LA GRACIA – 5

lA GRACIASatanás nos ataca usando dos estrategias. Una estrategia es llevarnos a pensar que somos demasiado buenos, de modo que no necesitamos la gracia de Dios. Cuando hacemos lo que tenemos que hacer empezamos a pensar, «somos buenos, nosotros merecemos, Dios tiene que bendecirme, tiene que estar orgulloso de mi», pensamos que con nuestras propias obras podemos agradar a Dios. Esto nos lleva a desarrollar la actitud de los fariseos: yo soy mejor que los demás, oro cinco veces al día, ayuno, doy dinero etc.  etc.

Entender y recibir la gracia del Señor nos libera de esta actitud porque nos lleva a entender que no tenemos nada para ofrecer y somos dependientes de su favor inmerecido. Pablo rechazo esta actitud en filipenses 3:8. Spurgeon siempre oraba antes de predicar. Dios se propició a mi pecador.

La segunda estrategia que usa Satanás es llevarnos a pensar que por nuestros pecados que aun cometimos como creyentes, el Señor dejó de amarnos y bendecirnos. «¿De verdad tú eres un hijo de Dios?» «¿En verdad Dios te ha salvado y transformado?» «Mira cómo estás viviendo. Tú no vales para nada». «¿Te acuerdas del pecado que cometiste la semana pasada? ¿Crees que eres salvo? Tú vida es una ruina».

Nuestra reacción normal es de negarlo o decir: no voy a mostrarte que yo puedo, y empezar a vivir con tu propia fuerza para ganar la batalla, con tu propia fuerza para agradar a Dios y ganar su aprobación y su bendición. Pues cuando viene el enemigo a acusarte y decirte: tú eres pecador,  dile, tienes razón, soy un pecador, pero Jesús me ha salvado, redimido y lavado son su sangre. Dios extendió su gracia hacia mí, he sido salvado por la gracia, la gracia del Señor ha sido suficiente para ayer, es suficiente para hoy y por cierto, es suficiente para mañana.

Jesús pago la deuda de todos nuestros pecados. Tus peores días nunca son tan malos para que estés fuera del alcance de la gracia de Dios; y tus mejores días nunca son tan buenos para que estés más allá de la necesidad de la gracia de Dios.

Somos salvos por gracia, y también vivimos por gracia cada día. Esta gracia viene a través de Cristo, y por medio de él, mediante la fe, tenemos acceso a esta gracia por la cual nos mantenemos firmes. Romanos 5:2.

En Hechos 20:24 Pablo lo llama el evangelio de la gracia. Juan dice que de su plenitud hemos recibido gracia sobre gracia.

Conclusión: Esta clase de gracia saca a un lisiado inválido de Lodebar y lo pone en la mesa con la familia del rey. Podéis imaginar la escena. Llega la hora de comer, entra el Rey David, entran sus hijos, Salomón el sabio, Ammón, Absalón, etc. Entra Mefiboset y se sienta con ellos a la mesa con el mantel cubriendo sus pies lisiados.

Dios nos invita a compartir su mesa y a pesar de que todos somos lisiados, cuando estamos sentados con Él, el mantel de su gracia cubre todas nuestras incapacidades, nuestros pecados, nuestra vieja naturaleza y Él nos ve justos en Cristo. Esta es la gracia.  Efesios 2:1-10.

Autor: Mensajero de buenas nuevas

Final de la serie.

Nota: La próxima semana continuaremos con la serie EL HOMBRE CONDENADO.

LA GRACIA – 4

lA GRACIAEl Señor sabe que no tenemos nada para ofrecer, sabe que estamos lisiados de ambos pies, pero nos ofrece la salvación por amor de su hijo Jesús. Y no solo nos salva, sino también nos adopta como sus hijos. Nos da todos los derechos que tienen los hijos, incluso la herencia, nos hace sentar con él en su mesa y restaura la relación que teníamos con él. Y nada de esto tiene que ver con algunas obras buenas que hemos hecho. Nunca hemos hecho algo para merecer el amor de Dios nunca llegamos a hacer algo para merecer su amor. Su amor hacia nosotros es incondicional.  

Alguien puede preguntar: ¿entonces yo puedo hacer lo que quiero? Puedo seguir pecando sabiendo que Dios me va a mostrar su gracia. ¿No nos anima la gracia a pecar sabiendo que Dios nos ama a pesar de nuestros pecados? Pablo ya ha contestado esta pregunta. Romanos 6:1-2 ¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? ¡De ninguna manera! Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? Si pensamos así quizás es porque no hemos experimentado ni recibido la gracia del Señor.

A veces no predicamos la gracia por temor a que la gente llegue a abusar de ella y sobrepasar su uso por la libertad. Seguro que habrá gente que intentará aprovechar la gracia de Dios, pero esto no le paró a Pablo de predicar el evangelio de la gracia. Ni paró a Jesús de ser amigo de los pecadores, ni debe frenarnos a nosotros de predicar el amor de Dios.

Como hijos de Dios no debemos dudar del amor de Dios hacia nosotros. A veces pensamos que cuando pecamos Dios deja de amarnos. O pensamos que Dios nos ama más hoy porque hemos leído tres capítulos en la Biblia y ayer solo leímos 2. El amor de Dios hacia nosotros no cambia. Él nos ama, nos amaba en el pasado, nos ama hoy nos amara mañana.

Philip Yancey, un autor bastante conocido, dijo: «Gracia» significa que no hay nada que podamos hacer para que Dios nos ame más. «Gracia» significa también que no hay nada que podamos hacer para que Dios nos ame menos. La gracia significa que Dios ya nos ama tanto como un Dios infinito es capaz de amar.

David dijo a Mefiboset, comerás a mi mesa siempre. 

Imagínate si después de un tiempo, estando cada día comiendo en la mesa del rey David, Mefiboset empieza a sentirse mal acerca de su situación. Y empieza a pensar: «esto le está costando mucho al rey, no puedo simplemente disfrutar de la comida del rey cada día, tengo que hacer algo para merecerla». Luego se levanta temprano un día y empieza a limpiar las escaleras del palacio. Al final del día, cuando se sientan para comer se siente mejor porque ha hecho algo para merecer la comida. El día siguiente está cansado y piensa: «si no limpio las escaleras no me dejará el rey comer a su mesa». Tengo que hacerlo. Se esfuerza y lo hace. Pero al final está muy cansado y el día siguiente no puede hacerlo, entonces, cuando llega la hora de comer se queda en su habitación porque está pensando que el rey no estará contento con él, y que no le aceptará en su mesa. ¿Qué pensaría el rey David al escuchar esto?

¿Qué pensaría Dios si en el lugar de recibir su bendición y amor como un regalo empezáramos a trabajar para ganarlo? ¿Si intentaríamos a agradarle con nuestras obras?

Hermanos, cuidado con esto, las obras no son la causa de la justificación, sino el fruto de la justificación. Efesios 2:4-8

Autor: Mensajero de buenas nuevas

Próxima entrega: LA GRACIA – 5 y final.

 

LA GRACIA – 3

lA GRACIALa gracia del Señor nos libera del temor, sin embargo, donde no hay gracia hay temor. La ley nos obliga a hacer algo por temor.  

Ilustración: Si golpeas a alguien cada vez que haga algo malo, y luego esta persona para de hacerlo es por el temor a ser golpeado. Pero por dentro no ha cambiado. Si no fuera por el golpe seguiría haciéndolo. Esta es la ley. Solo la gracia es capaz de cambiarnos por dentro. Porque cuando recibimos este amor de Dios, este perdón, en lugar del golpe tendremos la oportunidad de cambiarnos por dentro.

La ley infunde e impone miedo y no cambia. La gracia quita el temor y cambia. Juan declaró: La ley fue dada por medio de Moisés, mientras la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.

Ilustración: En la historia de la pesca milagrosa en Lucas 5. Cuando Simón Pedro se dio cuenta de lo que había sucedido, cayó de rodillas delante de Jesús y le dijo: Señor, por favor, aléjate de mí, soy demasiado pecador para estar cerca de ti. Jesús no le dijo: sí, en verdad eres demasiado pecador, y hueles mal también; me alegro que hayas llegado a esta conclusión. Aléjate de mí.

Jesús le dijo: ¡No tengas miedo!  . . . gracia, pura gracia.

David, tuvo la misma reacción, le dijo a Mefiboset: no tengas miedo. No te traje aquí para matarte, estas aquí porque quiero mostrarte bondad, gracia y misericordia. Porque a la verdad yo tendré misericordia contigo por amor de Jonatán tu padre. Te devolveré todas las tierras de tu padre Saúl, y tú comerás siempre a mi mesa (9:7)

¿Qué pasaría si la iglesia en realidad fuera un lugar donde la gente pueda encontrar la gracia y el perdón? No es un sitio para condenar sino para perdonar y aceptar.

Ilustración: Me encanta la historia de Zaqueo. Porque muestra claramente el evangelio. Jesús aceptó a Zaqueo aun siendo pecador. Zaqueo, bájate, hoy voy a tu casa. El rostro del SI. La gracia. Zaqueo bajó rápidamente y, lleno de entusiasmo y alegría, llevó a Jesús a su casa; pero la gente estaba disgustada, y murmuraba: «Fue a hospedarse en la casa de un pecador de mala fama». El rostro del no. La ley.

Pero muchos dicen: esto es imposible, no podemos aceptar a las personas hasta que hayan limpiado y arreglado sus vidas, luego las aceptaremos, luego le mostraremos gracia y las invitaremos a la iglesia.

Hermanos, este no es el evangelio, porque dice la palara que aun siendo pecadores, Cristo murió por nosotros. Este es el evangelio. Dios justifica al impío y no el limpio, al pecador. Dios acepta el enfermo. Jesús limpia el sucio, toca el impuro, y se hospeda en la casa de los pecadores. Este es el evangelio. Somos salvos por gracia, no por obras buenas que hemos hecho, sino por gracia somos salvos por media de la fe. Con nuestras obras nunca llegaremos a agradar a Dios. Es imposible.

Mefiboset no tenía nada que ofrecer. Por esto no lo pudo creer y se postró delante de David y usó las palabras más descriptivas para comunicar al rey que él no valía nada. No soy más que un perro muerto viviendo en Lodebar. No tengo nada para ofrecer, no tengo valor. No importa David dijo, no lo estoy haciendo por tu causa, lo hago por el bien de tu padre Jonatán. Sé que no puedes ofrecer nada, que eres cojo de ambos pies. Pero te voy a mostrar gracia y te voy a tratar como mi propio hijo, no te faltara nada. El rey le restauró todo lo que pertenecía a Saúl y a su casa. Mefiboset vino a morar a Jerusalén, porque siempre comía a la mesa del rey. Y estaba lisiado de ambos pies. Esto es lo que la Biblia llama amor incondicional.

Autor: Mensajero de buenas nuevas

Próxima entrega: LA GRACIA – 4

LA GRACIA – 2

lA GRACIAPara entender mejor el tema vamos a leer 2 Samuel 9

En los tiempos antiguos cuando un nuevo rey llegaba al trono era normal exterminar a todos los miembros de la familia del rey anterior. Cuando murió el rey Saúl, su hijo Jonatán murió también en la misma batalla. Al saber que había un nuevo rey, los miembros de la familia de Saúl huyeron porque temieron que David los iba a matar.   

En 2 Samuel 4:4 encontramos algunos detalles sobre un hijo de Jonatán, hijo de Saúl, que se llamaba Mefiboset. Tenía cinco años cuando murieron Saúl y Jonatán; su nodriza lo tomó y huyó, y como estaba huyendo de prisa, se le cayó el niño y quedó cojo. Se quedó inválido de ambos pies el resto de su vida.

Pasaron los años y Mefiboset era ahora adulto. David estaba en el trono, el reino de Israel era más grande que nunca, fuerza militar al máximo. El pueblo del reino vivía en su gloria. Un tiempo de prosperidad. David se acordó de la amistad que tenía con Jonatán y preguntó: ¿Ha quedado alguien de la casa de Saúl a quien pueda yo favorecer por amor a Jonatán?

David sabía que él mismo no merecía nada de lo que Dios le había dado, todo era por la gracia del Señor, y quería extender esta gracia y bondad hacia los demás, por eso hizo la pregunta. Notad como esta pregunta está llena de gracia. No dice: ¿hay alguien que merezca alguna ayuda de la casa de Jonatán?, o ¿hay alguien que cumpla los requisitos para obtener ayuda? No pone condiciones, solo pregunta: ¿hay alguien vivo (solo tiene que estar vivo) en la familia de Saúl, a quien yo pueda mostrar la misma gracia que Dios ha tenido conmigo?

Saúl tenía un siervo que se llamaba Siba. Le llamaron y David le hizo la pregunta, Siba dijo al rey: Aún queda un hijo de Jonatán lisiado de los pies. (9:3). David estaba lleno de gracia, tenía cara de sí, pero aquí viene Siba, y si lo podemos imaginar, Siba tiene cara de no. Aún queda un hijo, pero no sirve para nada, no vale, es un hijo lisiado de ambos pies. Créeme, no es la persona que tu estas buscando.

Ilustración: Tu si que vales.


         Si Siba formara parte del jurado del programa tu sí que vales, seguro que daría un no a Mefiboset. El rey David no lo pensó dos veces. David dijo a Siba: «Mefiboset sí que vale», dónde está? Preguntó. Lo quiero aquí. Está en Lodebar. Le dijeron. Esta palabra no tiene mucho sentido para nosotros pero en Hebreo Lodebar significa «un lugar estéril». Significa una tierra inútil para pastoreo, un lugar estéril sin cultivos.

Mefiboset, un hombre lisiado de ambos pies y que vive en una tierra estéril. Es un inválido que está en su peor forma, no tiene nada para ofrecer y está viviendo en el peor sitio. No puede ser peor.

¿No suena como nuestra historia antes de conocer a Cristo?

Éramos inválidos espiritualmente, muertos en nuestros delitos y pecados, ajenos de los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo. Vivíamos en Lodebar una vida estéril. Una vida sin fruto. Una vida muerta.

Quizás hay personas hoy que están aún viviendo en Lodebar. ¿Sientes esta vaciedad en tu vida? ¿Piensas que tu vida no tiene sentido? Piensas que estas discapacitado y no puedes ofrecer nada. Pues así se sentía Mefiboset. Estás bien situado para entender lo que significa la gracia.

David dijo a sus siervos: traed a Mefiboset de Lodebar.

Mefiboset estaba huyendo del rey, viviendo en Lodebar, escondido porque vivía con el temor de que si lo encontraban le matarían. Cuando le trajeron delante del rey se postró cayendo sobre su rostro, lleno de temor, pesando que hoy era su último día. He aquí tu siervo le dijo al rey.

David lleno de gracia, le dijo a Mefiboset: no temas.

Autor: Mensajero de buenas nuevas

Próxima entrega: LA GRACIA – 3

LA GRACIA – 1

lA GRACIAIntroducción:

Una de las primeras palabras que he aprendido en español ha sido la palabra gracias. Es una palabra que escuchamos muchas veces cada día, sin embargo, si contemplamos nuestro mundo hoy en día nos da cuenta que en realidad vivimos en un mundo que carece de gracia. Lo podemos llamar el mundo de la falta de gracia. Es el mundo del “ojo por ojo”. El mundo donde domina la ley. Un mundo que carece del perdón. 

Ilustración: Hay un cuento de Ernest Hemingway que habla de un padre que decide reconciliarse con su hijo que se ha ido a Madrid. El padre pone este anuncio en el periódico El Liberal: “Paco, encuéntrame en el Hotel Montana martes mediodía. Todo perdonado. Papá.” Como Paco es un nombre común en España, cuando llega el padre a aquel sitio, encuentra a ochocientos chicos llamados Paco, todos esperando a su padre.

Esta historia nos muestra la realidad de las muchas personas que están buscando el perdón y no lo encuentran. No encuentran a quien les extiende la gracia.

Desde la infancia nos enseñan a vivir en este mundo que carece de gracia:

Dios ayuda a quienes se ayudan a sí mismos.
A quien madruga, Dios lo ayuda.
Al quien lo quiere celeste, que le cueste.
Defiende tus derechos.

Sin embargo, la Biblia nos revela otra verdad. Nos revela que nosotros no hemos obtenido lo que merecíamos. La Biblia nos dice que merecíamos ira y recibimos amor. Merecíamos el castigo, pero recibíamos perdón. Merecíamos la cárcel y recibimos libertad, merecíamos la muerte pero recibimos vida. Esta es la gracia.

Cuando la Biblia habla de la gracia, está hablando del favor inmerecido de Dios. Es el favor o la bondad que se extiende hacia alguien que no la merece y que jamás podrá ganarla.

Un autor americano, Swindoll, dijo que hay personas que tienen una cara de No y otras personas que tienen una cara de Sí. Los que tienen un rostro de no, son personas que dicen no a casi todo. Son individuos rígidos, crónicamente insatisfechos, llenos de amargura y que nunca se han permitido ser libres. Son personas que carecen de gracia, han reducido la vida a reglas y normas esenciales para sobrevivir. Sus rostros siempre proclaman un No.

Ilustración: No sé si te ha ocurrido alguna vez en el banco o en la oficina de correos, o mejor en la oficina de Endesa. Vas allí con algún problema y necesitas que alguien te ayude. Estás haciendo cola y miras para ver a la persona que te va a atender, y se ve que es una persona con un rostro de no. Y empiezas a sudar, ya sabes de antemano que esta persona no te va a ayudar. EL rostro del no. Alguien estará pensando en su esposa, o en la suegra. Los niños son muy buenos en detectar estas caras, saben de quien pedir chuches.

En cambio, hay otro tipo de personas que si nos fijamos en sus rostros vemos que tienen un rostro que dice sí. En sus rostros está escrita la respuesta sí. Tienen rostros que nos dan la bienvenida y nos anima. Son personas que han experimentado la libertad, han experimentado y recibido la gracia. Brota un gozo en su interior al dar o ayudar a otras personas.

Jesús tenía una cara de sí. Mientras los religiosos a su alrededor tenían una cara de no.
Al leproso no le dijo no, se acercó a él y le tocó.
A la mujer adúltera querían matarla, Jesús le dijo no te condeno.

Los discípulos a veces tenían una cara de no, cuando una vez algunos padres llevaron sus niños a Jesús para que el orara por ellos los discípulos regañaron a los padres por molestar a Jesús. Jesús con la cara de si dijo: dejen que los niños vengan a mí.

Podemos sacar muchos ejemplos, Juan 1:14 dice que Jesús estaba lleno de gracia y de verdad.

Mi oración hoy es que lleguemos a ser como Cristo, personas llenas de gracia. Que nuestras vidas sean transformadas, que lleguemos a absorber el amor, la compasión, y la gracia de Jesús.

Autor: Mensajero de buenas nuevas

Próxima entrega: LA GRACIA – 2

110 – EL HOMBRE CONDENADO

El hombre condenadoLos hijos de condenación (CII) – Balaam (6)

Entonces YHVH abrió los ojos de Balaam, y vio al ángel de YHVH que estaba en el camino, y tenía su espada desnuda en su mano. Y Balaam hizo reverencia, y se inclinó sobre su rostro. Y el ángel del YHVH le dijo: ¿Por qué has azotado tu asna estas tres veces? He aquí yo he salido para resistirte, porque tu camino es perverso delante de mí (Números 22:31,32)

         Dios no puede ser burlado, pues todo lo que el hombre siembra, eso siega. La Escritura muestra que el hombre, incluso el hombre de Dios, puede empeñarse en resistirle, y el Señor lo permitirá. Israel pidió un rey contra la voluntad del Eterno para ser como las demás naciones, y el Señor se lo dio con sus consecuencias.

Es posible resistir la voz de Dios, endurecer el corazón y seguir creyendo que le obedecemos. Ese fue el error de Balaam. Pero desde el inicio del camino errado que había escogido la Escritura dice: Y la ira de Dios se encendió porque él iba (22:22). Incluso el ángel del Señor fue su adversario en el camino que había emprendido a Moab.

Sin embargo, la voluntad permisiva de Dios lo consintió. Aprendamos. Es posible tener predicadores que parecen andar en caminos derechos pero su final es camino de muerte. La falta de discernimiento conduce al error. No probar bien los espíritus puede llevarnos a seguir a líderes carismáticos con apariencia de piedad, que predican la Biblia, y sin embargo, tener a Dios en contra, con su ira encendida y el ángel del Señor como adversario.

Podemos levantar iglesias y mantener una actividad aparentemente bíblica, pero a la vez andar en un camino perverso delante del Señor. Hoy proliferan iglesias por todas partes con charlatanes que conocen el lenguaje bíblico y usan la piedad como fuente de ganancia.

Es posible tener iglesias con experiencias carismáticas que viven en desobediencia, pero con un lenguaje adecuado pretenden crear una realidad falsa.

Balaam salió creyendo que andaba en la voluntad de Dios, y tuvo experiencias que lo confirmaban, el Señor le dio permiso, pero a la vez emprendió un camino que tenía al ángel del Señor como adversario y era perverso delante de Dios. Incluso la asna que le había servido fielmente hasta ese día le desobedeció, porque «tenía más revelación que el mismo profeta».

El burro del profeta vio al ángel, pero el profeta fue tan burro que no veía lo que tenía delante de sus ojos, aunque se autoproclamaba de ojos abiertos (24:4,16). ¡Qué humillación para la reputación del oráculo que Balac había mandado llamar para maldecir a Israel!

         Hay camino que al hombre le parece derecho, pero su final es camino de muerte. La obediencia siempre es el camino perfecto y Balaam creía obedecer.

109 – EL HOMBRE CONDENADO

El hombre condenadoLos hijos de condenación (CI) – Balaam (5)

Y vino Dios a Balaam de noche, y le dijo: Si vinieron para llamarte estos hombres, levántate y vete con ellos; pero harás lo que yo te diga (Números 22:20)

         Estamos en los textos clave para comprender la aparente contradicción que se nos presenta en estos versículos. Pero antes debemos saber una de las maniobras que el diablo repite para conseguir sus fines. Encontramos varios ejemplos en la Escritura. Me refiero a que el tentador no cede una vez que ha presentado su primera tentación, insiste en ella para poner a prueba la firmeza de nuestra fe.

Jesús fue tentado en tres ocasiones, con distintos argumentos aunque el mismo fin: moverlo de su posición de dependencia del Padre para apartarle de la obra que debía cumplir.

Nehemías experimentó una presión insoportable de diferentes formas para sacarle de la obra de restauración del muro. El diablo usó a distintas personas, circunstancias adversas, puso en duda la integridad de su liderazgo, e incluso usó profecías contra el hombre de Dios. Sin embargo, Nehemías sabía lo que el Señor le había hablado; trazó un plan de reconstrucción y no se movió de él a pesar de las distintas formas de desestabilización que soportó. Esa firmeza le llevó a la victoria.

La Escritura enseña que debemos someternos a Dios, resistir al diablo y huirá de nosotros. También enfatiza que seamos sobrios y velemos, porque nuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quién devorar, y añade, al cual resistid firmes en la fe. La firmeza de la fe es fundamental para vencer el sistema de este mundo. Esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. La fe se sustenta sobre la verdad revelada de Dios. Eso no lo hizo Balaam, y buscó una segunda palabra de Dios para hacer realmente lo que deseaba: ir con los representantes del rey Balac por la codicia del dinero. Dieron dinero a Balaam para que los maldijera (Neh. 13:1,2).

Los falsos profetas hacen mercadería con la palabra de Dios y lo «extraño» es que el Señor lo permite, como permitió a Balaam que fuera con la delegación moabita, aunque le puso un límite: harás lo que yo te diga.

De esta manera podemos tener a predicadores aparentemente hablando la palabra de Dios y siendo tan falsos como el personaje que estudiamos. Muchos, por el amor al dinero, han caído de su firmeza y se han vendido al error de Balaam, amando las riquezas y a la vez pretendiendo servir a Dios. Craso error. Las obras de cada uno se harán evidentes en su momento, como lo fueron las de Balaam.

         La Escritura no dice en vano que seamos firmes en la fe; porque el diablo insistirá para que busquemos una segunda opción a la palabra de Dios.

108 – EL HOMBRE CONDENADO

El hombre condenadoLos hijos de condenación (C) – Balaam (4)

Volvió Balac a enviar otra vez más príncipes, y más honorables que los otros; los cuales vinieron a Balaam, y le dijeron: Así dice Balac, hijo de Zipor: Te ruego que no dejes de venir a mí; porque sin duda te honraré mucho, y haré todo lo que me digas; ven, pues, ahora, maldíceme a este pueblo. (Números 22:15-17)

         Cuando la primera comitiva regresó al rey de Moab con la negativa del profeta Balaam, éste no cesó en su empeño e insistió en el propósito de que Israel fuera maldecido. Como buen negociador aumentó las expectativas para impresionar al oráculo. Envió príncipes más honorables con capacidad de ofrecer a Balaam una mejor oferta. Aumentó los honorarios para persuadirle apelando a su punto débil: la codicia del dinero.

Se suele decir que cada hombre tiene un precio, eso lo saben todos los negociadores políticos y comerciales, que en muchas ocasiones actúan como verdaderas mafias para conseguir sus fines.

Cuando este segundo grupo de diplomáticos llegó a casa de Balaam, él se hizo el duro apelando a su aparente integridad: Aunque Balac me diese su casa llena de plata y oro, no puedo traspasar la palabra de YHVH mi Dios para hacer cosa chica ni grande (22:18). Esta respuesta puede confundir al lector inexperto.

El lenguaje tiene visos de convicción, honradez y firmeza en el profeta, que incluso habla del Señor como su Dios. Expone con aparente claridad que cree en la Biblia, que toda la Escritura es palabra de Dios y por tanto él no puede traspasarla. Sin embargo, a renglón seguido la pone en duda, porque el Señor ya le ha dado respuesta, el Señor no cambia, como él mismo diría más adelante: Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta (23:19); pero actúa en contradicción con lo que aparentemente cree y pide a este segundo grupo de negociadores que reposen en su casa esta noche, para que yo sepa qué me vuelve a decir YHVH.

Observa la sutileza.

El profeta ya tiene respuesta clara de Dios, sabe que no puede maldecir a Israel porque no debe trasgredir su palabra, sin embargo, llevado por la codicia de la oferta que se le ha presentado, vuelve a preguntar una segunda vez al Señor por si ha cambiado de parecer.

Es decir, el conocimiento que dice tener de Dios no le parece suficiente para saber que Él ya ha hablado y no miente, por lo que su actitud de volver a preguntar al Señor le delata como falso profeta. Pretende servir a Dios y a las riquezas. Este es el error de Balaam que lo llevará directamente a la perdición.

         Dios es inmutable, no cambia; por tanto, pretender obedecerle y a la vez buscar una segunda opción conduce directamente al error de Balaam.   

107 – EL HOMBRE CONDENADO

El hombre condenadoLos hijos de condenación (XCIX) – Balaam (3)

Fueron los ancianos de Moab y los ancianos de Madián con las dádivas de adivinación en su mano, y llegaron a Balaam y le dijeron las palabras de Balac (Números 22:7)

         Vemos que hay una coalición de pueblos contra Israel. Moab y Madián envían una embajada al oráculo de Balaam con el dinero de la adivinación. El rey de Moab concibió el plan, lo hizo partícipe a sus vecinos de Madián, en el norte de la actual Arabia, y se puso en marcha una estratagema espiritista-ocultista para maldecir y poner tropiezo a Israel. La oposición para que Israel no ocupe su tierra, la que Dios le dio mediante un pacto a Abraham, siempre ha tenido coaliciones de otros pueblos para evitar su cumplimiento.

Cuando llegó la delegación enviada por Balac a la residencia de Balaam, éste los acogió con amable hospitalidad. El falso profeta estaba en su hábitat natural. Una vez conocido el motivo de su visita el lenguaje de Balaam muestra su apariencia de piedad. Reposad aquí esta noche, y yo os daré respuesta según YHVH me hablare (22:8). La respuesta no tardó en llegar. El oráculo tiene realmente ojos abiertos. Es sensible a la comunicación espiritual y pronto recibe respuesta.

Balaam informó al Señor el motivo que había traído a estos varones a su casa (debemos entender que forma parte de la retórica del episodio porque el Señor no necesita ser informado de los acontecimientos como sino los supiera, más bien se desarrolla el recorrido habitual de la oración y su respuesta), y una vez expuestos la voluntad del Señor es clara y concisa: Entonces dijo Dios a Balaam: No vayas con ellos, ni maldigas al pueblo, porque bendito es (22:12). Oída la respuesta, Balaam se dispone a informar a la comitiva regia negando su participación en semejantes sucesos.

El Señor no le ha dado permiso para ir y él está dispuesto inicialmente a obedecer. Aquí tenemos el punto central de este episodio en el que la narración bíblica parece contradecirse. Dios no cambia. Su voluntad es perfecta, buena y agradable. Israel ha sido bendecido y el Señor no puede contradecirse a sí mismo. Muchos pretenden hacerlo hoy, imitando al rey Balac mostrando incertidumbre ante la palabra de Dios, como Balaam. Se pretendía maldecir a Israel mediante adivinación.

Balaam escuchó la propuesta, y aunque conocía el plan de Dios con Israel desde hacía tiempo, el Señor le confirma que no puede maldecir a quién él ha bendecido. Obedece y despide a los emisarios del rey, pero su corazón ama la codicia…

         Desde el principio ha habido estratagemas para maldecir lo que Dios ha bendecido; no prosperarán, aunque el enemigo procurará insistir en ello.

106 – EL HOMBRE CONDENADO

El hombre condenadoLos hijos de condenación (XCVIII) – Balaam (2)

Partieron los hijos de Israel, y acamparon en los campos de Moab junto al Jordán, frente a Jericó. Y vio Balac hijo de Zipor todo lo que Israel había hecho al amorreo. Y Moab tuvo gran temor a causa del pueblo… y se angustió Moab a causa de los hijos de Israel… Por tanto envió mensajeros a Balaam hijo de Beor, en Petor… para que lo llamasen… Ven pues, ahora, te ruego, maldíceme a este pueblo, porque es más fuerte que yo; quizá yo pueda herirlo y echarlo de la tierra; pues yo sé que el que tú bendigas será bendito, y el que tú maldigas será maldito (Números 22:1-6)

         Israel, un pueblo esclavo en Egipto, había salido con brazo fuerte y mano extendida. Los años en el desierto habían depurado aquella generación que se rebeló contra la voluntad de Dios. Se levantó una nueva generación que había llegado ante la tierra que Dios había prometido a Abraham y su descendencia para siempre.

Lo que Dios hizo con ellos durante esos cuarenta años no pasó desapercibido a los pueblos de la zona. Le precedía la fama. Habían salido de la pesada carga de Faraón, cruzado el mar Rojo, y ahora estaban cerca del cruce del río Jordán.

Pero antes debían atravesar la tierra de de Amón y Moab, dos reinos emparentados con Israel, por cuanto su origen eran las hijas de Lot, sobrino de Abraham, que de forma incestuosa concibieron de su padre después de salir de Sodoma.

La tierra de Amón y Moab no debían ser conquistadas por los hijos de Israel, por tanto, la angustia del rey Balac era infundada. En lugar de ayudarlos con hospitalidad para que siguieran su camino, se le opusieron contratando a Balaam para que los maldijera.

Este suceso quedó registrado para que los amonitas y moabitas no entraran en la congregación del Señor hasta la décima generación. Así está escrito: No entrará amonita ni moabita en la congregación de YHVH, ni hasta la décima generación de ellos; no entrarán en la congregación de YHVH para siempre, por cuanto no os salieron a recibir con pan y agua al camino, cuando salisteis de Egipto, y porque alquilaron contra ti a Balaam hijo de Beor, de Petor en Mesopotamia, parea maldecirte (Dt.23:1-4).

También Josué lo recogió en su discurso de despedida (Josué 24:9,10). Y en días de la restauración del cautiverio babilónico, cuando Nehemías llevó a cabo reformas en la congregación de Israel, volvieron a recordar el episodio (Nehemías 13:1,2).

Por tanto, Balac se opuso al cumplimiento de la voluntad de Dios para Israel. Muchas naciones han imitado este comportamiento hasta el día de hoy.

         El temor del rey de Moab le llevó a contratar los servicios de Balaam para maldecir a Israel, aunque un poco de hospitalidad hubiera bastado para librarle.