27 – TIEMPOS FINALES – Apostasía de la fe (6)

Tiempos finales revisadaTIEMPOS FINALES – Apostasía de la fe (6)

Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios (1 Timoteo 4:1)

Si hay un denominador común que cohesiona y cimenta los tiempos finales es la mentira y la iniquidad. El apóstol de los gentiles une ambos extremos en esta  carta. Nos habla del misterio de la iniquidad que se manifestará siendo impulsado por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos, y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos (2 Tes. 2:7-10). La agenda globalista que muchos ya están poniendo de manifiesto con datos objetivos alejados de teorías conspiranóicas, es un producto elaborado en el mismo trono de Satanás (Apocalipsis 2:13), de donde emana la iniquidad sobre todas las naciones; cuyo advenimiento es por obra de Satanás, dice el apóstol, y lo hace mediante poderes, señales y prodigios mentirosos. El mundo entero vive hoy bajo la tiranía de una de esas obras poderosas, que usando el temor a la pandemia, se ha extendido y aceptado como verdad absoluta —siempre hay argumentos verosímiles en toda gran mentira— aunque ese prodigio tiene como matriz la mentira del padre del engaño. Según los medios de comunicación, la pandemia está extendida en todas las naciones, por ello hay que aceptarla sin dar lugar a ninguna crítica o pensamiento alternativo. ¿Hay mayor prodigio que poner de acuerdo a todas las naciones hechizadas y sometidas a unas medidas de aislamiento universales? ¿Los gobernantes que legislan sin pudor sobre la muerte de millones de niños en el vientre materno (aborto); que vuelven a hacerlo para que los médicos sean cómplices del suicidio de los ancianos, o quienes atraviesan una situación de máximo dolor y pretenden quitarse la vida para evitar el sufrimiento que no garantiza el descanso eterno (eutanasia); estos gobernantes, en su mayoría corruptos y llenos de sí mismos, son quienes tienen una preocupación ejemplar para evitarnos un contagio que en un 94% de los casos nos provocará algo de fiebre, tos, dolores musculares y que nos abandonarán en diez días? Realmente estamos ante un prodigio de la manipulación y el engaño. ¿Una sociedad individualista, que mayoritariamente busca sus propios intereses se ha convertido en sumisa de la noche a la mañana, aceptando una realidad que está destruyendo la convivencia y la economía mundial? Solo un poder sobrenatural de modelo babilónico puede sustentar esta estratagema.

         Iniquidad y engaño, mentira y maldad, son dos manos de una misma estrategia impulsada por los poderes de las tinieblas.

26 – TIEMPOS FINALES – Apostasía de la fe (5)

Tiempos finales revisadaTIEMPOS FINALES – Apostasía de la fe (5)

Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios (1 Timoteo 4:1)

Debemos prestar mucha atención a lo que oímos y a quién escuchamos. En palabras del Maestro: Tened cuidado de como oís (Lucas 8:18 LBLA). Uno de los indicativos de la sociedad actual es la proliferación de voces y la diversidad de altavoces para que nos lleguen todo tipo de mensajes. Cada día somos bombardeados por los medios de comunicación con mensajes repetitivos sobre los peligros de la supuesta pandemia que padecemos. Una y otra vez hemos sido expuestos a informaciones no contrastadas sobre contagios masivos y muertes atribuidas a un virus que mantiene a naciones enteras en un estado de pánico y fobia que ha penetrado en las relaciones humanas perturbándolas a unos niveles preocupantes. Lo sorprendente es que nos hemos sometido de forma servil a unas medidas restrictivas en una sociedad que alardea de mantener un régimen de libertades pero se ha plegado con ceguera sin poner en duda los mensajes unívocos de los medios de comunicación. La fascinación y el hechizo se han producido porque el temor se ha apoderado de nuestra alma… Oyendo. Hay excepciones que son rápidamente acalladas y estigmatizadas para imponer el relato oficial. Cuando el hombre rechaza la verdad revelada un poder engañoso toma su lugar ocupando el centro de la escena. Y no estoy negando la realidad de los hechos que nos han invadido y perturbado, estoy poniendo en duda que los gobiernos, llevados por el impulso globalista de unas élites que pretenden aprovechar el dolor y la angustia, han implantado su agenda perversa y destructiva al estilo de Nimrod en la llanura de Sinar. La fe viene por el oír; el temor también. Podemos tener fe en Dios, y, negándola, naufragar mediante otro tipo de fe que niega al Soberano Dios de Israel, entregándose a una credulidad infantil al estilo del cambio climático, con una unanimidad de los científicos falsa, y las diatribas de una adolescente sueca. La apostasía de la fe viene cuando oímos y aceptamos a espíritus engañadores y doctrinas de demonios. Los poderes espirituales que impulsan agendas de creencias globalistas son los mismos que se rebelaron contra el mandato de Dios en la antigua Babel. A estos se les unen líderes humanos que se entregan a las artimañas del error para mantener a sociedades enteras en la infantilización de quienes pretenden llevarnos, mediante vientos de doctrinas humanas, a la esclavitud negando la verdad revelada en favor de ideologías destructivas que imponen mediante la prostitución del lenguaje.

         Debemos aprender a oír bien, escogiendo la buena parte, como María.

25 – TIEMPOS FINALES – Apostasía de la fe (4)

Tiempos finales revisadaTIEMPOS FINALES – Apostasía de la fe (4)

Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando (1 Timoteo 4:1)

El Espíritu lo dice claramente, que en los tiempos finales, habrá una apostasía de la fe y la doctrina; como también dice en otro lugar que se derramará el Espíritu sobre toda carne. El apóstol Pedro retomó el mensaje del profeta Joel el día de Pentecostés identificando el acontecimiento que tuvo lugar en Jerusalén, (una vez que Jesús fue recibido arriba, y sentado a la diestra del Padre), con la profecía del derramamiento del Espíritu Santo. Y en los postreros días, dice Dios, derramaré de mi Espíritu sobre toda carne. Ambos sucesos tienen lugar en los tiempos finales: apostasía y llenuras del Espiritu. No podemos ni debemos eludir ninguno de ellos en nuestra predicación actual. Hoy asistimos al decaimiento de la fe en países y continentes enteros, especialmente en Occidente, Europa y América; a la vez que sabemos de grandes derramamientos del Espíritu en otras naciones y continentes donde el cristianismo no tuvo históricamente un arraigo similar. Me refiero a África y Asia, donde a la vez se padece una persecución infernal a manos sobre todo de integristas islámicos que masacran a los cristianos de todas las denominaciones. Dicho esto, para poner moderación y equilibro en nuestra exposición, debemos reconocer sin cortapisas, que asistimos desde hace décadas al derrumbe de la fe y la doctrina en naciones con un arraigo histórico de tradición cristiana. Y según el texto que tenemos para meditar (en el que me he parado deliberadamente a su inicio) esta apostasía se produce, o mejor dicho, penetra por el oído: Apostatarán de la fe, escuchando. Paradójicamente, la fe viene por el oír, y el oír por la palabra de Dios; como también el abandono de la fe se produce por la misma vía, por oír. Por el oído penetra la fe de Dios y también la negación de ella. Podemos oír con fe o hacerlo con incredulidad. Y si algo caracteriza a nuestra sociedad actual es por la negación de la verdad revelada en la Escritura. Esa verdad ha sido suplantada por otras fes: en la ciencia, la razón, la religión del cambio climático, adoramos a las criaturas en lugar de al Creador, hemos colocado al hombre en el epicentro de todas las cosas en nombre de un falso humanismo y unos derechos humanos que suelen ser la tapadera para cobijar corrupciones de todo tipo. El egoísmo exacerbado, la vanagloria de la vida, el amor al dinero y los placeres, la cultura hedonista que huye de cualquier experiencia que provoque dolor, abnegación y esfuerzo, han substituido la verdad de la fe revelada en las Escrituras. Y todo ello ha penetrado masivamente en el oído de esta generación produciendo apostasía.

         Un sector amplio de la iglesia actual ha abandonado la fe viva y sólida.

24 – TIEMPOS FINALES – Apostasía de la fe (3)

Tiempos finales revisadaTIEMPOS FINALES – Apostasía de la fe (3)

Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía… (2 Tesalonicenses 2:3)

Hemos hablado brevemente de la apostasía generacional en Europa, una sociedad que ha sido edificada sobre los valores judeocristianos, además de la filosofía griega y el derecho romano. Hoy asistimos al sueño de Juliano, llamado el apóstata, de hacer volver el paganismo a la sociedad del siglo IV. Quisiera pararme unos momentos en el caso español, la metamorfosis que ha experimentado España en las últimas décadas, abandonando su ancestral moral católica, con todos los matices que queramos ponerle, pero que ha dado forma a la nación, configurando su carácter identitario. Hemos pasado de la dictadura nacional católica, a una democracia desdibujada que nos ha conducido, mediante libertades mal entendidas, al hundimiento y disolución de una sociedad quebrada y confusa como pocas veces en su larga historia. Es evidente que una parte de las bases tradicionales de nuestro pueblo estaban fundadas sobre arena movediza de una religiosidad impuesta desde el poder. Por otro lado, no se pueden negar las raíces profundas de un sector de la población en una fe cristiana-católica que sirve de cortafuego ante la deriva disoluta de quienes buscan su destrucción mediante el desmembramiento de la nación española. Sin embargo, asistimos perplejos a la caída de los valores y principios espirituales que han hundido a esta generación en un secularismo que pretende desalojar la fe de todos los ámbitos públicos para desterrarla al ostracismo de una manifestación mínimamente individual. Muchos han sido anegados por los tiempos postmodernos que niegan el lenguaje bíblico y toda manifestación pública de la fe. Por otro lado, si analizamos la vertiente protestante evangélica de la fe cristiana vemos con profundo dolor que tampoco aquí estamos ante una solidez de las verdades bíblicas que puedan frenar la deriva disoluta a la que asistimos. He vivido personalmente momentos de cierto despertar espiritual en algunos movimientos cristianos en España que poco a poco fueron perdiendo su vigor en las aguas procelosas de las rencillas y divisiones impidiendo la fortaleza de una iglesia sólida con voz profética en la sociedad. Nuestros líderes representativos tampoco están a la altura de la necesidad del momento decadente que vivimos. Siempre podemos consolarnos con ciertas manifestaciones de entusiasmo locales en algunas congregaciones, pero en un sentido amplio y general, veo con tristeza que la apostasía de la fe y la doctrina también nos ha traspasado a quienes pretendíamos, ingenuamente, la transformación de la sociedad.

         España también vive hoy tiempos de decadencia de la fe y los valores.

23 – TIEMPOS FINALES – Apostasía de la fe (2)

Tiempos finales revisadaTIEMPOS FINALES – Apostasía de la fe (2)

Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía… (2 Tesalonicenses 2:3)

Hemos dicho que el término apostasía significa «colocarse fuera de», que en el sentido religioso viene a ser un abandono de la fe y la doctrina que un día se abrazó. Significa abandonar o romper públicamente con la fe que se había profesado, y esto de una manera generalizada. Es una atmósfera de incredulidad. Un clima espiritual tibio cuya nota predominante es el rechazo de los valores judeocristianos. Es el abandono de la ética y la moral que ha sostenido a la sociedad durante siglos, pero que ahora se ve atacada mediante leyes que pretenden erradicar toda huella de espiritualidad cristiana de la sociedad, impulsada especialmente desde las instituciones supranacionales. En este sentido, nuestra generación, especialmente lo que llamamos Occidente, ha abandonado con violenta determinación una fe que sustentaba gran parte de la cohesión social y familiar. En términos generales, la prosperidad y el bienestar conseguidos son el resultado de una ética y moral sustentadora del comportamiento humano en unos parámetros establecidos sobre el fundamento de principios bíblicos. Hoy asistimos a la gran apostasía de la fe cristiana en Europa. Los valores que han dado forma al continente están siendo socavados progresivamente mediante el abandono de los principios que lo han sostenido. Este es el primer estado de apostasía que quiero señalar en estas meditaciones. Una apostasía que se ha acelerado en esta generación de una forma alarmante, dando lugar a un deterioro de la convivencia familiar y social de consecuencias siempre dramáticas. En la historia del reino antiguo de Israel, reseñado en la Escritura, vemos que la apostasía suele instalarse después de un tiempo de prosperidad y bienestar social. La decadencia moral y espiritual daba paso al juicio de Dios y su posterior restauración. Esos tiempos preñados de idolatría en sus múltiples manifestaciones relegaban la adoración, gratitud y alabanza al Creador y Hacedor de todas las cosas, elevando el orgullo humano como generador de los logros conseguidos. Esa es una de las grandes idolatrías a la que asistimos hoy. Como dijera el rey Nabucodonosor: ¿No es esta la gran Babilonia que yo edifiqué… con la fuerza de mi poder, y para gloria de mi majestad? (Daniel 4:30). Este rey, prototipo de las élites actuales que añoran un gobierno único y mundial, pasó siete años entre bestias, hasta que reconoció que el Señor es quien tiene el dominio en el reino de los hombres.

La soberbia que predomina en nuestros días ha producido el abandono de la fe y dependencia de Dios que nos conducirá, sino regresamos a la cordura de la fe bíblica, al juicio antes de su venida.

22 – TIEMPOS FINALES – Apostasía de la fe (1)

Tiempos finales revisadaTIEMPOS FINALES – Apostasía de la fe (1)

Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía… (2 Tesalonicenses 2:3)

En este capítulo de la segunda carta de Pablo a los tesalonicenses parece como si el autor quisiera enfriar la precipitación de algunos creyentes en aquel lugar que daban por hecho que el día del Señor era inminente. El apóstol nos da aquí uno de los discursos más detallados de los acontecimientos que tendrán lugar antes de la segunda venida del Mesías. Hay precedentes que revelan el tiempo de su venida. Ya hemos visto una amplia relación en esta serie, ahora quiero pararme en algunos más. El autor comienza su disertación apelando a la cordura y el equilibro deseado que deben tener los hermanos de Tesalónica para que no se dejen mover fácilmente del modo de pensar; ni se turben en cuanto a que el día del Señor está cerca. En algunos casos esa perturbación venía a través de supuestas revelaciones, visiones o profecías, incluso había quienes apelaban a alguna carta del apóstol. Todo ello pone de manifiesto que desde el principio la expectativa del retorno del Señor fue un tema predominante en la iglesia primitiva. Lo vemos en diversos lugares de la Escritura. Pero una cosa es  tener la expectativa de su regreso y otra alterar el diario vivir con énfasis desmedidos que pueden llegar a perturbar la fe y descolocar a los hermanos. Por eso digo, que Pablo parece enfriar las expectativas inminentes que algunos mantenían sobre la venida del Señor apelando a no dejarse engañar con un tema que siempre provoca cierto grado de neurosis colectiva. Las hemos vivido en distintos momentos durante las últimas décadas. Dicho esto, el apóstol Pablo relaciona algunos de los hechos que preceden a la venida del Señor, y lo inicia hablando del advenimiento de la apostasía que viene antes del fin. Este término proviene del griego y significa «colocarse fuera de»; en el sentido religioso viene a ser el abandono de la fe o la doctrina que se había abrazado. Significa abandonar o romper públicamente con la fe o doctrina que se profesa. Por tanto, la apostasía es un abandono de la fe generalizado que precede a la venida del Mesías. El mismo Señor, después de enseñar a los suyos sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar, y hacerlo mediante la parábola de la viuda que insiste a un juez injusto para que le haga justicia, reseñando que Dios sí la hará a sus escogidos que claman a él día y noche, concluye con estas enigmáticas palabras: Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra? (Lc.18:8).

         La fe que nos ha sido dada necesita ser abrazada, peleando y combatiendo ante las fuerzas hostiles que pretenden ahogarla o diluirla en un tiempo cuando la apostasía se extiende como un virus.

21 – TIEMPOS FINALES – El resurgimiento del Islam (5)

Tiempos finales revisadaTIEMPOS FINALES – El resurgimiento del islam (5)

Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos para guerrear contra el que montaba el caballo, y contra su ejército  (Apocalipsis 19:19)

         Hemos hablado hasta ahora del islam como la primera bestia que menciona Juan en su libro de Revelación. Luego aparece una segunda bestia que identificamos en el siglo XIII cuando el islam primigenio no pasa por su mejor momento con la decadencia del califato de Bagdad, y el nuevo impulso que toma con la llegada de los turcos otomanos. Son los turcos, que habían aceptado la fe musulmana por la influencia del califato abasida, quienes recuperan la fuerza conquistadora del islam a partir de los siglos XIII y XIV, especialmente con la caída de Constantinopla a manos del sultán Mehmet II. El año 1453 la parte oriental del antiguo Imperio Romano quedó definitivamente absorbida por los turcos, que consiguieron mantener el sultanato durante unos cuatrocientos años, hasta su caída en la Primera Guerra Mundial (1917). Las décadas siguientes son aprovechadas por las naciones europeas que salieron victoriosas de la Gran Guerra, especialmente Inglaterra y Francia, para repartirse el antiguo territorio otomano, inventando nuevas naciones, y trazando a punta de lápiz una nueva geografía sin tener en cuenta la diversidad de sus pueblos y la composición tribal a la que obedecían. Son los acuerdos Sykes-Picot. Esa política, junto con los intereses emergentes del petróleo que sostienen la maquinaria industrial sobre la que se asienta la prosperidad occidental, dará lugar a unos conflictos territoriales, étnicos, religiosos, políticos y culturales que aún padecemos. Por otro lado, hemos asistido a un nuevo resurgimiento del islam mas militante y salafista que pretende recuperar su antiguo dominio imponiendo a las naciones occidentales un terrorismo que amenaza ruina, y por otro lado una invasión silenciosa mediante la emigración de millones de musulmanes que actúa como caballo de Troya en una sociedad que ha abdicado de sus valores judeocristianos y se rinde sin luchar ante el empuje renovado de la bestia. El totalitarismo islámico no es igual que sus hermanos (comunismo y nazismo), a pesar de compartir ideario de un gobierno mundial, sino que mantiene un entramado distinto que lo hace más peligroso y difícil de combatir. Señal inequívoca de la venida del Mesías de Israel, quién le destruirá con el resplandor de su venida (2 Tes. 2:8).

         La batalla final enfrentará a la bestia y sus ejércitos, con el Mesías y los suyos; de lo que se desprende que no desaparecerá el islamismo radical hasta la venida del Mesías-Rey.

20 – TIEMPOS FINALES – El resurgimiento del islam (4)

Tiempos finales revisadaTIEMPOS FINALES – El resurgimiento del islam (4)

Y la bestia que vi era semejante a un leopardo… El dragón le dio su poder y su trono, y grande autoridad… y adoraron al dragón que había dado autoridad a la bestia, y adoraron a la bestia… se le dio boca que hablaba grandes cosas y blasfemias… y se le permitió hacer guerra contra los santos, y vencerlos. También se le dio autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación. Y la adoraron todos los moradores de la tierra…  (Apocalipsis 13:2-8)

         Podemos tener dudas o diferentes posiciones sobre la identificación de la bestia, el anticristo y demás personajes apocalípticos, pero de lo que hoy no podemos dudar es que estamos asistiendo a un resurgimiento del islam más radical, que en esencia es el islam verdadero, el de su origen primigenio. Cualquiera que estudie mínimamente los orígenes del mundo musulmán y sus doctrinas esenciales se dará cuenta de varias cosas. En primer lugar que no es solamente una religión como las demás, se trata de un sistema que pretende controlar toda la vida y a todas las naciones bajo el sometimiento a una nueva ley, la sharía; un gobierno mundial, el del califato, con una figura semejante a la del Mesías de Israel, llamado el Mahdi. El islam es anticristiano, por más que se le pretenda disfrazar de pacífico y moderado. Niega a Cristo, porque niega que sea el Hijo de Dios; niega su muerte expiatoria en la cruz del Calvario, por tanto su resurrección; anuncia un «evangelio» de obras que nunca asegura la salvación, ni siquiera la del mismísimo profeta y mensajero, solo los muyahidines (soldados de la yihad) que mueren matando judíos y cristianos tienen asegurado el paraíso con sus 72 vírgenes (huríes) de ojos negros, y que pueden mantener una infinidad de coitos sin dejar nunca de ser vírgenes. Solo la propia sangre de los «mártires» que entregan sus vidas en actos terroristas puede redimir y asegurar su salvación, y la de setenta familiares. Una religión que glorifica la muerte, la mentira y el engaño si con ello consiguen hacer avanzar la causa del islam; que desprecia la vida humana, la propia, la de sus mismos hijos (recordar la estrategia de escudos humanos usada a menudo en sus guerras terroristas) y la ajena, no puede ser una religión más. La brutalidad a la que estamos asistiendo en los últimos años procedente de aquellos que matan en nombre del dios más grande (esa es la confesión de los yihadistas: allahu akbar, es decir, Alá es el dios más grande), y a la vez anunciado como el misericordioso, pone de manifiesto su verdadera naturaleza; se trata de una deidad que nada tiene que ver con el Dios de la Biblia.

         Podemos elucubrar sobre la naturaleza «pacífica» del islam original, pero la realidad de sus obras no admiten duda, y su mensaje es anti-Cristo.

19 – TIEMPOS FINALES – El resurgimiento del islam (3)

Tiempos finales revisadaTIEMPOS FINALES – El resurgimiento del islam (3)

Y daré a mis dos testigos que profeticen por mil doscientos sesenta días, vestidos de cilicio. Estos testigos son los dos olivos, y los dos candeleros que están en pie delante del Dios de la tierra… Cuando hayan acabado su testimonio, la bestia que sube del abismo hará guerra contra ellos, y los vencerá y los matará  (Apocalipsis 11:3,4,7)

         En la mitad de los años ochenta, cuando la inmensa mayoría de los escatólogos orientaban su mirada hacia Europa, el resurgir de Roma mediante el Mercado Común Europeo, la implantación de un inmenso ordenador en Bruselas que marcaría a todos con el sello de la bestia, insistiendo que la Iglesia Católica Romana era el anticristo, mis maestros me enseñaron a poner la mirada en Oriente Medio, en la zona de Mesopotamia, la antigua Babilonia, y el nacimiento del islam en el siglo VII, como la bestia que «era y no es y será». «Era» el levantamiento del antiguo imperio Babilónico que en la forma de las conquistas musulmanas del siglo VII, («estaba para subir del abismo») invadieron gran parte del cristianismo primitivo, ocasionando su eliminación, (en algunas naciones para siempre), y del que hemos tenido un resurgimiento en el siglo XX, con la violencia que lo caracteriza en su versión original. Hoy asistimos a un nuevo levantamiento del islamismo radical que pretende por un lado la destrucción de Israel como pueblo (el odio que destila es de tal magnitud que no puede ser únicamente humano, procede del abismo); y por el otro, el degollamiento de los cristianos en los países donde se ha instalado el llamado Estado Islámico. Todo ello no deja lugar a dudas de la verdadera naturaleza de su origen: el abismo del que habla el apóstol Juan en nuestro texto. Los dos testigos que menciona no pueden ser otros que Israel y la iglesia, los dos testigos que Dios tiene para dar su testimonio en la tierra. Siguiendo la enseñanza que recibí hago el siguiente comentario sobre el texto que tenemos para meditar. La ciudad santa (Jerusalén) será hollada durante cuarenta y dos meses (11:2), que son tres años y medio. Si contamos un año por cada día (42×30, más un cuarto cada año por el año bisiesto) salen 1.278 años. La historia nos dice lo siguiente: en el año 638 d.C. Jerusalén cayó en manos de los árabes hasta el año 1917 cuando fueron expulsados junto con los turcos por los ingleses. Comienza así un retorno a la tierra de Israel progresiva y generalizada de los judíos. Por otro lado, la iglesia vivió un periodo de oscuridad por el dominio islámico con apariencia de muerte en el mundo.

         Israel y la iglesia han sido perseguidos y dominados por el islam durante un tiempo limitado; está rebrotando en Europa, preludio del reino mesiánico.

18 – TIEMPOS FINALES – El resurgimiento del islam (2)

Tiempos finales revisadaTIEMPOS FINALES – El resurgimiento del islam (2)

La bestia que has visto, era, y no es; y está para subir del abismo e ir a perdición; y los moradores de la tierra, aquellos cuyos nombres no están escritos desde la fundación del mundo en el libro de la vida, se asombrarán viendo la bestia que era y no es, y será (Apocalipsis 17:8)

         Identificar a la bestia del libro de Apocalipsis ha sido, y es, motivo de gran disparidad de comentarios. Los hay para todos los gustos. Algunos realmente pertenecen al género de la escatología ficción. No entraré en un debate interminable sobre ello, pero si llamaré la atención acerca de algunos detalles a tener en cuenta. En nuestro texto se dice que la bestia que había visto el apóstol Juan a partir del capítulo 11 y sobre todo desde el 13, era y no es, y está para subir del abismo. En el tiempo cuando escribió Juan su libro de revelación el dominio mundial pertenecía al Imperio Romano. Por tanto, debemos descartar (soy consciente de que esta ha sido y sigue siendo la interpretación más generalizada al respecto) un levantamiento del Imperio Romano en Europa (aunque la UE forme parte políticamente de la oposición a Israel) porque dice Juan que «era» (tiempo pasado referido a Babilonia), «y no es», tiempo presente; «y está para subir», es decir, aun no había hecho su aparición. El islam emergió del desierto en el siglo VII, después de la predicación de su profeta, con un mensaje mezclado de judaísmo y cristianismo herético para levantar una nueva religión que no solo era un mensaje espiritual, sino político y totalitario. El islam es un sistema totalitario que pretende dominar el mundo entero para implantar la ley sharía. En pocas décadas, sus conquistas, después de unificar toda Arabia, abarcaron la antigua Mesopotamia (la actual Irak e Irán) Siria, el norte de África, y la península Ibérica por occidente, y hasta la India por la parte oriental. Su expansión fue impresionante. Gran parte del cristianismo antiguo quedó anegado y erradicado en poco tiempo, cambiando la ley, los tiempos y la confesión de fe judía y cristiana por la Shahada: «no hay más dios que Alá, y Mahoma es su mensajero», impuesta por la fuerza de la espada. El mensaje contiene la naturaleza del abismo de donde emergió: conversión obligatoria a la nueva fe, o muerte. La otra alternativa era aplicar el sistema de la Dhimma, implantando en los pueblos sometidos una posición subordinada al islam, con la obligación de pagar un impuesto abusivo y vivir en inferioridad de derechos que forzaba, en muchos casos, la apostasía de la fe original de las naciones sometidas.

         Mantengo que la primera bestia de Apocalipsis se trata del surgimiento del islam, y la segunda su resurgimiento mediante el imperio turco otomano.