Fundamentos bíblicos para la vida cristiana
Acerca de la Biblia
Los seguidores de la fe cristiana alrededor del mundo suman hoy por lo menos mil millones de personas. Este total incluye a cristianos de todos los sectores de la Iglesia, de todas las zonas de la tierra y multitud de antecedentes raciales. No todos éstos practican activamente su fe, pero todos son reconocidos como seguidores. Como tales, constituyen uno de los mayores y más importantes componentes de la población mundial. Virtualmente todos estos cristianos reconocen que la Biblia es la base autorizada de su fe y su práctica.
La Biblia también desempeña un importante papel en otras dos de las más extendidas religiones del mundo: el judaísmo y el islamismo. De acuerdo con todas las normas objetivas, es el libro más ampliamente difundido, leído e influyente en la historia del género humano. Año tras año continúa encabezando la lista de los libros más vendidos del mundo. Es obvio, por lo tanto, que toda persona deseando adquirir una buena educación general no puede omitir su estudio.
La Biblia, como la conocemos hoy, está dividida en dos secciones mayores: la primera, el Antiguo Testamento, contiene treinta y nueve libros. Fue escrito principalmente en hebreo, aunque algunas porciones se escribieron en un dialecto semítico llamado arameo. La segunda sección, el Nuevo Testamento, contiene veintisiete libros. Los más antiguos manuscritos existentes están en griego.
El Antiguo Testamento describe brevemente la creación del mundo y, en particular, de Adán. Relata que Adán y su esposa, Eva, desobedecieron a Dios y por consiguiente se trajeron una sucesión de consecuencias malignas sobre sí mismos, sus descendientes y todo el entorno en que Dios los había puesto. Entonces procede a trazar en forma resumida la historia de las primeras generaciones de los descendientes de Adán.
Después de once capítulos, el Antiguo Testamento se concentra en Abraham, un hombre escogido por Dios para ser el padre de un pueblo especial, por medio de quien Dios se dispone a proporcionar redención para todo el género humano. Relata el origen y la historia de este pueblo especial, al que Dios da el nombre de Israel. En conjunto, el Antiguo Testamento narra el trato de Dios con Abraham y sus descendientes durante un período de dos mil años.
El Antiguo Testamento revela varios aspectos importantes del carácter de Dios y sus tratos, tanto con individuos como con naciones. Incluida en esta revelación están la justicia de Dios y sus juicios; su sabiduría y su poder; su misericordia y su fidelidad. El Antiguo Testamento hace hincapié sobre todo en la fidelidad de Dios para guardar los pactos y las promesas que hace, tanto si se trata de individuos como de naciones. Céntrico en los planes especiales de Dios para Israel estaba su promesa, sellada por su pacto, de que él les enviaría a un libertador con la misión encomendada por Dios de redimir a la humanidad de todas las consecuencias de su rebelión y de restaurarla en el favor de Dios. El título hebreo de este libertador es Mesías —que literalmente significa “el ungido”.
El Nuevo Testamento relata el cumplimiento de esa promesa en la persona de Jesús de Nazaret. Esto lo indica el título que se le da: Cristo. El nombre se deriva de la palabra griega Cristos, que significa lo mismo que el título hebreo de Mesías, “el ungido”. Jesús vino a Israel como el ungido que Dios había prometido en el Antiguo Testamento. El cumplió todo lo que el Antiguo Testamento había pronosticado acerca de su venida. Visto desde esta perspectiva, el Antiguo y el Nuevo Testamento forman una única y armoniosa revelación de Dios y de su propósito para el hombre.»
Cita del libro “El Manual Del Cristiano Lleno Del Espíritu”
© Derek Prince Ministries International, Inc.