83 – EL HOMBRE CONDENADO

El hombre condenadoLos hijos de condenación (LXXV) – Babilonia (67)

Tarsis comerciaba contigo por la abundancia de todas tus riquezas; con plata, hierro, estaño y plomo comerciaba en tus ferias… Javán, Tubal y Mesec comerciaban también contigo… Los de la casa de Togarma… comerciaban en tu mercado… Edom traficaba contigo… Judá y la tierra de Israel comerciaban contigo… Damasco comerciaba contigo… Arabia y todos los príncipes de Cedar traficaban contigo… Estos mercaderes tuyos negociaban contigo en varias cosas… Las naves de Tarsis eran como tus caravanas que traían tus mercancías; así llegaste a ser opulenta, te multiplicaste en gran manera en medio de los mares (Ezequiel 27:12-25)

         ¡Abrumador el comercio y la influencia que llegó a tener Tiro y las ciudades fenicias! Favorecidas por la costa sobre la cual estaban asentadas, su pericia para la navegación, y su destreza para el comercio y los negocios hacen de Tiro la envidia de muchas de las grandes ciudades en la actualidad.

La relación del profeta sobre ciudades y reinos que comerciaron con Tiro; la lista detallada que hace de sus productos y el resultado de todo ello la iguala a la ciudad de Babilonia que aparece en Apocalipsis 18. Una comparación de los productos nos deja asombrados por la similitud de sus ventas. No podemos aquí desarrollar un estudio minucioso, pero debemos sacar algunas conclusiones.

El comercio siempre es motivo de prosperidad en las ciudades y naciones. Las ciudades costeras tienen ventaja sobre las del interior, y sus mercancías pueden moverse con mayor rapidez, produciendo un comercio e intercambio entre pueblos que favorece a ambos. Las ferias comerciales modernas son reflejo de la actividad iniciada por los fenicios.

Un comercio mundial favorece una economía de mercado mundial que produce un sistema económico mundial y acumula la riqueza en aquellas ciudades que sepan hacer mejores negocios.

Esa acumulación de riqueza produce algunos efectos secundarios. Las potestades superiores acaban estableciendo su dominio espiritual sobre esas ciudades a través de los gobernantes, empresarios, banqueros y autoridades religiosas para establecer un gobierno mundial que lleve a los pueblos dócilmente a sus propósitos según el modelo piloto que se llevó a cabo en la llanura de Sinar, en Babel.

Y con todo este conglomerado de pasiones aparece en el corazón del hombre un dominio tan fuerte que lo lleva a confiar en sí mismo de una forma que acaba considerándose un dios, emanciparse del Creador y con ello precipitar su caída y el justo juicio de Dios.

         El corazón engañoso del hombre acaba cediendo a la influencia irrefrenable de sus logros comerciales que lo llevan a su caída en desgracia.

82 – EL HOMBRE CONDENADO

El hombre condenadoLos hijos de condenación (LXXIV) – Babilonia (66)

Vino a mi palabra de YHVH, diciendo: Tú, hijo de hombre, levanta endechas sobre Tiro. Dirás a Tiro, que está asentada a las orillas del mar, la que trafica con los pueblos de muchas costas: Así ha dicho YHVH el Señor: Tiro, tú has dicho: Yo soy de perfecta hermosura. En el corazón de los mares están tus confines; los que te edificaron completaron tu belleza  (Ezequiel 27:1-4)

         Está escrito: Las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron (Rom.15:4). También dice el apóstol: Estas cosas sucedieron como ejemplos para nosotros, para que no codiciemos cosas malas, como ellos codiciaron… y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos (1 Co.10:6,11).

Las naciones prósperas de hoy deberían comprender que corren un gran peligro si actúan con autosuficiencia, ignoran voluntariamente la profecía, y se levantan con soberbia oponiéndose a Israel mediante el antisemitismo o apoyando la campaña BDS (Boicot, Desinversión y Sanciones). No debemos ignorar lo que está escrito, y aquello que la historia nos enseña.

Tiro y los fenicios consiguieron durante un tiempo ser ciudades-estado de gran relevancia mundial. Su comercio se extendió por todo el Mediterráneo, que es como decir todo el mundo conocido de la época. El capítulo 27 de Ezequiel nos da una relación exhaustiva de su comercio con las principales ciudades y naciones de la zona. Fueron años, décadas y siglos de predominio comercial. Esto atrajo grandes riquezas a Tiro y Sidón, que a su vez formó grandes ejércitos, tuvo enorme influencia, y por supuesto, grandes arrogancias. Su importante industria naviera fue tan exitosa que dominaron los mares estableciendo un sistema comercial y financiero que creó una inmensa riqueza, y con ella el engaño de la autosuficiencia, pensamientos inflados que les hicieron confundirse con dioses en forma humana, aupado por las adulaciones del resto de las ciudades importantes con quienes traficaban.

Entonces el Señor habla a la ciudad de Tiro mediante el profeta. Piensa. Dios habla a una ciudad como si fuera una persona. Las ciudades tienen personalidad propia. Seguramente hay una potestad predominante que implanta su carácter sobre ella influyendo en las autoridades que asumen la naturaleza de esa potestad, liberando la influencia demoniaca sobre ella.

Jesús habló en ciertas ocasiones a Jerusalén por no conocer el tiempo de su visitación. ¿Por qué somos tan soberbios para pensar que las ciudades populosas de nuestras naciones han de ser distintas?

         El Señor habla a las ciudades que han adquirido personalidad propia con su sello distintivo, y lo hace para corregir lo deficiente en sus gobernantes.

81 – EL HOMBRE CONDENADO

El hombre condenadoLos hijos de condenación (LXXIII) – Babilonia (65)

Porque así ha dicho YHVH el Señor: Yo te convertiré en ciudad desolada, como las ciudades que no se habitan; haré subir sobre ti el abismo, y las muchas aguas te cubrirán. Y te haré descender con los que descienden al sepulcro… Te convertiré en espanto, y dejarás de ser; serás buscada, y nunca más serás hallada, dice YHVH el Señor  (Ezequiel 26:19-21)

         Los fenicios fueron durante varios siglos una sociedad pujante, muy influyente en toda la cuenca mediterránea. Ya en el siglo IX a.C. una colonia tiria fundó la ciudad de Cartago (la actual Túnez) que rivalizó con Roma. Finalmente los romanos se impusieron al general cartaginés Aníbal y desde entonces el dominio sobre el mundo conocido perteneció al Imperio Romano.

Partiendo de Tiro, Sidón, Biblos y otras ciudades fenicias se establecieron colonias en las principales ciudades de ambas costas del Mediterráneo, llegando hasta «el fin del mundo» conocido, el Non Plus Ultra de los griegos, la ciudad de Gadir (actual Cádiz) en el sur de la Península Ibérica, y antiguo reino de Tartessos.

Por tanto, estamos ante unas ciudades estado de gran trascendencia en el devenir histórico antiguo. Sin embargo, la piedra de tropiezo para Tiro fue Israel. Según los profetas del reino de Judá, lo que aceleró su caída y la pérdida de su dominio económico fue el trato infiel que dieron a Israel. Lo hemos reseñado en la anterior meditación en palabras de Joel y Amós. A su comportamiento impío hacia el pueblo de Dios añadió la soberbia de sentirse inexpugnable por su influencia mundial.

Siempre aparece en la historia de los pueblos la arrogancia por la prosperidad como detonante de su caída. Si a ello le añadimos un antisemitismo militante tenemos un cóctel mortal para precipitar su desaparición. Esta verdad se desprende una y otra vez de la revelación bíblica manifestada por los profetas.

Ezequiel lo pone de manifiesto con claridad. Por cuanto dijo Tiro contra Jerusalén: Ea, bien; quebrantada está la que era puerta de las naciones (26:2). Así ha dicho YHVH el Señor: Tiro, tú has dicho: Yo soy de perfecta hermosura (27:3). Hijo de hombre, di al príncipe de Tiro: Por cuanto se enalteció tu corazón, y dijiste; Yo soy un dios, en el trono de Dios estoy sentado en medio de los mares… (28:2).

De lo que hay en el corazón, dijo Jesús, habla la boca. Tiro habló con arrogancia contra Jerusalén, se enalteció por sus riquezas y esto fue la causa de su ruina. Esta forma de hablar es propia de nuestra generación. Por otro lado, la teología del reemplazo en la iglesia menosprecia los pactos de Dios con Israel.

Dios resiste a los soberbios y da gracia a los humildes. Es soberbia oponerse a su soberanía frente a Jerusalén y jactarse como dios.

80 – EL HOMBRE CONDENADO

El hombre condenadoLos hijos de condenación (LXXII) – Babilonia (64)

Porque así ha dicho YHVH el Señor: He aquí que del norte traigo yo contra Tiro a Nabucodonosor rey de Babilonia, rey de reyes, con caballos y carros y jinetes, y tropas y mucho pueblo  (Ezequiel 26:7)

         Encontramos en esta profecía un enfrentamiento entre la Babilonia física, representada aquí por el rey Nabucodonosor, contra una hija espiritual de Babilonia como madre de todas las rameras en relación a la ciudad de Tiro, que mas adelante veremos representa el poder económico mundial y su sistema financiero a través del comercio de todo tipo.

Por tanto, podemos ver un enfrentamiento entre los ejércitos de Mesopotamia (simbolizados hoy por el islam), contra el poder económico mundial (representados hoy por la City de Londres, Wall Street y ciudades del sudeste asiático) encarnado en la ciudad de Tiro.

La palabra proviene del mismo Señor, diciendo: He aquí del norte traigo yo contra Tiro a Nabucodonosor. Nada ocurre sin el permiso soberano del Rey del universo. Se anuncia juicio sobre la ciudad fenicia a través del dominio de la misma Babilonia. Este juicio está recogido por diversos profetas.

Veamos. Y también, ¿qué tengo yo con vosotras, Tiro y Sidón, y todo el territorio de Filistea?… vendisteis los hijos de Judá y los hijos de Jerusalén a los hijos de los griegos, para alejarlos de su tierra (Joel 3:4-6). El Señor es celoso de su pueblo, está escrito que es la niña de sus ojos, por tanto, llega la hora de su juicio sobre aquellas naciones que pelean contra Israel y los planes de Dios en su restauración.

También lo vemos en el profeta Amós. Así ha dicho YHVH: Por tres pecados de Tiro, y por el cuarto, no revocaré su castigo; porque entregaron a todo un pueblo cautivo a Edom, y no se acordaron del pacto de hermanos. Prenderé fuego en el muro de Tiro, y consumirá sus palacios (Amós 1:9,10). Este pacto entre hermanos puede referirse a las alianzas que hicieron el rey de Tiro con el rey David y Salomón en el pasado (1 Reyes 5:2-6,15-18 y 9:11-14).

Pues bien, la infidelidad al pacto de Tiro sobre Israel fue recordado por el Señor, reprobando su actitud infiel. Vemos como se repite una y otra vez la trascendencia que tiene el trato dado a Israel por las naciones vecinas.

La política no pasa desapercibida para el Señor de toda la tierra. Jesús habló del juicio a todas las naciones por el trato dado a Israel (Mateo 25:31-46). «En cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis». Es un principio espiritual ineludible. Lo cual no quita que el mismo Israel sea también juzgado por el Señor como hemos visto anteriormente.

         La Escritura no deja lugar a dudas: hay un juicio decretado sobre aquellas naciones que oprimen a Israel y pretenden destruirla.

79 – EL HOMBRE CONDENADO

El hombre condenadoLos hijos de condenación (LXXI) – Babilonia (63)

… por tanto, así ha dicho YHVH el Señor: He aquí yo estoy contra ti, oh Tiro, y haré subir contra ti muchas naciones, como el mar hace subir sus olas  (Ezequiel 26:3)

         Hemos dicho en nuestra meditación anterior que Tiro se presenta en el libro del profeta Ezequiel como una hija adelantada de Babilonia.

Recordemos que la manifestación de la ciudad contaminadora de todas las naciones es múltiple. En el caso de la ciudad de Tiro nos encontramos con el sistema financiero mundial a través del comercio en muchas naciones.

Lo veremos con detenimiento más adelante, ahora quiero detenerme en lo que atrajo el juicio de Dios sobre esta ciudad populosa e influyente. Los primeros versículos del capítulo que estamos estudiando lo dejan claro, fue su actitud hacia la ciudad de Jerusalén.

Recordemos. La capital del reino de Judá había sido juzgada por el Señor y llevada al cautiverio babilónico. El templo fue destruido y la pérdida de su influencia comercial y política en la zona fue aprovechada por la ciudad de Tiro para beneficio propio. Esto desagradó al Señor. La ciudad fenicia tampoco se libraría de ser conquistada por Nabucodonosor después de un asedio de trece años. Hay un dicho popular que dice: no hacer leña del árbol caído.

Jesús dijo: el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra, por tanto, nunca debemos alegrarnos del mal ajeno, y mucho menos tratar de sacar provecho de su debilidad. Esta actitud desagrada a Dios. El reino de Edom también cometió este pecado en el mismo tiempo recibiendo la reprobación divina por ello. El salmista lo expresó así: Oh YHVH, recuerda contra los hijos e Edom el día de Jerusalén, cuando decían: arrasadla, arrasadla hasta los cimientos. Hija de Babilonia la desolada, bienaventurado el que te diere el pago de lo que tú nos hiciste (Sal.137:7,8).

Edom es llamada hija de Babilonia actuando conforme a su naturaleza contra Judá. También Tiro era hija de Babilonia en este sentido. A ambos reinos les une su odio a Jerusalén, como ocurre hoy con muchas naciones islámicas, curiosamente situadas geográficamente en la misma zona, y también a muchas naciones de Europa y otros lugares por su antisemitismo. Esta actitud atrae el juicio de Dios. Está escrito: Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré. El profeta Abdías lo anunció contra Edom (Abdías 1,3,10-15). Por su parte el profeta Ezequiel lo declaró sobre la ciudad de Tiro. El Señor no cambia.

         Las naciones del mundo deberían aprender las consecuencias que se derivan de su odio a Israel expresado en antisemitismo. Esta actitud atrae maldición a los pueblos y acaba acelerando el juicio de Dios.

78 – EL HOMBRE CONDENADO

El hombre condenadoLos hijos de condenación (LXX) – Babilonia (62)

Aconteció en el undécimo año, en el día primero del mes, que vino a mí palabra de YHVH, diciendo: Hijo de hombre, por cuanto dijo Tiro contra Jerusalén: Ea, bien; quebrantada está la que era puerta de las naciones; a mí se volvió; yo seré llena, y ella desierta…  (Ezequiel 26:1,2)

         Con esta meditación entramos en tres capítulos del libro de Ezequiel donde vamos a ir viendo el juicio anunciado sobre Tiro.

Antes de nada debemos situarnos y reseñar algunos datos sobre la ciudad de Tiro para poder contextualizar la profecía.

Tiro era la ciudad más importante de la antigua Fenicia, situada en la región conocida hoy como El Líbano, al norte de Israel. Otra ciudad fenicia era Sidón, de donde procedía Jezabel, la hija de Et-baal rey de los sidonios, que se casó con Acab, rey de Israel, en cuyo reino introdujo el culto a Baal (1 Reyes 16:31,32).

Ambas ciudades, junto con Biblos, y algunas otras, tuvieron durante mucho tiempo una influencia predominante en la cuenca Mediterránea. Los fenicios establecieron colonias en muchos de los puertos del Mare Nostrum, llegaron hasta el sur de Iberia y fundaron Gadir, la actual ciudad de Cádiz.

A ellos les debemos en nuestro país el alfabeto, que tiene una importancia extraordinaria en la Historia de la cultura humana, la agricultura y la ganadería avanzada, la producción del aceite de oliva, la metalurgia, la navegación, el consumo y el comercio. Su aportación a la historia de España antes de la llegada de los romanos fue extraordinaria.

Los fenicios fundaron la ciudad de Cartago, actualmente Túnez, que rivalizó por el dominio mundial con Roma. Cartago fue derrotada en las guerras púnicas, y una vez destruida se despejó el camino para el dominio del Imperio Romano. Pero siglos antes, Fenicia tuvo gran relevancia. Tiro mantuvo relaciones amistosas con el rey David y Salomón. De esta ciudad procedía Hiram, uno de los artífices de la construcción del templo de Jerusalén, además de aportar grandes cantidades de madera del Líbano.

Ahora el profeta Ezequiel anuncia juicio sobre Tiro por su actitud reprobable hacia el castigo que sufrió Jerusalén. Nabucodonosor la sometió a un asedio que duró trece años, hasta que finalmente fue conquistada. Esta ciudad fenicia habló contra Jerusalén diciendo: Ea, bien; quebrantada está la que era puerta de las naciones. Veremos cómo se consumó el juicio en esta ciudad que vino a ser una hija aventajada de la antigua Babilonia.

         Tiro, antigua dominadora del comercio en toda la cuenca mediterránea, se ve ahora expuesta al juicio de Dios por su soberbia actitud ante Jerusalén.

77 – EL HOMBRE CONDENADO

El hombre condenadoLos hijos de condenación (LXIX) – Babilonia (61)

Pero más ha dicho YHVH el Señor: ¿Haré yo contigo como tú hiciste, que menospreciaste el juramento para invalidar el pacto? Antes yo tendré memoria de mi pacto que concerté contigo en los días de tu juventud, y estableceré contigo un pacto sempiterno  (Ezequiel 16:59,60)

         Si hay un mensaje claro en la Escritura es que si no hubiera sido por la misericordia del Señor hubiéramos perecido. Nuevas son cada mañana, grande es su fidelidad. Aunque nosotros seamos infieles, él permanece fiel. No hay justo, ni aún uno; todos se desviaron, a una se hicieron inútiles, no hay quién haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.

Por tanto, todos necesitamos su misericordia, todos somos deudores de su gracia, y todos podemos arrepentirnos para retornar al pacto. El Señor no tiene mala memoria, ni olvida el juramento que ha salido de su boca, el pacto que hizo con Abraham, con Moisés, con David y el nuevo pacto, establecido sobre la sangre del Mesías de Israel, el Hijo de Dios. La niña —Jerusalén— que nació en una tierra maldecida por el pecado, que fue encontrada en sus sangres y menospreciada por todos, llegó a su juventud y el Señor hizo un pacto con ella. Escogió a Sion para poner allí su nombre. Hizo construir un templo para manifestar su gloria y andar en medio de Israel.

Jerusalén fue rebelde, se prostituyó, fue mezclada con Babilonia, recibió sus juicios —porque el Señor no hace acepción de personas ni de pueblos en lo que respecta a su santidad y justicia— y una vez castigada se acordó de su pacto hecho con Abraham y Moisés. Luego confirmó a David, que de su descendencia levantaría un vástago, del tronco de Isaí, para establecer su trono en Jerusalén, un reino de paz para todas las naciones de la tierra.

Llegará el día cuando Jerusalén recuperará el propósito y llamamiento soberano del Dios de Israel, no así la ciudad destinada a condenación, Babilonia, la madre de todas las fornicaciones de la tierra. Hay esperanza para Jerusalén en los pactos hechos por el Señor señalados en Sion, pero hay un destino distinto para la ciudad de perdición. Salgamos de Babilonia aunque llevemos el nombre de Jerusalén. El Señor conoce a los que son suyos, y apártese de iniquidad todo aquel que invoca su nombre.

Dios perdona los pecados de Jerusalén, pero de Babilonia hay que salir y huir. Ezequiel termina su mensaje con estas palabras: cuando yo perdone todo lo que hiciste (16:63).

Hay perdón en Jerusalén, pero juicio eterno en Babilonia, porque esta ciudad alberga la sede de quién ha sido destinado a condenación.

         Regresar a la cobertura del pacto hecho por el Señor nos hará recuperar el propósito para el cual fuimos llamados antes de nacer.

76 – EL HOMBRE CONDENADO

El hombre condenadoLos hijos de condenación (LXVIII) – Babilonia (60)

Y con todas tus abominaciones y tus fornicaciones no te has acordado de los días de tu juventud, cuando estabas desnuda y descubierta, cuando estabas en tu sangre  (Ezequiel 16:22)

         ¡Que frágil es la memoria del hombre para olvidar su antigua miseria en los días prósperos! Esta verdad se ha repetido y se está repitiendo en estos mismos momentos en personas, familias, pueblos y naciones en la actualidad. Y por supuesto, está sucediendo en la iglesia del Señor. Porque no olvidemos que Jerusalén es un tipo de la iglesia en la Escritura.

¡Qué fácil es cargar los juicios a Israel y Judá en la Biblia y las bendiciones a la iglesia! ¡Cómo nos engañamos a nosotros mismos cuando pensamos que somos mejores que ellos! Jerusalén, una niña desahuciada y menospreciada al nacer, creció en hermosura y prosperó por la bendición y misericordia del Señor. Pero olvidó su pasado, y con él, la realidad de su origen. Por eso se suele decir que el pueblo que desconoce su historia está condenado a repetirla. También la iglesia del Señor.

El desarrollo que vemos en el mensaje de Ezequiel sobre el deterioro de Jerusalén es estremecedor. La que había recibido gracia y vida se convirtió en ciudad malvada, fornicaria, peor que ramera, en adúltera, porque buscó a sus amantes, se entregó a ellos sin paga, voluntariamente, por lujuria. Llegó a ser peor que sus hermanas Samaria y Sodoma. Su comportamiento alcanzó cotas de maldad superiores a las de Sodoma que consistieron en: soberbia, saciedad de pan, abundancia de ociosidad, no fortaleció la mano del afligido, se llenó de soberbia y abominaciones delante del Señor (16:48-50).

Jerusalén, capital del reino de Judá, la superó, por tanto, atrajo el juicio de Dios inexorablemente. El Señor no tendrá por inocente al malvado. Su justicia alcanza a su pueblo también. Si hacemos un paralelismo histórico viendo a Samaria como la iglesia católica y a Judá como la iglesia protestante (verdaderamente hay muchas similitudes que no podemos concretar aquí), encontramos que se repite la soberbia doctrinal.

Judá se jactó y juzgó a sus hermanas Samaria y Sodoma, pero llegó a ser peor que ellas. Jesús enseñó que miramos la paja en el ojo ajeno y no vemos la viga en el nuestro. Nosotros también vivíamos, en otro tiempo, sin esperanza y sin Dios en el mundo; la gracia de Dios nos alcanzó, por tanto, no juzguemos erróneamente, sino hagámoslo con justo juicio (Juan 7:24).

         La memoria frágil puede conducirnos al error olvidando nuestros antiguos fracasos para juzgar a otros con dureza. Jerusalén atrae la cordura.

75 – EL HOMBRE CONDENADO

El hombre condenadoLos hijos de condenación (LXVII) – Babilonia (59)

Vino a mi palabra de YHVH, diciendo: Hijo de hombre, notifica a Jerusalén sus abominaciones, y di: Así ha dicho YHVH el Señor sobre Jerusalén: Tu origen, tu nacimiento, es de la tierra de Canaán; tu padre fue amorreo, y tu madre hetea  (Ezequiel 16:1-3)

         Estamos estudiando sobre todo la ciudad de Babilonia comparándola con la ciudad de Jerusalén que en la Biblia representan dos realidades opuestas. Ambas tienen una dimensión terrenal y otra espiritual. Quiero hacer ahora un breve regreso en el tiempo para conocer el origen de la Jerusalén terrenal. Lo encontramos en el capítulo 16 de Ezequiel.

Allí se compara la ciudad con una niña que nació en unas condiciones aciagas. Nació en la tierra de Canaán, donde habitaban hombres malvados, perversos y malditos. En esa atmósfera fue dada a luz aquella niña; no fue cortado su ombligo, ni lavada, no hubo quien se compadeciese de ella, fue arrojada sobre la faz de la tierra, menospreciada justo al nacer. Su nacimiento experimentó un fuerte rechazo.

Entonces pasó el Señor junto a ella, la vio sucia en sus sangres, y le dijo: ¡Vive! La hizo multiplicar, creció y se hizo grande, llegó a ser muy hermosa, se formaron sus pechos, le creció una hermosa melena, pero estaba desnuda y descubierta.

Pasó otra vez el Señor al lado de ella, la miró y vio que era tiempo de amores, extendió su manto sobre ella, cubrió su desnudez, y entró en pacto con ella, y fue propiedad del Señor. Entré en pacto contigo, dice YHVH el Señor, y fuiste mía (16:8). Fue lavada, ungida, vestida de lino y seda, ataviada con adornos, puso brazaletes en sus brazos y collar a su cuello, joyas en su nariz, y una hermosa diadema en su cabeza. Así fuiste adornada de oro y de plata, y tu vestido era de lino fino, seda y bordado… y fuiste hermoseada en extremo, prosperaste hasta llegar a reinar. Y salió tu nombre entre las naciones  a causa de tu hermosura; porque era perfecta, a causa de mi hermosura que yo puse sobre ti (16:13,14).

Y llegando el momento álgido de su desarrollo, (había pasado del menosprecio a reinar), ocurrió lo inesperado. Confiaste en tu hermosura, y te prostituiste a causa de tu renombre (16:15).

Comenzó así un deterioro progresivo hacia la decadencia que la llevó a corromperse con los ídolos de su entorno, es decir, la influencia de la ciudad ramera —Babilonia— contaminó sus caminos, olvidándose de dónde había venido.

Se corrompió de tal manera que imitó los peores comportamientos idólatras. Parece imposible de creer, pero el mismo proceso lo ha vivido la iglesia de Dios en la historia.

         El origen terrenal de Jerusalén es cananeo, bajo maldición, pero llegó a reinar; luego se envaneció y prostituyó con idolatría olvidando su origen.

74 – EL HOMBRE CONDENADO

El hombre condenadoLos hijos de condenación (LXVI) – Babilonia (58)

Por tanto, Aholiba, así ha dicho YHVH el Señor: He aquí que yo suscitaré contra ti a tus amantes, de los cuales se hastió tu alma, y les haré venir contra ti en derredor; los de Babilonia, y todos los caldeos…  (Ezequiel 23:22,23)

         Curiosa forma de terminar un enamoramiento: devorado por sus encantos. La Escritura dice que el corazón del hombre es engañoso, y que solo el Señor lo conoce de verdad. Una y otra vez somos engañados por nuestros sentimientos, que en algunos casos concluyen en tragedia. Fue el caso de la ciudad de Jerusalén después de haberse enamorado perdidamente de los babilonios. Aquellos caldeos vigorosos y viriles acabaron siendo sus propios verdugos.

Hoy tenemos una vez más el tema de la violencia de género en primer plano de las noticias. Algunos hombres que un día prometieron amor eterno, hicieron votos de fidelidad y entrega por su amada, terminan matando a sus amantes después de un proceso degenerativo de la relación que acaba trágicamente. Eso en el terreno de las relaciones personales, siempre complejas.

El caso que nos ocupa en nuestro texto tiene que ver con la fornicación idólatra de una sociedad que acaba siendo devorada por otra. La ciudad de Dios, Jerusalén, ha sido hechizada por la ciudad de perdición, Babilonia.

El juicio no se hace esperar, y es el mismo Señor quién usa a los antiguos amantes para culminar su castigo por la ruptura del pacto de su pueblo. No es un caso liviano. No tiene que ver con un desliz ocasional, una caída en pecado sin la práctica que lo sustente, es más bien un comportamiento sostenido en el tiempo, corregido y censurado por sus profetas en múltiples ocasiones pero sin arrepentimiento.

Estamos ante el pecado de la generación de Manasés, aquel rey de Judá que multiplicó la maldad más allá de lo que había sido la práctica de los pueblos cananeos que habitaban la tierra con anterioridad. Estamos ante la decadencia progresiva y el aumento de la maldad que subió a unos niveles de iniquidad que ni siquiera las reformas del rey Josías, siguiente rey de Judá, pudieron evitar el juicio de Dios sobre el reino del sur.

La voz del profeta Ezequiel liberó el juicio del Santo sobre su propio pueblo. Y me dijo YHVH: Hijo de hombre, ¿no juzgarás tú a Ahola y Aholiba, y les denunciarás sus abominaciones? Porque han adulterado, y hay sangre en sus manos, y han fornicado con sus ídolos; y aún a sus hijos que había dado a luz para mí, hicieron pasar por el fuego, quemándolos (23:36,37). El aborto que se practica hoy en las naciones es un culto idólatra a Moloc.

         El juicio de Dios viene cuando la idolatría produce obras perversas en una sociedad decadente, sin temor de Dios, que incluso mata a sus hijos.