acontecido en Jerusalén, abriéndoles el entendimiento para que las comprendiesen (Lc.24:25-32). Ellos, llenos de gozo, se decían el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras? (24:32). Entonces volvieron a Jerusalén y hallando a los once les dijeron «cómo le habían reconocido al partir el pan» (24:35). Y así se quedaron en la ciudad de Jerusalén esperando la promesa del Padre para predicar en el nombre de Jesús el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones (Lc.24:46-47).

EFESIOS (6) - el misterio del evangelioPREGUNTAS Y REPASO

1.-  Anota lo que sepas del autor de este evangelio.

2.-  Cómo enfoca Lucas a Jesús en su evangelio, y hacia quién se dirigió en primer lugar.

3.-  Anota cinco sucesos con su cita que sólo aparecen en Lucas.

4.-  Según este evangelio ¿En qué ciudad empezó el Señor su ministerio público?

5.-  ¿Dónde está escrito: Cuando se cumplió el tiempo… afirmó su rostro para ir a Jerusalén?.

6.-  Como podemos relacionar estos dos textos: (Lc.9:51)  con  (Mr.10:32-24).

7.- El Nuevo Testamento presenta a Jesús en varios pasajes como intercesor y ayudador de nuestras debilidades, anota algunos de ellos.

8.-  Haz una paráfrasis, con tus propias palabras, del pasaje  (Lc.24:49).

PANORÁMICA del Nuevo Testamento – MARCOS

Anunciaron la palabraEvangelio de MARCOS

 

HISTORIA DEL LIBRO

El evangelio de Marcos presenta a Jesús como el siervo de Dios.  El versículo clave se encuentra en 10:45 «Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por nosotros».

La mayoría de expositores bíblicos consideran que el evangelio de Marcos fue dirigido especialmente a un público romano, por lo que se enfatiza lo que Jesús hizo, sus milagros, su poder. Se relatan con todo detalle unos 20 milagros del Señor. Los romanos eran hombres de acción y poder, les interesaba lo sobrenatural, por ello Marcos muestra la vida sobrenatural de Jesús; sus hechos poderosos más que sus dichos. Se omite el Sermón del Monte y muchas de las parábolas. Este evangelio es el más pequeño en extensión y comienza con el inicio del ministerio de Jesús.  No se menciona el nacimiento y la infancia del Mesías. Jesús está en continuo movimiento, llevando a cabo la tarea del siervo.

Su autor: Juan Marcos era hijo de cierta mujer llamada María cuyo hogar estaba en Jerusalén donde se reunían los discípulos para orar. (Hch.12:12).  Era sobrino de Bernabé, compañero de Pablo (Col.4:10).  Se ha dicho que podía ser el joven que «huyó desnudo» la noche de la detención del Señor  (Mr.14:51-52).

El lenguaje de 1 Pedro 5:13 (Marcos mi hijo, os saludan) seguramente pueda significar que se convirtió a través del ministerio del apóstol Pedro, de ahí que le llame hijo. Fue con Pablo y Bernabé en su primer viaje misionero, pero pronto volvió a Jerusalén (Hch.13:13); seguramente por no resistir las dificultades del trabajo. Más tarde quiso volver con ellos pero Pablo no le dejó, esto fue motivo de discusión y separación entre Pablo y Bernabé. (Hch.15:36-41). Más adelante aparece como colaborador suyo en Roma. (Col.4:10) (Flm.24). Cuando el apóstol de los gentiles estaba cerca del martirio pidió a Timoteo que trajera a Marcos donde él estaba porque le era útil para el ministerio. (2 Ti.4:11). Podemos ver el desarrollo de la vida de Marcos como un ejemplo de muchos siervos de Dios a través de los siglos. La tradición primitiva afirma que el autor del segundo evangelio era compañero principalmente de Pedro, y que escribió la historia tal como la oyó predicar al apóstol (1 P.5:13).

ENSEÑANZAS Y TEMAS 

Aunque la narración de este evangelio comienza con Jesús ya en edad madura, y en el inicio de su ministerio, sin embargo, pensemos en la preparación anterior y el fundamento en la vida de Jesús preliminar al comienzo de su gran tarea. Jesús creció estando sujeto a sus padres, trabajando de carpintero, y sin duda, aprendiendo las Sagradas Escrituras.

La preparación es importantísima y de ello nos da prueba la palabra de Dios. Pensemos en los años de preparación en la vida de José, hijo de Jacob y las calamidades que pasó. En los cuarenta años en el desierto que anduvo Moisés. En Josué y su juventud al lado de Moisés. También en el ejemplo de Samuel creciendo al lado de Elí y sus hijos, con un modelo de comportamiento muy negativo. Y en los años en que David fue perseguido por Saúl hasta llegar al trono de Israel. Más adelante vemos también en el N.T. a los doce apóstoles y el desarrollo ascendente en el proceso de su carácter y ministerios (ejemplos de Pedro, Juan y otros que se narran en las Escrituras). Por último nos encontramos con Pablo y su preparación en el desierto de Arabia que duró entre 10 a 14 años, antes de comenzar sus viajes misioneros y la gran labor para la cuál había sido llamado y apartado por el Señor (Gá.1:11-2:10).

Volviendo a la preparación de Jesús notemos el proceso que vivió antes de comenzar la predicación del reino de Dios según este evangelio y que encontramos en el primer capítulo:

  • Preparación por medio de Juan Bautista, el precursor  (1:1-8).
  • Preparación por medio del bautismo  (1:9-11).
  • Preparación mediante el recibimiento del Espíritu Santo  (1:10-11).
  • Preparación mediante el llamado divino (1:11). Una voz del cielo.
  • Preparación mediante la prueba  (1:12,13).

Si excluimos el primer punto, todos los demás son, o han de ser, similares al llamado de los siervos de Dios hoy en día. Jesús es el ejemplo para nosotros en todo (1 P.1:21)  (Jn.13:15).

Como ya hemos dicho, en este evangelio vemos a Jesús en continuo movimiento. Tenía que enseñar, pues los hombres vivían en tinieblas; tenía que dar ánimo, puesto que los hombres vivían sin esperanza; era necesario sanar, pues los hombres se encontraban enfermos y sufrían; debía liberar a los oprimidos, puesto que los hombres eran pecadores. Así nos encontramos una y otra vez al siervo de YHVH llevando a cabo su tarea. Al iniciarla lo hizo con estas palabras: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio (1:15).

Notemos algunas otras facetas en las que encontramos al Siervo de Dios.

  1. El Siervo en oración (Mr.1:35)

El Señor vivía una intensa vida de oración ante el Padre recibiendo fuerzas y dirección para llevar a cabo su obra. A menudo le vemos en las Escrituras saliendo temprano a un lugar desierto para orar. (Mr.1:35) (Mt.14:23) (Lc.4:42). Tenemos aquí otro principio fundamental para nuestras vidas observando al Maestro en su vida de oración.

  1. El Siervo llama a otros al ministerio (Mr.3:13-19).

Jesús escogió a otros hombres para que siguieran su obra de servicio a las naciones. Veamos en este pasaje el orden que sigue:

Llamó a los que él quiso….  El llamamiento de Dios procede de su soberanía escogiendo a los que Él quiere según su voluntad. El llamamiento tiene su origen en Dios y no en los hombres  (1 Co.1:1) (2 Co.1:1) (Gá.1:1) (Ef.1:1)  (Col.1:1) (1 Ti.1:1).

Para que estuvieran con él. Todo servicio a Dios tiene su base en la comunión con el Señor. De nuestra intimidad con él recibimos todo lo que necesitamos para el servicio a los demás. Separados de él, nada podemos hacer (Jn.15:4,5).

Para enviarles a predicar. La misión del siervo de Dios es llevar las buenas noticias del evangelio a todo el mundo.

Que tuviesen autoridad. Jesús imparte su autoridad para llevar a cabo la obra de Dios venciendo las huestes del enemigo (Mt.28:18-20) (Ef.1:19-23).

  1. El siervo y los principios de la fe (Mr.11:14,20-26).

Jesús habla aquí a una higuera, ejerciendo su autoridad sobre la naturaleza, y enseña a los discípulos uno de los principios más relevantes de la fe: la confesión de la palabra hablada con autoridad. Vimos en el evangelio de Mateo la importancia y trascendencia de la confesión (Mt.16:13 ss.). Está escrito: creí, por tanto, hable… (Sal.116.10 con 2 Co.4:13). Con el corazón se cree para justicia, y con la boca se confiesa para salvación (Rom.10:8-10). A pesar de algunos excesos desafortunados en esta cuestión, no podemos negar la importancia que tiene la invocación de nuestra fe en el nombre de Jesús, es la confesión para salvación. La fe de Dios habla conforme a su voluntad. Muy temprano en la historia de la humanidad los hombres comenzaron a invocar el nombre del Señor (Gn.4:26).

  1. El Siervo rechazado (Mr.8:31 ss.; 9:30-32; 10:32-34).

Aunque vino para servir y dar su vida por los demás, sin embargo, le rechazaron, escarnecieron, azotaron, escupieron y le mataron, como estaba escrito y era necesario; sin embargo…

  1. El Siervo exaltado.

… Al tercer día resucitó. El Siervo que fue rechazado venció la muerte, y ha sido exaltado hasta lo sumo, ahora está a la diestra de Dios (Mr.16:16)  (Fil.2:7-11). Para nosotros es el mismo principio. La exaltación viene por el camino de la cruz y la humillación (Lc.14:11; 18:14) (Stg.4:10) (1 P.5:6). El Siervo lleva a cabo su obra a través de los discípulos que son enviados a predicar el evangelio a toda persona, acompañados por las obras que les siguen  (Mr.16:16,18); y por el Señor mismo, que los ayuda estando con ellos todos los días hasta el fin del mundo (Mt.28:20). Habiendo sido redimidos, sigamos nuestro modelo y Maestro saliendo a servir en su nombre.

Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano  (1 Co.15:58).

EFESIOS (6) - el misterio del evangelioPREGUNTAS Y REPASO

1.-  ¿Cómo nos presenta Marcos a Jesús en su evangelio?

2.-  ¿En qué tipo de personas pensaba Marcos, especialmente, al escribir su libro? ¿Por qué?

3.-   Anota algunos datos acerca del autor de este libro.

4.-  Haz una relación de la preparación que hizo el Señor antes de comenzar su ministerio público.

5.-  Anota algunos ejemplos del Siervo y Maestro mencionados en la enseñanza de Marcos.

6.-  Haz una relación con las verdades que aparecen en el pasaje de Mr.3:13-15.

7.-  ¿Qué principio importante acerca de la fe encuentras en Mr.11:22-24?

8.- En que pasaje de la epístola a los Filipenses se hace mención de la humillación y exaltación de Jesús.

9.- Lee el texto de Mr.16:11-18 y anota el número de veces que aparece el verbo creer. ¿Por qué crees que se menciona tantas veces en un párrafo tan corto?

PANORÁMICA del Nuevo Testamento – MATEO

Anunciaron la palabraEvangelio de MATEO

 

HISTORIA DEL LIBRO

El libro de Mateo es uno de los tres evangelios denominados sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas), que narran la vida de Jesús y sus hechos. Se dirige principalmente al pueblo judío, de ahí que se repita una y otra vez: Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta…, haciendo referencia a las Escrituras del Antiguo Testamento. Jesús aparece como el Mesías Salvador por medio del cual Dios cumplió las promesas hechas a su pueblo.

El autor: Aunque no se menciona en el libro, sin embargo, desde los primeros padres de la iglesia y en adelante ha sido aceptado como obra del apóstol Mateo (o Leví). Se menciona en las cuatro listas de los doce. La otra ocasión en la que se habla de él es en relación a su llamamiento.  (Mt.9:9-13) (Mr.2:14-17) (Lc.5:27-32).

ENSEÑANZAS Y TEMAS DEL LIBRO

Lo primero que resalta en este evangelio es el reino de Dios. Se repite una y otra vez; hay hasta 54 referencias al reino. Jesús aparece como el rey que ha llegado para establecer su reino. De acuerdo con este hecho haremos el siguiente bosquejo.

  1. La genealogía del rey (Mateo 1:1-17)

La genealogía de Mateo hace énfasis en los ascendientes de Jesús: David y Abraham (Mt.1:1). Jesucristo hijo de David, hijo de Abraham. Esta afirmación vincula a Cristo con dos de los grandes pactos que Dios hizo en la antigüedad, primeramente con Abraham y después con David. El pacto con el hijo de Isaí consistía en la promesa de un Rey que se sentaría en el trono de su reino para siempre (2 Samuel 7:8-13). El realizado con Abraham promete la bendición de Dios sobre todas las familias y naciones de la tierra mediante su simiente: el Mesías de Israel (Gn.12:3) con (Gá.3:8,16).

  1. La llegada del rey (Mateo 1:1-2:23)

Los profetas habían hablado de su venida (Is.7:14) (Is.9:6) (Miq.5:2). Los magos preguntaron por el rey de los judíos, que ha nacido  (Mt.2:2).

  1. Proclamación del Reino

También los profetas del A.T. predijeron que habría una voz que proclamaría la llegada del rey y el reino de Dios en alusión a Juan el Bautista (Is.40:3)  (Mal.3:1) con (Mt.3:1-3). Una vez anunciada la venida del Mesías-rey, Jesús abandonó su vida privada y personal para iniciar su ministerio público manifestándose a Israel, comenzando con el bautismo y el recibimiento del Espíritu Santo; luego vino la tentación y la victoria por la palabra escrita (Mt.3:14-4:25).

  1. Las leyes del Reino (Mateo 5, 6 y 7)

Todos los reinos han de tener sus leyes y normas para que por ellas se rijan en él. El reino de los cielos no es ninguna excepción. En los capítulos 5,6 y 7 del evangelio de Mateo Jesús expone las leyes del reino, mejor conocidas como el Sermón del Monte. El Maestro no vino a abrogar la ley dada a Moisés, sino a cumplirla, por ello se repite hasta en catorce ocasiones: Pero yo os digo (5:22).

Cuando terminó de dar las instrucciones del reino, la gente se admiraba de su doctrina, porque les enseñaba como quién tiene autoridad, y no como los escribas (Mt.7:28,29). No cabe duda que si el mundo hiciera suyos los principios del Sermón del Monte la vida sería muy distinta. Si logramos que estos principios influyan en nuestras vidas todas nuestras relaciones personales se verán afectadas, nuestras heridas sociales sanarán, las disputas entre naciones se resolverían, y aún los problemas en el ámbito mundial encontrarían solución. Notemos una de las reglas esenciales del reino de Dios: Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas  (Mt.7:12).

  1. El poder del Rey (Mateo 8 y 9)

En estos capítulos se mencionan varios de los hechos milagrosos de Jesús.

  • Sana a un leproso (8:1-4).
  • Sana al siervo del centurión (8:5-13).
  • Sana a la suegra de Pedro (8:14-17).
  • Calma la tempestad (8:23-27).
  • Libera a los endemoniados (8:28-34).
  • Sana a un paralítico (9:1-8).
  • Transforma la vida de un hombre (9:9-13).
  • Sana a la mujer con flujo de sangre (9:18-26).
  • Resucita a la hija de Jairo (9:18-26)
  • Sana a dos ciegos (9:27-31).
  • Libera a un mudo endemoniado (9:32-34).
  1. Los hijos del reino (Mateo 10:1-11:1).

Todo reino tiene sus propios súbditos. Jesús buscó a hombres que le siguieran para prepararlos y enviarlos para continuar la obra de extender el reino de Dios. En el capítulo diez y hasta el principio del once el Señor escoge a sus discípulos dándoles las instrucciones concretas para su misión.

  1. El Rey explica lo que es el reino de los Cielos. (Mateo 13:1-52).

La expresión reino de los cielos se encuentra unas 35 veces en Mateo y no aparece en ninguno de los otros tres evangelios. Mediante parábolas, el Maestro da a conocer los misterios del reino y a que es semejante. En el capítulo 13 vemos distintas parábolas para explicar el reino de los cielos.

  • Con el sembrador que sale a sembrar.
  • Con la mezcla del trigo y la cizaña.
  • Con una semilla de mostaza.
  • Con la levadura en la masa.
  • Con un tesoro escondido.
  • Con la perla de gran precio.
  • Con la red barredera.
  1. El rechazo del Rey.

A pesar de las pruebas mostradas por Jesús mediante el cumplimiento de las profecías y la manifestación de su poder, muchos le rechazaron, entre ellos los gobernantes y autoridades religiosas de su tiempo. Israel como nación no reconoció a su Mesías, aunque los primeros seguidores de Jesús fueron todos judíos. El Señor sabía desde el principio que le era necesario ser entregado como cordero al matadero; lo anunció a sus discípulos aunque ellos no lo entendieron así y quisieron impedirlo (caso de Pedro). No podían comprender que él resucitaría de los muertos y las glorias que vendrían después. (1 P.1:10-12). Leamos los siguientes versículos donde Jesús anunció su muerte y resurrección (Mt.16:21-28) (Mt.17:22,23) (Mt.20:17-19) (Hechos 13:27).

  1. El futuro del Reino.

Después de entrar en Jerusalén y ser aclamado por las multitudes como rey, aunque su reino no era semejante a los reinos del mundo, Jesús iba a marchar lejos para luego regresar y establecer su reino mesiánico. Previno a sus discípulos para que estuvieran preparados para ese día; lo hizo mediante la parábola del siervo fiel (Mt.24:44-51); las diez vírgenes (Mt.25:1-13); y la parábola de los talentos  (Mt.25:14-30).

  1. Muerte y resurrección del rey.

Así llegamos al momento culminante de la vida del rey: su muerte y resurrección. Los judíos, especialmente las autoridades, no le reconocieron como Mesías-rey, y por ello le entregaron a la muerte en medio de un espectáculo hacia su pretendido reinado.

  • Le vistieron de escarlata  (27:28).
  • Le pusieron una corona de espinas  (27:29).
  • Le pusieron un cetro  (27:29).
  • Le pusieron un título sobre la cruz  (27:37).

Pero al tercer día resucitó. La muerte no podía retenerle (Hch.2:24) demostrando así su poder sobrenatural (Hch.2:30-36). Después se apareció durante cuarenta días a sus discípulos para darles la misión de llevar las buenas nuevas de salvación a todo el mundo, extendiendo su reino a todas las naciones. Los discípulos salieron desde Jerusalén llenos del Espíritu Santo y la autoridad delegada del Maestro proclamando el reino a todas las naciones.

En la breve síntesis que hemos hecho del evangelio de Mateo podemos ver un resumen bosquejado de su contenido aunque hay muchas otras enseñanzas en él de las que podemos resaltar las siguientes.

  1. La confesión de Pedro y sus interpretaciones (Mateo 16:13-20).

En primer lugar, la pregunta que hace Jesús y su respuesta fue trascendental para Pedro y lo es también para nosotros mismos hoy en día. Al apóstol le fue revelada por Dios la identidad de Jesús: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.  La misma revelación es para nosotros hoy cuando damos un paso de fe a favor de Jesús. Pedro ya lo había dado. (Gá.1:15,16) (Ro.16:25,26)  (Col.1:24-27) (1 Co.2:6-16). Ahora bien, fijémonos en lo que Pedro dijo:

  • Tú eres el Cristo  (El Mesías) – (1Jn.5:1).
  • Tú eres el Hijo de Dios – (1Jn.4:15).

La Biblia muestra que es por la confesión que hacemos de quien es Jesús que somos de Dios. (Ro.10:9,10) (1 Co.12:3). «Sobre esta roca». Se trata de la confesión por revelación de quién es Jesús. Es sobre esa confesión revelada sobre la cual el Señor edifica su iglesia: «Bienaventurado eres Simón… porque no te reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos».

La Escritura revela con claridad que la intención de Jesús en este pasaje no era establecer el papado tal como se ha entendido a través de los siglos, ni que Pedro lo concibiera así, puesto que él mismo dice en su primera carta capítulo 2 y versículo 4 al 8: Acercándoos a Él (Jesús), piedra viva. Por otro lado, en el libro de los Hechos vemos que había tres apóstoles que eran columnas de la iglesia: Pedro, Jacobo y Juan. No había un liderazgo en singular (Gá.2:9). El apóstol Pablo dice en 1 Co.3:11 ss. que no hay otro fundamento que Jesús.  Y en (Ef.2:20), dice: … La principal piedra del ángulo, Jesucristo mismo.

Pedro tuvo que dar explicaciones en el concilio de Jerusalén de lo que había acontecido en casa de Cornelio. Si hubiera gozado de autoridad «papal» se hace impensable pasar por semejante «juicio». Por otro lado, el apóstol Pablo tuvo que reprenderlo públicamente porque se comportó de forma hipócrita cuando después de haber comido con los gentiles en Antioquia se apartaba de ellos al venir algunos judíos de Jerusalén, arrastrando en esa actitud al mismo Bernabé. Pablo no dudó en resistirle cara a cara delante de todos por ese comportamiento, lo cual muestra que Pedro no ostentaba la tiara papal (Gá.2:11-16). El papado, tal como lo conocemos hoy, se impuso progresivamente en un proceso muy posterior a la época apostólica.

En cuanto a «las llaves del reino» que menciona el texto que estamos comentando, podemos entender que Pedro tuvo un ministerio importante y que fue escogido para abrir las puertas del reino de Dios a los judíos, con su predicación en el día de Pentecostés, y también abrió el reino de los cielos a los gentiles en casa de Cornelio; aunque la misión de llevar el evangelio a las naciones le fue encomendada a Pablo principalmente, pero fue Pedro quién predicó por primera vez en ambas ocasiones.

En lo que se refiere a atar y desatar, es un mandato no sólo para Pedro, sino también para todos los discípulos, como lo vemos un poco más adelante (Mt.18:18); y siempre tiene que ver con una autoridad espiritual para actuar en el mundo espiritual.

  1. Reprensión de Jesús a escribas y fariseos (Mt.23:1-36)

Algo que llama la atención en este evangelio es la dureza con la que el Señor trató a los escribas y fariseos de su tiempo. Hay dos aspectos que podemos destacar que desagradan especialmente al Maestro. Una es, decir y no hacer (Mt. 23:3); la otra, anular la Palabra de Dios con la tradición de los hombres. Lo encontramos más ampliamente explicado en Marcos 7:1-23.

EFESIOS (6) - el misterio del evangelioPREGUNTAS Y REPASO DEL EVANGELIO DE MATEO

1.- ¿Para quién escribió Mateo su evangelio en primer lugar?

2.- Hay 19 profecías del Antiguo Testamento que aparecen en Mateo con relación a Jesús; anota dos de ellas.

3.-  ¿Con que título aparece Jesús de manera predominante en este evangelio?

4.-  Anota todo lo que sepas del autor del libro.

5.- ¿Qué dos ascendientes de Jesús representan dos pactos que se cumplen en él?  Mt.1:1.  Explícalos.

6.- En los capítulos 5, 6 y 7 aparecen las reglas y normas del funcionamiento del reino de Dios. Anota cinco de ellas que te llamen la atención.

7.-  Jesús explica en las parábolas (cap.13) a qué se asemeja el reino de Dios.          Escoge una de ellas y explícala con tus propias palabras.

8.-  Explica la importancia que tuvo la confesión de Pedro en Mt.16:13-20  y su repercusión para nosotros hoy.

9.-  Anota los diez puntos que resumen este evangelio con los versículos o capítulos correspondientes de cada uno de ellos.