Los profetas de Israel (XXXV) – Isaías (21)
He aquí que YHVH el Señor vendrá con poder, y su brazo señoreará; he aquí que su recompensa viene con él, y su paga delante de su rostro. Como pastor apacentará su rebaño; en su brazo llevará los corderos, y en su seno los llevará; pastoreará suavemente a las recién paridas (Isaías 40:10,11)
El mensaje del libro de Isaías experimenta un cambio muy notorio a partir del capítulo cuarenta. Algunos han querido ver en ello a dos personas distintas, con dos épocas diferentes. Sin embargo, esa posición proviene del tiempo cuando dio inicio lo que se llama alta crítica, que pretende poner en duda la veracidad de las Escrituras. Esa opción, que no comparto en ningún caso, elimina el componente profético del libro, puesto que a partir de este capítulo se inicia un mensaje de consolación para Israel que tiene su asiento histórico en el retorno del cautiverio, suceso que aún no se había producido en días de Isaías. Dejando esa opción a un lado nos centraremos en el contenido altamente esperanzador de los capítulos que vamos a estudiar.
Después de los juicios sobre Judá viene el tiempo de la consolación. El apóstol Pedro también anunció en su segundo discurso después de Pentecostés que era necesario que el cielo recibiera a Jesucristo hasta el tiempo de la restauración de todas las cosas (Hch.3:21). Y añadió: cosas que Dios había anunciado por boca de sus santos profetas desde tiempo antiguo. Isaías lo hizo sobre Judá siete siglos antes de la primera venida del Mesías. El mensaje que tenemos para reflexionar nos habla de la venida del Señor con poder para señorear. Podemos seguramente ver aquí buena parte de su ministerio a las ovejas perdidas de la casa de Israel en los días de su carne. Pero luego dice que trae su recompensa con él, y su paga delante de su rostro; lo cual anuncia su segunda venida.
Este texto está vinculado con Apocalipsis 7:17, relacionado a su vez con el retorno del Señor para enjugar toda lágrima de los ojos de ellos; que como vimos en otro texto del mismo profeta, nos habla con su segunda venida.
Jesús es el buen pastor que ha dado su vida por las ovejas, las de Israel, y otras que no eran de ese redil, pero que también debían ser atraídas para que haya un rebaño y un pastor (Jn. 10:16). En Jeremías 23 y Ezequiel 34 encontramos un mensaje amplio del ministerio pastoral del Mesías que viene a restaurar y salvar lo que pastores asalariados han estropeado en su pueblo. Lo mismo ocurre en su segunda venida. El Buen Pastor vendrá a restaurar su pueblo después de haber sido ultrajado mucho tiempo por las naciones y enemigos del evangelio.
El salmista y los profetas anuncian el ministerio pastoral del Mesías en su primera y segunda venida. El Señor es mi pastor, el buen pastor…