Los impíos (XXXIX) – Regreso a Sinar
Ésta es la iniquidad de ellos en toda la tierra. Y he aquí, levantaron la tapa de plomo, y una mujer estaba sentada en medio de aquel efa. Y él dijo: Ésta es la Maldad; y la echó dentro del efa… Dije al ángel que hablaba conmigo: ¿A dónde llevan el efa? Y él me respondió: Para que le sea edificada casa en tierra de Sinar; y cuando esté preparada lo pondrán sobre su base (Zacarías 5:5-11)
Esta visión del profeta Zacarías nos muestra el destino final de la Maldad. La Escritura comienza con la entrada del pecado en el mundo a través de un hombre, y por el pecado la muerte. Ese pecado se desarrolla a lo largo del contenido bíblico hasta el momento cuando es quitado en un solo día (Zac.3:9). Ese día fue el de la redención llevada a cabo por el Mesías en la cruz del calvario. La sangre de Jesús derramada para la remisión de los pecados. Esta es la buena nueva del evangelio. En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia (Ef.1:7).
El pecado es perdonado mediante la obra redentora del Salvador del mundo, pero su efecto sigue operando sobre el cuerpo pecaminoso y carnal, sujeto a la muerte, hasta el día de la redención final; cuando el postrer enemigo, la muerte, sea derrotado.
Y como el aguijón de la muerte es el pecado (1 Co.15:56), tiene que haber un día cuando el pecado (maldad) es quitado de la tierra dando lugar al día postrero, el siglo venidero. Bien. Ese momento es el que vio el profeta Zacarías. Vio como la Maldad era echada dentro de un efa (recipiente de 35 litros); sobre ella una mujer sentada (que recuerda a la mujer voluptuosa de Apocalipsis que representa a Babilonia). Dos mujeres alzaron el efa entre la tierra y los cielos. El profeta preguntó donde llevaban el efa, la respuesta fue que a una casa edificada en la tierra de Sinar.
Recordemos que fue en Sinar donde los hombres se juntaron bajo el liderazgo de Nimrod, edificaron una ciudad y una torre en oposición a Dios, y de allí se extendió el paganismo y la idolatría a todas las naciones. Hemos hecho en esta serie un recorrido muy amplio de esa influencia. Fue en ese mismo lugar (Edén-Oriente-Babilonia) donde se originó la rebelión del hombre. La Maldad ha recorrido todas las naciones. Ha producido muerte y destrucción a su paso.
También ha llegado a todas las naciones el mensaje libertador de la Maldad: el evangelio de Jesucristo. La Maldad regresa a su lugar de origen: la llanura de Sinar. Parece que el pecado ha culminado su recorrido, una nueva era comienza.
La maldad que anida en el corazón del hombre tiene un recorrido: desde Edén hasta la llanura de Sinar, dejando a su paso muerte y destrucción, que ha sido vencida en la cruz del Calvario.