Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios, diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio (Marcos 1:14,15)
Iniciar un tema de esta envergadura siempre es complejo. La amplitud que contiene, sus diversos enfoques y lo intangible, en ocasiones, de su manifestación, hace que no sea fácil desarrollarlo. Iremos haciendo camino al andar. Dejaremos que el Señor nos guie por su Espíritu, que vaya alumbrando los ojos de nuestro entendimiento, y podamos exponerlo de la forma más adecuada posible para su comprensión.
Ya ahora diremos que el reino de Dios tiene al menos tres vertientes. Una que tiene que ver con su manifestación en nuestro propio corazón, cuando entramos en el reino mediante la fe en el Hijo de Dios, el Mesías de Israel y Redentor del mundo. El es la puerta al reino, y la fe en su nombre, junto con el arrepentimiento, nos permite ser trasladados de la potestad de las tinieblas ―el reino de la oscuridad en que estábamos cautivos a voluntad del príncipe de este mundo― al reino de su amado Hijo (Col.1:13).
En segundo lugar tenemos el reino que ha de manifestarse en Jerusalén, y que aún está por venir. Esperamos su venida. Es la esperanza de Israel. Un reino de justicia y paz que pondrá fin a los reinos de este mundo, plagados de maldad y rebelión. A este reino lo llamamos reino mesiánico, el reino del Mesías Yeshúa, el hijo de David, y del que ahondaremos ampliamente en nuestro recorrido en esta nueva serie.
Y en tercer lugar tenemos lo que la Biblia llama el reino eterno (2 Pedro 1:11). Cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia (1 Co.15:24). Bien. Tres aspectos del reino de Dios que debemos diferenciar.
Comenzaremos viendo algunos aspectos fundamentales del reino que ya ha venido y del que somos parte mediante la fe en Jesús. Es lo que indica claramente el texto que tenemos para meditar. Cuando el Señor dio comienzo a su ministerio público, después de que Juan el Bautista fuera encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino, y diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio. El reino ya ha venido. Se ha manifestado a Israel y las naciones mediante el evangelio. Todos aquellos que reciben el mensaje entran en el reino de Dios, su dominio, su soberanía. Ese reino no es de este mundo.
El reino de Dios ya está entre nosotros, porque el rey Jesús, ya vino para dar su vida en rescate por muchos. Ese es el mensaje del evangelio.