9 – LA CAÍDA / Justicia es el cetro de su reino

La caídaJusticia es el cetro de su reino

Tu trono, oh Dios, es eterno y para siempre; cetro de equidad es el cetro de tu reino  (Salmos 45:6)

Debemos tener claro que Dios no es el autor de la iniquidad. El trono de Dios está establecido sobre la justicia y el carácter de Dios, y en Él no hay iniquidad. Por tanto, escuchadme, hombres de entendimiento. Lejos esté de Dios la iniquidad, y del Todopoderoso la maldad (Job 34:10).

El origen de la iniquidad brotó de un querubín (Ez.28:14,15). Dios la combatió porque su trono no puede ser contaminado con el pecado. El es la Roca, cuya obra es perfecta, porque todos sus caminos son rectitud; Dios de verdad, y sin ninguna iniquidad en él; es justo y recto (Dt. 32:4 RV60).

Toda la Escritura muestra el combate de la luz y las tinieblas; la justicia y la iniquidad; la verdad y la mentira; Babilonia y Jerusalén; el reino de Dios y el reino de las tinieblas. De la misma manera que en el tiempo pre-adámico hubo una batalla con derrota de los conspiradores, se estableció un conflicto después de la caída, entre los hijos de la luz y los hijos de las tinieblas. El justo y el impío enfrentados hasta la batalla final visualizada en el libro de Apocalipsis.

La rebelión celestial se reprodujo en la tierra, pero eso lo iremos viendo en próximas meditaciones. Ahora debemos recordar que el trono de Dios está establecido sobre la equidad y la justicia. Ambas son innegociables para el Señor, amante de la verdad. Por este camino viene la unción capacitadora para la victoria. El siguiente versículo al texto que estamos viendo dice: Has amado la justicia y aborrecido la iniquidad; por tanto Dios, tu Dios, te ha ungido con óleo de alegría más que a tus compañeros (Salmos 45:7).

El diablo trató de corromper al Mesías durante su encarnación como hombre, sin conseguirlo. Quiso hacerle partícipe de su naturaleza rebelde metiendo discordia en la comunión del Ungido y el Padre, sin lograrlo. El postrer Adán venció el pecado y la muerte. Mantuvo la justicia como cetro de su reino y abrió un camino nuevo para recuperar la naturaleza caída del hombre mediante la regeneración. Fue creado un  nuevo hombre en justicia y santidad de la verdad (Efesios 4:24). Esa nueva naturaleza es semejante a la del Hijo, y todos aquellos que escapan del lazo del cazador son destinados a ser hechos conforme a la imagen de Su Hijo (Romanos 8:29). Sin la posibilidad de volver a practicar el pecado (1 Juan 3:6,9). El diablo fue echado fuera del cielo y la batalla se presentó en la tierra.

         El trono de Dios tiene como base la justicia y la equidad. El origen de la maldad hay que buscarlo lejos de él.    

8 – LA CAÍDA / El misterio de la iniquidad

La caídaEl misterio de la iniquidad

Porque el misterio de la iniquidad ya está en acción… será revelado ese inicuo… inicuo cuya venida es conforme a la actividad de Satanás, con todo poder y señales y prodigios mentirosos, y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, porque no recibieron el amor de la verdad para ser salvos  (2 Tesalonicenses 2:7-10)

La creación y formación de la iniquidad el mismo apóstol Pablo lo denomina misterio. Quedan preguntas sin resolver, pero lo que es innegable es el proceso de iniquidad, la realidad de la maldad. Las Escrituras ponen su origen en Lucifer, luego se expande a través de la tercera parte de los ángeles que no guardaron su dignidad, para acabar recalando en el hombre y su despliegue en toda la creación de Dios.

La rebelión que tuvo lugar antes que el mundo fuese, liberó un poder maligno personalizado en una naturaleza creada en luz, que más tarde se volvió perversa y sin retorno. El juicio de Dios sobre el portador de iniquidad fue un hecho y se ha materializado en diversas fases, culminando en la muerte del inicuo con el resplandor de la venida del Mesías. El profeta dice: Por la multitud de tus iniquidades, por la injusticia de tu comercio, profanaste tus santuarios. Y yo he sacado fuego de en medio de ti, que te ha consumido; y te he reducido a ceniza sobre la tierra a los ojos de todos los que te miran (Ez. 28:18 LBLA).

La iniquidad se abrió camino a través del comercio, contrataciones, dice en la Reina Valera. El juicio a Babilonia y Tiro está íntimamente ligado al enriquecimiento a través de un comercio engañoso e injusto. La mentira suele asentarse en los negocios, parte esencial del carácter de Lucifer. La publicidad para vender un producto tiene muchas veces medias verdades y mentiras camufladas de forma sutil. Contrataciones entre Lucifer y los ángeles que le siguieron.

Hoy todo interés está íntimamente ligado al comercio y el enriquecimiento. Cualquier negocio está justificado si produce dividendos económicos. El misterio de la iniquidad se ha extendido a través de un comercio mundial, globalizado, que tiene una apariencia de piedad y bienestar, pero en su simiente lleva el carácter de la serpiente antigua: Traiciones, engaños, mentiras, robo, corrupción, codicia, soberbia por ganancias deshonestas, el amor al dinero como raíz de todos los males. Los ríos de iniquidad que corren en las sociedades modernas están íntimamente asociados con el comercio al estilo de los fenicios de Tiro y Sidón, y que sirve a los profetas para desenmascarar la naturaleza del querubín que quiso elevarse al trono de Dios.

         El misterio de la iniquidad está muy avanzado, el Mesías lo destruirá con el resplandor de su venida.      

7 – LA CAÍDA / Consecuencias de la conspiración

La caídaConsecuencias de la conspiración

En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba sin orden y vacía…  (Génesis 1:1,2)

Después de la conspiración viene irremediablemente una batalla. Los frentes de cada bando se alinean; el resultado posterior establecerá un nuevo gobierno o reafirmará el antiguo. Cabe preguntarse cómo es posible que Lucifer concibiera la posibilidad de derrotar al Rey del Universo  −creador de todas las cosas− para ocupar su lugar. El intento se revela en la Escritura con toda claridad. No cabe pensar que el fracaso estuviera asegurado e iniciara una conspiración semejante. Preguntas difíciles de responder en profundidad puesto que la Biblia no da respuestas definitivas, aunque sí indicios. De cualquier modo, lo que sí cabe asegurar es que un conflicto semejante tuvo que conducir a un caos, la destrucción que sigue a toda batalla. Y aquí es donde entramos en nuestro texto de los dos primeros versículos de Génesis.

Pudiera ser que entre el versículo 1 y el 2 se hayan producido estos acontecimientos que venimos examinando. La tierra estaba sin orden y vacía. Sin embargo, el profeta Isaías nos dice: Porque así dice el Señor que creó los cielos (El es el Dios que formó la tierra y la hizo, El la estableció y no la hizo un lugar desolado, sino que la formó para ser habitada): Yo soy el Señor y no hay ningún otro (Isaías 45:18 LBLA).

Si Dios hizo la tierra para ser habitada y en el inicio del Génesis la encontramos vacía y sin orden podemos pensar que algo había ocurrido para llegar a esa situación. Tal vez, −pensamos−, fue la consecuencia de la batalla consumada en los lugares celestes antes de la creación de la tierra y el hombre. Pudiera significar la consecuencia de un juicio de Dios antes que el mundo fuese.

Según el estudio que realizó Derek Prince de las palabras desordenada y vacía (en hebreo tohu y bohu), estas aparecen solamente juntas en tres versículos de la Biblia: en Génesis 1:2; Isaías 34:11 y Jeremías 4:23. En los pasajes de Isaías y Jeremías se describen escenas de desolación causadas por el juicio de Dios sobre la terrible maldad. Lo cual puede llevarnos a pensar que en medio de Génesis 1:1 y Génesis 1:2 se había producido un juicio de Dios que produjo desorden y vacío. A partir de ese momento la palabra de Dios interviene para formar y separar la luz de las tinieblas.

         El inicio de la iniquidad condujo a la conspiración que causó una batalla donde el juicio de Dios sobre Lucifer quedó establecido.

6 – LA CAÍDA

La caídaLa iniquidad conspira

 Perfecto eras en tus caminos desde el día que fuiste creado hasta que la iniquidad se halló en ti (Ezequiel 28:15)

Hemos meditado sobre el origen de la iniquidad en el seno de Lucifer, y su desarrollo en la tercera parte de los ángeles que no guardaron su señorío original. Veamos ahora su definición y cómo está ligada a la conspiración. La iniquidad es injusticia en el modo de obrar. Es haber recibido una posición tan elevada para dirigir la alabanza al Rey del Universo y no mantenerse en ella, si no llenarse de orgullo para pretender ocupar su trono.

Este proceso lo vemos repetido en la vida de Absalón, el hijo predilecto del rey David. Su hermosura fue aclamada por muchos. La adulación de su persona terminó produciendo en él un complejo de superioridad que lo llevó a su propia destrucción. Y no había en todo Israel ninguno tan alabado por su hermosura como Absalón; desde la planta de su pie hasta su coronilla no había en él defecto. No contento con ser el hijo favorito del rey, quiso ser el rey. Trazó una estrategia de conspiración al trono.

En el caso de la rebelión de Lucifer no sabemos cuánto tiempo estuvo diseñando su conspiración. La de Absalón fue así: Absalón se hizo de un carro y caballos, y de  cincuenta hombres que corrieran delante de él. Se levantaba temprano. Tenía una meta clara y estaba dispuesto a llevarla a cabo con diligencia. Absalón le decía: Mira, tu causa es buena y justa, pero nadie te va a escuchar de parte del rey. Decía además Absalón: ¡Quién me nombrara juez en la tierra! Todo hombre que tuviera pleito o causa alguna podría venir a mí y yo le haría justicia. ¡Qué astucia para suplantar a otro presentándose como mejor que él! Así ganaba el oído de sus oyentes con apariencia de piedad y justicia. Y sucedía que cuando alguno se acercaba y se postraba ante él, él extendía su mano, lo levantaba y lo besaba.

Su corazón estaba lleno de orgullo y conspiración pero sus hechos pretendían esconderlo con un falso interés por los demás; la verdad es que solo pensaba en sí  mismo. De esta manera Absalón trataba a todo israelita que venía al rey para juicio; así Absalón robó el corazón de los hombres de Israel. Ahora vemos con claridad el carácter de la serpiente antigua, aquel que realizó la primera conspiración antes que el mundo fuese. Absalón Robó el corazón de los hombres. El hijo del rey David hizo un trabajo diligente y paciente durante cuatro años (2 Sam.15:7). Con una puesta en escena digna de los mejores guiones publicitarios, y todo ello para robar el corazón de Israel, usurpar el trono y ocupar el lugar de su padre.

         La primera conspiración luciferina sentó las bases de todas las que le siguieron después, comenzando con la realizada en el huerto de Edén.

5 – LA CAÍDA

La caídaLa iniquidad en desarrollo

Perfecto eras en tus caminos desde el día que fuiste creado hasta que la iniquidad se halló en ti (Ezequiel 28:15).

La iniquidad brotó en Lucifer. Dios no es el creador de la maldad. Dios no puede ser tentado por el mal ni tienta a nadie. Que nadie diga cuándo es tentado: Soy tentado por Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal y El mismo no tienta a nadie (Stg. 1:13 LBLA). El apóstol Santiago añade: sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido (Stg. 1:14).

Lucifer fue atraído por la iniquidad de rebelarse contra Dios. Quiso ocupar su lugar y recibir su adoración. Elaboró una estrategia de conspiración. Fascinó y sedujo a la tercera parte de los ángeles para que se unieran a su proyecto. Seguramente repartió prebendas futuras entre sus adláteres. Consiguió persuadir y seducir a un grupo lo suficientemente amplio de seres angelicales para iniciar la empresa. Y a los ángeles que no conservaron su señorío [«dignidad» RV60] original… (Judas 6 LBLA). El apóstol Pedro dice de ello: Dios no perdonó a los ángeles cuando pecaron.

Por tanto, tenemos que el origen del pecado y la rebelión por orgullo –el orgullo fue el primer acto pecaminoso y de él se derivan todos los demás− está en los ángeles y no en los hombres inicialmente, es anterior. El pecado precede a Adán pero tuvo lugar un tiempo anterior a la creación que narra el Génesis.

El lenguaje de los profetas es este: Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura (Ez. 28:17). Corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor (Ez.28:17). Con tu gran sabiduría, con tu comercio, has aumentado tus riquezas, y se ha enaltecido tu corazón a causa de tus riquezas (Ez.28:5). Por cuanto has igualado tu corazón al corazón de Dios (Ez. 28:6). Tu dijiste en tu corazón: subiré al cielo, por encima de las estrellas de Dios levantaré mi trono, y me sentaré en el monte de la asamblea (Is.14:13). Me haré semejante al Altísimo (Is. 14:14). Este es el lenguaje de toda conspiración. Así se ha repetido a lo largo de la historia de los hombres y su codicia por el poder y las riquezas.

Toda conspiración está diseñada para ocupar el lugar de otro. Derribarle. Y ello se engendra a través de la iniquidad que brota en el corazón mismo de la persona, sea humana o angelical. Santiago culmina su tesis con estas palabras: Después, cuando la pasión ha concebido, da a luz el pecado; y cuando el pecado es consumado, engendra la muerte (Stg. 1:15). La conspiración de Absalón contiene el mismo proceso, lo veremos en la próxima meditación.

         El origen de la iniquidad está en Lucifer y siempre se extiende a otros.

4 – LA CAÍDA

La caídaLa iniquidad en su origen

Perfecto eras en tus caminos desde el día que fuiste creado hasta que la iniquidad se halló en ti (Ezequiel 28:15).

Aunque no sepamos expresamente cómo se creó la iniquidad, o cómo se originó la maldad, sí sabemos dónde prendió en primer lugar. Fue en la naturaleza de Lucifer. En el texto de Ezequiel 28 se habla del príncipe de Tiro como naturaleza del mal. El texto sobrepasa el ámbito humano del personaje para adentrarse en una personalidad anterior que es llamado querubín protector (28:14). En este ser brotó la iniquidad. Es el punto más lejano que tenemos en la Escritura del pecado. Es anterior a Adán. Se genera fuera del ámbito de la creación del hombre.

Hagamos un recorrido por el texto de Ezequiel viendo la personalidad de este querubín, llamado Lucero por Isaías, o Lucifer; cuál es su desarrollo y a través del cual brotó la iniquidad. Lo primero que vemos es que se superponen dos personalidades. Por un lado se habla del príncipe de Tiro, del que se dan algunos datos precisos de su naturaleza y función, pero que pronto se confunde con otra personalidad, la de un ser angelical que le precede, un querubín con existencia anterior a la del propio rey de Tiro. Dos personalidades y un solo carácter. Esta verdad se encuentra en diversos lugares de la Escritura.

Vemos a Satanás operando detrás de la serpiente. Encontramos a Jezabel, que trasciende el ámbito natural de su influencia para alcanzar una trayectoria que la supera y se diversifica en muchas otras personas con su mismo carácter. Incluso vemos al apóstol Pedro, que en un momento de su vida se dejó influir por la forma de pensar de una entidad espiritual que Jesús llama Satanás (Mt.16:23). Lo vemos en la vida de David cuando Satanás se levantó contra Israel y le incitó a hacer un censo de Israel que trajo el juicio de Dios (1 Crónicas 21:1).

Es la influencia del mundo espiritual operando sobre el mundo material. Se trata de una personalidad espiritual actuando a través de personas físicas en el ámbito natural. El profeta Ezequiel ve la personalidad de Satanás detrás de la vida del príncipe de Tiro. Aunque existan elementos de convergencia, también hay factores esenciales que los diferencian. Lo vemos en muchos de los salmos mesiánicos, donde el salmista tiene experiencias en su vida que le trascienden y apuntan hacia la vida del Mesías.

Todo esto para entender que cuando el profeta Ezequiel comienza hablando de una autoridad humana en la persona del príncipe de Tiro, el Espíritu de Dios que inspira al profeta penetra más allá del velo de carne y encuentra una dimensión que le trasciende.

         La iniquidad se abre camino desde la primera rebelión a través de personas que asimilan su carácter y le dan proyección en el ámbito natural.

3 – LA CAÍDA

La caídaLucero/Lucifer/Luzbel

¡Cómo has caído del cielo, oh lucero de la mañana, hijo de la aurora! Has sido derribado por tierra tú que debilitabas a las naciones  (Isaías 14:12).

Vamos a introducirnos ahora en el tiempo pre-adámico. La Escritura no nos da mucha información sobre el origen de Satanás y por tanto del mal, pero tenemos al menos dos ventanas abiertas por donde mirar. Una la encontramos en Isaías 14, la otra está en Ezequiel 28. Por ellas trataremos de encontrar respuestas al origen del mal, la naturaleza corrompida que en su origen fue de luz.

La gran pregunta, −que no tiene respuesta en la Biblia−, es cómo pudo originarse el mal en un ser creado por un Dios bueno. La respuesta más cercana que podemos dar es que este querubín tuvo la posibilidad de tomar sus propias decisiones y rebelarse contra el Creador. Pero no nos adelantemos. En nuestro texto aparece la figura de Lucero, que es la traducción al español del término hebreo «helel», que significa «dar luz, brillar». El vocablo proviene del latín y significa «portador de luz». De donde entendemos que Lucifer, −ángel de luz−, fue transmutado en Satanás, que significa adversario, el que se opone.

En el libro de Isaías encontramos algunos datos interesantes de quién era este Lucero. Se dice que fue derribado al Seol por su soberbia. Tu ostentación y la música de tus arpas (Is.14:11 LBLA). La música está relacionada con este portador de luz caído y derribado al Seol. Esta música no podría ser otra cosa que alabanza a Dios. Algún comentarista ha dicho que su mismo cuerpo era música. El texto dice: has caído del cielo, por tanto, estaba en aquel lugar y no puede tratarse de un ser humano sino angelical. Ezequiel le llama querubín (Ez.28:14). Dijiste en tu corazón: subiré al cielo, por encima de las estrellas de Dios levantaré mi trono, y me sentaré en el monte de la asamblea (Is.14:13 LBLA).

La rebelión brotó de su mismo corazón para elevarse a un estado superior al que le correspondía, levantar un trono de adoración a sí mismo y sentarse en una asamblea, que no puede ser otra que de seres angelicales. En Apocalipsis vemos que una tercera parte de los ángeles le siguieron en su rebelión (Apc.12:4). Y se añade: me haré semejante al Altísimo. Sin embargo, has sido derribado al Seol, a lo más remoto del abismo (Is.14:14,15 LBLA). Aquí encontramos el origen del mal, que en su inicio fue el pecado de soberbia y rebelión.

         Una personalidad angelical, llamada Lucero o Lucifer, se rebeló contra el trono de Dios queriendo ocuparlo. Este arcángel, lleno de música, dirigía la alabanza en el cielo.                 

2 – LA CAÍDA

La caídaLa serpiente

Y la serpiente era más astuta que cualquiera de los animales del campo que el Señor Dios había hecho. Y dijo a la mujer: ¿Con que Dios os ha dicho: «No comeréis de ningún árbol del huerto»?  (Génesis 3:1).

Aquel lugar idílico donde Dios había creado y puesto a Adán y Eva tenía una limitación que en forma de ordenanza le fue transmitida al hombre: un árbol que daba entrada al conocimiento del bien y el mal. Por otra parte, ya existía una personalidad creada −con anterioridad al hombre− que podía mutarse o dar expresión a su naturaleza a través del mundo animal. Esta personalidad —iremos viendo en próximas meditaciones su carácter y naturaleza— iba a introducirse solapadamente en Edén a través de la serpiente, y mantener una conversación cargada de astucia con la mujer.

La Escritura muestra que la serpiente antigua, la que aparece en nuestro texto de Génesis, se le llama diablo y Satanás (Apc. 12:9). Una personalidad escondida detrás de un animal como la serpiente para, aprovechando su astucia y mentira, introducir la duda sobre la palabra de Dios. Todo un manual del protocolo que se ha seguido a lo largo de la historia del hombre para conseguir propósitos malignos: esconderse con astucia y mentira para operar en la mente del hombre alejándole de la palabra de Dios. Este proceso sigue siendo la fórmula para introducir en el mundo físico ideas que proceden de otro espiritual. Pablo lo escribió así mucho tiempo después: Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo (2 Co.11:3 RV60).

La serpiente, es decir, la personalidad de Satanás a través de ella, introdujo un argumento en Eva que alteraba la palabra dicha por Dios. ¿Con que Dios os ha dicho: No comeréis de ningún árbol del huerto?  Eva argumentó bien que se trataba solo del árbol que estaba en medio del huerto, del resto podían comer. Sin embargo, se estableció un diálogo que daría lugar al extravío de los sentidos de Eva, quedando hechizada y fascinada por el poder persuasivo de la serpiente.

Esta conversación introdujo un elemento tan potente en el razonamiento de Eva que la llevó a desear lo que había sido acotado por voluntad de Dios. Pablo dijo: No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres (1 Co.15:33). Volveremos sobre este episodio más adelante, pero ahora nos detendremos en cómo se forjó la rebelión en aquella personalidad que estaba operando detrás de la serpiente, y que más tarde se introduciría en Edén.

         Una personalidad rebelde, preexistente, se introdujo en la serpiente para poder actuar en Edén sobre Eva.    

1 – LA CAÍDA

La caída

Introducción

Después de haber hecho un recorrido panorámico de la realidad del hombre antes de la caída queremos pasar a meditar en algunos pasajes y contenidos teológicos que tuvieron lugar después de ese tiempo de comunión con Dios.

La caída en pecado del hombre marcó un antes y un después radical en muchas áreas. Produjo grandes y graves alteraciones de diversos tipos: en relación a la comunión con Dios, sobre la naturaleza del hombre original, sobre la creación del mundo natural y animal. Todo fue perturbado y las consecuencias llegan hasta nuestros días.

Una vez más vuelven a surgir preguntas alrededor de este hecho. Algunas de ellas no encuentran respuesta suficiente en la Escritura para aclarar todo su contenido y trascendencia, tendremos que conformarnos con el marco que tenemos, sin trasgredir los límites impuestos en la Biblia, ni entrar en especulaciones que no llevan a ninguna parte.

Iremos viendo cómo se introdujo el pecado en la tierra, pero también ahondaremos —hasta donde podamos— en el origen, anterior a Edén, de la transgresión. Haremos un viaje fuera del tiempo actual —la Biblia lo llama el presente siglo malo— para ver cómo se produjo la entrada de la rebelión anterior a la creación de Adán.

Una vez meditados los textos que nos abren una ventana al tiempo pre-adámico, nos adentraremos en el hecho en sí de «La Caída» y sus consecuencias. Veremos temas profundamente teológicos, no exhaustivos, aunque espero que lo suficientemente sólidos, a pesar de su brevedad, para poner un fundamento estable en la verdad que nos ha sido revelada. Llegaremos hasta donde podamos.

No buscamos originalidad ni sensacionalismo. Huimos de la especulación gratuita. Procuraremos ceñirnos a lo revelado en la Escritura hasta donde podemos entender. Por tanto, en esta nueva serie de meditaciones acerca de la pregunta original: ¿Qué es el hombre? haremos un viaje cósmico anterior al tiempo presente, para regresar a nuestro siglo y ver cómo se introdujo el pecado en el mundo y las consecuencias funestas que le siguieron.

Si no entendemos bien este proceso nunca conseguiremos penetrar en la profundidad necesaria de la obra redentora en la cruz del Calvario para comprender nuestra redención. Sin caída no se necesita expiación. Sin la entrada del pecado en el mundo todo el proyecto de redención revelado en las Escrituras no sería más que un mito o especulación entre los que abundan en la historia de las religiones y filosofías humanas. La caída activó el plan predeterminado desde antes de la fundación del mundo para el rescate del hombre en toda su amplitud. Comencemos.

SERIE – 4 / La caída – Índice

La caída

Iniciamos una nueva serie de nuestra andadura a través de la pregunta que nos encontramos en el texto bíblico: «¿Qué es el hombre?«.

Hemos visto algunos detalles sobre lo que fue la vida del primer hombre y su compañera en el huerto de Edén. Ahora nos adentraremos en como se llevó a cabo la caída en pecado y sus consecuencias.

A continuación os dejo el índice de temas que trataremos. Como viene siendo habitual seguiré enviando las meditaciones los lunes, miércoles y viernes. Un saludo cordial.

ÍNDICE:

  1. Introducción
  2. La serpiente
  3. Lucero/Lucifer/Luzbel
  4. La iniquidad en su origen
  5. La iniquidad en desarrollo
  6. La iniquidad conspira
  7. Consecuencias de la conspiración
  8. El misterio de la iniquidad
  9. Justicia es el cetro de su reino
  10. Expulsado del cielo
  11. La serpiente con su astucia engañó a Eva
  12. El árbol era bueno, agradable y deseable
  13. Fueron abiertos los ojos y estaban desnudos
  14. Se escondieron de la presencia de Dios
  15. Buscando culpables
  16. El juicio a la serpiente
  17. El juicio a la mujer
  18. El juicio al hombre
  19. Vestidos de piel
  20. Echados del paraíso como Lucifer del cielo

 

Nota: En esta serie he usado la versión de la Biblia de las Américas (LBLA).