En pocos días, exactamente este próximo domingo día 15 de enero, se reunirán más de setenta naciones en París, en una conferencia que han llamado de paz, pero que en su orden del día está la intención de forzar a Israel a aceptar condiciones sobre la división de su tierra impuesta desde la comunidad internacional, sin las negociaciones directas entre la Autoridad palestina y el gobierno de Israel. Por ello, y ante los momentos proféticos y críticos que estamos viviendo he propuesto llamar a todos aquellos hermanos que comprenden el conflicto que se está desarrollando y las consecuencias mundiales que se derivan de él, a unirnos en días de humillación, oración y ayuno, cuyos aspectos mas relevantes recojo en los dos siguientes artículos.
Ante la «conferencia de paz» en Paris
Propongo:
Unirnos en oración y ayuno los próximos días por la llamada «Conferencia de paz» del domingo día 15 de enero. Lo que en realidad pretenden las 70 naciones que asistirán (no habrá representaciones del gobierno Israelí ni de la Autoridad palestina) es dividir la tierra de Israel en dos estados con el vano intento de conseguir la paz en la zona.
Setenta naciones del mundo quieren oponerse a la palabra de los profetas de Israel, y el pacto que el Eterno hizo con Abraham de darle la tierra a su descendencia para siempre.
El gobierno hebreo teme que esta conferencia fuerce nuevas sanciones y medidas contra Israel, después de las recientes resoluciones en la UNESCO y la ONU contra el estado judío, en un intento manifiesto de islamizar Jerusalén, borrando todo vestigio de historia judía en la zona, y por añadidura del cristianismo. El ministro de defensa de Israel ha dicho que «se trata de la cumbre de un moderno juicio de Dreyfus. El acusado, en lugar de ser un solo judío, será toda la nación israelí»; se refiere al famoso «affaire Dreyfus» que degeneró en un impulso del antisemitismo.
Además tenemos a la casi extinta administración Obama queriendo dejar su sello islamista en apoyo a la causa palestina y contraria a Israel, como ya se ha hecho palpable en la resolución 2334 de la ONU del pasado día 23 de diciembre, sobre los llamados «asentamientos», una farsa más de quienes pelean contra la verdad revelada.
En definitiva, estamos ante una conferencia que puede marcar una hoja de ruta que ponga a muchas naciones ante el juicio de Dios que recae entre quienes reparten «mi tierra», y echan suertes sobre «mi pueblo». Así está escrito en el libro del profeta Joel:
Porque he aquí que en aquellos días, y en aquel tiempo en que haré volver la cautividad de Judá y de Jerusalén, reuniré a todas las naciones, y las haré descender al valle de Josafat, y allí entraré en juicio con ellas a causa de mi pueblo, y de Israel mi heredad, a quien ellas esparcieron entre las naciones, y repartieron mi tierra; y echaron suertes sobre mi pueblo… (Joel 3:1-3).
Observa que aunque estos sucesos están relacionados con el tiempo del fin, el juicio del Señor contra las naciones es por haber esparcido a Israel, repartir su tierra y echar suertes sobre el pueblo del Señor. Exactamente lo que pretende esta conferencia el día 15 de enero en Paris.
El salmista nos recuerda en el Salmo 2 que se levantan los reyes y las naciones de la tierra contra el Señor, contra el Mesías y contra Sión/Jerusalén; pero Él se reirá de ellos, hablará en su furor y los turbará con su ira.
También el salmista nos descubre en el Salmo 83 las estratagemas de los enemigos de Israel. Han consultado astuta y secretamente contra su pueblo. Han entrado en consejo contra tus protegidos (83:3). Se confabulan contra el Señor en la persona del Estado de Israel, han hecho alianza para oponerse al cumplimiento del plan eterno de Dios revelado por sus profetas, con Jerusalén como eje de sus ataques (83:4,5). Hoy están confabulados casi todos los organismos mundiales contra Israel. La Liga árabe; la ONU con un porcentaje amplísimo de naciones islámicas que siempre votan contra la única democracia en Oriente Medio; la UNESCO; la CEE (Comunidad Económica Europea) que es una de las entidades que mantiene económicamente la estrategia palestina de desgastar a Israel; el BDS (Boicot, Desinversión y Sanciones) con su presión sobre las empresas israelíes escondiendo el antisemitismo de siempre y la estrategia de aniquilación ancestral de Israel. Me recuerda que «el mundo entero está bajo el maligno», pero hay quienes son de Dios (1 Juan 5:18).
Hay unas 22 naciones musulmanas alrededor del minúsculo estado de Israel que tienen como objetivo prioritario su aniquilación, por el único motivo de estar en medio de la tierra del islam, un aviso inequívoco de que los profetas de Israel estaban en lo cierto y su restauración en la tierra prometida es un hecho insoportable para la cosmovisión coránica. Pero una vez «aniquilada» Israel, el siguiente paso en la agenda islámica es el exterminio (ya ha comenzado en Oriente Medio) de los cristianos para imponer su gobierno mundial bajo su falso mesías llamado en la ideología islámica «el Magdi».
La voz profética de Isaías anuncia la voluntad del Eterno Dios y único Dios, el Dios de Israel y los cristianos genuinos, diciendo: «Por amor de Sión no callaré, y por amor de Jerusalén no descansaré, hasta que salga como resplandor su justicia, y su salvación se encienda como una antorcha» (62:1). Y después anuncia que ha puesto guardas sobre sus muros, para que todo el día y toda la noche no callen jamás, hasta que restablezca a Jerusalén, y la ponga por alabanza en la tierra (62:6,7).
Levantémonos, entonces, en favor de Jerusalén en estos días de confabulación de las naciones para dividir la tierra, echar a los judíos de su heredad y expandir el totalitarismo islámico, la gran sumisión al poder del tirano. Eso y mucho más es lo que está en juego en estos días ante nuestros ojos.
Por tanto, como nos enseña el apóstol de los gentiles, debemos conocer el tiempo, y levantarnos del sueño, porque ahora está más cerca nuestra salvación que cuando creímos (Rom. 13:11-14). Vistámonos las armas de la luz orando y ayunando para que el Señor confunda las maquinaciones de las naciones en la próxima conferencia de París.
Escoge un día a partir de mañana (miércoles 11/1/2017) para ayunar y orar por Israel hasta el domingo día 15 que comenzará la conferencia en París.
POR ISRAEL – Oración y ayuno
Ante la conferencia de paz en París…
Como sabéis por otro artículo publicado en esta misma página web, el próximo domingo día 15 de enero se celebrará una «conferencia de paz» en París, para tratar el conflicto árabe-israelí.
He sido movido a proponer un día de ayuno y oración para humillarnos delante del Señor con el fin de que nuestros gobernantes no adopten una postura contraria a su voluntad. Varios hermanos ya me han comunicado que ayunarán estos días. El tema que abordarán es altamente sensible por múltiples motivos, yo me centraré en los puramente espirituales que emanan de la revelación en las Escrituras.
Hay demasiados «comunicadores», políticos, y gobernantes que abordan este espinoso tema sin la luz que brota de los pensamientos de Dios, por ello, la iglesia del Señor debe alzar su voz para echar luz en la medida que hayamos recibido luz en este caso. La lámpara que nos alumbra en medio de los lugares oscuros en los que estamos viviendo en la actualidad es siempre su Palabra, aquella que es lámpara a nuestros pies y lumbrera en nuestro camino.
Los que creemos en la Biblia como la palabra de Dios, entendemos que hay suficiente base bíblica para saber que la tierra que llamamos «prometida», lo fue, sí, fue prometida mediante un pacto a Abraham y su descendencia para siempre; y sabemos que Dios no cambia, ni hay sombra de variación en Él. Por tanto, a pesar de la complejidad de este conflicto que dura décadas (o si queremos siglos), la Palabra de Dios sigue siendo la misma y no ha cambiado.
La conferencia de París está diseñada por naciones europeas, especialmente Francia, que pretenden forzar a Israel y los palestinos a aceptar las medidas que se adopten en ella. Como quiera que las naciones del viejo continente se han arrogado un papel que no les corresponde, creemos que han entrado en un terreno que puede tener consecuencias dramáticas para la historia posterior de estas naciones. Por ello, estamos en nuestra obligación de ponernos en la brecha en favor de la tierra, para apartar el juicio que conlleva la soberbia de los pueblos contra el Dios de Israel, y por el contrario, vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio. Esta es nuestra motivación.
No estamos diciendo que el gobierno de Israel viva en la perfecta voluntad de Dios, hay muchos judíos que son mas antisemitas que los propios musulmanes, pero sí sabemos que «el que os toca, toca la niña de su ojo» (Zac.2:8). Y porque amamos a nuestras respectivas naciones no queremos que nuestros gobiernos tomen medidas que aceleren la ira de Dios sobre nuestra nación. Nuestros pecados son muchos, no añadamos más; humillemos nuestros rostros ante el Santo de Israel y seamos portadores de vida y no de muerte a nuestra generación.
Para los que os unáis en esta batalla espiritual por el bienestar de la nación hebrea, deciros que podéis usar los Salmos de la Biblia para orar durante el tiempo que dediquéis a la intercesión. Algunos de ellos pueden ser el salmo 80, el 83, el 105 y muchos más. En realidad todo el libro de Salmos es muy útil para orar en voz alta, adaptando lo necesario a la situación actual.
Esta propuesta no es institucional, ni depende de ningún organismo oficial, nace del corazón, en la soledad, y para honra y gloria de nuestro Dios. Tengo muy presente la oración del profeta Habacuc, que en tiempos convulsos como los nuestros levantó su voz al trono de la gracia, diciendo en tono vehemente: «Oh Señor, he oído lo que se dice de ti y temí. Aviva, oh Señor, tu obra en medio de los años, en medio de los años dala a conocer; en la ira, acuérdate de tener compasión» (Hab. 3:2 LBLA). Y yo digo, AMÉN.