PANORÁMICA del Nuevo Testamento – Introducción

Anunciaron la palabraIntroducción

Hola a todos de nuevo.

Espero que os encontréis bien, viviendo bajo la sombra de sus alas (Sal.36:7).

Quiero adelantaros que el próximo viernes, día 22 de septiembre, retomaré los envíos periódicos que vengo compartiendo desde hace años con todos vosotros.

En esta nueva etapa he pensado hacer un envío por semana, (los viernes), con uno de los libros del Nuevo Testamento. Lo llamaré PANORÁMICA del Nuevo Testamento, poniendo en vuestras manos los 27 libros que componen la segunda parte de la Biblia.

No pretende ser un estudio exhaustivo, sino panorámico, a vista de pájaro, de los temas principales que aparecen en cada uno de los evangelios y cartas de los apóstoles.

Este estudio lo inicie hace muchos años, he ido haciendo distintas revisiones y ampliaciones a lo largo de todo este tiempo según me han permitido las circunstancias. Tengo preparados y revisados casi la mitad, el resto los iré adaptando y revisando a lo largo de estos meses.

Creo que en los tiempos que vivimos necesitamos recuperar nuevamente todo el consejo de Dios. Toda la Escritura es inspirada y útil, cortante como espada de doble filo, que tiene el poder de penetrar a lo hondo de nuestro ser para sondearlo y reconducirlo a las fuentes de agua viva que siempre emanan del Espíritu de Jesús.

Con este propósito principal comenzaré esta nueva andadura en compañía de todos vosotros. Echaré mi pan sobre las aguas (Ecl. 11:1) confiando que al otro lado habrá hambre y sed de justicia.

Saludos cordiales en el siempre glorioso nombre de Jesús

VIRGILIO ZABALLOS – España

P.D. El primer envío será un artículo preliminar que escribí hace algún tiempo sobre Cómo leer la Biblia.

NOTA INFORMATIVA – Agosto 2023

Hola a todos.

profile_2Quiero anunciaros que haré una parada en los envíos de las MEDITACIONES hasta la segunda quincena del próximo mes de septiembre.

Como sabéis los últimos envíos han sido sobre los temas:

  • La educación de los hijos
  • Consecuencias del auto-engaño
  • El sistema de este mundo

Tengo algunas ideas para las próximas remesas que ya iré anunciando en su momento.

Mientras tanto, agradezco que os mantengáis al otro lado del ordenador recibiendo con perseverancia y verdadera amistad estas reflexiones. Que la gracia del Señor os siga consolidando en vuestro caminar de fe y obediencia.

Un saludo fraternal en el GRAN YO SOY.

Virgilio Zaballos – España

Agosto de 2023

EL SISTEMA DE ESTE MUNDO (8)

Tela de araña - Sistema mundano¿Cómo podremos vencer?

La respuesta aparece en las enseñanzas apostólicas: por el inconformismo. El sistema mundano impone su formato con los valores y principios que se asumen en cada generación como aceptables. Es lo que llamamos «políticamente correcto».

La Escritura enseña que debemos sostener un inconformismo decidido hacia el sistema de este mundo, inconformismo a los deseos carnales, escapar y huir de la corrupción que hay en el mundo, y hacerlo aferrándonos al nombre de Jesús, el autor de nuestra salvación. Veamos.

Inconformismo hacia el mundo. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta (Romanos 12:2).

Inconformismo hacia los deseos carnales. Como hijos obedientes no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia… (1 Pedro 1:14). Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma (1 Pedro 2:11).

Escapando y huyendo. …habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de las concupiscencias. Los que verdaderamente habían huido de los que viven en error… habiéndose ellos escapado de las contaminaciones del mundo, por el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo… (2 Pedro 1:4 y 2:18-20). Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor (2 Timoteo 2:22).

Aferrándonos al Nombre de Jesús. ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? (1 Juan 5:5). Torre fuerte es el nombre del Señor; a él correrá el justo, y será levantado (Proverbios 18:10). Nuestra alma escapó cual ave del lazo de los cazadores; se rompió el lazo, y escapamos nosotros. Nuestro socorro está en el nombre del Señor, que hizo el cielo y la tierra (Salmos 124:7-8).

Como creyentes en Jesús hemos venido a Dios y Él sacia y prospera nuestra alma de la abundancia de su casa (Salmos 36:8 y 65:4). Hemos salido de la casa del diablo y trasladados a la casa −el Reino− de Dios. Como está escrito: El cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo (Colosenses 1:13).

Nuestra victoria está en Jesús, el autor de nuestra fe. El Mesías ha vencido al maligno y sus obras (1 Juan 3:5,8). Separados de él nada podemos hacer (Juan 15:5). El mundo entero está bajo el maligno (1 Juan 5:18) y aún conserva margen de maniobra sobre los hijos de desobediencia y la idolatría de todo tipo, pero la verdad libertadora está en la obra de Jesús. El príncipe de este mundo ya ha sido juzgado y echado fuera (Juan 12:31 y 16:11). La victoria está en el nombre de Jesús, por eso envió a los suyos con la autoridad de su nombre para hacer discípulos a todas las naciones (Mateo 28:18-20). Los dos milenios de cristianismo dan testimonio de esta verdad y su implantación en las naciones occidentales. Hoy asistimos a una apostasía generalizada en esas mismas naciones, con sus remanentes fieles, así como al despertar de la fe en otras regiones del mundo. No debemos conformarnos al esquema de este mundo y sus formas de vida contrarias a la revelación de Dios; y para poder obtener la victoria en esta batalla infernal necesitamos regresar a la cruz del Gólgota de donde emana el poder de Dios y la consiguiente resurrección para vencer el mal, la muerte y su poder.

Esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? (1 Juan 5:4,5).

FIN DE LA SERIE

EL SISTEMA DE ESTE MUNDO (7)

Tela de araña - Sistema mundano¿Qué es el sistema de este mundo?

En toda batalla un elemento fundamental es conocer al enemigo, saber cuáles son sus posiciones, quién lo dirige, cuál es su carácter y objetivos; todo ello nos servirá para situarnos mejor en el momento de tomar posiciones a la hora de ser eficaces en la pelea.

Nuestro carácter ha sido influido por las formas, hábitos y pecados del sistema mundano. En Cristo, hemos entrado en otro reino, con otros principios y leyes en operación más elevados, y necesitamos una firme determinación en el espíritu para desarraigar, derribar y destruir, para luego poder edificar el carácter nuevo. Los textos siguientes no dejan duda.

Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan (Mateo 11:12).

Mira que te he puesto en este día sobre naciones y sobre reinos, para arrancar y para destruir, para arruinar y para derribar, para edificar y para plantar (Jeremías 1:10).

En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad (Efesios 4:22-24).

Podíamos decir que el sistema de este mundo es como una tela de araña, diseñada de forma perversa y sutil para atrapar el alma, estrangular el espíritu (la comunión con Dios) y destruir el cuerpo. Es una red invisible que invade al hombre y la mujer sin que perciba su acción, hasta que experimenta la asfixia de sus efectos. Está dirigido por el príncipe de la potestad del aire, en colaboración con el hombre desobediente; es el padre de mentira, rebelde, ladrón, asesino y destructor. Es la serpiente antigua, el diablo y Satanás. Todos estos aspectos los encontramos expuestos claramente en las Escrituras [1].

Este sistema maligno actúa a través de una jerarquía de ángeles caídos [2], de los hijos de desobediencia [3], de las debilidades de la carne (el hombre caído en pecado) [4], a través de la oscuridad y el engaño de los pueblos y sus gobernantes producido por la idolatría [5], además de espíritus engañadores y doctrinas de demonios [6].

Algunas de esas personalidades o autoridades malignas que operan en la sociedad de nuestro tiempo son: la indiferencia, apatía, pasividad, pereza, indisciplina, desorden, hedonismo, (cultura del placer y el bienestar), permisividad (relativismo moral), esquizofrenia (doble ánimo, doble personalidad), lujuria y pornografía, seducción y exhibicionismo carnal (formas de vestir provocativas), música satánica, drogas (hechicería y control de la voluntad y la conciencia), religiosidad (idolatría, tradiciones contrarias a las Escrituras, resistencia a la obra del Espíritu Santo, apariencias de piedad), humanismo (el hombre por encima de todo, desechar a Dios, Nueva Era), rebelión (falta de sometimiento a todo tipo de autoridad), apostasía de la fe (abandono de la fe, incredulidad, pisotear la sangre del Pacto, descuidar una salvación tan grande), tibieza espiritual [7]. A todo ello podemos añadir las nuevas ideologías globalistas que se están introduciendo en los últimos años en todo el mundo occidental mayoritariamente. Me refiero a la ideología de género, el cambio climático, la agenda 2030 con sus 17 objetivos de implantación obligatoria impuesta por instituciones supranacionales sobre los gobiernos de las naciones firmantes, y que se ramifican mediante leyes aprobadas con el fin de implantar un modelo de vida contrario a la ley natural y contra la herencia judeocristiana. Es un verdadero ataque al individuo en su esencia, a la familia natural como base de la sociedad, y la destrucción de las identidades nacionales que permitan un control total sobre el individuo. Es el viejo programa de la llanura de Sinar, donde Nimrod quiso implantar un gobierno mundial en oposición a Dios. Es lo anunciado por el salmista cuando dijo que las gentes y gobernantes del mundo se amotinan y piensan cosas vanas, uniéndose contra el Señor y su Ungido con el fin de romper sus ligaduras, es decir, los principios y valores universales asentados en la revelación del Dios único (Sal.2).

Muchas de estas personalidades malignas actúan en conjunto, formando coaliciones, expresadas en la sociedad por los políticos y las autoridades humanas (filósofos, científicos, autoridades religiosas y teólogos, escritores, actores, directores de cine, medios de comunicación, diseñadores de moda, deportistas, etc.). Todo ello viene como una tromba sobre el hijo de Dios. Los que buscan mi vida (alma) arman lazos, dijo el salmista [8]. El diablo tiene extendidas trampas, a través de los esquemas mundanos para atrapar el alma del hombre. Es en el alma donde se produce la batalla de las pasiones y deseos, aprovechada por el diablo para dar expresión a todo tipo de guerras [9]. Por lo tanto, nuestro campo de batalla está en el área del alma.

Notas:

[1] – (Efesios 2:2) (Juan 14:30; 8:44 y 10:10) (Apocalipsis 20:2).

[2] – (Efesios 6:12) (Apocalipsis 12:9)

[3] – (Efesios 2:2)

[4] – (Romanos 8:7,8)

[5] – (2 Corintios 4:4)

[6] – (1 Timoteo 4:1)

[7] – (Mateo 24:12) (Apocalipsis 3:15-17)

[8] – (Salmos 38:12)

[9] – (Santiago 4:1) (1 Pedro 2:11)

PRÓXIMO CAPÍTULO: ¿Cómo podremos vencer?

EL SISTEMA DE ESTE MUNDO (6)

Tela de araña - Sistema mundanoBabilonia y Jerusalén

Dios escogió un pequeño monte, llamado Moriah, para que Abraham sacrificara a su propio hijo Isaac, (sacrificio no consumado sino tipificando el futuro sacrificio de Jesús en el mismo lugar). Ese monte es Sión, situado en Jerusalén y donde el Unigénito Hijo de Dios sería levantado en una cruz para redimir y rescatar de la vana manera de vivir heredada de nuestros padres, (bajo la influencia del sistema babilónico), y trasladarnos al reino de su Amado Hijo.

En Babilonia, el ser humano fue confundido y separado. En Jerusalén somos redimidos y unidos al pueblo de Dios para andar en novedad de vida. En un sentido tipológico, la vida del creyente es la salida de Babilonia para entrar en Jerusalén, viviendo como peregrinos y extranjeros en la tierra, hasta alcanzar la ciudad celestial, la Jerusalén de arriba. Esa es la historia sintetizada del mensaje que encontramos en la Biblia.

Una y otra vez vemos el contraste entre las formas de vida de Babilonia y Jerusalén; la vieja y vana manera de vivir y la nueva vida en Cristo; las tinieblas y la luz; la mentira y la verdad; los hijos de Satanás y los hijos de Dios; los impíos y los justos; los perdidos y los salvados; los incrédulos y los creyentes; el infierno y el cielo; Belial y Cristo; la ramera y la esposa del Cordero; el camino ancho y el camino angosto; el mundo entero que está bajo el maligno y la manada pequeña a quién Dios le ha placido darles el Reino. La multitud de naciones contra el pequeño Estado de Israel. Goliat contra David. La corriente de este mundo, (el sistema del presente siglo malo), opuesta a la voluntad de Dios, a la revelación de sus propósitos y a la verdad de sus principios eternos.

El mensaje sigue siendo: Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y yo os recibiré, y seré para vosotros por Padre, y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso [1]. ¿Salir de donde? De Babilonia y su modelo de vida, su sistema; no conformarnos al esquema de este mundo, sino transformarnos mediante la renovación de nuestro entendimiento, para llegar a comprender la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta.

El mensaje es claro, sin embargo, en muchos casos hemos caído en el mismo pecado que los antiguos israelitas dejándonos influir por los egipcios, los cananeos, los asirios y babilonios. En definitiva, las formas de vida alejadas de la fuente de revelación de Dios en su palabra, por lo que hemos sido contaminados. Esclavizados en unos casos, y llevados al cautiverio en otros. Las cosas que les sucedieron a ellos están escritas para amonestarnos a nosotros, para que no codiciemos cosas malas, ni seamos idólatras, o fornicarios, murmuradores, o tentemos al Señor como hicieron los antiguos; así que el que piensa estar firme, mire que no caiga [2]. Las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza [3].

Notas:

[1] – 2 Corintios 6:17-18

[2] – 1 Corintios 10:1-12

[3] – Romanos 15:4

PRÓXIMO CAPÍTULO: ¿Qué es el sistema de este mundo?

EL SISTEMA DE ESTE MUNDO (5)

Tela de araña - Sistema mundanoNo os conforméis a este siglo

Está escrito: No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta [1]. Lo primero que resalta aquí es una negación decidida a la forma del sistema de este mundo. «No os conforméis». Veremos cómo está diseñado el esquema de este mundo, cómo se dirige y cuáles son sus fundamentos, ahora miremos la transformación que se produce como consecuencia de una negación, el inconformismo frente a los patrones de funcionamiento del sistema mundano, la cosmovisión alejada de la verdad revelada.

Esta transformación o metamorfosis, (es el significado de la palabra en el original griego), nos lleva a no adaptarnos al estilo de vida del mundo, significa literalmente no os acomodéis, (no tomar su modelo), no os amoldéis, (no coger su molde), al esquema o sistema de criterios y actitudes de este siglo. Se trata de no vivir según el modelo de vida de la edad presente, el presente siglo malo, diseñado por el príncipe de la potestad del aire con tipos de comportamientos contrarios a la voluntad de Dios, puesto que pertenecemos a otro reino, formas y costumbres.

El apóstol Pablo le dijo a los colosenses que hemos sido librados de la potestad de las tinieblas, y trasladados al reino de su amado Hijo [2]. La frase griega para «no os conforméis»  únicamente vuelve a salir en el Nuevo Testamento en la primera carta del apóstol Pedro, y está en un contexto similar. Como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; sino como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir [3].

En la Biblia encontramos formas de vida contrastadas y opuestas entre sí. Vemos modelos antagónicos y se apela a los creyentes a no mezclarnos con ellos para no ser diluidos y contaminados; a no hacer yugos desiguales, sino a separar lo precioso de lo vil, la luz de las tinieblas; como hizo Dios al principio.

La estrategia del reino de las tinieblas tiende a la mezcla, el sincretismo, la uniformidad, la confusión y el relativismo para que no haya claridad y verdad. En las Escrituras vemos el modelo de vida de Babilonia, con todo lo que representa; frente a Jerusalén y el modelo celestial que contiene. Básicamente podemos resumir el contenido bíblico en la representación de dos ciudades: Babilonia y Jerusalén.

La historia del hombre comienza en Edén, situado en la Babilonia geográfica, de donde fueron expulsados Adán y Eva por haber transgredido la palabra de Dios. Más tarde, en ese mismo lugar, se concentraron los seres humanos para hacer una torre desde donde pudieran observar las estrellas y definir su futuro al margen del Creador, y Dios confundió su lenguaje para que cumplieran su palabra de multiplicarse, esparcirse y llenar la tierra [4]. En lugar de ello se concentraron en la llanura de Sinar para edificar una ciudad y una torre; a la ciudad llamaron Babel, porque allí confundió el Señor el lenguaje de toda la tierra [5].

La influencia de ese sistema, basado en la unidad fabricada por el hombre, se extendió por todas las naciones, además del aspecto espiritual de Babilonia, que tiene que ver con el culto idólatra de la creación, la formación de los signos del Zodiaco y la falsa religión. Cuando el hombre se esparció por la tierra llevó la simiente del sistema babilónico, el modelo religioso de la búsqueda de Dios sin la revelación de Dios; de ahí se formaron todos los sistemas religiosos, muchos de ellos con verdaderos denominadores comunes. Ese sistema dio paso a un modelo de vida que se alejó de la voluntad del Creador.

Luego vemos, cómo a partir del capítulo 12 de Génesis, Dios llamó a un hombre, (Abram), para que saliera de Ur de los caldeos, (el centro de la antigua Babilonia), y revelarle su voluntad llevándole a una tierra donde establecería a su pueblo, con sus leyes, y un modelo de vida revelado a los padres de la nación hebrea: Abraham, Isaac y Jacob, concretado en el pacto que hizo con Moisés en el Sinaí.

Notas:

[1] – Romanos 12:2

[2] – Colosenses 1:13

[3] – 1 Pedro 1:14

[4] – Génesis 1:28; 8:17 y 9:1

[5] – Génesis 11:1-9

PRÓXIMO CAPÍTULO: Babilonia y Jerusalén

EL SISTEMA DE ESTE MUNDO (4)

Tela de araña - Sistema mundanoConversiones diversas

A lo largo de mi vida cristiana he visto a muchos hermanos con experiencias similares a las que comenté en el capítulo anterior, conversiones nítidas, cambios de vida evidentes y una entrega al servicio incondicional y sin intereses, que han llevado fruto para honrar al Dios de su salvación. Paradójicamente, los testimonios más claros de conversión los he constatado últimamente en la cárcel entre jóvenes que manifiestan una decisión clara de seguir a Jesús en medio de sus circunstancias actuales.

También he visto, especialmente en los últimos años, conversiones light, personas atraídas por los beneficios del evangelio que se adaptan a la rutina religiosa con sus múltiples y variopintas actividades; aprenden el lenguaje bíblico, cantan algunas canciones de moda en el ámbito cristiano, pero sus vidas están más centradas en sí mismos que sometidas a la voluntad de Aquel que los compró con su sangre preciosa. En otros casos hemos abandonado el primer amor para convertirnos en una iglesia rica en métodos mundanos y tibia, sin darnos cuenta que somos miserables, pobres, ciegos y desnudos como la iglesia de Laodicea.

Con esto no quiero caer en el tópico de que cualquier tiempo pasado fue mejor, o en las comparaciones odiosas de unos tiempos pretéritos mejores que los actuales por el hecho de recordarlos con cierta nostalgia en contraste con el pesimismo actual. Estoy hablando de abandono, de alejamiento, de conformarse a los esquemas de este mundo en detrimento de la verdad permanente de la palabra de Dios.

He comenzado esta serie hablando de decadencia y eso es realmente lo que creo que vivimos en buena medida en muchas de nuestras congregaciones actuales. Decadencia camuflada bajo el disfraz de modernismo, bailes y teatro, música de discoteca en los cultos, predicaciones dirigidas a engordar el ego más que a levantar el nombre de Jesús y su obra redentora. Jesús dijo: si yo fuere levantado, a todos atraeré a mí mismo (Juan 12:32).

PRÓXIMO CAPÍTULO: No os conforméis a este siglo

EL SISTEMA DE ESTE MUNDO (3)

Tela de araña - Sistema mundanoMi salida del esquema de este mundo

Cuando creí en el evangelio allá por el año 1980, algunos de los textos que más sonaban en mi corazón eran aquellos que tenían que ver con no conformarme al esquema de este mundo [1]; de saber que la amistad con el mundo era enemistad contra Dios [2]; que, lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre. [3].

Comprendí pronto que mi vida daría un cambio muy pronunciado una vez que invocara el nombre de Jesús para salvación, y fui plenamente consciente del nuevo Señor de mi vida. Pronto supe también que hay fuerzas hostiles que se oponen a los propósitos de Dios en la vida de las personas, y que cuando el diablo no puede impedir la salida de su dominio y la entrada en el reino de Dios usará una estrategia dirigida a impedir el crecimiento en el conocimiento de Dios, tratando de paralizar el desarrollo de la nueva vida, conformándolo a un sistema religioso; o bien, mezclando la vida cristiana con una forma de vida adaptada a la manera de pensar de este mundo, y por tanto, debilitando en sus cimientos la fortaleza de un creyente renacido por el poder del Espíritu y la verdad que libera alejándole de la vana manera de vivir heredada de los padres [4].

Aprendí que tenía que poner tierra de por medio en cuanto a la forma de vida anterior. Así comenzó una lucha para evitar los pensamientos inicuos combatiéndolos con la palabra de verdad. Me propuse no escuchar música que no glorificara a Dios. Dejé de leer libros que no tuvieran base bíblica, y esto durante varios años, sólo leía la Biblia y libros de escritores que sabía eran nacidos de nuevo.

Me volví un tanto extraño, incluso para los creyentes. Me veía como extranjero y peregrino en la tierra. Iba a todas partes con mi bolsa colgada al hombro, donde siempre llevaba mi Biblia y un cuaderno para escribir y hacer anotaciones. Me impuse a mí mismo no hacer concesiones con lo que entendía era mundano y recordaba mi estilo de vida anterior. Dejé de decir palabrotas y blasfemar, de ver la televisión, y todo mi anhelo era estudiar las Escrituras llenando mi mente de la palabra de verdad.

Leí la Biblia completa en menos de ocho meses, subrayaba casi todo porque todo me parecía bueno e interesante. Me volví un bicho raro en mi casa, un exagerado para mi novia, un excéntrico en mi trabajo y un hermano disponible a todos los ofrecimientos que me hacían en la iglesia donde me congregaba. Toda esta determinación no acabó en el fin de una conferencia, ni en un retiro de semana santa o algún culto de avivamiento. Se mantuvo constante durante muchos años. Concebí la vida cristiana como un discipulado a tiempo completo en todo lo que hacía.

Comprensiblemente fui adoptando moderación en ciertos comportamientos, que para mí eran necesarios para romper con la vieja vida, y establecer bases sólidas que me han acompañado toda mi vida desde entonces. Han pasado más de cuarenta y tres años desde el inicio de mi vida cristiana y sigo deleitándome en la meditación de las Escrituras, en su estudio y proclamación.

Notas:

[1] – Romanos 12:2

[2] – Santiago 4:4,5

[3] – 1 Juan 2:15-17

[4] – 1 Pedro 1:18-20

Próximo capítulo: Conversiones diversas

EL SISTEMA DE ESTE MUNDO (2)

Tela de araña - Sistema mundanoLa pérdida de integridad

Y no estoy hablando de quedarnos anclados en la Edad Media, debemos conocer los tiempos y alcanzar a nuestra generación con el evangelio, pero no un evangelio adaptado a la permisividad dominante, sino el mensaje del evangelio que contiene todo el consejo de Dios, algunas de cuyas verdades molestarán siempre al hombre de pecado, al impío, incluso al religioso adaptado al paisaje y confundiéndose con él. El mensaje del evangelio siempre será impopular para los desobedientes y rebeldes, y pretender hacerlo asequible al hombre moderno, acostumbrado al placer y el deleite, es como querer calmar el hambre de un tigre con chucherías.

Estoy hablando de la pérdida de integridad, de falta de firmeza en la fe para no avergonzarse de la cruz de Cristo y combatir unánimes por la fe del evangelio; de saber que el mundo entero está bajo el maligno [1], que no todos oirán, sino los que son de Dios [2]. El apóstol Pedro lo dijo de esta manera: Baste ya el tiempo pasado para haber hecho lo que agrada a los gentiles… A éstos les parece cosa extraña que vosotros no corráis con ellos en el mismo desenfreno de disolución, y os ultrajan [3].

Toda conversión genuina tiene un antes y un después. En algunas personas esta realidad está más pronunciada que en otras, puesto que no todos han caído en el mismo desenfreno y tocado los mismos niveles de corrupción, pero todos hemos nacido con la naturaleza caída, por tanto, todos necesitamos el retorno a la casa del Padre. No todas las conversiones son dramáticas en sus circunstancias, pero todos tenemos que lidiar después con la ley del pecado y de la muerte de la que habla el apóstol Pablo en Romanos siete.

Notas:

[1] – 1 Juan 5:19

[2] – 1 Juan 4:5-6

[3] – 1 Pedro 4:3,4

Próximo capítulo: MI SALIDA DEL ESQUEMA DE ESTE MUNDO.

EL SISTEMA DE ESTE MUNDO (1)

Tela de araña - Sistema mundanoDecadencia moral y espiritual

Vivimos en una sociedad decadente. Los valores no solo caen en la bolsa de Tokio o New York, sino en el mismo corazón de los creyentes. Es como si los diques de contención se estuvieran resquebrajando y agrietando, dando paso a una inundación que disuelve los fundamentos morales. Verdades que hasta hace poco tiempo eran terreno sólido y firme en las convicciones, en estos momentos se están diluyendo en el relativismo moral que ha impuesto la sociedad postmodernista.

Esta marea, que más parece un tsunami, está poniendo a prueba la fortaleza de nuestra fe y los fundamentos que la sostienen. Las nuevas generaciones de creyentes en Jesús y en las verdades bíblicas están muy adaptadas a la manera de pensar y vivir del presente siglo. Vemos una gran debilidad del hombre interior, −la vida espiritual−, que está actuando como disolvente de las convicciones, llevándonos a una permisividad nociva para el pueblo que debe ser luz y sal, y una pasividad que raya con la paralización.

Nos hemos adaptado, amoldado y conformado al estilo de vida mundano. Nos hemos rendido a la cultura del placer y la comodidad. Hemos asimilado métodos del sistema de este mundo, diseñado por el paganismo y la filosofía contraria a los valores y principios judeocristianos. Nos hemos dejado seducir por el silbido de la serpiente que susurra una vez más a nuestros oídos: «seréis como dioses», que nos desliza en la soberbia. Nos hemos confundido con el paisaje y perdido la fortaleza de nuestra fe, la fe que vence al mundo y su sistema de valores laxos, neutros en cuanto a moralidad, y relativista en cuanto a verdades absolutas.

El mundo nos ha vencido en muchos casos, y nuestra rendición la explicamos con argumentos eufemísticos como: «hay que adaptarse a los tiempos», «debemos ser abiertos a la sociedad, no fanáticos o radicales». Argumentos válidos en algunos casos, pero que han producido en buena medida la asimilación de una tolerancia a las formas de vida contrarias a las enseñanzas del Maestro. Nos hemos cansado de sufrir el rechazo por el evangelio y de ser impopulares y molestos, (buena parte de la nueva generación de creyentes ni sabe lo que es eso). No queremos molestar, ni ser raros, procuramos que no nos pongan etiquetas de retrógrados, conservadores o aburridos.

Hemos imitado los métodos comerciales de marketing para conseguir resultados a cualquier precio. El fin ha justificado los medios en muchos casos, y hemos recogido una cosecha de vanidad y arrogancia por los números. El brillo del poder por la cantidad nos ha cegado, olvidando la calidad de una vida rendida a la voluntad de Dios. Asistimos complacientes al espectáculo de respetar a políticos corruptos para mendigar un poco de reconocimiento y subvención. Vivimos muy lejos de aquellos profetas de la antigüedad que apuntaban con el dedo a los gobernantes que llevaban al pueblo lejos de Dios, y por tanto a sus juicios; y esto con el argumento de no meternos en política. Aquí no se trata de políticas de un signo u otro, sino de leyes impías que forman autopistas inmensas para el pecado de una nación, y por ello, un camino de muerte y destrucción. Está escrito: La justicia engrandece a la nación; mas el pecado es afrenta de las naciones [1].

Notas:

[1] – Proverbios 14:34

Próximo capítulo: La pérdida de integridad