Rebelión/adivinación y obstinación/idolatría
Porque la rebelión es como pecado de adivinación, y la desobediencia, como iniquidad e idolatría. Por cuanto has desechado la palabra del Señor, El también te ha desechado para que no seas rey (1 Samuel 15:23).
El apóstol Pablo había predicado el evangelio en la región de Galacia, muchos de los que oyeron el mensaje lo recibieron con gozo, comenzaron a caminar en fe y por el Espíritu, pero pronto se desviaron del camino recto. Saúl comenzó bien el llamamiento de Dios, obtuvo diversas victorias rápidas sobre las naciones vecinas enemigas de Israel, fue con diligencia a combatir a Amalec cuando le fue requerido por Dios, pero creyendo haber obedecido el mandato divino, pronto se apartó de la fidelidad a la voz de Dios para dejarse guiar por pensamientos propios y opiniones del pueblo.
Pablo encaró a los gálatas con una pregunta determinante: ¿Tan insensatos sois? Habiendo comenzado por el Espíritu, ¿vais a terminar ahora por la carne? ¿Habéis padecido tantas cosas en vano? (Gá. 3:3,4). Por su parte, el profeta Samuel enfrentó al incipiente rey de Israel con un mensaje que ponía en evidencia la fragilidad de su obediencia: La rebelión es como pecado de adivinación, y la desobediencia, como iniquidad e idolatría. Necesitamos el impacto de la palabra de Dios despertando nuestras conciencias de obras muertas, para servir al Dios vivo y verdadero.
¡Es tan fácil apartarse del camino cuando alejamos nuestro oído de la verdad! Luego escogemos un camino de obediencia intermedia. Mezclamos la revelación de Dios con nuestras propias opiniones personales, razonamientos humanos que comienzan con cierta semejanza religiosa que nos apartan de la verdad, pero nos convencen que andamos por camino recto. Hay camino que parece derecho al hombre, pero su fin es camino de muerte (Pr.16:25).
La corrección que hizo Samuel al rey Saúl nos puede parecer exagerada. Equiparó la desobediencia —«obstinación» dice en la Biblia RV60— con el pecado de idolatría, y la rebelión con adivinación. Pablo habló de perturbación (Gá.5:12) sobre las iglesias de Galacia por la mezcla del evangelio con la justicia propia. La Escritura es muy seria en la defensa de la verdad de la palabra de Dios. Saúl fue rechazado, y desde ese momento su vida se convirtió en un infierno para él mismo y para los que estaban cerca de él. Los gálatas corrían el peligro de caer de la gracia y que el evangelio les hubiese sido predicado en vano.
Mantener una actitud de obstinación en el error conduce a la idolatría, y subestimar la palabra de Dios atrae un espíritu de adivinación.