Los profetas de Israel (XXII) – Isaías (8)
Morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará; el becerro y el león y la bestia doméstica andarán juntos, y un niño los pastoreará. La vaca y la osa pacerán, sus crías se echarán juntas; y el león como el buey comerá paja. Y el niño de pecho jugará sobre la cueva del áspid, y el recién destetado extenderá su mano sobre la caverna de la víbora. No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte; porque la tierra será llena del conocimiento de YHVH, como las aguas cubren el mar (Isaías 11:6-9)
Nos encontramos ahora con una de las expresiones más idílicas del reino mesiánico. Algunos de los detalles que nos da el profeta son tan pormenorizados que llaman poderosamente la atención. Las condiciones son semejantes a la era adámica, antes que el pecado tuviera su entrada en el mundo.
Sabemos que en el milenio habrá manifestaciones pecaminosas. Aunque el diablo estará atado permanece la naturaleza caída, pero en este pasaje se nos dice que habrá cambios extraordinarios producidos porque la tierra será llena del conocimiento del Señor. Esa manifestación de la gloria de Dios será tan impactante que cambiará la naturaleza del mundo animal, así como las condiciones de la tierra.
Una revelación de la presencia de Dios tan manifiesta producirá una transformación de las condiciones de vida en el reino animal. Habrá un cambio de alimentación. La violencia por la supervivencia, especialmente de los depredadores, será de tal forma que animales antagónicos como el lobo y el cordero, el leopardo y el cabrito se acostarán en un mismo espacio sin temor a ser devorados. La vaca y la osa se echarán junto a sus crías; el león comerá paja como el buey.
Estamos ante el reinado de paz universal. Sin violencia. Los niños habitarán seguros en medio de las cuevas de serpientes. La violencia animal quedará neutralizada. La paz no tendrá límites (Is.9:7). Por tanto, el niño morirá de cien años, y el que no alcance los cien años será considerado maldito (Is.65:20 LBLA). El centro de todas las cosas será el monte de Sion, su monte santo, como hemos visto ampliamente en el libro de los Salmos.
La tierra será depurada de contaminación ambiental, y sus condiciones de vida harán posible una gran longevidad. Porque la tierra será llena del conocimiento de la gloria de YHVH, como las aguas cubren el mar (Hab.2:14). Esta es, a mi modo de verlo, la clave de semejante transformación. El Señor llenará la tierra con su gloria produciendo luz y revelación en las naciones que se postrarán ante él.
La presencia gloriosa de Dios en la tierra producirá un conocimiento de su majestad que transformará las condiciones de vida.