Los profetas de Israel (XXX) – Isaías (16)
He aquí que yo he puesto en Sion por fundamento una piedra, piedra probada, angular, preciosa, de cimiento estable; el que creyere, no se apresure (Isaías 28:16)
Jesús es la piedra angular. Estamos edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo, Jesucristo mismo (Ef. 2:20). Es la peña de Horeb, la roca de donde bebían en el desierto, «y la Roca era Cristo», nos dice Pablo (1 Co.10:4). Para el apóstol Pedro fue una revelación comprender que la identidad del Mesías era roca en sus labios, la confesión de fe que salva (Mt.16:16-18), porque con el corazón se cree para justicia, y con la boca se confiesa para salvación. En esa confesión está implícita la revelación de la identidad de Yeshúa; por ello piedra de tropiezo para muchos en Israel (Ro.9:32,33); motivo de escándalo al identificar a Cristo con el Verbo hecho carne, Dios con nosotros.
Para los que creen, él es precioso y no serán avergonzados; pero para los que no creen, la piedra que los edificadores desecharon, ha venido a ser cabeza del ángulo (1 P.2:4-8). De esa naturaleza rocosa brotan infinidad de otras piedras vivas, mediante las cuales el Señor edifica el templo de su cuerpo, el Cuerpo del Mesías (Jn.2:19-21). Todo ello se desprende del texto de Isaías que estamos meditando. Y ese fundamento está puesto en Sion, la ciudad del gran Rey. El Mesías y la ciudad de Jerusalén unidas de manera indisoluble.
Luego nuestro profeta anuncia un día cuando la multitud de todas las naciones lucharán contra Ariel (otro nombre para llamar a Jerusalén). Será una multitud de todas las naciones peleando contra el monte de Sion (Is.29:7,8). Este mensaje se anuncia en distintas ocasiones y por diferentes profetas del Señor. Las naciones ―lo vemos hoy de forma vergonzosa en las resoluciones de la ONU contra Israel― del mundo se encaminan progresivamente hacia una coalición mundial contra la causa de Sion.
Pero como en los días pasados la salvación es del Señor (2 Cr.20:17). Como fue dicho por Moisés: El Señor peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos (Ex.14:14). Es el mensaje del mismo Isaías un poco más adelante: El Señor de los ejércitos descenderá a pelear sobre el monte de Sion, y sobre su collado… así amparará YHVH a Jerusalén, amparando, librando, preservando y salvando (Is.31:4,5). Y la luz de la luna será como la luz del sol, y la luz del sol siete veces mayor… el día que vendare YHVH la herida de su pueblo, y curare la llaga que él causó (Is.30:26). El Mesías y Jerusalén inseparables.
La piedra puesta en Sion, para unos tropiezo y caída, para los que creemos en el Mesías Roca que sostiene todo el edificio de Dios.