47 – El reino mesiánico

El reino mesiánicoLas señales de su venida (XVIII) – El resurgimiento del islam (2)

La bestia que has visto, era, y no es; y está para subir del abismo e ir a perdición; y los moradores de la tierra, aquellos cuyos nombres no están escritos desde la fundación del mundo en el libro de la vida, se asombrarán viendo la bestia que era y no es, y será (Apocalipsis 17:8)

         Identificar a la bestia del libro de Apocalipsis ha sido, y es, motivo de gran disparidad de comentarios. Los hay para todos los gustos. Algunos realmente pertenecen al género de la escatología ficción. No entraré en un debate interminable sobre ello, pero si llamaré la atención acerca de algunos detalles a tener en cuenta.

En nuestro texto se dice que la bestia que había visto el apóstol Juan a partir del capítulo 11 y sobre todo desde el 13, era y no es, y está para subir del abismo. En el tiempo cuando escribió Juan su libro de revelación el dominio mundial pertenecía al Imperio Romano. Por tanto, debemos descartar (soy consciente de que esta ha sido y sigue siendo la interpretación más generalizada al respecto) un levantamiento del Imperio Romano en Europa (aunque la UE forme parte políticamente de la oposición a Israel) porque dice Juan que «era» (tiempo pasado referido a Babilonia), «y no es», tiempo presente; «y está para subir», es decir, aun no había hecho su aparición.

El islam emergió del desierto en el siglo VII, después de la predicación de su profeta, con un mensaje mezclado de judaísmo y cristianismo herético para levantar una nueva religión que no solo era un mensaje espiritual, sino político y totalitario.

El islam es un sistema totalitario que pretende dominar el mundo entero para implantar la ley sharía. En pocas décadas, sus conquistas, después de unificar toda Arabia, abarcaron la antigua Mesopotamia (la actual Irak e Irán) Siria, el norte de África, y la península Ibérica por occidente, y hasta la India por la parte oriental. Su expansión fue impresionante.

Gran parte del cristianismo antiguo quedó anegado y erradicado en poco tiempo, cambiando la ley, los tiempos y la confesión de fe judía y cristiana por la Shahada: «no hay más dios que Alá, y Mahoma es su mensajero», impuesta por la fuerza de la espada.

El mensaje contiene la naturaleza del abismo de donde emergió: conversión obligatoria a la nueva fe, o muerte. La otra alternativa era aplicar el sistema de la Dhimma, implantando en los pueblos sometidos una posición subordinada al islam, con la obligación de pagar un impuesto abusivo y vivir en inferioridad de derechos que forzaba, en muchos casos, la apostasía de la fe original de las naciones sometidas.

         Mantengo que la primera bestia de Apocalipsis se trata del surgimiento del islam, y la segunda de su resurgir mediante el imperio turco.

46 – El reino mesiánico

El reino mesiánicoLas señales de su venida (XVII) – El resurgimiento del islam (1)

También apareció otra señal en el cielo: he aquí un gran dragón escarlata, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas; y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arrojó sobre la tierra. Y el dragón se paró frente a la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo tan pronto como naciese (Apocalipsis 12:3,4)

         Hay otro principio inapelable que aparece por toda la Escritura: cuando el Señor da a luz su propósito en la tierra se establece una oposición (del Adversario) para tratar de abortarlo. El Autor de la vida frente al que viene a robar, matar y destruir.

Cuando Israel comenzó a regresar de la diáspora a la tierra de sus padres se levantó en el mundo islámico una oposición tan violenta que supera toda concepción humana. Esa oposición ha tenido diversos episodios dramáticos hasta ahora, y aún vivimos inmersos en ella.

Las naciones han sido influidas por la presión mediática palestina (única batalla ganada ante los judíos) para oponerse a Israel y el rebrotar de la higuera. El conflicto árabe-israelí es de naturaleza espiritual, aunque esté preñado de intereses políticos y religiosos que lo hacen incomprensible en muchos casos, e irresoluble para la diplomacia ignorante de las naciones que mantienen una cubierta de ceguera con el velo que las envuelve (Isaías 25:7).

El Estado de Israel, (minúsculo en cualquier mapa de la zona), rodeado de naciones islámicas que han jurado su aniquilación, ha superado hasta ahora todos los intentos para ser destruida.

En nuestro texto vemos (al margen de múltiples interpretaciones en las que no voy a entrar) el principio ineludible del que estamos hablando: cuando la mujer encinta va a dar a luz un hijo, el dragón se para frente a ella a fin de devorar a su hijo tan pronto como nazca. Es lo que ha ocurrido en Eretz Israel desde la misma proclamación de su Estado moderno.

El impulso destructivo tiene una potestad espiritual que sostiene la iniciativa hasta hoy: el islam. Nada del conflicto, planteado como político, es comprensible si no lo vemos desde la óptica de la oposición del fanatismo islámico al renacimiento de la nación hebrea.

La historia reciente demuestra claramente que después de un primer intento de aniquilación de los judíos mediante el Holocausto nazi (amigos del nacionalismo árabe personificado en la figura del muftí de Jerusalén), el relevo lo ha tomado el islamismo radical unido a su vez con la ideología política de izquierdas y antisemita. Tenemos aquí el resurgir de la bestia en la potestad islámica.

         La oposición que enfrenta Israel a través del resurgimiento del islam radical responde a una clara señal del advenimiento del reino mesiánico.

45 – El reino mesiánico

El reino mesiánicoLas señales de su venida (XVI) – La restauración de Israel (3)

Me dijo luego: Hijo de hombre, todos estos huesos son la casa de Israel… Por tanto profetiza, y diles: Así ha sido YHVH el Señor: He aquí yo abro vuestros sepulcros, pueblo mío, y os haré subir de vuestras sepulturas, y os traeré a la tierra de Israel… Y pondré mi Espíritu en vosotros, y viviréis, y os haré reposar sobre vuestra tierra; y sabréis que yo YHVH hablé, y lo hice (Ezequiel 37:11-14)

         La restauración de Israel no solo tiene que ver con regresar a la tierra de sus padres, sino también con un despertar espiritual. El profeta Ezequiel vio un valle lleno de huesos secos, y cuando profetizó sobre ellos por palabra del Señor, hubo un ruido mientras era expresada la palabra viviente, ese ruido dio paso a un temblor que hizo brotar tendones, carne y piel que cubrió aquellos huesos. Un movimiento sobrenatural estaba teniendo lugar.

El espectáculo, que dejaría estupefacto al profeta, condujo a un paso más. La palabra viviente no se paró en ese momento del proceso milagroso, y se le dijo que profetizara al espíritu, cuando lo hizo, vino sobre aquel valle inmenso el poder de la resurrección dando vida y espíritu a aquellos huesos, y vivieron, y estuvieron sobre sus pies, un ejército grande en extremo (Ez.37:9-10).

Israel ha regresado a su tierra, y desde hace tiempo, muchos de los hijos de Abraham están regresando a su Dios. El movimiento mesiánico ha crecido más en las últimas décadas que en los dieciocho siglos anteriores.

Muchos judíos están reconociendo al Mesías sin dejar de ser judíos. El velo ha comenzado a abrirse, la batalla es inmensa, el evangelio avanza entre aquellos a quienes vino primero.

El tiempo de los gentiles se ha cumplido. La casa (Jerusalén) que fue dejada desierta por siglos (Lc.13:34,35), ha vuelto a ser la capital de Israel. Mas que le pese a la UNESCO, los vínculos son de todo tipo: históricos, religiosos, culturales, espirituales. Jesús volverá a Jerusalén, la ciudad del gran Rey, para establecer su reino milenial, desde donde saldrá vida y gloria a todas las naciones.

El apóstol de los gentiles enseña con claridad que aunque los judíos, por un tiempo, han sido enemigos del evangelio, por la elección son amados por causa de los padres. Y si su transgresión es la riqueza del mundo, y su defección la riqueza de los gentiles, ¿cuánto más su plena restauración? Si su exclusión es la reconciliación del mundo ¿qué será su admisión, sino vida de entre los muertos? Esto es avivamiento a las naciones como resultado de la restauración de Israel en su tierra y a su Dios.

¿Comprendemos ahora el por qué de la presión única sobre este pueblo? Como iglesia de Dios no seamos inútiles en esta batalla y estemos al lado de los profetas… con Israel.

         La restauración espiritual de Israel produce avivamiento en las naciones.

44 – El reino mesiánico

El reino mesiánicoLas señales de su venida (XV) – La restauración de Israel (2)

También les dijo una parábola: Mirad la higuera y todos los árboles. Cuando ya brotan, viéndolo, sabéis por vosotros mismos que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el reino de Dios (Lucas 21:29-31)

         La Escritura no deja lugar a dudas. Siempre hay persecución a la palabra de Dios cuando es enviada a la tierra para cumplir el propósito para el cual es enviada. Israel ha sufrido la mayor de las oposiciones en la historia de las naciones porque, como dice el apóstol Pablo, les ha sido confiada la palabra de Dios (Rom.3:2). Es el pueblo del pacto y las promesas, de ahí que haya sido objeto de una persecución única.

Es paradójico, pero una verdad inapelable. El mismo principio ha tenido lugar sobre la iglesia viva de Dios, el remanente que anuncia su palabra. Este hecho se ve ampliamente en todo el libro de los Hechos de los apóstoles. Lo enseña la historia de la iglesia, y en paralelo lo vemos hoy en la presión endemoniada que padece Israel en todos los organismos internacionales, comenzando con la ONU y la UNESCO.

El mismo Señor, en su oración sacerdotal, establece el siguiente binomio: recibir la palabra de Dios y sufrir el aborrecimiento del mundo van juntos. Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció (Jn.17:14). Aquellos que son portadores de la palabra de vida encuentran el aborrecimiento del sistema de este mundo que está opuesto a la verdad revelada.

Si el texto que tenemos como base de nuestra reflexión es cierto; si la higuera es Israel (yo creo que Escritura confirma que Israel es la higuera sin ninguna duda Joel 1:6,7), y ha rebrotado en su tierra después de casi dos mil años de diáspora, el reino de Dios está cerca. Desde esta perspectiva es relativamente fácil comprender por qué Israel recibe una presión mundial sobre su minúsculo Estado.

Es inconcebible que varias naciones islámicas que rodean su territorio hayan querido eliminarla y no lo hayan podido conseguir hasta ahora, y no solo no han podido, sino que en todas las guerras defensivas que ha tenido que soportar Israel de sus vecinos ha salido victorioso y ampliado su territorio.

Esta es una señal inequívoca de que asistimos a la antesala del advenimiento del reino mesiánico prometido a Israel y la descendencia de David. También dice el texto que debemos mirar a los demás árboles (figura de las naciones Ez.17:24 y Jueces 9:8-15) y su rebrotar, lo cual indica el auge de los nacionalismos que han tenido lugar a finales del siglo XIX y todo el XX.

         La restauración física de Israel en su tierra después de una diáspora de más de dieciocho siglos entre las naciones anuncia la llegada del Rey.

43 – El reino mesiánico

El reino mesiánicoLas señales de su venida (XIV) – La restauración de Israel (1)

[] Para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio, y él envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado; a quien de cierto es necesario que el cielo reciba hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas, de que habló Dios por boca de sus santos profetas que han sido desde tiempo antiguo  (Hechos 3:19-21)

         Antes de entrar de lleno en el mensaje de los profetas sobre el advenimiento del reino mesiánico, estamos haciendo un recorrido preliminar para ir adentrándonos paso a paso en la revelación sobre el gobierno del Mesías a todas las naciones desde Jerusalén.

Estamos ahora en el preludio, el tiempo anterior que denominamos señales antes de su venida. Hemos visto los dolores de parto que preceden a la parusía, también el aumento de la maldad, reseñado especialmente en el carácter de los hombres de los últimos tiempos. Como no vamos a hacer un recorrido muy extenso sobre las señales del fin, (no es el tema de esta serie), sí queremos pararnos en algunos de los sucesos que nos parecen muy relevantes y que están ocurriendo ante nuestros ojos.

En este capítulo nos detendremos unos instantes para ver una de las señales más asombrosas y esperadas que anteceden a su venida. Me refiero al resurgimiento de Israel en su tierra.

El pasado siglo XX fue testigo de grandes males en la humanidad, pero también asistimos a uno de los eventos más espectaculares: la restauración de Israel en su tierra.

El profeta Isaías había anunciado en su libro: ¿Quién oyó cosa semejante? ¿quién vio tal cosa? ¿Concebirá la tierra en un día? ¿Nacerá una nación de una vez? Pues en cuanto Sion estuvo de parto, dio a luz a sus hijos (Isaías 66:8).

Después de un proceso de restauración que comenzó con el sionismo moderno, fue proclamado el Estado moderno de Israel el día 14 de mayo de 1948. Israel había rebrotado en la tierra que Dios prometió a Abraham después de casi dos mil años de diáspora por las naciones.

El tiempo de los gentiles ―que algunos sitúan en el año 1967 cuando Jerusalén volvió a ser administrada por los judíos después de la guerra de los seis días― había llegado a su fin, ahora la tierra ha vuelto a manos de sus auténticos herederos, en medio de una gran presión del mundo árabe y las demás naciones que siguen oponiéndose a día de hoy a la restauración de Israel en su tierra, ejerciendo una oposición, en algunos casos insoportables.

La Escritura revela con claridad que la restauración de Israel en su tierra y a su Dios traerá avivamiento a las naciones (Rom.11:12-15).

         El regreso de Israel a la tierra de sus padres, prometida por el Dios de Jacob, es una señal espectacular del inminente retorno del Mesías para reinar.

42 – El reino mesiánico

El reino mesiánicoLas señales de su venida (XIII) – El carácter de los hombres (3)

[] Estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad [] aborrecedores de Dios… inventores de males [] sin afecto natural, implacables, sin misericordia; quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no solo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican  (Romanos 1:29-32)

         La maldad descrita en parte, y solo en parte, de los sucesos que tuvieron lugar en Ucrania, Kazajistán y Rusia en la época cuando gobernó Stalin, cuyas políticas nefastas llevaron a pueblos a una muerte horripilante, no son, como sabemos, las únicas malignidades realizadas en el pasado siglo desde la fuerza del Estado. Hemos dicho antes, citando a Churchill, que la maldad de un hombre, siendo tremendamente nociva para sus semejantes, no tiene parangón cuando esa maldad sirve a un Estado totalitario, en esos casos las consecuencias se multiplican exponencialmente hasta límites insospechados.

Fue el caso de la Alemania nazi sometida voluntariamente a la tiranía de un hombre cuya ideología causó la muerte de millones de personas inocentes mediante la guerra, y el establecimiento de la industria de la muerte que llevó a cabo una maldad única en la historia. Me refiero, por supuesto, al Holocausto.

Que los resortes de un Estado tan fuerte, y sus recursos, fueran puestos al servicio de la aniquilación de todo un pueblo, el judío, ha sido hasta este momento de la historia del hombre el nivel más elevado de maldad visto hasta ahora.

El hombre sin Dios, sin ley moral, es capaz de las peores pesadillas para el mismo hombre. Pero también el hombre religioso, actuando mediante argumentos supuestamente infalibles que emanan de una cosmovisión religiosa puede perpetrar un dolor infinito. Lo hemos visto en la Edad Media en las llamadas guerras religiosas, y estamos asistiendo en nuestro «civilizado» siglo XXI a matanzas espantosas en nombre del islam, matanzas emitidas en directo a través de Internet.

Una vez más, el hombre de pecado, la bestia del Apocalipsis, y el misterio de la iniquidad. Todo ello en nombre de una ideología totalitaria islamista que vuelve a recordarnos que la depravación del carácter humano no tiene límites cuando es sustentado mediante argumentos altivos que se levantan contra el conocimiento de Dios, el Dios de Israel.

Nuestro texto en Romanos dice: Estando atestados de toda injusticia… inventores de males… sin afecto natural. Sumergidos en el mal proyectado mediante el carácter de los hombres que viven ajenos a la vida de Dios. Señal inequívoca de su venida.

         El deterioro del carácter de los hombres en los últimos tiempos muestra la maldad infinita a la que conducen los argumentos altivos contra Dios.

41 – El reino mesiánico

El reino mesiánicoLas señales de su venida (XII) – El carácter de los hombres (2)

[] Estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad [] aborrecedores de Dios… inventores de males [] sin afecto natural, implacables, sin misericordia; quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no solo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican  (Romanos 1:29-32)

         Si trazamos un paralelismo entre la lista que presenta el apóstol Pablo en segunda de Timoteo acerca del carácter de los hombres en los últimos tiempos, y la que que encontramos en Romanos, notaremos las similitudes de ambas listas. En el caso de la carta a los Romanos algunos interpretan que habla de los paganos sin Dios, otros de las generaciones anteriores al diluvio, es decir, hombres sin ley, que viene a ser equivalente a la lista del carácter de los hombres en los últimos tiempos, cuyo denominador común vuelve a ser el hombre sin ley, incluso el religioso que tiene apariencia de piedad pero niega su eficacia.

En el primer caso lo podemos equiparar a las generaciones de Noé y las ciudades de Sodoma y Gomorra que fueron destruidas por su pecado, y que Jesús compara con los días anteriores a su venida, estableciendo el paralelismo de ambas generaciones. Como en los días de Noé… Asimismo como sucedió en los días de Lot… Así será el día en que el Hijo del Hombre se manifieste (Lc.17:26-30).

Es un recrudecimiento de la maldad sin límites. Lo hemos visto en el pasado siglo XX en los Gulags soviéticos y el holocausto nazi. Por otro lado, la maldad infinita de condenar a millones de seres humanos a morir de hambre en las llamadas tierras de sangre en la Ucrania soviética mediante políticas de colectivización que condenaron a millones a una muerte lenta.

«En 1933, funcionarios soviéticos daban en privado una cifra estimada de cinco millones y medio de muertos por inanición en Ucrania, Kazajistán y Rusia» (tomado del libro Tierras de sangre de Timothy Snyder, pág. 83).

«El hambre no llevó a la rebelión sino a la amoralidad, al crimen, a la indiferencia, a la locura, a la parálisis y, por fin a la muerte» (pág. 75) «En la Ucrania soviética las familias matan a sus miembros más débiles, normalmente niños, y se comen su carne. Incontables padres mataron y se comieron a sus hijos, y más tarde murieron de hambre ellos también» (pág. 79). El periodista Malcolm Muggeridge escribió: «aquella hambruna era uno de los crímenes más monstruosos de la historia, la gente no podrá creer que esto haya ocurrido».

         La maldad de algunos gobernantes usando el poder del Estado puede conducir a terrores como los vividos en Ucrania en los años 30 causando la muerte de millones de personas por inanición.

40 – El reino mesiánico

El reino mesiánicoLas señales de su venida (XI) – El carácter de los hombres (1)

También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres… (2 Timoteo 3:1,2)

         Cuando hablamos de señales antes del fin generalmente ponemos énfasis en los aspectos más llamativos y sensacionalistas, en muchos casos especulando más allá del texto bíblico para enarbolar todo tipo de anuncios forzando la exégesis bíblica. Sin embargo, raras veces he oído o leído que se acentúe el texto de Pablo en su segunda carta a Timoteo, donde apunta con claridad que una de las señales a las que tenemos que estar atentos del fin de los tiempos es el carácter de los hombres.

Pablo dice que debemos saberlo. Ser conscientes del deterioro moral del carácter de los hombres, y hace una larga lista con sus características exhaustivas. Hemos hecho toda una serie, la primera, desarrollando cada uno de los aspectos que menciona el apóstol y presentando el evangelio como respuesta a esta anomalía. No haremos lo mismo aquí (remito al lector a la serie 1 de este mismo tema titulada El carácter de los hombres en los últimos tiempos), pero sí quiero volver a incidir en la deformación del carácter moral de los hombres como una señal inequívoca de estar acercándonos al fin.

El apóstol Pedro lo expresa así: Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios, y velad en oración (1 Pedro 4:7). El consejo del apóstol al acercarnos al fin es sobriedad y oración. Sobriedad porque la sociedad predominante de esos días finales se vuelve extralimitada, embriagada, no solo de vino y droga, sino de vanidad y egoísmo, de rotura de los soportes morales y el abandono de los valores que sostienen a las sociedades dentro de unos parámetros adecuados para no causar su propia destrucción.

También apela a la oración. Me recuerda la exhortación del Maestro a los suyos: Velad y orad, para que no entréis en tentación. Los días son malos. Los tiempos peligrosos. Porque la conciencia del ser humano se ha vuelto insensible por haber soltado los soportes de la ley de Dios. El hombre de pecado, o el misterio de la iniquidad, del que habla Pablo, significa un hombre sin ley, es decir, el abandono de la ley moral universal, por tanto, sin límites, provocando cualquier inmundicia bajo el lema de la tolerancia.

La ideología de género es una buena prueba de ello imponiendo una conducta amoral, sin frenos a cualquier deformación contra natura por contraproducente que sea. Esa ideología nos iguala a las generaciones de Noé, Sodoma y Gomorra.

         Cuando el carácter de los hombres pierde sus referentes morales entramos en una deriva destructiva que precede a la desintegración social.

39 – El reino mesiánico

El reino mesiánicoLas señales de su venida (X) – Aumento de la maldad (5)

… Andan en la vanidad de su mente, teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón; los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza (Efesios 4:17-19)

         Vivir ajenos a la vida de Dios no significa no ser religioso. Se puede ser religioso sin tener la vida de Dios. Aprender dogmas, liturgia, ritos y tradiciones está al alcance del hombre natural y carnal. Una vez más vemos en este pasaje cómo se produce el deterioro que da lugar al aumento de la maldad.

La vanidad de la mente y de los pensamientos significa seguir la corriente de este siglo con su forma de pensar predominante. Es vivir en los deseos de nuestra carne y de los pensamientos sin control (Ef.2:1-3). Los pensamientos no renovados por la verdad de la palabra de Dios dan lugar a una manera de pensar entenebrecida, es decir, un pensamiento oscuro, de tinieblas, fácilmente manipulado por el príncipe de la potestad del aire, que opera en los hijos de desobediencia.

Esa mente nos aleja de la vida de Dios mediante la ignorancia, produciendo una dureza de corazón que nos lleva a perder toda sensibilidad y entregarnos a cometer todo tipo de tropelías, engaños y malignidades. Todas ellas justificadas mediante un pensamiento armado sobre doctrinas de demonios y espíritus engañadores, liberando así en pueblos y naciones, incluso continentes, ideologías como las reseñadas (comunismo, nazismo, islamismo) o la de nuevo cuño llamada ideología de género.

Esta ideología ha penetrado en los gobiernos de los países más avanzados del mundo, dando lugar al aborto libre, el matrimonio de personas del mismo sexo, adoctrinando a los niños en una sexualidad basada en la propia elección al margen de la naturaleza sexual propia. Además se impone de forma totalitaria, legislando contra todo aquel que discrepe de semejantes postulados que han sido elevados a la categoría de dogma absoluto, sin aplicarse en este caso el relativismo moral que sí se hace a todo aquello que «huele» a valores judeocristianos.

Esta ideología se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto, tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios (2 Tes.2:4). Paradójicamente, en los mismos países donde se legisla contra el Dios de la Biblia se permite con sumisión la implantación de la religión islámica, poniendo de manifiesto su paralelismo en naturalezas distintas pero complementarias. La naturaleza de pecado se encuentra allá donde se opone a Dios y su ley.

         El aumento de la maldad con sus múltiples manifestaciones es una prueba inequívoca que vivimos en la antesala del reino mesiánico.

38 – El reino mesiánico

El reino mesiánicoLas señales de su venida (IX) – Aumento de la maldad (4)

Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y doctrinas de demonios; por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia… (1 Timoteo 4:1,2)

         El proceso degenerativo que conduce a un aumento de la maldad en las personas es gradual. La historia del hombre está llena de sucesos de este tipo que acaban en manifestaciones de iniquidad que se abren camino en la vida cotidiana trayendo dolor y muerte. Hemos dicho que el proceso generalmente se inicia con un pensamiento, que da lugar a un desarrollo más amplio convirtiéndose en ideología, y cuando conecta con otras personas que aceptan esa forma de pensar, producen una influencia en la sociedad que recogen los políticos para darle forma de ley y ejecutarlas mediante los poderes del Estado.

No todos los pensamientos tienen la misma fuerza para introducirse en la sociedad, pero hay corrientes ideológicas que se establecen con un impulso sorprendente. En poco tiempo se extienden a sociedades enteras, quedando subyugadas bajo una tiranía que no puede explicarse de forma natural.

El apóstol Pablo nos da una pista cuando habla de espíritus engañadores y doctrinas de demonios que llevan a muchos a la apostasía, porque han escuchado argumentos altivos, hechiceros y fascinantes, que pueden conducir a pueblos enteros a una conciencia cauterizada mediante la mentira. Lo hemos visto en los dos totalitarismos predominantes del siglo XX, el marxismo y el fascismo. Hoy lo tenemos en el islamismo.

Cuando una ideología perversa es impulsada por huestes espirituales de maldad, y encuentran la forma de expresarse en el mundo natural mediante hombres perversos y malos que le dan curso articulando argumentos altivos y cautivadores, para luego pasar a formar parte de la constitución de un Estado nacional, la multiplicación de la maldad y sus daños son ilimitados.

La fuerza del engaño se manifiesta en la naturaleza espiritual que la produce, formando doctrinas, filosofías e ideologías (relativismo moral, materialismo, comunismo, secularismo y nacionalismo son algunas de las predominantes en el siglo XX y que han formado nuestra generación actual) que aceleran el mal causando dolor y muerte sin límite.

Una conciencia cauterizada (personal o colectiva) justificará cualquier comportamiento por abyecto por pueda parecernos. El ataque principal es contra la fe bíblica y sus valores, porque si la sal pierde su sabor…

         La noche está avanzada, con su oscuridad más profunda, como preludio del día del Señor que se acerca y debemos levantarnos del sueño.