Los hijos de condenación (XCVII) – Balaam (1)
¡Ay de ellos! Porque han seguido el camino de Caín, y se lanzaron por lucro en el error de Balaam, y perecieron en la contradicción de Coré (Judas 1:11)
El profeta Balaam es un personaje de la Biblia conocido por el episodio cuando el asna que lo transportaba comenzó a hablar. Es un caso trágico-cómico. Un profeta con menos revelación que el burro que montaba. Creo que merecerá la pena detenernos en él, la Escritura lo menciona en varios lugares y su historia contiene elementos suficientes para reclamar nuestra atención. Vayamos por partes.
En el texto de nuestro encabezamiento se menciona el error de Balaam. El apóstol Pedro lo pone como ejemplo de falsos maestros y falsos profetas, diciendo: «han dejado el camino recto, y se han extraviado siguiendo el camino de Balaam hijo de Beor, el cual amó el premio de la maldad, y fue reprendido por su iniquidad; pues una muda bestia de carga, hablando con voz de hombre, refrenó la locura del profeta» (2 P.2:15,16). Y en el libro de Apocalipsis, cuando el Señor habla a la iglesia de Pérgamo, le dice lo siguiente: «tienes ahí a los que retienen la doctrina de Balaam, que enseñaba a Balac a poner tropiezo ante los hijos de Israel, a comer de cosas sacrificadas a los ídolos, y a cometer fornicación» (Apc.2:14).
Por tanto, estamos ante una influencia que no solamente afectó a Israel en el episodio narrado en el libro de Números y que veremos a continuación, sino que estaba muy activo en las congregaciones a las que el apóstol Pedro escribió, en la iglesia de Pérgamo en el Asia Menor, y por supuesto, lo está también en la iglesia actual.
El error, el camino y la doctrina de Balaam siguen vigentes por lo que debemos entender bien de que se trata. Para ello haremos un breve recorrido por los capítulos del libro de Números donde encontramos la base de este comportamiento con sus complejidades, que las tiene, veremos la estrategia del diablo, que sigue vigente en la iglesia de hoy, y la enseñanza que se desprende para nuestro aprovechamiento y discernimiento.
Como introducción, y para seguir el pensamiento de nuestro texto, nos preguntamos ¿cuál fue el error de Balaam? Este profeta mantenía una gran reputación que atrajo al rey de Moab a contratar sus servicios. Era un oráculo al que se consultaba porque le precedía la fama; él mismo se denominó profeta de ojos abiertos, es decir, vidente, pero cometió un error tan grande y de tal envergadura que ha venido a ser el prototipo de profeta falso. ¿Cómo se produjo ese error y en qué consistía? Lo iremos viendo.
Jesús dijo que los días antes de su venida habría una proliferación de profetas falsos que harían errar a muchos, Balaam es su prototipo.