La conferencia de París pretende dividir Israel

Torre Eiffel (3)En pocos días, exactamente este próximo domingo día 15 de enero, se reunirán más de setenta naciones en París, en una conferencia que han llamado de paz, pero que en su orden del día está la intención de forzar a Israel a aceptar condiciones sobre la división de su tierra impuesta desde la comunidad internacional, sin las negociaciones directas entre la Autoridad palestina y el gobierno de Israel. Por ello, y ante los momentos proféticos y críticos que estamos viviendo he propuesto llamar a todos aquellos hermanos que comprenden el conflicto que se está desarrollando y las consecuencias mundiales que se derivan de él, a unirnos en días de humillación, oración y ayuno, cuyos aspectos mas relevantes recojo en los dos siguientes artículos.

Ante la «conferencia de paz» en Paris

Propongo:

         Unirnos en oración y ayuno los próximos días por la llamada «Conferencia de paz» del domingo día 15 de enero. Lo que en realidad pretenden las 70 naciones que asistirán (no habrá representaciones del gobierno Israelí ni de la Autoridad palestina) es dividir la tierra de Israel en dos estados con el vano intento de conseguir la paz en la zona.

         Setenta naciones del mundo quieren oponerse a la palabra de los profetas de Israel, y el pacto que el Eterno hizo con Abraham de darle la tierra a su descendencia para siempre.

         El gobierno hebreo teme que esta conferencia fuerce nuevas sanciones y medidas contra Israel, después de las recientes resoluciones en la UNESCO y la ONU contra el estado judío, en un intento manifiesto de islamizar Jerusalén, borrando todo vestigio de historia judía en la zona, y por añadidura del cristianismo. El ministro de defensa de Israel ha dicho que «se trata de la cumbre de un moderno juicio de Dreyfus. El acusado, en lugar de ser un solo judío, será toda la nación israelí»; se refiere al famoso «affaire Dreyfus» que degeneró en un impulso del antisemitismo.

         Además tenemos a la casi extinta administración Obama queriendo dejar su sello islamista en apoyo a la causa palestina y contraria a Israel, como ya se ha hecho palpable en la resolución 2334 de la ONU del pasado día 23 de diciembre, sobre los llamados «asentamientos», una farsa más de quienes pelean contra la verdad revelada.

         En definitiva, estamos ante una conferencia que puede marcar una hoja de ruta que ponga a muchas naciones ante el juicio de Dios que recae entre quienes reparten «mi tierra», y echan suertes sobre «mi pueblo». Así está escrito en el libro del profeta Joel:

                Porque he aquí que en aquellos días, y en aquel tiempo en que haré volver la cautividad de Judá y de Jerusalén, reuniré a todas las naciones, y las haré descender al valle de Josafat, y allí entraré en juicio con ellas a causa de mi pueblo, y de Israel mi heredad, a quien ellas esparcieron entre las naciones, y repartieron mi tierra; y echaron suertes sobre mi pueblo… (Joel 3:1-3).

         Observa que aunque estos sucesos están relacionados con el tiempo del fin, el juicio del Señor contra las naciones es por haber esparcido a Israel, repartir su tierra y echar suertes sobre el pueblo del Señor. Exactamente lo que pretende esta conferencia el día 15 de enero en Paris.

         El salmista nos recuerda en el Salmo 2 que se levantan los reyes y las naciones de la tierra contra el Señor, contra el Mesías y contra Sión/Jerusalén; pero Él se reirá de ellos, hablará en su furor y los turbará con su ira.

         También el salmista nos descubre en el Salmo 83 las estratagemas de los enemigos de Israel. Han consultado astuta y secretamente contra su pueblo. Han entrado en consejo contra tus protegidos (83:3). Se confabulan contra el Señor en la persona del Estado de Israel, han hecho alianza para oponerse al cumplimiento del plan eterno de Dios revelado por sus profetas, con Jerusalén como eje de sus ataques (83:4,5). Hoy están confabulados casi todos los organismos mundiales contra Israel. La Liga árabe; la ONU con un porcentaje amplísimo de naciones islámicas que siempre votan contra la única democracia en Oriente Medio; la UNESCO; la CEE (Comunidad Económica Europea) que es una de las entidades que mantiene económicamente la estrategia palestina de desgastar a Israel; el BDS (Boicot, Desinversión y Sanciones) con su presión sobre las empresas israelíes escondiendo el antisemitismo de siempre y la estrategia de aniquilación ancestral de Israel. Me recuerda que «el mundo entero está bajo el maligno», pero hay quienes son de Dios (1 Juan 5:18).

ISRAEL ENTRE PAÍSES ISLÁMICOSHay unas 22 naciones musulmanas alrededor del minúsculo estado de Israel que tienen como objetivo prioritario su aniquilación, por el único motivo de estar en medio de la tierra del islam, un aviso inequívoco de que los profetas de Israel estaban en lo cierto y su restauración en la tierra prometida es un hecho insoportable para la cosmovisión coránica. Pero una vez «aniquilada» Israel, el siguiente paso en la agenda islámica es el exterminio (ya ha comenzado en Oriente Medio) de los cristianos para imponer su gobierno mundial bajo su falso mesías llamado en la ideología islámica «el Magdi».

         La voz profética de Isaías anuncia la voluntad del Eterno Dios y único Dios, el Dios de Israel y los cristianos genuinos, diciendo: «Por amor de Sión no callaré, y por amor de Jerusalén no descansaré, hasta que salga como resplandor su justicia, y su salvación se encienda como una antorcha» (62:1). Y después anuncia que ha puesto guardas sobre sus muros, para que todo el día y toda la noche no callen jamás, hasta que restablezca a Jerusalén, y la ponga por alabanza en la tierra (62:6,7).

         Levantémonos, entonces, en favor de Jerusalén en estos días de confabulación de las naciones para dividir la tierra, echar a los judíos de su heredad y expandir el totalitarismo islámico, la gran sumisión al poder del tirano. Eso y mucho más es lo que está en juego en estos días ante nuestros ojos.

Por tanto, como nos enseña el apóstol de los gentiles, debemos conocer el tiempo, y levantarnos del sueño, porque ahora está más cerca nuestra salvación que cuando creímos (Rom. 13:11-14). Vistámonos las armas de la luz orando y ayunando para que el Señor confunda las maquinaciones de las naciones en la próxima conferencia de París.

Escoge un día a partir de mañana (miércoles 11/1/2017) para ayunar y orar por Israel hasta el domingo día 15 que comenzará la conferencia en París.

POR ISRAEL – Oración y ayuno

the-power-of-prayerAnte la conferencia de paz en París… 

         Como sabéis por otro artículo publicado en esta misma página web, el próximo domingo día 15 de enero se celebrará una «conferencia de paz» en París, para tratar el conflicto árabe-israelí.

         He sido movido a proponer un día de ayuno y oración para humillarnos delante del Señor con el fin de que nuestros gobernantes no adopten una postura contraria a su voluntad. Varios hermanos ya me han comunicado que ayunarán estos días. El tema que abordarán es altamente sensible por múltiples motivos, yo me centraré en los puramente espirituales que emanan de la revelación en las Escrituras.

         Hay demasiados «comunicadores», políticos, y gobernantes que abordan este espinoso tema sin la luz que brota de los pensamientos de Dios, por ello, la iglesia del Señor debe alzar su voz para echar luz en la medida que hayamos recibido luz en este caso. La lámpara que nos alumbra en medio de los lugares oscuros en los que estamos viviendo en la actualidad es siempre su Palabra, aquella que es lámpara a nuestros pies y lumbrera en nuestro camino.

         Los que creemos en la Biblia como la palabra de Dios, entendemos que hay suficiente base bíblica para saber que la tierra que llamamos «prometida», lo fue, sí, fue prometida mediante un pacto a Abraham y su descendencia para siempre; y sabemos que Dios no cambia, ni hay sombra de variación en Él. Por tanto, a pesar de la complejidad de este conflicto que dura décadas (o si queremos siglos), la Palabra de Dios sigue siendo la misma y  no ha cambiado.

       Torre Eiffel (2)  La conferencia de París está diseñada por naciones europeas, especialmente Francia, que pretenden forzar a Israel y los palestinos a aceptar las medidas que se adopten en ella. Como quiera que las naciones del viejo continente se han arrogado un papel que no les corresponde, creemos que han entrado en un terreno que puede tener consecuencias dramáticas para la historia posterior de estas naciones. Por ello, estamos en nuestra obligación de ponernos en la brecha en favor de la tierra, para apartar el juicio que conlleva la soberbia de los pueblos contra el Dios de Israel, y por el contrario, vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio. Esta es nuestra motivación.

No estamos diciendo que el gobierno de Israel viva en la perfecta voluntad de Dios, hay muchos judíos que son mas antisemitas que los propios musulmanes, pero sí sabemos que «el que os toca, toca la niña de su ojo» (Zac.2:8). Y porque amamos a nuestras respectivas naciones no queremos que nuestros gobiernos tomen medidas que aceleren la ira de Dios sobre nuestra nación. Nuestros pecados son muchos, no añadamos más; humillemos nuestros rostros ante el Santo de Israel y seamos portadores de vida y no de muerte a  nuestra generación.

         Para los que os unáis en esta batalla espiritual por el bienestar de la nación hebrea, deciros que podéis usar los Salmos de la Biblia para orar durante el tiempo que dediquéis a la intercesión. Algunos de ellos pueden ser el salmo 80, el 83, el 105 y muchos más. En realidad todo el libro de Salmos es muy útil para orar en voz alta, adaptando lo necesario a la situación actual.

         Esta propuesta no es institucional, ni depende de ningún organismo oficial, nace del corazón, en la soledad, y para honra y gloria de nuestro Dios. Tengo muy presente la oración del profeta Habacuc, que en tiempos convulsos como los nuestros levantó su voz al trono de la gracia, diciendo en tono vehemente: «Oh Señor, he oído lo que se dice de ti y temí. Aviva, oh Señor, tu obra en medio de los años, en medio de los años dala a conocer; en la ira, acuérdate de tener compasión» (Hab. 3:2 LBLA). Y yo digo, AMÉN.

Janucá coincide este año con Navidad

Janucá (2)Pero, ¿qué es Janucá? Seguramente a la mayoría de vosotros os suena el nombre, lo relacionáis con una fiesta judía, pero tal vez los datos sobre los que se fundamenta esta fiesta ya no sean tan claros en la memoria.

         Janucá es una fiesta importante del calendario hebreo aunque no aparezca en la lista de las grandes fiestas anuales del Señor. El fundamento histórico que la sustenta tuvo lugar en el llamado periodo intertestamentario, es decir, entre el último libro del Antiguo Testamento, y el primero del Nuevo. Después del exilio babilónico, los judíos volvieron a su tierra cuando el rey Ciro el persa proclamó un edicto que todos los judíos que quisieran pudieran regresar a Judea para reedificar el templo del Jerusalén que había sido destruido en días de Nabucodonosor. Es el periodo que llamamos de la restauración, y cuyos protagonistas principales más conocidos fueron Zorobabel (de la casa de David), Esdras, Nehemías, Hageo y Zacarías.

         Pasado un tiempo, el imperio persa fue conquistado por Alejandro Magno, el rey macedonio que expandió la cultura griega llamada Helenismo. Muerto de manera prematura el conquistador macedonio, el imperio quedó dividido entre sus cuatro generales principales. La parte que incluía el antiguo reino de Israel, ahora Judea y Samaria, quedó bajo la dinastía de los seleúcidas sirios.

         Entre los años 175 al 164 a.C. el reino sirio-seleúcida estuvo dominado por Antíoco IV Epifanes. Este rey quiso erradicar el judaísmo implantando el helenismo griego. Muchos judíos ya habían aceptado la asimilación; los jóvenes de Jerusalén hacían gimnasia desnudos siguiendo el modelo griego, incluso, muchos de ellos removieron quirúrgicamente los rastros de la circuncisión de sus cuerpos. Se prohibió la celebración del shabat, la circuncisión y el estudio de la Tora bajo pena de muerte. Se construyeron altares a los dioses griegos en las ciudades de Judea. Una vez al mes se supervisaban todas las casas, si los oficiales del ejército encontraban copias de las Escrituras o alguno de los jóvenes había sido circuncidado, mataban a toda la familia.

         El quince del mes Kislev (que corresponde a diciembre) del año 168 a.C. Antíoco violó el lugar santísimo del templo de Jerusalén levantando un altar pagano. Más tarde fue colocada una estatua de Júpiter y ofrecido el sacrificio de un cerdo, el animal mas detestable para los judíos. Esta abominación se llevó a cabo el día veinticinco de Kislev del año 168 d.C.

         Al año siguiente, en la pequeña ciudad de Modín, al occidente de Jerusalén, un oficial sirio puso una estatua de Júpiter y ordenó al anciano sacerdote Matatías que sacrificara un cerdo en el altar. El sacerdote se negó, y cuando uno de los judíos renegados quiso hacerlo, Matatías llevado por una furia incontrolada lo mató y también al oficial sirio. Escapó con sus cinco hijos a las montañas de Judea comenzando así una guerra de guerrillas contra el ejército sirio. Es lo que conocemos como la rebelión de los macabeos.

januca (3)  Poco tiempo después, en el año 165 a.C., y tras diversas victorias sobre los griegos-sirios, el templo fue purificado de nuevo por Judas macabeo, hijo del sacerdote Matatías, y restaurados los sacrificios ordenados en la ley de Moisés. Sin embargo, cuando fueron a realizar la purificación solamente tenían aceite para un día, y milagrosamente, esa aceite se mantuvo encendida durante los ocho días que duró la purificación del templo, dando así inicio a la fiesta de Janucá. Esa purificación es lo que se celebra en la fiesta de las luces, o dedicación.

         Llegando a la época del Mesías-Rey de Israel en la persona de Yeshúa, nos encontramos en el evangelio de Juan 10:22-23 con la misma fiesta, celebrada por Jesús. Celebrábase en Jerusalén la fiesta de la dedicación. Era invierno, y Jesús andaba en el templo por el pórtico de Salomón. Es la fiesta de Janucá, que nos recuerda la victoria de Judas macabeo sobre el ejército sirio; el triunfo de la restauración de la Ley de Dios y la derrota del Helenismo.

         Una buena parte de este episodio lo tenemos anunciado proféticamente en el libro de Daniel. Puedes leerlo en Daniel 8:11-14; 11:21 y 31. También en el libro de los Macabeos que no figura en el canon de la Escritura hebrea ni protestante, sí en la católica.

         Seguramente el autor de la carta a Hebreos pensaba, entre otros, en el periodo de los Macabeos cuando escribió: que por la fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas… sacaron fuerza de debilidad, se hicieron fuertes en batalla, pusieron en fuga ejércitos extranjeros… Otros experimentaron vituperios y azotes, y a más de esto prisiones y cárceles… anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados; de los cuales el mundo no era digno; errando por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra. Y todos estos, aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe, no recibieron lo prometido (Hebreos 11:33-40).

         Este año la fiesta de Janucá coincide con la de Navidad. En ella se encienden ocho velas para recordar la purificación del templo en ocho días; se envían regalos, y es un tiempo de gran alegría. La luz, simbolizada por la vela encendida, echa fuera la oscuridad que pretende apagar el testimonio de Dios en la tierra.

Jesús es la luz del mundo, y el que le sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de vida. Por tanto, Janucá y Navidad deben recordarnos la victoria de la luz sobre las tinieblas. Proclamemos ese triunfo, no dejándonos dominar por quienes pretenden erradicar la manifestación gloriosa de los hijos de Dios.

El muro alrededor de Ain al-Hilweh no se critica

muro-campo-refugiados-libano-kpTH--620x349@abcAin al-Hilweh es un campo de refugiados palestinos, donde más de 120.000 personas viven apiñadas en condiciones miserables.

Las autoridades, «por motivos de seguridad» están construyendo un muro que rodeará completamente el campo e impedirá la libre entrada o salida de la población.

¿Por qué la Asamblea General no condena la construcción del muro? ¿Por qué no hay discursos protestando contra ese muro? ¿Por qué no hay manifestaciones de multitudes en las calles de las ciudades europeas y árabes condenando a Israel por este muro?

La respuesta es muy simple: Ain al-Hilweh no está en la Cisjordania. Está en el Líbano, en las afueras de la ciudad de Sidón. Quienes construyen el muro no son las fuerzas israelíes. Son los libaneses.

Hay una ley general en el conflicto árabe-palestino: un acto es condenable sólo cuando se le puede atribuir a Israel.

Si Kuwait expulsa a 400.000 palestinos nadie protesta. Si en Siria matan a miles de palestinos, nadie, incluyendo a la Autoridad Palestina, alza su voz en protesta. Si el Líbano está rodeando con un muro de hormigón a 120.000 palestinos, la comunidad internacional no lo considera digno de mención. Las flotillas de «idealistas» que manifiestan su apoyo a Hamás no tienen ningún interés por los palestinos que son víctimas de injusticias a manos de árabes.

Los refugiados palestinos que residen en el Líbano en su gran mayoría han nacido en el Líbano. Son bisnietos, nietos e hijos de los refugiados que llegaron al Líbano hace siete décadas. Se les niega la ciudadanía libanesa, se les impone restricciones en los trabajos que pueden ejercer, y se les limita su libertad y sus derechos básicos.

Ningún país democrático trata así a los refugiados y a sus descendientes. No hay motivo, excepto la hipocresía, para que la comunidad internacional no exija a los árabes que traten a los descendientes de palestinos que residen en sus países con la justicia que estos merecen. Ha llegado el momento de que las Naciones Unidas exijan del Líbano que cese esa política de apartheid y deje de tratar a los nacidos en el Líbano, descendientes de palestinos, como ciudadanos de ínfima categoría.

Artículo publicado por David Mandel en Mi Enfoque #617, Diciembre 9, 2016

Las cruzadas, respuesta a cuatro siglos de invasiones islámicas

Las cruzadasSegún una de las mejores periodistas del siglo XX, Oriana Fallaci, las cruzadas fueron la respuesta a cuatro siglos de invasiones, ocupaciones, vejaciones y carnicerías del islam. Fueron una contraofensiva para bloquear el expansionismo islámico en Europa. Para desviarlo hacia Oriente, la India, China, incluso hacia Rusia y Siberia, donde los Tártaros convertidos al islam, estaban ya difundiendo el Corán [1].

         Concluidas las Cruzadas, los hijos de Alá volvieron a torturar Europa como antes, y más que antes. Esta vez por mano de los turcos del Imperio otomano. Un Imperio que  hasta el año 1700 concentró sobre Occidente toda su codicia, su voracidad, y transformó Europa en su campo de batalla preferido [2].

         En 1356, es decir, ochenta y cuatro años después de la Octava Cruzada, los turcos se apropiaron de Galípoli, la península que a lo largo de cien kilómetros se extiende por la orilla septentrional del estrecho de los Dardanelos. Desde allí partieron hacia la conquista de la Europa sur-oriental y en un abrir y cerrar de ojos invadieron Tracia, Macedonia y Albania. Doblegaron a la Gran Serbia, paralizando Constantinopla que quedó aislada del resto de Occidente [3].

         En 1396 detuvieron su avance para hacer frente a los Mongoles (también islamizados), pero en 1430 retomaron la marcha ocupando la veneciana Salónica. Tras arrollar a los cristianos en Varna en 1444, se aseguraron la posesión de Valaquia, de Moldavia, de Transilvania, en definitiva de todo el territorio que hoy se denomina Bulgaria y Rumania [4]. Un capítulo aparte merece el asedio y posterior conquista de Constantinopla en 1453.

         Los turcos fueron los primero en Europa en tener un ejército permanente desde la época romana. El Imperio otomano vivía para la guerra; todos sus gobernadores eran generales; todos los policías eran jenízaros; cada paso montañoso tenía sus propios guardias y en cada camino había un puesto militar. El Imperio se preparaba para la tarea que mejor desempeñaba y con la que aparentemente más disfrutaba: ir a la guerra [5].

Los turcos otomanosLa segunda bestia del Apocalipsis

         Creemos que una de las claves para desentrañar algunos de los misterios del libro de Apocalipsis es un acercamiento a la historia. Según mi maestro Egom Sanstrom, gran parte del contenido del último libro de la Biblia es historia pasada, queda muy poco por cumplir. Otra cosa es que se repitan periódicamente acontecimientos similares, porque no hay nada nuevo debajo del sol.

         Desde el año 96 d.C., cuando se escribió el Apocalipsis, hasta el 2016 actual, han ocurrido muchos acontecimientos históricos que no pueden ser pasados por alto. Uno de ellos es el advenimiento del islam en el año 632 d.C. con sus invasiones de la cristiandad de una manera fulgurante; y otra la llegada de los turcos a través del Imperio otomano en el siglo XIV, que le dio un nuevo impulso, cuando la dinastía de los abasidas estaba en decadencia.

         En este sentido vemos en los textos del libro profético de Juan una clara alusión a estas dos invasiones brutales, que relacionamos con las dos bestias mencionadas, y que se mantuvieron durante siglos, estableciéndose en naciones tradicionalmente cristianas, anulando la fe bíblica e implantando el islam, produciendo así una gran apostasía, a la vez como respuesta a la decadencia de la cristiandad. Todo ello nos permite ver un paralelismo abrumador con el rebrotar actual del islamismo radical salafista, que no es otra cosa que regresar al islam de los orígenes, el de las conquistas, la esclavitud, la intolerancia y la muerte en masa.

         Fijémonos en este texto de Juan: La bestia que has visto, era, y no es; y está para subir del abismo e ir a perdición; y los moradores de la tierra, aquellos cuyos nombres no están escritos desde la fundación del mundo en el libro de la vida, se asombrarán viendo la bestia que era y no es, y será [6].

         Identificamos aquí al imperio babilónico, que había sido en tiempos de Nabucodonosor; en la época de Juan no era (el Imperio que dominaba el mundo en ese momento era el Romano); y que vendría. Está para subir del abismo (creemos que se trata del sistema político-religioso islámico que aún no había aparecido, lo hizo en 622 d.C.) y hacer daño a la tercera parte del sol [7], la tercera parte de la luna y la tercera parte de las estrellas, todas ellas figuras de Cristo, la iglesia y los líderes; en definitiva, de la cristiandad predominante en los días cuando apareció el islam en la historia.

         La bestia ha rebrotado con fuerza. Podemos ignorarla, como hacen muchos de nuestros políticos y medios de comunicación, pero los que tienen  ojos abiertos saben que la naturaleza del islam contiene un germen que sobrepasa la razón humana, no es racional, es supra racional, procede del abismo e irá a la perdición.

         Las cruzadas fueron una respuesta frustrada ante el avance de la bestia y su fuerza; finalmente se frenó su expansión; luego llegaron los turcos otomanos y le dieron nueva vida, como si la herida mortal del islam hubiera sido sanada [8]; y se maravilló toda la tierra en pos de la bestia; y hacía que los moradores de la tierra adoren a la primera bestia, cuya herida mortal fue sanada. El que tenga oídos para oír, que oiga.

         En cierta ocasión, los representantes del sistema religioso pidieron a Jesús que callara a aquellos que daban voces alabando al Dios de Israel en la persona del Mesías, clamando por el rey que viene en el nombre de Señor. El Maestro les respondió: Os digo que si éstos callaran, las piedras clamarían [9].

Hay algunas piedras clamando hoy en forma de políticos, periodistas, escritores y algunos predicadores, anunciando la devastación de la bestia en Oriente Medio, Europa, África y otros lugares, pero el oído de este pueblo y esta sociedad se ha endurecido y cerrado para no oír. La soberbia nos ciega. La dureza del corazón apaga la luz de la verdad. Mientras tanto, avanza el mal en sus múltiples formas.

         El evangelio anuncia la victoria de aquel que monta el caballo blanco, cuyo nombre es Fiel y Verdadero [10]; el que ha salido para vencer, porque es vencedor; y los que están con él son llamados, elegidos y fieles [11]. Amén.

NOTAS:

[1] – La fuerza de la razón. Oriana Fallaci.

[2] – Ídem

[3] – Ídem

[4] – Ídem

[5] – Los señores del horizonte. Jason Goodwin

[6] – Apocalipsis 17:8

[7] – Apocalipsis 8:12

[8] – Apocalipsis 13:3,12

[9] – Lucas 19:37-41

[10] – Apocalipsis 19:11

[11] – Apocalipsis 17:14

Los turcos dieron un nuevo impulso al islam

Mezquita de santa sofiaCuando las invasiones árabes empezaron a flaquear, surgieron los turcos, que dieron un nuevo vigor al islam. Fueron destructivos en extremo. No eran de raza árabe ni semita, sino de origen turano (Asia Central). 

Los turcos selyúcidas no tenían religión, habían llegado del Asia Central y estaban acampados en los alrededores de Samarcanda, donde se hicieron musulmanes, aceptando el mensaje de Mahoma en el siglo XI.

En 1055 a.C. Toghrull Bey, príncipe mayor de la casa seleúcida, aceptó la invitación del Califa abasida, que había sido atemorizado por las intrigas de su ministro Basasiri, para entrar en Bagdad como campeón del islam suní y fue proclamado rey de Oriente y Occidente, con poder temporal supremo sobre todos los países que debían obediencia espiritual al Califa. Este príncipe seleúcida expulsó a los consejeros rebeldes y envió un mensaje al Califa para ofrecerle sumisión a él y al Corán.

En poco tiempo los turcos fueron el nuevo impulso en las invasiones islámicas, formando el Imperio Otomano y el sultanato que duró hasta el fin de la Primera Guerra Mundial (1918).

Cuando el islam estaba en declive, fueron los turcos otomanos quienes lo hicieron resurgir con nuevo impulso. Pusieron en jaque a la Cristiandad, llegando hasta las mismas puertas de Viena, después de haber conquistado la antigua Constantinopla, capital del Imperio Bizantino, en 1453. Fue Mehmet II quién derrotó al último emperador del antiguo Imperio Romano de Oriente,  extendiéndose por Europa Oriental a sangre y fuego.

El evangelioLas dos bestias de Apocalipsis

         El libro de Apocalipsis muestra la llegada de una primera bestia que irrumpe en el escenario mundial para oscurecer la luz del evangelio, representado por el sol (figura de Jesús), la luna (figura de la iglesia) y las estrellas (figura de los líderes).

         El cuarto ángel tocó la trompeta, y fue herida la tercera parte del sol, y la tercera parte de la luna, y la tercera parte de las estrellas, para que se oscureciese la tercera parte de ellos, y no hubiese luz en la tercera parte del día, y asimismo de la noche (Apc.8:12).

         Creemos que la primera bestia de Apocalipsis 13 representa la llegada del islam, que en el año 638 d.C. su califa Omar conquistó Jerusalén. En poco tiempo se extendió por todo el Oriente Medio, Asia, la cuenca Mediterránea y el norte de África, hasta la península ibérica en 711. Esas regiones habían sido hasta la llegada del islam asentamiento del cristianismo primitivo. Países tradicionalmente cristianos fueron invadidos por el islam, y muchos de ellos convertidos a la fe coránica hasta hoy.

         Una vez que las conquistas árabes perdieron fuerza en la época del califato abasida de Bagdad, fueron los turcos otomanos, representados (según creemos) por la segunda bestia de Apocalipsis, quienes le dieron un nuevo impulso, realizando nuevas conquistas con la fuerza inicial del islam.

         Después vi otra bestia que subía de la tierra; y tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero, pero hablaba como dragón. Y ejerce toda la autoridad de la primera bestia en presencia de ella, y hace que la tierra y los moradores de ella adoren a la primera bestia, cuya herida mortal fue sanada (Apc.13:11,12).

         La naturaleza de las conquistas Otomanas, especialmente a través de sus diez primeros sultanes, pusieron de manifiesto la fuerza destructiva que identificó su avance hasta alcanzar Centroeuropa. Hoy tenemos a Turquía, con más de cien millones de turcos musulmanes, presionando para entrar a formar parte de la CEE, con el presidente islamista Erdogan a la cabeza.

CONTINUARÁ…

Jerusalén es la ciudad del gran Rey

Unesco (2)El pasado día 13 de octubre la UNESCO adoptó una resolución por iniciativa palestina para desarraigar de la ciudad de Jerusalén todo vestigio judío, de tal forma que niega haya habido un templo judío en la llamada explanada de las mezquitas, y el Muro Occidental o de las Lamentaciones, pasa a tener solamente un nombre árabe, negando su vinculación al templo antiguo.

         Varias naciones (24) de mayoría musulmana votaron a favor de esta resolución, 6 votaron en contra, y otras tantas (26) se abstuvieron, entre ellas la nuestra, España. Han corrido ríos de tinta para poner de manifiesto la arbitrariedad de esta decisión que pretende, por enésima vez, desalojar a Israel de su tierra, a través de una campaña de desprestigio internacional.

         El mundo islámico, que históricamente ha tenido poco o ningún interés en la ciudad, salvo en algunos episodios esporádicos, ha hecho desde hace años una causa especial de Jerusalén, reclamando derechos históricos y negándoselos a Israel.

        islam Veamos algunos datos. En el Corán no aparece ni una sola vez la ciudad de Jerusalén. Por su parte en la Biblia se encuentra en más de 800 ocasiones. El vínculo inicial de Mahoma con Jerusalén se debe a un supuesto viaje nocturno que hizo el profeta del islam en una misma noche, recorriendo más de 2.500 kilómetros entre ida y vuelta a lomos de su caballo Buraq. En el inicio del islam su profeta orientó el rezo hacia la ciudad judía, eran los días iniciales de su predicación en la Meca. Poco más de un año después la cambió hacía la ciudad sagrada del islam.

         Mientras Jerusalén estuvo bajo dominio del imperio otomano, fue una ciudad desatendida por los árabes, aunque sí hubo siempre diversas comunidades judías en ella. Por su parte, después de la guerra de la independencia en 1948, quedó bajo administración jordana. En ese tiempo entre 1949 y 1967 se destruyeron 58 sinagogas que había en el barrio judío; en el cementerio del monte de los Olivos se construyeron letrinas, y el Muro de las Lamentaciones quedó como un pasadizo oscuro, descuidado y lleno de basura. En definitiva, una ciudad desatendida y sin valor para los palestinos.

      
Jerusalén Jerusalén ocupa un lugar central en la Biblia

         Los profetas de Israel dejaron escrito: «de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra del Eterno» (Isaías 2:3 y Miqueas 4:2).

         Jesús dijo de ella que era la ciudad del gran Rey (Mateo 5:35), recogiendo un texto del libro de Salmos 48:2. Se dice de la ciudad que será una piedra pesada para todos los pueblos (Zacarías 12:3).

         En esta ciudad Jesús echó del templo a los cambistas que se lucraban con el negocio religioso, convirtiendo la casa de oración en casa de mercado. Fue en ella donde enseñó a las multitudes, donde entregó su vida en rescate por muchos, donde fue levantado en una cruz para el perdón de los pecados de la Humanidad, y donde resucitó al tercer día. También fue allí donde fue elevado al cielo y a donde regresará para establecer su reino mesiánico.

         Todo ello, y mucho más, está vinculado a la ciudad de Jerusalén, un lugar sagrado para judíos y cristianos, y siglos después para los musulmanes por haber edificado en la explanada del templo la mezquita de Al-aqsa. Lugar que niegan haya existido nunca un templo judío. No hubo uno, sino dos. Y fue en ese mismo lugar donde los primeros discípulos anunciaron el evangelio, y partiendo de Jerusalén llegó a Judea, Samaria y hasta lo último de la tierra.

          El evangelioParadójicamente el mundo cristiano ha permanecido en silencio ante la resolución falaz de la UNESCO, cediendo así, una vez más, al avance del islam militante, mostrando una indiferencia vergonzosa en defensa de la fe que predica. Porque no nos engañemos, en última instancia, esa resolución viene a poner en duda las mismas bases de nuestra fe, negando el testimonio de las Escrituras.

         Esta parece ser una batalla de Israel, y lo es, pero también nuestra, la de todos los cristianos que amamos la verdad revelada. Jerusalén será un día la ciudad donde se establecerá el trono de David, y desde donde reinará el Mesías con justicia y paz. Esperamos su venida. Mientras tanto, las naciones se juntan y piensan cosas vanas, hacen resoluciones ridículas que nunca podrán torcer los tiempos y las sazones que el Padre ha puesto en su sola potestad.

Han sido detenidos 636 yihadistas en España

islamDesde los atentados en los trenes de Madrid en marzo de 2004 han sido detenidos en España un total de 636 yihadistas.

Dos de esas detenciones más recientes han sido la de dos ciudadanos españoles de origen marroquí –Karim el Idrisi Susi de 27 años, y el segundo identificado como O.S.A.A. de 18 años− fueron detenidos en Madrid acusados de terrorismo yihadista.

Uno de los detenidos es un estudiante de informática de 27 años que veía videos de propaganda yihadista en clase y amenazaba con masacrar a sus compañeros. Susi intentó unirse al Estado Islámico, pero fue detenido por las autoridades turcas al intentar cruzar la frontera hacia Siria.

Este estudiante de informática justificaba públicamente los atentados yihadistas del Estado Islámico, diciendo que era la forma ideal de gobierno para todos los musulmanes. Según el Ministerio del Interior, Susi acudía a una biblioteca pública casi a diario para conectarse a internet y visitar webs yihadistas.

El mismo personaje también criticó a los musulmanes moderados expresando su esperanza de que algún día España se convirtiese en un emirato islámico. Susi veía videos de propaganda del Estado islámico durante las clases de informática, y amenazó en varias ocasiones con llevar armas a clase para matar a sus compañeros.

Con noticias como esta no podemos dejar de pensar que vivimos en una sociedad en la que nunca sabemos dónde podemos encontrarnos con un criminal dispuesto a matar en nombre de dios del islam. Eso debería llevarnos, además de orar por las autoridades para que sean detenidos, a ser conscientes de que la eternidad puede estar a la vuelta de la esquina, y para ello debemos atender al mensaje del evangelio con urgencia.

El evangelioEl evangelio enseña a orar por las autoridades.

         En el evangelio de Jesús encontramos enseñanzas dirigidas a orar por nuestras autoridades, y no solamente orar, sino someternos a ellas como puestas por Dios. El apóstol Pablo lo expresó de forma clara: Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos [1].

         El islam pretende que hay una ley superior, la ley islámica o sharía, que está por encima de las leyes humanas, y por tanto, parten de la supremacía del islam coránico y de los Hadiz para regir los gobiernos de la tierra.

El evangelio también dice que es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres, pero a la vez, enseña que las autoridades han sido puestas por Dios para impartir justicia, no lo están para infundir temor –eso sí lo llevan a cabo los grupos yihadistas indiscriminadamente− al que hace el bien, sino al malo, porque es servidor de Dios para el bien de la sociedad. El Estado es servidor de Dios, tiene la espada –autorizados para hacer uso de la fuerza en los casos necesarios− para castigar al malo y todos aquellos que ponen en riesgo la convivencia en sociedad.

         En evangelio nunca da vía libre para matar a nadie, ni siquiera en los casos donde el Estado se convierte en tirano y opresor. El evangelio es de los pacificadores. También enseñan los profetas a buscar el bien y la prosperidad de la sociedad donde se vive [2], no su destrucción. A orar por las autoridades para que podamos vivir quieta y reposadamente, en toda piedad y honestidad [3]. Y añade, porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad [4].

         También el profeta Isaías se pregunta: ¿Será rescatado el cautivo de un tirano? Así dice YHVH: Ciertamente el cautivo será rescatado del valiente, y el botín será arrebatado al tirano [5]. El evangelio es un mensaje liberador y nunca opresor. Está diseñado y enviado para traer libertad al hombre y no esclavitud y tiranía. El evangelio permite que penetre en el hombre un nuevo espíritu de adopción y libertad para adorar a Dios en el Espíritu [6].

         No hay comparación posible. El islam en su mensaje primigenio, que es el salafista y yihadista, produce temor y sumisión para terminar en tiranía. Por su parte el evangelio de Jesús pone al hombre en amistad con Dios y su prójimo, no buscando el asesinato de los compañeros de clase, como era la pretensión del detenido Susi, sino que espera en Dios la justicia duradera en el advenimiento del reino mesiánico en la ciudad de Jerusalén.

         Mientras tanto, seguimos orando por nuestras autoridades para que se lleven a cabo las detenciones necesarias de todos aquellos que pretenden la destrucción de la convivencia para imponer su tiranía.

 

Notas:

[1] – Romanos 13:1,2

[2] – Jeremías 29:7

[3] – 1 Timoteo 2:1,2

[4] – 1 Timoteo 2:3,4

[5] – Isaías 49:24

[6] – Romanos 8:15

Qué es la Teología del reemplazo

AntisemitismoNota. Quiero compartir en esta sección el artículo reducido que ha salido publicado en ElDiarioJudio.com de Mexico. Es un resumen de la versión mas amplia que aparece en mi libro El enigma Israel.

LA TEOLOGÍA DEL REEMPLAZO

(Teología al servicio del antisemitismo)

Virgilio Zaballos – Barcelona (España)

La teología del reemplazo ha contribuido a lo largo de la historia a fomentar el antisemitismo especialmente el de contenido religioso. Es una grave iniquidad que desde algunas posturas teológicas se hayan justificado comportamientos que están radicalmente en contra de las enseñanzas de Jesús y sus apóstoles. Hoy estas teologías no llevan a la muerte de judíos pero sí mantienen el error en la posición sobre el conflicto árabe-israelí llevando a  la pasividad de muchas iglesias con respecto a orar por la paz de Jerusalén, y apoyar desde el ámbito espiritual y práctico la restauración del pueblo de Israel anunciada por los profetas.

Por supuesto, debemos orar por todos los hombres, pueblos y naciones, Dios no hace acepción de personas, pero Israel, como pueblo de las promesas, recibe una presión única por parte de los poderes espirituales de las tinieblas para impedir el cumplimiento de la voluntad de Dios en la tierra. En este sentido, una teología errónea sobre Israel nos hace inútiles a la hora de consolar y ayudar a la vieja Noemí. Volveremos, como Orfa, a nuestros quehaceres religiosos y no compartiremos con Rut la historia del pueblo donde hemos sido injertados por la fe en el Mesías.

Jesús explicó algunas verdades del reino de Dios a través de parábolas. En una de ellas dijo que el sembrador sale a sembrar y siembra buena semilla en el campo, pero por la noche vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo. Algo de esto es lo que se ha producido con la llamada teología del reemplazo.

Esta teología enseña que Dios ha desechado a Israel por haber rechazado al Mesías, y que su lugar lo ocupa la iglesia. Una vez unido el poder religioso con el político la bestia resultante se erigió en perseguidor de judíos y del mismo cristianismo vivo, los que no se conformaron con esa mezcla babilónica que tanto daño ha hecho a unos y otros.

Esta teología enseña que ahora la iglesia es el nuevo pueblo de Dios, el Israel espiritual, los herederos de las promesas hechas a Abraham y su simiente; las Escrituras ya no pertenecen a los judíos, sino a la iglesia; el cristianismo comienza con la llegada del Espíritu Santo el día de Pentecostés y a partir de ahí ha comenzado una nueva realidad alejada de Israel por cuanto el pueblo judío dio la espalda a Jesús.

Esta teología no solo enseña que Dios ha reemplazo a Israel por la iglesia, sino que contiene un aguijón perverso por cuanto incluye el argumento de que los judíos son un pueblo deicida, que mataron a Jesús, dijeron que su sangre cayera sobre ellos y sus hijos y por tanto está justificada la persecución, el odio, el despojo de todos sus bienes y el desprecio eterno por parte de aquellos que deberían seguir la enseñanza de Jesús sobre amar al prójimo, incluso orar por sus enemigos y bendecir a los que les maldicen.

Las preguntas claves

Debemos hacernos algunas preguntas que son clave para entender este tema. Preguntémonos: ¿Ha desechado Dios a su pueblo Israel? ¿Es verdad que por haber rechazado al Mesías como nación Dios los ha enviado a la sala de los olvidos y que hoy Israel es uno más entre las naciones? La respuesta a ambas preguntas es NO. El apóstol Pablo ya hizo esta pregunta y su respuesta fue muy clara.

Digo, pues: ¿Ha desechado Dios a su pueblo? En ninguna manera. Porque también yo soy israelita, de la descendencia de Abraham, de la tribu de Benjamín. No ha desechado Dios a su pueblo, al cual desde antes conoció (Romanos 11:1,2).

En ninguna parte de la Escritura vemos que Dios haya desechado a Israel como pueblo suyo. Por el contrario, sí encontramos con total claridad que la elección del pueblo de Israel nunca dejará de tener efecto. Mientras dure este sol que nos alumbra, la luna y las estrellas, Israel será nación ante los ojos de Dios. Es lo que nos dice el profeta Jeremías.

Así ha dicho Adonai, que da el sol para luz del día, las leyes de la luna y de las estrellas para luz de la noche, que parte el mar, y braman sus ondas; El Señor de los ejércitos es su nombre: Si faltaren estas leyes delante de mí, dice Adonai, también la descendencia de Israel faltará para no ser nación delante de mí eternamente. Así ha dicho Adonai: Si los cielos arriba se pueden medir, y explorarse abajo los fundamentos de la tierra, también yo desecharé toda la descendencia de Israel por todo lo que hicieron, dice Adonai (Jeremías, 31:35-37).

Y el mismo profeta denuncia que hay los que están empeñados en tener en poco a Israel y dejar de considerarla como nación (Jeremías 33:23-26). Toda la Biblia muestra que Dios eligió a Israel como su exclusiva propiedad e hizo de él una nación singular en la tierra con un propósito específico (Deuteronomio 26:17-19). No podemos ignorar estas verdades esenciales.

Textos en los que se basa esta enseñanza

         La argumentación para consolidar la postura del rechazo a Israel como pueblo de Dios se funda básicamente en unos pocos textos que vamos a examinar. Uno de ellos es este: el reino de Dios será quitado de vosotros, y será dado a gente que produzca los frutos de él (Mateo 21:43). El contexto del pasaje muestra claramente que Jesús se está refiriendo a los edificadores (Mateo 21:33-46). ¿Quiénes eran los edificadores en este contexto? La respuesta la encontramos en el mismo pasaje: los principales sacerdotes (saduceos y autoridades del templo) y los fariseos; así lo entendieron ellos mismos. No está hablando de la totalidad del pueblo, porque «el pueblo le tenía por profeta». Así lo entendió el apóstol Pedro cuando le condujeron ante las autoridades religiosas para que dejaran de hablar y enseñar en el nombre de Jesús. Esta fue la respuesta del apóstol:

Entonces Pedro, lleno del Espíritu Santo, les dijo: Gobernantes del pueblo, y ancianos de Israel […] Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo (Hechos. 4:8-12).

          La fortaleza del testimonio de Pedro tiene un componente añadido, y es que eran las mismas autoridades que habían acusado a Jesús unos días antes y a las que la mayoría temía. Ahora muchos judíos creyeron en Jesús como Mesías, llegaron a ser millares de millares según Hechos 21:20, que continuaron viviendo como judíos, a pesar de que las autoridades nunca reconocieron la mesianidad del galileo.

          Hay que recordar que todos los apóstoles eran judíos, todos los escritores del Nuevo Testamento, menos Lucas, eran judíos. Durante los primeros años todos los que se convertían a la fe de Jesús eran judíos, hasta que con Cornelio se abrió la puerta a los gentiles y las demás naciones.

          Otro de los argumentos que suele presentarse para validar la defenestración de los judíos es la acusación de pueblo deicida. ¿Qué quiere decir esto? Quiere decir que los judíos mataron a Jesús y que proclamaron ante Pilatos: «su sangre sea sobre nosotros, y sobre nuestros hijos» (Mateo 27:25). A esta proclamación respondió el Señor en la misma cruz con estas palabras: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen» (Lucas 23:34). Además hay que decir que ese argumento de acusar a los judíos de matar a Jesús, o matar a Dios, como se dijo después, demuestra una ignorancia alarmante del plan de redención. Jesús mismo dijo: «¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria?» Y también les dijo: «Era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la Ley de Moisés, en los profetas y en los Salmos» (Lucas 24:26 y 44).

           En el primer mensaje del apóstol Pedro después de Pentecostés les dijo a las personas que habían participado en el proceso de la condena a Jesús, lo siguiente: «A éste (Yeshúa), entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis…» (Hechos 2:23). Y en su segundo discurso volvió a repetirles el mensaje, añadiendo:

Mas ahora, hermanos, sé que por ignorancia lo habéis hecho, como también vuestros gobernantes. Pero Dios ha cumplido así lo que había antes anunciado por boca de todos sus profetas, que su Cristo había de padecer. Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados… (Hechos, 3:17-21).

         Acusar a Israel de pueblo deicida y cargar sobre él  la maldición de haber dado muerte al Mesías es una iniquidad procedente del mismo infierno.

La enseñanza de Pablo en la carta a los Efesios

En la carta a los Efesios el apóstol Pablo se dirige especialmente a creyentes gentiles que se habían convertido en la ciudad de Éfeso. El tema predominante de la epístola es la iglesia de Dios, la posición de los creyentes en Cristo que ahora han sido unidos por la fe al pueblo que tenía los pactos, la ciudadanía y que ya eran la familia de Dios. Vuelve a mencionar Pablo un misterio que ha sido revelado y que lo sustancia en los siguientes términos:

«Que los gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo, y coparticipes de la promesa en Cristo Jesús por medio del evangelio». Vemos tres aspectos principales: Que los gentiles son coherederos. Significa que ya hay herederos y otros han sido incluidos en esa misma herencia. Los gentiles somos herederos juntamente con el pueblo que ya había recibido la herencia, es decir, el pueblo de Israel.

Qué más. Somos miembros del mismo cuerpo, no somos un cuerpo aparte, ni ha habido un cambio de pueblo, sigue siendo el mismo cuerpo de creyentes que ya existía en la antigüedad y que nunca ha dejado de serlo.

Además dice que somos copartícipes de la misma promesa en Cristo Jesús por medio del evangelio. Significa participar juntamente con otros, en este caso de la promesa que Dios le hizo a Abraham y que llega a nosotros mediante el evangelio de Jesús. El sembrador salió a sembrar buena semilla, pero un enemigo vino de noche y sembró cizaña contaminando el campo.

Resumiendo.

         Lo que no debemos olvidar nunca es que la teología del reemplazo ha desembocado en antisemitismo y éste ha llevado a la muerte a muchos hijos de Abraham. Las cámaras de gas fueron la culminación de este proceso que aún no ha terminado. Tampoco debemos olvidar que nuestro país, España, es hoy uno de los países donde los medios de comunicación mayoritariamente tienen una línea editorial contraria a Israel; especialmente la izquierda española es pro-árabe y en muchos casos abiertamente antisemita, judeófoba o antiisraelí. Pero tristemente también hay que decir que muchas iglesias evangélicas, con sus pastores a la cabeza, mantienen esta teología errónea con una actitud obstinada (que es idolatría).

          Nos guste o no, hemos contraído una deuda con nuestros hermanos mayores en la fe, los judíos. Pablo dice: «Mas ahora voy a Jerusalén para ministrar a los santos. Porque Macedonia y Acaya tuvieron a bien hacer una ofrenda para los pobres que hay entre los santos que están en Jerusalén. Pues les pareció bueno, y son deudores a ellos; porque si los gentiles han sido hechos participantes de sus bienes espirituales, deben también ellos ministrarles de los materiales» (Romanos 15:25-27).

           Bendecir a Israel es siempre una buena inversión. Es colocarse al lado del llamamiento que el Eterno dio a Abraham y su descendencia de ser una bendición a todas las naciones. El antisemitismo, por el contrario, es una maldición para los pueblos; y la teología del reemplazo ha contribuido a su expansión.

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La ley islámica permite golpear a las esposas

islamLa ley islámica es lo que se conoce como la sharia, la ley que se aplica en todos los estados musulmanes con mayor o menor intensidad. Esta ley emana del Corán y los Hadiz (dichos y hechos de Mahoma) y es la pretensión máxima del islamismo implantarla en todo el mundo.

         Uno de los artículos de esta ley sharia permite que el esposo pueda golpear a su mujer en diversos casos, algunos de ellos son estos: si desafían sus órdenes; si se niega a vestirse según el deseo de su marido; si rehúsa llevar el hijab o velo; si interactúa con extraños o sale de casa sin su permiso; si descuida sus deberes religiosos; si habla con voz demasiado alta; o no está dispuesta a mantener relaciones sexuales cuando el marido lo desee. Todo ello está acordado en el consejo de ideología islámica.

         Estas normas se desprenden del Corán y los Hadiz, base de fe y conducta del musulmán. Veamos algunos textos.

         Los hombres tienen autoridad sobre las mujeres en virtud de la preferencia que Alá ha dado a unos más que a otros… ¡Amonestad a aquellas de quienes temáis que se rebelen, dejadlas solas en el lecho, pegadles! Si os obedecen, no os metáis más con ellas. Alá es excelso, grande (Corán 4:34).

         Se recoge en el Hadiz Sahih Muslim (4:2127) que Mahoma golpeó a su esposa favorita, Aisha, en el pecho, una noche cuando ella salió de la casa sin su permiso, y dijo: Me golpeo en el pecho, lo que causó dolor (físico). Luego en el Hadiz Sahih Bukhari (72:715) Aisha dijo: No he visto a ninguna mujer que sufra tanto como las mujeres creyentes.

         Hay muchos Hadizes en los que se recogen episodios de mujeres lapidadas, (después de haber sido enterradas en el suelo), por ser acusadas del delito de inmoralidad sexual. La violación en el mundo musulmán es prácticamente imposible de denunciar, puesto que se requiere el testimonio de cuatro hombres musulmanes, que en caso de no haberlos, la mujer violada es considerada fornicaria, o adúltera y condenada a lapidación.

         Esto no significa que todos los musulmanes golpeen a sus mujeres o estén dispuestos a acusar a sus esposas, pero el islam permite golpearlas o acusarlas bajo la ley islámica.

         Me pregunto donde están las manifestaciones feministas en estos casos. Siempre dispuestas a blasfemar del cristianismo pero mudas y sordas ante el atropello de los derechos de la mujer en los países musulmanes. Una hipocresía y cobardía tan grande no debe ser aceptada en una sociedad decente y justa.

caminoEl evangelio enseña a amar y respetar a las esposas.

         Sin embargo, el evangelio que pretenden denigrar como retrógrado e intolerante los movimientos progresistas y feministas, enseña que el marido debe amar a su mujer como Cristo amó a su iglesia, y se entregó a sí mismo por ella (Efesios 5:25-27).

         En el mismo evangelio aparece un episodio en el que se encuentra a una mujer en el mismo acto del adulterio, la trajeron a Jesús para que diera su opinión. Su respuesta fue: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella. Ellos, al oír esto, acusados en su conciencia, salieron uno a uno. Quedó solo Jesús con la mujer, y levantando su cabeza le dijo: Mujer ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete y no peques más (Jn.8:1-11).

         El evangelio enseña a respetar a la esposa, amarla y dar la vida por ella. Al contrario que el islam, el verdadero cristianismo trata a la mujer con dignidad y respeto. Sin embargo, quienes pretenden mantener ideas de «progreso», especialmente la izquierda militante, combaten y blasfeman contra el evangelio y se alinean con el islam. A la misma vez pretenden defender la causa de la mujer. Una paradoja tan evidente solo puede proceder de mentes entenebrecidas, y de ideologías concomitantes, (islamismo y comunismo), aunque se disfracen de lucha por la libertad de la mujer.

         No hay ni un solo texto en el Corán que exija al esposo amar a su esposa. Esta mantiene una posición de inferioridad ante el hombre; sin embargo, en el evangelio de Jesús la mujer es elevada y dignificada. Por otro lado, no hay ni un solo texto en la Biblia donde se permita al marido golpear a su mujer, sino amarla y ser uno con ella.

       El islamismo pretende implantar la ley sharia en todo el mundo, sometiéndolo a semejante tiranía. Esa es la naturaleza del islam. El evangelio, por su parte, sigue siendo poder de Dios para salvar y restaurar al ser humano en su dignidad integral.  

El islam parece cordero pero habla como dragón

islamHablemos claro. El mundo entero está bajo el maligno, por ello compra el mensaje de que el islam es cordero (una religión de paz) aunque hable y actúe desde su origen como dragón.

         Una y otra vez se niega en los medios de comunicación la verdadera naturaleza del terrorismo islámico. Se retuercen los datos para impedir llamar a las cosas por su nombre. El origen de la violencia terrorista de nuestros días se encuentra en la simiente del islam, en su naturaleza intrínseca.

         El islam violento de hoy es el mismo islam de sus orígenes en el siglo VII. Así consta en las revistas actuales que editan los propios yihadistas en inglés y francés.

         Veamos algunos datos históricos [1]. Solo una década después del nacimiento del islam en el siglo VII, la yihad había conquistado toda Arabia. Unas pocas décadas después, los musulmanes habían conquistado de forma permanente lo que antes eran las dos terceras partes del mundo cristiano [2].

         El corazón del mundo musulmán de hoy, naciones como Egipto, Siria, todo el norte de África, Turquía y algunas más, eran en el siglo VII el corazón de la cristiandad. Todas estas naciones fueron conquistadas por la espada, no por la persuasión del mensaje predicado.

         Después de eso vino una guerra continua contra la Europa cristiana. Entre las naciones y territorios que fueron atacados y que estuvieron bajo dominio musulmán a lo largo de siglos están las siguientes, con  su nombre actual: Portugal, España, Francia, Italia, Sicilia, Suiza, Austria, Hungría, Grecia, Rusia, Polonia, Bulgaria, Ucrania, Lituania, Rumania, Albania, Serbia, Armenia, Georgia, Creta, Chipre, Croacia, Bosnia-Herzegovina, Macedonia, Bielorrusia, Malta, Cerdeña, Moldavia, Eslovaquia y Montenegro.

         En menos de tres décadas después de la fecha tradicional de la fundación del islam (622 d.C.), tres de los cinco centros cristianos originales fundados por los apóstoles en Alejandría, Antioquía y Jerusalén, fueron absorbidos para siempre por el islam. El cuarto, Constantinopla, que resistió durante siglos, fue finalmente conquistado por el islam el año 1453, y desde esa fecha convertida en Estambul, capital del imperio Otomano y de Turquía en la actualidad. Solo Roma no fue conquistada.

Esto es historia, no opinión. Nuestros políticos quieren ignorarla, pero los hechos no se pueden mover de su lugar.

         Los musulmanes han hecho guerra de manera implacable contra Occidente antes de que hubiera Estados Unidos, petróleo, capitalismo y rebrotara Israel en su tierra en 1948. Lo hicieron y continúan haciéndolo hoy en nombre del islam, una ideología totalitaria, (no solo una religión con apariencia de cordero), sino toda una cosmovisión de conquista mundial bajo la tiranía del islam para implantar la ley sharia (figura del dragón) y su dominio mundial.

caminoLa Escritura muestra que el islam es la bestia del Apocalipsis

         En primer lugar porque por sus frutos se conoce el árbol. La naturaleza real del islam (hablo de la ideología, no de las personas atrapadas bajo su dominio) es violenta, homicida, mentirosa y blasfema. Niega las verdades fundamentales del evangelio de Dios, contradice la Escritura dada por el Señor a sus siervos los profetas y apóstoles, y persigue a quienes la sostienen: judíos y cristianos.

         Jesús enseñó claramente que hay quienes vienen vestidos con piel de cordero, pero en su naturaleza interior son lobos rapaces. Esto es aplicable no solo al islam, pero también al islam.

         Está escrito en Apocalipsis lo siguiente: Después vi otra bestia que subía de la tierra; y tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero, pero hablaba como dragón (Apc.13:11).

         Tenemos aquí una ambivalencia imposible de conciliar. Una bestia no puede parecerse a un cordero, porque su propia naturaleza de bestia elimina tal posibilidad; y por otro lado, no puede coincidir con la naturaleza del dragón, que en la Biblia es una figura inequívoca de Satanás, la serpiente antigua (Apc.20:2).

         Muchos hoy insisten en la naturaleza pacífica del islam, pero cuando habla el islam verdadero lo hace como dragón, y el dragón blasfema contra Dios (el Dios de Israel), contra su nombre (Yeshúa, quién revela al Dios de Israel Jn.17:6; Jn.1:18; Heb.1:1-3; Col.1:15), su tabernáculo (el templo de Jerusalén, donde está hoy la mezquita de Omar) y los que moran en el cielo (Apc.13:6).

La violencia de los mensajes yihadistas no esconde su verdadera naturaleza perversa. Y no solo hablan, sino que están realizando actos siniestros en muchos lugares del mundo de una violencia y maldad inusitada. Pero a la misma vez se insiste en los medios de comunicación en neutralizar la evidencia llevando la noticia a la semejanza de un cordero hablando de un islam moderado.

         Yo lo entiendo así. El humanismo occidental que ha desechado a Dios, (el Dios de Israel), y ha levantado la idolatría del hombre como dios, ha provocado la justicia de Dios de tal forma que: como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen (Rom.1:28). Hacer cosas que no convienen precedidas de una forma de pensar concreta procedente de una mente reprobada, es decir, formas de pensamiento que no pasa la prueba, que se engaña a sí misma para escoger opciones equivocadas.

         Volver al evangelio de la gracia de Dios con un corazón contrito y humillado, reconociendo nuestros pecados, y viendo en la cruz del Calvario nuestra expiación, nos librará del dragón trasladándonos al reino de su Amado Hijo (Col.1:13).

NOTAS:

[1] – Datos recogidos del artículo «Violencia islámica: Olvidemos el Corán, miremos la Historia» del autor Raymond Ibrahim.

[2] – Comparar este dato con Apocalipsis 8:12, en el que la tercera parte del sol, la luna y las estrellas (figuras de Jesús, la iglesia y cristianos, seguramente líderes, respectivamente) fueron heridas.