EL CARÁCTER: Desobedientes a los padres

Desobedientes a los padresPero debes saber esto: que en los últimos días vendrán tiempos difíciles. Porque los hombres serán… desobedientes a los padres…  (2 Timoteo 3:1,2).

         El apóstol Pablo, que vivió en una sociedad judía y romana, donde la figura del padre era prácticamente reverenciada, una sociedad patriarcal, pudo percibir por el Espíritu que vendría un tiempo cuando los hijos se volverían contra la autoridad de los padres.

Esta es una de las señales más estremecedoras de nuestra generación. Para mí mismo resulta difícil comprender el cambio que ha dado nuestro propio país en este asunto.

Hoy los hijos se enseñorean de los padres. No solo no obedecen, sino que imponen sus criterios de una forma vergonzosa en muchos casos.

Hemos permitido, mediante leyes impías, que la autoridad en la familia y los colegios sea menoscabada.

Los hijos golpean a sus padres, los menosprecian incluso siendo niños, no aceptan la disciplina más elemental y tienen atemorizados a muchos progenitores que aceptan con impotencia la nueva situación.

Lo que vivimos hoy en esta materia parece ciencia ficción en algunos casos. Niños y jovencitos, sin respeto por las personas mayores, se encaran a cualquiera que pretenda ponerles un poco de orden en sus ofensas.

Esta quiebra −básica en una sociedad normal− del orden familiar, hace que la generación anterior a la venida de Jesús sea tan peligrosa. Está escrito que: El hijo consentido (suelto) avergüenza a la madre (Proverbios 29:15), y desordena una nación.

La obediencia a los padres es el primer mandamiento con promesa para que la vida sea larga y cumpla su propósito. Sin embargo, hoy vemos, con dolor, que muchos jóvenes mueren antes de tiempo en accidentes de tráfico, por el efecto de las drogas, la delincuencia, o entregarse a los placeres sexuales antes de tiempo contrayendo enfermedades venéreas, embarazos no deseados, que conllevan el desprecio de la vida de los infantes.

La desobediencia trae maldición y muerte a una nación (Deuteronomio 30:14-19).

        El evangelioEl evangelio enseña: Hijos, obedeced a vuestros padres en el Señor, porque esto es justo: Honra a tu padre y a tu madre (que es el primer mandamiento con promesa), para que te vaya bien, y para que tengas larga vida sobre la tierra (Efesios 6:1-3) (Colosenses 3:20) (Éxodo  20:12) (Deuteronomio 5:16).

Está escrito: Corona de los ancianos son los hijos de los hijos, y la gloria de los hijos son sus padres (Proverbios 17:6). Pagad a todos lo que debáis… al que honra, honra (Romanos 13:7).

La respuesta a una sociedad en decadencia es el mensaje de la verdad del evangelio. Hay esperanza mediante el arrepentimiento y la obediencia.

EL CARÁCTER: Blasfemos

BlasfemiaPero debes saber esto: que en los últimos días vendrán tiempos difíciles. Porque los hombres serán… blasfemos…  (2 Timoteo 3:1,2).

         La blasfemia es una injuria que se hace a la divinidad. Va dirigida especialmente hacia lo sagrado.

Es la falta de respeto por las creencias religiosas de otras personas.

Nuestra sociedad, que presume de ser tolerante y respetuosa, legisla y promueve todo tipo de iniciativas para extirpar de la sociedad la dimensión trascendente de la vida, especialmente en Occidente, y la que tiene que ver con la herencia judeocristiana.

Una y otra vez vemos cómo se blasfema de Dios, de la Biblia, el culto y la adoración, mientras que cualquier expresión de paganismo, magia, hechicería, ocultismo, y todo tipo de obras de la carne, son elevadas a una dimensión de respeto y aceptación.

Las manifestaciones proabortistas o del día del orgullo gay suelen ir acompañadas de obscenidades dirigidas a dañar la conciencia de aquellos que se oponen a sus proclamas basándose en la ley moral fijada en el Libro Sagrado.

Nuestros días están cargados de una libertad mal entendida. La blasfemia es la manifestación del hombre sin temor de Dios. Esta falta nos conduce a la necedad. La ignorancia se vuelve muy atrevida y no sabe que atrae ruina hacia sí mismo.

         El evangelioEl evangelio de Jesús enseña que si permanecemos en su palabra, seremos sus discípulos, y conoceremos la verdad y la verdad nos hará libres. Libres de la ignorancia, la necedad y la blasfemia.

Todos hemos participado de algún tipo de necedad. Todos hemos blasfemado en algún momento por ignorancia. Hasta el apóstol Pablo dijo: «habiendo sido yo antes blasfemo, perseguidor y agresor. Sin  embargo, se me mostró misericordia porque lo hice por ignorancia en mi incredulidad» (1 Timoteo 1:13).


El evangelio de Dios nos dice que
«el siervo del Señor debe ser apto para enseñar, sufrido, corrigiendo tiernamente a los que se oponen, por si acaso Dios les da el arrepentimiento que conduce al pleno conocimiento de la verdad, y volviendo en sí, escapen del lazo del diablo, habiendo estado cautivo de él para hacer su voluntad» (2 Timoteo 2:23-26) (2 Corintios 4:3,4).

Y además añade: «Esto éramos algunos; pero fuimos lavados, fuimos santificados y justificados en el nombre del Señor Jesucristo y en el Espíritu de nuestro Dios» (1 Corintios 6:11). Si vienes hoy a Jesús escaparás de los lazos de la blasfemia que lleva tu vida a la esclavitud y encontrarás el perdón de pecados que conduce a la vida eterna.

EL CARÁCTER: Soberbios

Soberbia (2)Pero debes saber esto: que en los últimos días vendrán tiempos difíciles. Porque los hombres serán… soberbios… (2 Timoteo 3:1,2).

         La soberbia es el estado siguiente a la jactancia. Es un proceso degenerativo del alma humana hacia la rebelión. Comienza amándose a sí mismo más que a cualquier otro; continúa con la idolatría de la avaricia por acumular, luego se levanta la jactancia del súper hombre que ha obtenido bienes materiales, poder o dominio sobre los demás, se eleva con soberbia y acaba en rebelión contra Dios.

Fue el proceso que vivió Lucifer después de ser creado y puesto para dirigir la alabanza en los cielos. Quiso ser semejante a Dios, elevarse hasta el trono y ocupar su lugar.

Es el proceso que ha seguido el movimiento humanista, tan de moda en nuestros días. Su doctrina es la siguiente: «ni estado, ni religión, ni Dios por encima del hombre, firmado: el partido humanista».

La soberbia no acepta el lugar asignado, quiere ocupar el de otros.

Muchos predicadores de hoy están tan deseosos por triunfar que han cambiado el temor de Dios por la presunción y la soberbia.

Dios resiste a una generación de hombres que está llena de soberbia, y da gracia a los humildes.

La soberbia no le da gracias al Creador por los bienes recibidos, se hace vana en sus razonamientos y su necio corazón es entenebrecido. Por tanto, el Señor los entrega a la impureza, a pasiones degradantes y a una mente depravada para que hagan cosas que no convienen (Romanos 1:26-28).

La soberbia pone a Dios en nuestra contra. ¿Quién podrá resistirle? ¿Somos más fuertes que Él? Sin embargo, da gracia a los humildes, es atraído por los que le aman y conoce a los que son suyos.

         El evangelioEl mandamiento de Dios es amar al prójimo como a sí mismo.

El evangelio muestra que los que son de Dios son atraídos por Él a Jesús.  La mayor atracción que ha conocido la Humanidad es la cruz de Cristo levantada en el monte de la Calavera.

El orgullo humano ha sido vencido por la humillación del Hijo de Dios. Se hizo hombre, se humilló como hombre, se hizo obediente hasta la muerte y muerte de cruz. Por tanto, Dios le ha dado el nombre que es sobre todo nombre, para que en su nombre se doble toda rodilla y podamos confesar para salvación que Jesucristo es Señor para gloria de Dios Padre (Filipenses 2:5-11) (Santiago 4:6,10) (Isaías 57:15) (1 Pedro 5:6,10).

EL CARÁCTER: Jactanciosos

JactanciososPero debes saber esto: que en los últimos días vendrán tiempos difíciles. Porque los hombres serán… jactanciosos… (2 Timoteo 3:1,2).

         ¿Cómo debemos entender que Pablo nos diga que los tiempos finales serán difíciles o peligrosos porque los hombres serán vanidosos? ¿Es que la vanidad o jactancia no es un compañero inseparable del ser humano? ¿A qué se refiere entonces? Por supuesto, siempre ha habido personas egoístas, avaras y vanidosas, pero el apóstol vio que en los días antes del fin habría una generalización de la vanidad del hombre.

Desde el siglo XVIII y XIX, con la revolución industrial, el hombre ha elevado su grado de autosuficiencia y vanidad a unos niveles nunca antes vistos. Hemos llegado a la Luna, conquistado el ciberespacio, creado la bomba atómica, y tantos otros avances de la ciencia que el hombre postmoderno tiende a pensar que es dueño de su propio destino. Cree ser su propio dios.

El Humanismo ha colocado al hombre como centro de todas las cosas. Las nuevas generaciones nacen con un ego elevado a la máxima potencia; su jactancia les impide respetar si quiera a los mayores.

Los niveles de arrogancia y vanagloria son más elevados que los del CO2 en la atmósfera.

La mayor de las jactancias es pensar que el hombre no necesita a Dios. Es su propio dios. La Biblia dice que Dios resiste a los soberbios y da gracia a los humildes.

La jactancia del hombre postmoderno le lleva a elevarse por encima de Dios.

El hombre de hoy se alaba a sí mismo, cree que no hay nadie como él, desprecia a los demás.

Jesús dijo de los días finales que serían como los de Noé y los días de Lot. La característica de esas generaciones anteriores fue una vida entregada a los placeres, la ociosidad y el desprecio por la eternidad. Todo su tiempo era terrenal. Así será en la venida del Hijo del Hombre, dijo el Maestro.

El sello de la vanagloria es inventar otro evangelio, salvarse así mismo. Tal vez esta es una de las razones por las que sea tan difícil aceptar el verdadero y único evangelio en la sociedad occidental.

         El evangelioLa revelación del evangelio que recibió el apóstol Pablo dice: Por gracia habéis sido salvados por medio de la fe, y esto no de vosotros, sino que es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe (Efesios 2:8).

Está escrito: El que se gloría, que se gloríe en el Señor (1 Corintios 1:31). La buena nueva nos libra de la vanidad y la arrogancia que tanto ensucia al hombre en su imagen y semejanza de Dios.

 

EL CARÁCTER: Avaros

Avaricia (2)Pero debes saber esto: que en los últimos días vendrán tiempos difíciles. Porque los hombres serán… avaros… (2 Timoteo 3:1,2 LBLA).

         La avaricia tiene que ver con la acumulación de riquezas para uno mismo. Es una prolongación del carácter egoísta y amador de sí mismo. El avaro solo piensa en su propio bienestar. La avaricia es una idolatría, el culto al dios Mammón (Colosenses 3:5). Es el amor por la acumulación: dinero, riquezas, propiedades, etcétera.

Los avaros son amantes del dinero, la raíz de todos los males. Porque la raíz de todos los males es el amor al dinero, por el cual, codiciándolo algunos, se extraviaron de la fe y se torturaron con muchos dolores (1 Timoteo 6:10).

Nuestra sociedad está tan dependiente del dinero que nos enloquece la necesidad de conseguirlo a cualquier precio, bajo cualquier traición o deslealtad.

La corrupción política tiene gran parte de su fundamento en el robo de dinero público, o el mal uso y despilfarro que se hace del presupuesto.

Una sociedad que solo vive para acumular riqueza es necia y acabará perdiendo lo que quiere retener sin compartir.

Jesús le dijo a un hombre que no sabía qué hacer con la riqueza acumulada: ¡Necio!, esta misma noche te reclaman el alma; y ahora, ¿para quién será lo que has provisto? (Lucas 12:20).

El sabio proverbio nos dice: Hay quien reparte, y le es añadido más, y hay quién retiene lo que es justo, sólo para venir a menos. El alma generosa será prosperada… Al que retiene el grano, el pueblo lo maldecirá, pero habrá bendición sobre la cabeza del que lo vende (Proverbio 11:24-26).

La avaricia hace que los tiempos sean peligrosos.

         caminoEl evangelio de Jesús nos libra de la avaricia. Jesús no retuvo su vida en el cielo, sino que la entregó por todos nosotros.

La generosidad del Hijo de Dios quebranta el poder de la avaricia para liberarnos de su idolatría. Está escrito: Mas bienaventurado es dar que recibir. El que siembra generosamente, generosamente recogerá.

La generosidad es una de las consecuencias del evangelio en el corazón del hombre. Nos libra de la codicia que hunde a los hombres en la soledad.

Jesús dijo que no se puede servir a dos señores. No podéis servir a Dios y a las riquezas. Los fariseos, que eran amantes del dinero, oían todas estas cosas y se burlaban de El (Lucas 16:13,14).

EL CARÁCTER: Amadores de sí mismos

Amadores de sí mismosPero debes saber esto: que en los últimos días vendrán tiempos difíciles. (Peligrosos RV60). Porque los hombres serán amadores de sí mismos…   (2 Timoteo 3:1,2 LBLA).

         Si estamos convencidos que vivimos en los últimos tiempos debemos saber lo que Pablo le dice a Timoteo. Y ese conocimiento no es para juzgar a los demás rápidamente, sino para saber que nosotros mismos hemos nacido en esa atmósfera, por tanto, somos susceptibles de ser influidos por ella. También para entender que las personas que no viven en el reino de Dios están sometidas a un poder inicuo que los mantiene atados a formas de vida opresivas.

Podríamos decir que no es nada nuevo en el devenir de las  generaciones. La historia está llena de manifestaciones pecaminosas. Sin embargo, debemos entender que la maldad puede aumentar exponencialmente.

Los procesos de iniquidad se forjan mediante leyes impías que se instalan en la sociedad de forma natural. Acabamos aceptándolas con normalidad. La primera característica que menciona el apóstol es el egoísmo. «Amadores de sí mismos». Un hombre centrado solo en sí mismo y sus intereses personales. Este comportamiento afecta en primer lugar a la familia, luego a la empresa donde trabajamos, a la comunidad de vecinos, a la sociedad en general y por supuesto a la iglesia.

Los pastores a quienes denuncia el profeta Ezequiel «se apacientan a sí mismos» (Ezequiel 34:2). Si la sal se vuelve insípida; si la luz no alumbra debidamente, la sociedad se corrompe. Cuando los que están en eminencia, en puestos de responsabilidad, que deben ser modelos para la sociedad (padres, maestros, empresarios, políticos, jueces, deportistas, pastores, sacerdotes, etcétera) solo piensan en sí mismos, su comportamiento egoísta se extenderá como una mancha de aceite y un fuego inextinguible que lo consumirá todo.

         La respuesta al egoísmo la encontramos en el evangelio. Su mensaje central tiene que ver con negarnos a  nosotros mismos. Vivir bajo el señorío de Jesús. El que quiera seguir en pos de mí niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame (Mateo 16:24). El amor no busca lo suyo (1 Corintios 13:5). No buscando cada uno sus propios intereses; sino más  bien los intereses de los demás (Filipenses 2:4). Nadie busque su propio bien, sino el del prójimo (1 Corintios 10:24). El evangelio de Jesús pone en libertad a los cautivos amadores de sí  mismos.

EL CARÁCTER: Tiempos difíciles

El carácter en los últimos tiemposPero debes saber esto: que en los últimos días vendrán tiempos difíciles (peligrosos) (2 Timoteo 3:1).

         Cuando hablamos de las señales de los últimos tiempos generalmente ponemos el acento en pasajes donde se mencionan catástrofes, guerras, hambres, terremotos y otros sucesos devastadores. Pocas veces lo hacemos pensando en el carácter de las personas.

Las Escrituras muestran con toda claridad la responsabilidad del hombre en los acontecimientos de la tierra. Existe una relación innegable entre las formas de vida del ser humano a lo largo de la historia y sus efectos sobre el mismo hombre y el resto del mundo. Desde el principio vemos en la Biblia cómo el carácter del hombre ejerce su influencia sobre la creación. La tierra fue maldita por la transgresión del ser humano. Hay una conexión directa entre la dimensión moral del individuo y sus consecuencias, no solo en el ámbito de las relaciones humanas, lo cual es una obviedad, sino en sus consecuencias sobre el resto de la creación: animal, vegetal, medio ambiental.

Pablo le hace aquí a Timoteo una afirmación muy significativa, además acentúa que el discípulo debe tener este conocimiento. «Debes saber esto». ¿El qué? Que habrá en los días finales una sociedad marcada por la forma de ser y actuar de los hombres. El carácter de las personas será de una determinada manera, y eso provocará tiempos difíciles y peligrosos. No se trata de las dificultades propias de cada generación. Tampoco de la maldad común al género humano. Jesús dijo que habría en esos mismos tiempos un aumento de la maldad, y que el amor de muchos se enfriaría (Mateo 24:12). Pablo habló también del misterio de la iniquidad (2 Tesalonicenses 2:1-12).

Por tanto, hay una generación final, antes de la venida definitiva de Jesús, que manifestará un aumento del pecado y la maldad. Lo encontramos en la generación de Noé; también en la de Lot y las ciudades de Sodoma y Gomorra.  Creo que no hay mucha duda de que es parte de nuestro tiempo también. En los próximos artículos iremos relacionando la forma de ser de los hombres en los últimos tiempos.

NACIDOS PARA VENCER: El negativismo

Vaso medio lleno¿Qué es el negativismo?   

Es una tendencia a oír, ver y hablar del lado oscuro y nocivo de la vida. Es el resultado de un alma entenebrecida, en penumbra y oscuridad, que se desliza en la flojedad y la pereza. Es pesimismo frente a los desafíos de la vida. Es una persona que no quiere intentar la lucha y se esconde detrás de argumentos derrotistas y fatalistas para justificarse a sí mismo. Es una derrota anticipada. Es incredulidad. Es pecado.

Este mundo está diseñado por el negativismo, la negación y los argumentos que lo avalan. El diablo se encarga de que toda clase de información morbosa, cruel, de muerte y destrucción nos llegue continuamente a través sobre todo de los medios de comunicación, para introducirnos en su reino de muerte y desolación. Un buen ejemplo de ello lo tenemos en las prácticas del Estado islámico usando imágenes de terror para producir el caos y perder de vista las buenas nuevas del Reino de Dios.

Se esconden las buenas nuevas del evangelio que transforma la vida del ser humano, y de esta forma el cuadro que tenemos delante es devastador y orientado a producir un pesimismo de por vida. Los niños aprenden primero a decir NO (negativo). Se necesita una reprogramación, una reconversión, un nacimiento de nuevo. Resumiendo. El diablo tiene un carácter negativo, por su parte el Hijo de Dios, Jesús, es positivo, creativo y dador de vida.

vencedorCOMO VENCER EL NEGATIVISMO

La base está en haber nacido de nuevo, nacer de Dios, nacer de la palabra. El negativismo se derrota con el positivismo, es decir, con un SÍ. La vida cristiana comienza con un SÍ, positivo, a Jesús. Decir SÍ a Jesús y Su palabra es la clave para entrar en lo realmente positivo de la vida.

El apóstol Pedro fue llevado por el Maestro a una confesión renovada de su amor por Jesús. Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Él le dijo: Apacienta mis corderos. Volvió a decirle la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Le dijo: Pastorea mis ovejas. Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas  (Juan, 21:15-17).

Una vez que hemos dicho SÍ al Señor, debemos mantener nuestra confesión continuamente. Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión (confesión) (Hebreos 4:14). De la misma forma debemos saber decir NO al mundo, a la carne y al diablo.

  • «NO os conforméis a este mundo…» (Romanos, 12:2)
  • «NO satisfagáis los deseos de la carne…» (Gálatas, 5:16)
  • «NO deis lugar al diablo…» (Efesios, 4:27)

Todo lo que viene de Dios es bueno y positivo para nuestras vidas. Santiago dice que toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación (Stg.1:17). Y el apóstol Pablo nos ha dejado una expresión altamente significativa para los que aman a Dios: Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados (Romanos, 8:28).

  • Jesús es positivo
  • La palabra de Dios es positiva
  • El Espíritu Santo es positivo
  • La fe de Dios es positiva
  • La gracia de Dios es positiva

Un cristiano lleno del Espíritu Santo mantiene una actitud positiva en la vida porque ha decidido obedecer a Dios. La fe en Dios está llena de posibilidades para sobreponernos al negativismo de este mundo incierto y destinado para el fuego. A pesar de las noticias desalentadoras que todos los días oímos y que mantienen a los hombres «desfalleciendo por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra; porque las potencias de los cielos serán conmovidas. Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en una nube con poder y gran gloria. Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca» (Lucas, 21:25-28).

Aún en medio de los desfallecimientos generalizados, el hijo de Dios tiene una esperanza de gloria de redención final y completa.  

La rebelión de Lucifer trajo el negativismo y la maldad a los hombres, pero la obediencia de Jesús nos ha dado una vida abundante para todo nuestro ser. Alabemos a Dios por ello y no nos dejemos atrapar por el destino funesto de los que aborrecen la luz, gozándonos porque nuestro galardón es grande en los cielos.

NACIDOS PARA VENCER: La depresión (II)

depresion-2¿Qué es la depresión? 

En el capítulo anterior vimos algunas definiciones sobre la depresión. Dijimos, entre otras cosas, que es «un hundimiento interior». Es la sensación de estar metido en un pozo y no ver salidas por ningún lado. Diferenciamos también dos niveles de depresión, una pasajera y otra profunda, aunque pueden darse muchas más. Ya vimos la primera, ahora nos centraremos en la segunda.

DEPRESIÓN  PROFUNDA

Se produce cuando la persona permanece en el estado depresivo inicial, cuando no existe una reacción rápida para salir de ella. Entonces el hundimiento interior se hace cada vez mayor, el pozo se estrecha y la opresión es asfixiante. Este nivel de depresión se origina en el interior de la persona paralizando, no solo la actividad interna, sino también la externa. Es decir, el alma y el cuerpo. Sin embargo, aún en esta situación, de lo más hondo del ser, puede brotar un clamor que atraviese la oscuridad.

Mientras callé (confesión audible) se envejecieron mis huesos en

mi gemir (un sonido interior sin palabras) todo el día… Se volvió mi

verdor (vida dinámica) en sequedades (sin vitalidad) de verano (Salmos 32:3,4).

vencedorCOMO  VENCER  LA  DEPRESIÓN  PROFUNDA

La Biblia nos muestra a algunas personas principales atravesando en sus vidas tiempos de profunda depresión. Veamos algunos ejemplos.

El rey David.  Mientras callé, se envejecieron mis huesos en mi gemir todo el día. Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano; se volvió mi verdor en sequedades de verano. Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré mis transgresiones a YHVH; y tú perdonaste la maldad de mi pecado (Sal.32:3-5).

El profeta Elías.  Entonces envió Jezabel a Elías un mensajero, diciendo: Así me hagan los dioses, y aun me añadan, si mañana a estas horas yo no he puesto tu persona como la de uno de ellos. Viendo, pues, el peligro, se levantó y se fue para salvar su vida, y vino a Beersheva, que está en Judá, y dejó allí a su criado. Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Dios, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres. Y echándose debajo del enebro, se quedó dormido; y he aquí luego un ángel le tocó, y le dijo: Levántate, come… y fortalecido con aquella comida caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta Horeb, el monte de Dios  (1 Reyes, 19:2-8).

El profeta Jeremías. Me sedujiste, oh Señor, y fui seducido; más fuerte fuiste que yo, y me venciste; cada día he sido escarnecido, cada cual se burla de mí. Porque cuantas veces hablo, doy voces, grito: Violencia y destrucción; porque la palabra del Señor me ha sido para afrenta y escarnio cada día. Y dije: No me acordaré más de él, ni hablaré más en su nombre; no obstante, había en mi corazón como un fuego ardiente metido en mis huesos; traté de sufrirlo, y no pude… Maldito el día en que nací; el día en que mi madre me dio a luz no sea bendito. Maldito el hombre que dio nuevas a mi padre, diciendo: Hijo varón te ha nacido, haciéndole alegrarse así mucho… ¿Para qué salí del vientre? ¿Para ver trabajo y dolor, y que mis días se gastasen en afrenta? (Jeremías, 20:7-18).

Job.  Después de esto abrió Job su boca, y maldijo su día. Y exclamó Job, y dijo: Perezca el día en que yo nací, y la noche en que se dijo: Varón es concebido. Sea aquel día sombrío,  no cuide de él Dios desde arriba, ni claridad sobre él resplandezca. Aféenlo tinieblas y sombra de muerte; repose sobre él nublado, que lo haga horrible como día caliginoso. Ocupe aquella noche la oscuridad; no sea contada entre los días del año, ni venga en el número de los meses. ¡Oh, que fuera aquella noche solitaria, Que no viniera canción alguna en ella! (Job, 3:1-7).

El profeta Jonás.  Pero Jonás se apesadumbró en extremo, y se enojó. Y oró al Señor y dijo… te ruego que me quites la vida; porque mejor me es la muerte que la vida… Y el sol hirió a Jonás en la cabeza, y se desmayaba, y deseaba la muerte, diciendo: Mejor sería para mí la muerte que la vida…  (Jonás, 4:1-11).

El apóstol Pablo en Corinto. Y cuando Silas y Timoteo vinieron de Macedonia, Pablo estaba entregado por entero a la predicación de la palabra, testificando a los judíos que Jesús era el Cristo. Pero oponiéndose y blasfemando éstos, les dijo, sacudiéndose los vestidos: Vuestra sangre sea sobre vuestra propia cabeza; yo, limpio; desde ahora me iré a los gentiles… Entonces el Señor dijo a Pablo en visión de noche: No temas, sino habla, y no calles; porque yo estoy contigo, y ninguno pondrá sobre ti la mano para hacerte mal, porque yo tengo mucho pueblo en esta ciudad. Y se detuvo allí un año y seis meses, enseñándoles la palabra de Dios (Hechos, 18:5-11).

Jesús en Getsemaní. Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que voy allí y oro. Y tomando a Pedro, y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera. Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo  (Mateo, 26:37-38).  Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente (Hebreos, 5:7).

Además vemos que Jesús fue tentado en todo según nuestra semejanza, incluso en la depresión profunda. Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro (Hebreos, 4:15-16).

Todas estas personas superaron las crisis profundas de sus vidas. Cada ejemplo de estos hombres nos enseña diferentes verdades para vencer la depresión. Las resumiremos en tres.

  1. El arrepentimiento. Algunas depresiones son el resultado de pecados ocultos o inmoralidades secretas. La victoria está en el arrepentimiento de corazón. El salmista dijo: Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Dije: confesaré mis transgresiones al Señor; y tu perdonaste la maldad de mi pecado (Salmo, 32:5).
  1. Clamar a Dios con voz audible. Este clamor y oración pone en palabras el arrepentimiento sincero. Esta oración rompe la oscuridad y hace soltar al diablo el área donde nos tenía atrapados. Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides ninguno de sus beneficios… El es el que rescata del hoyo mi vida… (Salmo, 103:4). Busqué al Señor, y él me oyó, y me libró de todos mis temores. Los que miraron a él fueron alumbrados, y sus rostros no fueron avergonzados. Este pobre clamó, y le oyó el Señor, y lo libró de todas sus angustias (Salmo, 34:4-6).

Hay ocasiones en que las fuerzas no dan ni para clamar a viva voz, pero sí podemos hacerlo desde lo hondo de  nuestro ser, como vimos antes. Mientras callé (confesión audible) se envejecieron mis huesos en mi gemir (un sonido interior sin palabras) todo el día… Se volvió mi verdor (vida dinámica) en sequedades (sin vitalidad) de verano (Salmo, 32:3,4). Este gemido procede de las profundidades del espíritu, donde no hay lenguaje, ni sonido, sino una expresión de nuestro espíritu al Espíritu de Dios. También habrá momentos cuando necesitaremos la ayuda de otras personas que oren por nosotros, especialmente con dones de liberación.

  1. La restauración del sentido de la vida. La depresión paraliza y confunde. La liberación nos devuelve el rumbo por donde debemos seguir y los objetivos que debemos alcanzar. La luz regresa y la verdad nos saca a la libertad. Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos (Salmo, 32:8).

Purifícame con hisopo, y seré limpio; lávame, y seré más blanco que la nieve. Hazme oír gozo y alegría, y se recrearán los huesos que has abatido. Esconde tu rostro de mis pecados, y borra todas mis maldades. Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí. No me eches de delante de ti, y no quites de mí tu santo Espíritu. Vuélveme el gozo de tu salvación, Y espíritu noble me sustente (Salmo, 51:7-12).

Después de pasar por el valle de sombra de muerte y haber salido en victoria… El mismo nos perfecciona, afirma, fortalece y establece. A Él sea la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén (1Pedro, 5:10).

NACIDOS PARA VENCER: La depresión (I)

depresion-2¿Qué es la depresión?  

Es un decaimiento del ánimo y la voluntad. Un hundimiento interior. Es un sentimiento de vacío, soledad, melancolía, nostalgia y desgana. Una sensación de estar metido en un pozo oscuro sin notar el fondo ni ver la superficie. Es una especie de caída de los soportes que sostienen la actividad del alma. Es decir, como si se hubieran aflojado las cuerdas que soportan el movimiento emocional, intelectual y de la voluntad.

La depresión es un enemigo que está atrapando a muchas personas hoy como consecuencia de una sociedad frenética y acelerada que conduce al hombre a un «sin-sentido» de tanta actividad. La reacción suele ser «soltar las amarras”» y marchar a la deriva; o una rotura involuntaria con los mismos resultados.

Diferenciar dos niveles de depresión. Hay diferentes tipos de depresión y producidos por múltiples motivos, nosotros veremos dos de estos niveles. Al primero lo llamaremos depresión pasajera, y al segundo depresión profunda.

DEPRESIÓN  PASAJERA

Se produce por una atmósfera oscura y de tinieblas, afectando al interior, el alma de la persona. Es momentánea, circunstancial y breve. Muchos de nosotros la hemos experimentado en alguna ocasión.

Ejemplo – 1: La depresión de Abraham

Y le dijo: Tráeme una becerra de tres años, y una cabra de tres años, y un carnero de tres años, una tórtola también, y un palomino. Y tomó él todo esto, y los partió por la mitad, y puso cada mitad una enfrente de la otra; mas no partió las aves. Y descendían aves de rapiña sobre los cuerpos muertos, y Abram las ahuyentaba. Mas a la caída del sol sobrecogió el sueño a Abram, y he aquí que el temor de una grande oscuridad cayó sobre él (Gn. 15:9-12).

Vemos en este pasaje tres factores básicos que componen este tipo de depresión. Primero: sueño. Una somnolencia, no natural, que apaga los sentidos del alma y el cuerpo, desgana. Segundo: temor. Un asalto de pensamientos turbadores sobre el futuro. El temor convierte cualquier informe en negativo y tenebroso. Tercero: oscuridad. Un apagón de las luces interiores que nos impide ver cualquier salida a la situación.

Ejemplo – 2: La depresión de los apóstoles.

En la experiencia de los apóstoles encontramos también los mismos factores que operaron en el conflicto de Abrahán. Fue durante el tiempo de las tinieblas, cuando Jesús entró en la hora de la redención. Los apóstoles fueron cogidos por una depresión que contenía estos tres aspectos: sueño, temor y oscuridad.

Sueño: Vino otra vez y los halló durmiendo, porque los ojos de ellos estaban cargados de sueño (Mateo, 26:43).

Temor: Pero él les dijo: ¿Por qué estáis turbados, y vienen a vuestro corazón estos pensamientos? (Lc.24:37). Cuando llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la semana, estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos, vino Jesús, y puesto en medio, les dijo: Paz a vosotros  (Jn.20:19).

Oscuridad: Habiendo estado con vosotros cada día en el templo, no extendisteis las manos contra mí; mas esta es vuestra hora, y la potestad de las tinieblas (Lc.22:53). Cuando era como la hora sexta, hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena (Lc.23:44).

vencedorDerrotando la depresión

1. Por la continua y cercana COMUNIÓN con Dios. Lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo… pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado (1Juan,1:3.7).

Esta fue la clave para Abraham, y también para los apóstoles. Su continua relación con Dios los libró de las garras de este enemigo. Su comunión constante produjo en ellos una reacción inmediata para escapar de las tinieblas.

2. Por una REACCIÓN rápida. El alma de los diligentes será prosperada (Pr.13:4). En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor (Rom.12:11).

La comunión constante con Dios nos lleva a una vida espiritual activa que nos permitirá reaccionar a tiempo, antes de ser atrapados por la boca del león. Si no lo hacemos pronto nos adentraremos en una depresión profunda. Mantener una vida espiritual activa incluye entre otras muchas cosas lo siguiente: Lectura, meditación, oración, alabanza, congregarse, arrepentimiento, etc.

CONTINUARÁ…