ESPAÑA: rencor infinito

Rencor infinitoSoy español. Nací en un pueblo de Salamanca, viví en la capital charra hasta los 23 años, con el paréntesis del servicio militar en la Región de Cataluña, luego viví en Lérida un tiempo de estudios, en Madrid, en diversos lugares de la provincia de Toledo y su capital, en Jaén y otra vez en Cataluña donde llevo viviendo con mi familia más de veinte años.  

Por tanto, he residido en cinco Comunidades Autónomas distintas. Además he trabajado con suecos, ingleses y múltiples personas de origen hispanoamericano en una infinidad de trabajos que he hecho a lo largo de mi vida. Todo ello me ha dado la posibilidad de conocer distintas culturas y países de quienes he aprendido y me han ayudado a comprender la diversidad del ser humano.

         Soy español y he vivido desde mi niñez rodeado de rencores. Los he visto en todo lugar. Los encontré estudiando la Historia de España, y esta misma semana han vuelto a aparecer en el mismo epicentro de la llamada soberanía del pueblo, en el Parlamento.

         Desde niño percibí el rencor que anidaba en mi familia hacia la familia de mi madre. Mi padre odiaba a mi tío, y viceversa, (no entro en los motivos, que los había y muchos) y se revolvía cuando sabía que sus hijos habían ido a visitarle. Ese malestar se trasladaba al ámbito doméstico perturbándolo.

El rencor hizo irreconciliable que un hombre de mediana edad aparecería muerto un día en el cuarto de baño de su casa donde vivía con su madre, viuda, en un pueblo de la Mancha, y a quién no había hablado desde hacía años a pesar de que vivían juntos.

         El rencor hacía brotar bilis en algunos de mis compañeros de fábrica en las reuniones de empresa cuando se abordaba el tema de seguir adelante o cerrar la fábrica. Muchos maldecían al jefe y la empresa de tal forma que entre unos y otros consiguieron finiquitarla dejando a más de cien familias en el paro. Hablando con algunos de mis compañeros podía ver su rencor vomitando por sus bocas, sin importarles la ruina que se aproximaba, consolándose con ver al jefe en la misma situación. Un día, meses después de su cierre, decidí pasar por el edificio de la fábrica para ver como estaba, lo encontré en ruinas, como si hubiera sido objeto de un bombardeo. Mi alma se vino al suelo recordando el empeño que algunos habían puesto en que esto ocurriera por el simple «placer» de ver al jefe arruinado.

         Cuando veo la nueva generación de políticos que no han conocido la Dictadura, que han nacido en Democracia -beneficiándose de ella-, llenos de rencor hacia el adversario político, pienso: ¿de dónde les viene ese odio? No han vivido las estrecheces de nuestros padres, ni las injusticias de un Régimen autoritario, pero escupen veneno por sus bocas como si el Dictador aún estuviera en el Palacio del Pardo. ¿Por qué ese rencor infinito?

         Cuando oigo a muchos jóvenes universitarios vociferando consignas políticas revolucionarias como si vivieran en una sociedad reprimida, sin libertades, y pienso en la generación de mis padres que tuvieron que vivir para sobrevivir, veo la ingratitud y el rencor que no alcanzo a comprender.

         Cuando asisto −perplejo− a las proclamas independentistas volcando su rencor y odio hacia la Historia de España –antigua y reciente− como si fuera la causante de todos sus males, sin que ellos tuvieran ninguna responsabilidad, viendo en la destrucción de la nación la respuesta a todas sus frustraciones, recuerdo la imagen de mi antigua fábrica, ahora devastada y sin muchas opciones de conseguir ni siquiera las indemnizaciones por las que tanto pelean los políticos en la Reforma de la Ley Laboral.

         Y cuando veo y oigo que la iglesia del Señor en mi país, al menos una parte de ella, vive en los mismos parámetros de rencor hacia la Iglesia Católica por los sufrimientos que ésta causó a nuestros padres de fe protestante durante los años iniciales de la Dictadura, me pregunto si no estamos repitiendo el mismo procedimiento que acusa el resto de ciudadanos. ¿Cómo es posible que mantengamos tan vivo el recuerdo de los sufrimientos por el evangelio cuando vemos en la Escritura que estos forman parte integral del mismo? ¿Cómo es posible que hayamos retenido el odio hacia determinadas fuerzas políticas en quienes focalizamos el veneno del rencor infinito?

         En definitiva, toda mi vida he estado rodeado de rencores y me pregunto hasta donde esa influencia nociva me habrá afectado a mí también.

         Una de mis oraciones más antiguas pensando en la evangelización de mi país ha sido esta: «Sana, Señor, la herida de mi pueblo». He sido muy consciente, −como lo fui en mi casa−, que España mantiene una herida abierta de rencor por sus diversas guerras civiles, especialmente la última, que tuvo lugar entre los años 1936-39 del pasado siglo. Esa herida pareció cerrarse en el tiempo de la llamada Transición a la Democracia, pero que algunos dirigentes políticos se han encargado de reabrir mediante una ley llena de rencor, a la que han llamado Ley de Memoria Histórica.

         La reconciliación no puede darse donde no hay arrepentimiento genuino. El rencor sigue vivo, muy vivo, porque no se ha producido un arrepentimiento verdadero de nuestras iniquidades; en algunos casos lo que ha habido ha sido tan solo remordimiento religioso.

         La sangre de JesúsPero el evangelio de la cruz de Cristo es para derribar las paredes intermedias de separación, derrumbar las enemistades entre la diversidad de los pueblos y familias.

         El evangelio proclama que hemos sido redimidos de la vana manera de vivir, la cual heredamos de nuestros padres, no con oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros (1 Pedro 1:18-20).

         La redención nos libra del rencor heredado. Rompe las ataduras de impiedad, liberta del odio acumulado y expresa su libertad en el amor al prójimo; porque la gracia es más fuerte que el pecado; y la cruz de Cristo más trascendente que la historia de los pueblos.

         ¡Rompamos con el rencor! ¡Pidamos perdón por el antisemitismo! Despojémonos de todo pecado que tan fácilmente nos envuelve, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el Autor y consumador de nuestra fe. Consideremos a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que nuestro ánimo no se canse hasta desmayar. Porque aún no habéis resistido hasta la sangre combatiendo contra el pecado (Hebreos 12:1-4).

         Esta es mi oración ante el trono de la gracia: ¡Señor, sana la herida de  mi pueblo! Libertanos del rencor, la amargura y el odio dándonos el quebrantamiento que conduce al arrepentimiento para ser restaurados. Amén.

ESPAÑA: La calumnia anda suelta

La calumnia anda sueltaLa nación española está en estos días en el ojo del huracán. Han pasado más de dos meses desde que hubiera comicios para elegir al nuevo presidente de la nación y aún estamos en ascuas.

Hay una lucha cainita por el poder. A medida que se alarga la espera en la formación de un nuevo gobierno estamos asistiendo a un desgaste nacional que hace aflorar lo peor de la naturaleza humana.

         Uno de los demonios que acompaña la búsqueda del poder es la calumnia. Esta viene a ser una de las herramientas más usadas para destruir al adversario y allanar el camino a la codicia del dominio. La calumnia es una acusación falsa, hecha maliciosamente para causar daño. Es la imputación de un delito de los que dan lugar a procedimientos de oficio. Y mientras se tramita la veracidad del supuesto delito (la justicia en España suele ser lenta, muy lenta) los efectos nocivos de la calumnia se imponen sobre quienes se pretende destruir moral, espiritual, política o personalmente.

         Estos días me están recordando aquel tiempo cuando se perpetró la mayor matanza terrorista de nuestro país, la del 11-M en 2004. En aquellos días, una vez se comenzó a instrumentalizar el dolor y la rabia, asistimos a una de las manipulaciones informativas más devastadoras de la historia reciente. La calumnia anduvo suelta, recorrió periódicos, radios y televisiónes en busca de sus víctimas, que en aquel momento era el gobierno vigente que además había convocado elecciones para tres días después del atentado. La violencia que se desató en ciertos medios por el uso de la información (falsa en su mayoría) para manipular el voto y cambiar lo que todas las encuestas anunciaban, es decir, que el gobierno conservador liberal ganaría las elecciones, puesto que adelantaba en más de trece puntos al partido socialdemócrata de la izquierda española. Un pueblo sacudido por el dolor y la manipulación informativa, dio lugar a un cambio radical en las votaciones que dieron el gobierno al partido socialista de Zapatero que trajo a España un cambio de rumbo en la mala dirección, tan mala, que me recuerda los días del rey Manasés en Judá y de cuya influencia ya no hemos podido librarnos.

         España es un país que tiene en su alma mater las señas de identidad de la intolerancia inquisitorial, cuya fuerza se apoyó sobre acusaciones secretas, dando lugar a que la calumnia anduviera suelta en cada esquina. El rencor vecinal podía canalizarse fácilmente mediante una acusación calumniosa que diera paso a la sospecha y consiguiente denigración social. Solo poner en marcha un proceso así significaba un baldón del que difícilmente podría liberarse. Pues bien, esa España la tenemos delante de nuestras narices en estos mismos momentos. Aprovechando una corrupción generalizada que se ceba en los políticos, aunque no son los únicos corruptos, −la mentira, el engaño, el robo y la picaresca no encuentran freno en ningún área de la vida social− asistimos otra vez al uso de la calumnia para tirar piedras sobre otros sin que el uno esté libre de pecado.

         Calumnias e injuriasTodo ello me recuerda un episodio luctuoso que aparece en la Escritura bajo el título: Acab y la viña de Nabot. Lo encontramos en el libro de 1 Reyes capítulo 21. El rey Acab tuvo un capricho, conseguir la viña de Nabot; un vecino del rey que cuidaba su viña con esmero porque era la heredad de su padre. Cuando Acab se encontró con la negativa a sus deseos, se fue a la cama triste y disgustado porque todo un rey no había podido doblegar a un simple agricultor. Y es en esos momentos cuando emerge la figura de su mujer, Jezabel. Esta mujer, hija de un rey fenicio, idólatra y que encarna en la Biblia a la mujer manipuladora por excelencia, rápidamente elaboró un plan para conseguir que el rey cumpliera su deseo. Echó mano de la calumnia para socorrer a aquel pobre gobernante deprimido. Veamos brevemente. Jezabel elaboró un plan. Escribió cartas en nombre del rey a los ancianos y principales del pueblo donde vivía Nabot. El mensaje breve y conciso decía lo siguiente: proclamad ayuno, poned a Nabot delante del pueblo, contratar a dos hombres perversos y ponerlos delante de él (la ley decía que por dos o tres testigos se decidirá todo asunto) para que le acusen de haber blasfemado a Dios y al rey, (la blasfemia estaba penada con la muerte), entonces sacar a Nabot y apedrearlo hasta que muera.

         Una vez consumada la maldad, Jezabel vino a su marido con el trofeo de haber conseguido la viña de Nabot. Acab se levantó y la tomó sin preocuparse de los medios usados para conseguirla. La calumnia aparentemente había triunfado, y un justo calumniado había perecido a manos del poder corrupto. Me llama la atención con qué facilidad se plegaron las autoridades de la ciudad (ancianos y príncipes) a los deseos del poder; usando la religión (proclamaron ayuno), incluso la ley de Dios (está escrito que para una acusación debía haber dos testigos, y que el pecado de blasfemia era castigado con la muerte), y la disposición de hombres perversos siempre dispuestos a hacer el trabajo sucio a favor del poder.

         Sin embargo, a los ojos de Dios el suceso no había pasado desapercibido. El profeta Elías fue enviado al rey Acab para desenmascarar la ignominia cometida. El mal parece salirse con la suya momentáneamente, pero de toda obra dará cuenta el hombre en el día del juicio. La familia real fue juzgada a los ojos del Señor y pronunciada sentencia: En el mismo lugar donde lamieron los perros la sangre de Nabot, los perros lamerán también tu sangre, tu misma sangre. El juicio cayó sobre la casa de Acab, y Jezabel, su mujer, también fue sentenciada ante el trono de Dios.

         La calumnia se nutre de la mentira, canalizada por la lengua engañosa. La Escritura no deja lugar a dudas en este caso. La lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno (Stg.3:6).

         Por eso encontramos muchas veces al salmista orando para ser librado de la lengua mentirosa y perversa. Libra mi alma, oh YHVH, del labio mentiroso, y de la lengua fraudulenta (Sal.120:2). Los medios de comunicación en las sociedades democráticas suelen ampararse, en ocasiones, bajo la libertad de expresión para dar lugar a todo tipo de calumnias, que una vez cumplido su cometido difícilmente las personas acusadas injustamente recuperan la dignidad perdida. En el conflicto árabe-israelí la parcialidad y manipulación de los medios de comunicación es tan vergonzoso en su comportamiento contra Israel que causa perplejidad.

         Mi oración al Señor es que la verdad salga a luz en España en estos días; que la calumnia sea disuelta y se vuelva contra quienes la usan. Porque la mentira nos esclaviza, pero la verdad nos hará libres. Quiera Dios que pronto tengamos en nuestro país un gobierno de hombres rectos, temerosos de Dios y apartados de mal. Que el rencor y la calumnia no se enseñoreen de nosotros impidiendo la reconciliación.

Blasfemia y odio en una sola dirección

Revista el JuevesLas sociedades en decadencia manifiestan su ocaso a través del odio y la blasfemia. Odio por la verdad y blasfemia a la fe en el Dios vivo que mantiene a los hombres dentro de los parámetros de respeto y libertad. Y para odiar y blasfemar tenemos especialmente el espectro ideológico de la izquierda radical siempre dispuesta a superarse a sí misma.

         Los colectivos más odiados y sobre quienes se proyectan la blasfemia gratuita son Israel y la iglesia.

Esta semana hemos asistido a diversos episodios que una vez más lo ponen de manifiesto. Por un lado el repugnante paralelismo que se ha hecho en la entrega de premios de la ciudad de Barcelona, usando la oración del Padrenuestro de forma blasfema, cambiando la letra por un canto asqueroso a una sexualidad pervertida y deformada que no tiene ninguna gracia. Y por el otro, la revista El Jueves  ha satirizado con odio y antisemitismo rancio al Estado de Israel, los judíos ortodoxos y presentando a Jesús como palestino. Todo ello envuelto en viñetas pretendidamente humorísticas que ponen de manifiesto una vez más el ancestral antisemitismo.

En el primer caso se ha puesto en marcha una campaña de denuncia para que la alcaldesa de Barcelona –que aplaudió el episodio luctuoso en su ayuntamiento− retire el apoyo económico que ha recibido la «poetisa» por semejante ridiculez con el presupuesto público.

En el segundo, la Comunidad Judía estudia una demanda judicial contra el autor de las viñetas de El Jueves, Julio Serrano. Esta revista, dicho sea de paso, hizo público en su día que no hará viñetas blasfemas contra el islam por miedo, así, como está escrito.

Os dejo los enlaces de dos artículos que amplían la noticia sobre los casos de antisemitismo que se van produciendo en nuestro país, siempre de la mano de una izquierda intolerante, insoportable en sus formas y rancia en sus argumentos.

Artículo aparecido en: Fuente: Vox Populi, blog “Entre Escila y Caribdis”.

http://bajurtov.com/2016/02/18/la-izquierda-canalla-a-fuer-de-antisemita/

         Artículo de Eli Cohen titulado: El Jueves y la normalización del odio.

http://elmed.io/espana-el-jueves-y-la-normalizacion-del-odio/

 

       

La estupidez izquierdista no tiene límites tampoco en Israel

hombres-idiotez-riesgo-muerteTal como suena. La estupidez izquierdista –habría que decir seguramente maldad− no tiene límites tampoco en Israel.

Con esto no quiero decir que la derecha sea sabía, valiente y ejemplar, pero como dijo el apóstol de los gentiles debemos conocer los tiempos que vivimos, y en nuestro tiempo se ha instalado una especie de superioridad moral de la izquierda –una mentira más grande que los Gulags de la extinta Unión Soviética− que pretende repartir carnets de progresista y modernidad a todo «bicho viviente».

         Esta corriente de pensamiento ideológico funciona exactamente igual que una secta. Da igual los argumentos que presentes, la secta tiene sus dogmas de fe y estos son inamovibles. Tiene una serie de eslóganes y clichés repetitivos que son más rancios que la propia ideología. Esos sambenitos los cuelgan encima de cualquiera que pretenda salirse de la doctrina comúnmente aceptada por los intelectuales de la «iglesia progre» y los medios de comunicación que la amplifican.

         Esta doctrina sectaria no tiene fronteras. Supera las barreras de otras causas mejores y más dignas para instalar su credo excomulgando a todo aquel que se sale del patrón establecido. Es totalitaria aunque nos la venden como libertaria. Me llama la atención que es vaso comunicante con otro de los totalitarismos predominantes en esta generación: el islamismo yihadista.

         Y digo que esta estupidez izquierdista no tiene límites tampoco en Israel porque llevo tiempo leyendo los informes que envía el periodista David Mandel sobre este particular y constato que la extrema izquierda en la misma en todo lugar, también en Israel. Para muestra un botón.

         El periódico Haaretz y sus columnistas

Mi Enfoque #588, 5 de febrero, 2016 por David Mandel

El periódico Haaretz es un caso paradójico. Es el periódico nacional de más pequeña circulación en Israel. Lo leen menos del 5% de la población israelí, comparada con el 41% que lee Israel Hayom y el 35% de Yediot Ajronot. Pero, es considerado, principalmente en el extranjero, como el periódico israelí de mayor influencia.

Esa inflada reputación se debe a que Haaretz es un periódico cuya línea editorial, y la mayoría de sus columnas son de extrema izquierda, con posiciones tan pro-palestinas que han dado motivo a que Haaretz sea llamado en Israel «el periódico palestino en lengua hebrea». Haaretz provee de munición y argumentos a quienes culpan a Israel de los problemas del mundo en general y de los palestinos en especial.

Sus columnistas incluyen a Gideon Levi quien, durante la guerra con Gaza en el verano del 2014, acusó de «asesinos» a los pilotos israelíes que bombardeaban los lugares desde los cuales los palestinos disparaban cohetes a pueblos y ciudades israelíes.

Otra columnista de Haaretz es Amira Hass, mujer israelí que se identifica tan plenamente con los palestinos que se mudó a vivir en la ciudad palestina de Ramallah. Hace algunos días escribió un artículo acerca de las adolescentes palestinas que han acuchillado o intentan acuchillar a judíos, comparándolas románticamente con Ana Karenina, la heroína del libro de Tolstoi.

Un columnista de Haaretz, cuyos excesos, me temo, no se deben a su ideología de extrema izquierda sino a una probable enfermedad mental, es un individuo llamado Rogel Alpher. Entre las perlas que ha escrito, y que el editor de Haaretz no ha tenido inconveniente en publicar, están las siguientes:

  • Un artículo burlando e insultando a Elie Wiesel, sobreviviente del Holocausto, Premio Nobel, a quien criticó por apoyar a Netanyahu en su oposición al acuerdo americano con Irán, negándole el derecho a expresarse «por no vivir en Israel». Si usáramos ese mismo criterio no podríamos criticar, mucho menos condenar, a ISIS por cortar la cabeza en Siria a sus opositores, ya que el hecho de no vivir en Siria nos quitaría el derecho de opinar sobre lo que ocurre allí.
  • Un artículo donde se dirige a los judíos franceses aconsejándoles que no inmigren a Israel. «No hay nada en Israel para ustedes». «Inmigrar a Israel es escapar del fascismo musulmán para caer en el fascismo judío». «Emigrar de Francia a Israel es como emigrar a la Alemania nazi de la década de los 30».

Hasta aquí la reseña de David Mandel.

La estupidez, estulticia, idiotez, insensatez o necedad se cura con sabiduría y cordura. El sabio Salomón dejó escrito en su libro de Proverbios algunos consejos que actúan como antídoto para este mal que aqueja a tantos paisanos en nuestro país:

El temor del Señor es el principio de la sabiduría; los necios desprecian la sabiduría y la instrucción [1]. Todo hombre prudente procede con sabiduría; mas el necio manifestará necedad [2].

[1] – Proverbios 1:7

[2] – Proverbios 13:16

 

Muchachos serán vuestros señores

Muchachos arrogantesViendo la deriva de los nuevos gobernantes de mi país solo puedo pensar en el juicio de Dios para comprender lo que está pasando.

De pronto tenemos jóvenes arrogantes en puestos de gran responsabilidad, y otros que esperan con impetuosidad su turno para enseñorearse de la generación anterior.

Aunque ciertos jóvenes pueden estar bien preparados antes de llegar a la edad adulta, tener grandes cualidades y desempeñar puestos de responsabilidad con verdadera habilidad, no suele ser lo habitual. Cada cosa tiene su tiempo debajo del sol, y adelantarse a los procesos naturales para llegar a la madurez es contraproducente.

         La Biblia enseña que la juventud es vanidad [1]; también declara que la necedad está ligada en el corazón del muchacho [2]; y para ser honestos y completar las posibilidades, encontramos en el apóstol Pablo la siguiente declaración sobre Timoteo: Ninguno tenga en poco tu juventud [3], aunque por ese tiempo no era exactamente un muchacho, y el maestro que había tenido lo había formado bien para que fuera un ejemplo a los creyentes.

Sin embargo, tener a un muchacho al frente de los destinos de un país, y si esos muchachos están llenos de arrogancia y necedad, el resultado puede ser desastroso. Tampoco quiero decir que sea una garantía poner a personas adultas en esos puestos y que las consecuencias sean distintas.

El sentido común, la experiencia y la historia dictan que hay mayor probabilidad de éxito en una nación si sus gobernantes son prudentes, sabios, temerosos de Dios y apartados del mal, que si están llenos de prepotencia, plagados de sí mismos, son altivos y menosprecian a los demás creyendo que con ellos comienza todo. No hay nada nuevo debajo del sol, por tanto, el hombre y la mujer están destinados a cometer los mismos errores en las distintas generaciones.

Dicho esto, repito, y afirmo lo siguiente: solo puedo entender que los muchachos lleguen a ser señores como un juicio de Dios a la nación. El profeta Isaías vivió una parte de su vida esa realidad como consecuencia del pecado de la nación que atrajo el juicio de Dios sobre ellos. Así está escrito:

Y les pondré jóvenes por príncipes, y muchachos serán sus señores [4].

La consecuencia de semejante castigo divino fue una sociedad violentada, en continuo conflicto entre los vecinos, las generaciones y las distintas clases sociales [5].

La ruina que sobreviene a una sociedad como la mencionada, (muy parecida a las posibilidades que se presentan en la nuestra en los próximos años), es el resultado de una lengua suelta que habla sin tino, sin pudor, ni respeto, incluso contra Dios mismo, y sus obras irritan al Señor [6]. Además publican su pecado sin disimulo [7], con el resultado de amontonar el mal sobre sí mismos y sobre todo el pueblo que los ha votado, o no.

Y concluye el profeta con estas palabras que suenan a epitafio:

Los opresores de mi pueblo son muchachos, y mujeres se enseñorearon de él. Pueblo mío, los que te guían te engañan, y tuercen el curso de tus caminos. El Señor está en pie para litigar, y está para juzgar a los pueblos [8].

Y añadiría las palabras del apóstol Pedro que dice que es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios, por su pueblo; y si primero comienza por nosotros, ¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios? [9].

Algunos se preguntarán cuál es nuestro pecado para ser motivo del juicio de Dios. Y respondo que son tantos que sería difícil enumerarlos todos. Pero puedo resumirlos en tres principales que a su vez ponen de manifiesto una forma de vida alejada del temor de Dios, embriagada de egoísmo y realización personal, amadores de sí mismos, y todo la lista que hace el apóstol Pablo en 2 Timoteo 3 sobre el carácter de los hombres en los últimos tiempos.

El mismo apóstol los resume en Romanos 1, y según entiendo explica lo que estamos viviendo en la actualidad en la mayoría de las naciones europeas. Pueblos que en otro tiempo pusieron su fe en Dios, aunque fuera en muchos casos de forma interesada, pero que ha forjado la civilización europea en unos parámetros que no se entienden sin la influencia innegable del evangelio y sus obras.

Resumiéndolos serían estos. (1)Habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido, se hicieron necios, cambiaron la gloria de Dios por adoración de las criaturas, idolatría de sí mismos, culto al cuerpo; entonces Dios los entregó a la inmundicia. (2)Luego cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando el humanismo en lugar de al Creador, y Dios los entregó a pasiones vergonzosas (lesbianismo y homosexualidad). (3)Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, (parece que Dios ha muerto en Occidente), entonces Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen [10]; como por ejemplo votar a muchachos necios y arrogantes para que sean sus gobernantes.

Es como en los días cuando Israel pidió rey. Quisieron rey y el Señor les dio rey, Saúl, y con él, el abuso de impuestos, la derrota ante sus enemigos, hasta que el Señor levantó a David, figura del rey Mesías, que ya vino y volverá para reinar.

¡Hay tantas cosas que hoy hacen los gobernantes que no convienen que es difícil encontrar las que si convienen!  

Dos cosas más antes de concluir. La primera es que no toda la culpa es de los jóvenes, porque los pecados de las nuevas generaciones siempre se originan en el final de la generación anterior. Hay varios ejemplos en la Escritura de ello. Véase la generación posterior a Josué, y la que vino después de Salomón. Y la segunda cosa que quiero mencionar la cita el profeta Isaías en el mismo texto que venimos usando:

Decid al justo que le irá bien, porque comerá de los frutos de sus manos [11].

También está escrito que el Señor sabe rescatar de tentación al justo, aunque este justo viva en una sociedad al estilo de Sodoma y Gomorra, como fue el caso del justo Lot [12].

Por tanto, cada uno de nosotros daremos cuenta a Dios de nosotros mismos. Cada uno es responsable de sí mismo, aunque la responsabilidad esté repartida de distinta forma, y viviendo en sociedad tengamos que sufrir un gobierno de muchachos impertinentes.

La gracia de Dios superará el pecado de los pueblos, y la misericordia triunfa sobre el juicio cuando los hijos de Dios levantan su clamor al cielo a favor de la tierra.

 

[1] – Eclesiastés 11:10

[2] – Proverbios 22:15

[3] – 1 Timoteo 4:12

[4] – Isaías 3:4

[5] – Isaías 3:5

[6] – Isaías 3:6-8

[7] – Isaías 3:9

[8] – Isaías 3:12,13

[9] – 1 Pedro 4:17

[10] – Romanos 1:21-28

[11] – Isaías 3:10

[12] – 2 Pedro 2:7-9

 

¡Vergonzoso! ¡Indignante!


house-doctor-verguenza-Es vergonzoso ver una nación como la española entregada a la indignidad. Avergüenza ver el circo montado esta semana en el Congreso de los Diputados. Creo que se han agotado los calificativos.

Es vergonzoso ver a muchos de los llamados representantes del pueblo pavoneándose, exhibiéndose y recreándose en su indignidad ante las cámaras de televisión de todo el mundo.

Indigna que una parte del llamado pueblo español haya votado a esta cuadrilla de maleantes seducidos y hechizados por el placer de la venganza, el encanto por la humillación del oponente político, y el rencor eterno que arrastra las pasiones más bajas del ser humano.

Es vergonzoso saber que esta cuadrilla está enlazada económica, e ideológicamente con las peores tiranías de la tierra en estos momentos (Irán, Corea del Norte, Venezuela). El totalitarismo islámico y el comunista son vasos comunicantes.

Es vergonzoso saber que Europa está siendo asediada, invadida, robada y violada ante la pasividad de las autoridades y los medios de comunicación, ocultando por días la vergüenza y humillación de las violaciones hechas a las mujeres en la ciudad alemana de Colonia y otras por turbas organizadas de islamistas, muchos de ellos refugiados recibidos con estúpido buenismo de un continente que ha perdido la razón, la fe y la dignidad.

Es vergonzoso constatar que los grupos feministas, en otras batallas muy activas, (especialmente las que tienen que ver con el odio al cristianismo) en este caso guardan un silencio cómplice ante lo peor (excluyendo el asesinato) que se le puede hacer a una mujer: violarlas en su dignidad. La hipocresía y el cinismo, la mentira y el engaño de sus reivindicaciones quedan expuestos y desenmascarados como arma política partidista y nada más.

Es vergonzoso ver como pretenden dividir la nación más antigua de Europa los separatistas catalanes, en unas maniobras que ponen de manifiesto su verdadera naturaleza: el odio, el egoísmo y la soberbia infinita de quienes se consideran superiores por raza, despreciando al resto con amargura enfermiza.

Es vergonzoso constatar que no hay gobierno en España, (cada cual hace lo que bien le parece), y las murallas de la dignidad nacional están derrumbadas por la indolencia de años permitiendo el destrozo de la nación mientras los bolsillos propios se llenan de dinero público robado.

Hay tantas cosas que avergüenzan e indignan que cansa mencionarlas ante un público indiferente y apático, indolente de valores pero que despierta con pasión desenfrenada cuando está en juego lo vacuo, intrascendente y vulgar.

¿Y la iglesia del Señor que hace en medio de esta sociedad? Una parte, y solo una parte, oran a Dios por el pueblo. Oyen las noticias que vienen a diario [1], se sientan  y lloran, hacen duelo, ayunan y confiesan los pecados de su pueblo ante el Dios de toda la tierra [2]. Esta semana la Alianza Evangélica de Cataluña invita a orar a las iglesias. Bien. Pero ¿por qué oramos? ¿Por la nación española o por “nuestra nación catalana”? Por ambas, claro. Puedo percibir a partir de este mismo instante la tensión que este tema produce, la división que genera, y por tanto, una casa dividida contra sí misma no puede permanecer.

Mi oración al Dios del cielo por España incluye a todas las regiones, identidades y necesidades diversas, que en su mayoría son comunes. Por tanto, me uno con Nehemías, y levanto mi voz a trono de la gracia:

Cuando oí estas palabras me senté y lloré, e hice duelo por algunos días, y ayuné y oré delante del Dios de los cielos. Y dije: Te ruego, oh YHVH, Dios de los cielos, fuerte, grande y temible… esté ahora atento tu oído y abiertos tus ojos para oír la oración de tu siervo… y confieso los pecados de los hijos de Israel [España] que hemos cometido contra ti; sí, yo y la casa de mi padre hemos pecado. En extremo nos hemos corrompido contra ti, y no hemos guardado los mandamientos… Acuérdate ahora de la palabra que diste a Moisés tu siervo… Te ruego, oh YHVH esté ahora atento tu oído a la oración de tu siervo, y a la oración de tus siervos, quienes desean reverenciar tu nombre… [3]

… Y el pueblo que lo cree, diga: ¡Amén!

[1] – Nehemías 1:3

[2] – Nehemías 1:4

[3] – Nehemías 1:4-11

El desafío generacional

Desafio generacionalEstá escrito que generación va, y generación viene; mas la tierra siempre permanece [1]. Así ha sido desde el principio y seguirá hasta el final de los tiempos. Es inevitable cierta tensión en los momentos cuando se producen los recambios generacionales en un país.

Cada generación tiene su configuración, nace en unos determinados parámetros que no siempre coinciden con quienes les precedieron.

         En España asistimos en estos momentos a uno de ellos, que unido al cambio de liderazgo político, en los que se premia la juventud y se desprecia la experiencia como norma, hace que estemos ante una gran incertidumbre para saber el rumbo que tomará el país.

         Vemos que se impone en ciertos círculos de ideología izquierdista el adanismo, es decir, comenzar todo de nuevo como si lo hecho hasta ahora no sirviera. Somos herederos de la historia que nos ha precedido, por tanto, pretender hacer borrón y cuenta nueva no es lo más sabio. Lo paradójico es que en esos círculos ideológicos lo que venden como nuevo y progre es antiguo y probado como modelos que han quedado superados. Pretenden darle una mano de barniz al mismo mueble de madera carcomida por el totalitarismo que siempre emana de aquel primer gobierno mundial que se probó en la llanura de Sinar, y cuyo líder se llamaba Nimrod.

         La Escritura nos da varios ejemplos de lo que quiero decir. Lo vemos en la generación posterior a Josué. Una vez asentados en la tierra prometida los hijos de quienes la conquistaron dependiendo del Señor que los libertó de Egipto, se establecieron en la comodidad, el bienestar, la falta de esfuerzo, sacrificio y sufrimiento que diluyó las conquistas de sus padres para quedar a merced de las corrientes paganas de los pueblos que los rodeaban.

         En España, después de una transición de Dictadura a Democracia, cuyos artífices, con sus luces y sombras, aciertos y errores, pusieron las bases de la convivencia para futuras décadas de desarrollo, progreso y bienestar, se ha levantado una generación nacida en el estado de derecho, con un régimen de libertades que poco o nada les ha costado conseguir, y por tanto las deprecian como niños mimados por anacrónicas. Hay que hacer reformas, sin duda, pero no deshacer lo conseguido hasta ahora para entrar en un nuevo proceso desintegrador de la nación.

         También la Escritura nos muestra otro ejemplo en los días finales del reinado de Salomón. Después de años de paz y bienestar, eso sí, con una sobrecarga de impuestos abusiva, llegó una generación nueva con su hijo Roboam. Este se había criado con jóvenes arrogantes que pretendían ser mejores que sus padres y menospreciaron el consejo de los mayores para seguir la insensatez representada en aquel momento por una nueva generación de jóvenes adinerados, altivos y acostumbrados al bienestar. La consecuencia fue la división del reino de Israel. Pudiera ser que tenemos hoy una situación parecida, salvando las distancias, en nuestro país.

         Y ante esta tesitura, la iglesia del Señor debe levantarse para ser luz y sal. Los hijos del reino debemos cumplir con nuestra responsabilidad de levantar nuestras oraciones ante el trono de la gracia y no dejar de hacerlo, como hizo Samuel en días de Saúl [2], para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio y restauración, y él envíe a Jesucristo que nos fue antes anunciado [3]. Pero antes necesitamos el mensaje inicial: Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados.

         Levantemos nuestro clamor al cielo en favor de nuestras ciudades y pueblos, por España, para que podamos vivir quieta y reposadamente, cumpliendo con nuestro mandato de anunciar el evangelio a toda criatura.

 

[1] – Eclesiastés 1:4

[2] – 1 Samuel 12:23

[3] – Hechos 3:19-21

 

 


Nada nuevo debajo del sol

Feliz año 2016Dice el autor del libro de Eclesiastés: ¿Qué es lo que fue? Lo mismo que será. ¿Qué es lo que ha sido hecho? Lo mismo que se hará; y nada hay nuevo debajo del sol. ¿Hay algo de que se puede decir: He aquí esto es nuevo? Ya fue en los siglos que nos han precedido [1].

         Comenzaremos el nuevo año 2016 con ilusiones renovadas pensando en nuevos proyectos, abrazando nuevas esperanzas y encomendándonos a las uvas de la suerte para que los días y meses que presumimos vamos a vivir lo hagamos con buen pie, buenos deseos y esperando cambios por arte de magia, solo por desearlos. Está escrito que el perezoso desea, y nada alcanza; mas el alma de los diligentes será prosperada [2].

         Humanamente hablando no es malo desearse mutuamente tener un buen año. Mejor eso que maldecirnos los unos a los otros. Sin embargo, la naturaleza del hombre no es transformada por deseos humanos, sino por el poder del evangelio. Está escrito que: Si alguno está en Cristo, nueva criatura es, las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas [3]. Jesús dijo a una mujer que continuamente sacaba agua del pozo que podía beber un agua que él le daría y nunca más necesitaría volver a sacarla, porque esa agua en ella sería una fuente de agua viva que brotaría para vida eterna. La mujer aceptó esa agua que era el mismo Mesías transformando su vida, y desde aquella hora una nueva dimensión de vida brotó en ella.

         Podemos seguir deseando buenas cosas o recibir la mejor de ellas: el evangelio de la gracia de Dios que pone un nuevo rumbo en nuestras vidas hacia la eternidad.

         Podemos seguir anegados en la indiferencia y el egoísmo, o salir de ese círculo vicioso alzando nuestra mirada al cielo para alcanzar el pan de vida que el Señor ha preparado para dar de comer a quienes tienen hambre y sed de justicia.

         Podemos continuar llenos de buenos propósitos para quedar sin energía pasadas las primeras semanas y haber vuelto a la rutina diaria, o podemos venir a la cruz de Jesús donde se da inicio al más duradero de los viajes: de muerte a vida; del pecado a la justicia de Dios; de la confusión y condenación eterna a la certeza de salvación por gracia.

         Recuerda, la pereza hace caer en profundo sueño. Los caminos del hombre no están en su mano, pero hay uno que vela sobre él y te llama a venir a la Fuente de vida eterna. Si vienes a esa Fuente los años irán cayendo en el calendario pero en tu vida se habrá dado inicio una nueva dimensión trascendente que nunca más necesitará de múltiples supersticiones para sostenerte. El que sostiene el Universo con la palabra de su poder sostendrá tu vida sobre cimiento estable.

         Realmente no hay nada nuevo debajo del sol, pero más allá del sol hay un trono de gracia esperándote para que vengas bajo su dominio. El que está sentado allí ha vencido el poder de la muerte y ahora reina sobre quienes le reconocen como su Rey. Haz lo mismo. Invoca su nombre. Jesús es Señor y Mesías. Él es Salvador para ti hoy. Feliz año nuevo 2016 en Él.

[1] – Eclesiastés 1:9,10

[2] – Proverbios 13:4

[3] – 2 Corintios 5:17

NAVIDAD ¿Cristianismo o paganismo?

NavidadVeo con creciente preocupación el fanatismo virulento de algunos hermanos por oponerse al recuerdo de la encarnación en estas fechas. Muy brevemente diré lo siguiente:

Que la fecha no sea correcta, que muchos aprovechen las fiestas navideñas para hacer lo contrario de lo que significa el nacimiento de Jesús, no justifica, creo yo, una campaña anti-navidad que los iguala en su oposición con la postura musulmana (en Paquistán condenan a muerte a quienes celebran la navidad) y el laicismo militante de nuestros días que pretende borrar todo signo de cristianismo en Europa.

No hay evangelio sin encarnación. No hay evangelio sin el niño que nos es dado, porque no hay cruz, ni redención, si el niño no ha nacido en Belén. Ambos sucesos son fundamentales en la redención.

Jesús ha nacido, no en esta fecha, pero ha nacido, eso es lo relevante, no disputas sobre fechas, las cuales no nos hacen mejores, ni peores ante Dios.

Jesús ha nacido y fue noticia de gran gozo para todo el pueblo.

Para quienes se centran en los aspectos paganos de la navidad, muchos de los cuales comparto, les diré:

  • Los nombres de los días de la semana son paganos.
  • Los nombres de los meses del año son paganos.
  • La partición del tiempo en segundos, minutos y horas son babilónicos.
  • La obstinación también es idolatría.
  • El legalismo conduce a la idolatría que lleva al fariseísmo.
  • Ir al culto en algunos casos se puede convertir en idolatría.
  • El ministerio cristiano puede desembocar en la idolatría del yo.

Y si queremos ser «puristas» al extremo debemos salir del mundo y marchar a vivir a otro planeta porque el mundo entero está bajo el maligno, es un mundo caído plagado de paganismo. Jesús oró por los suyos: no ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal.

Seamos luz en medio de una generación torcida y anunciemos que Jesús vino en carne, nació en una fecha histórica aunque no la conozcamos, y si quisiera ser extremista podría decir que aquellos que se oponen a recordar su nacimiento están negando la encarnación, lo cual, dice el apóstol Juan conduce a no ser de Dios (1 Juan 4:2,3). No lo digo, es un ejemplo de cómo se pueden forzar las Escrituras para buscar exclusivismos sectarios.

Recordemos en libertad. Ten tu propia convicción sin estridencias y aprovecha estos días para echar luz sobre el verdadero sentido de la encarnación del Hijo de Dios.

Celebremos que Jesús, el Hijo de Dios, se hizo carne, habitó entre nosotros, vimos su gloria y sigue siendo Salvador para todo aquel que cree en él.

Un saludo.

Virgilio Zaballos.

P.D. Comparto con vosotros este artículo que escribí en el año 2005 y que aparece en mi libro No os conforméis al sistema. También está en esta misma en la sección Artículos.

https://virgiliozaballos.es/?p=517

Bienvenidos

Vigilio ZaballosQuiero daros la bienvenida a mi página web. Lo hago compartiendo con vosotros los motivos que me han llevado a abrir este nuevo espacio digital en un mundo virtual sobradamente saturado.

En primer lugar quiero ser una voz, una más entre las buenas voces que anuncian el propósito del Eterno. En este caso no hay tantas como nos gustaría.

Mi voz escrita tiene varios objetivos. No sabría decir cuál de ellos es más importante, por eso el orden en que aparecen no es necesariamente esencial.

Quiero combatir el antisemitismo desde estas páginas. Esta fortaleza espiritual invade el mundo de los medios de comunicación. Nuestro país, España, ha estado saturado históricamente de este argumento altivo que se levanta contra el conocimiento de Dios (el Dios de Israel) y por añadidura ha forjado nuestro destino en una dirección. Además, una parte de la iglesia cristiana mantiene teologías contrarias a Israel, que se oponen a la voluntad de Dios manifestada por los profetas, y sin saberlo (en el mejor de los casos) son piedra de tropiezo.

El profeta dijo:

Allanad, allanad; barred el camino; quitad los tropiezos del camino de mi pueblo (Isaías 57:14).

Por tanto, pretendo, en la medida de mis posibilidades, derribar argumentos altivos, fortalezas que impiden el avance del evangelio en España mediante la verdad que nos libera para ser útiles en esta batalla.

Compartiré mi meditación diaria sobre el tema ¿Qué es el hombre? Habrá oportunidad para orar directamente en el enlace Escuela de oración (entra y ora). En la sección titulada ¿Sabías que…? encontrarás información relevante sobre diversos temas, comenzaré con el islam. Serán breves reseñas bien documentadas que impactarán nuestros razonamientos.

Además, hay secciones fijas de consejería pastoral. Podrás descargar gratuitamente libros y artículos sobre diversos temas de enseñanza bíblica.

También hay la posibilidad de suscribirse al Boletín semanal gratuitamente, en el que aparecerán varios contenidos de interés general.

Necesitaré vuestro apoyo y ayuda de diferentes formas: divulgando la página web a vuestros contactos y en las redes sociales; orando de forma práctica desde la misma página web; participando con vuestros comentarios y si tenéis posibilidades mediante aportaciones económicas voluntarias. Este trabajo es personal. No hay ninguna institución subvencionándolo, es una iniciativa particular a favor del avance del reino de Dios en nuestro país y en las naciones de habla hispana.

Agradezco a todos los hermanos que ya están recibiendo desde hace años mis meditaciones diarias por el apoyo recibido, y espero que esta página web sea un revulsivo para que sigamos trabajando juntos a favor del reino de Dios en la tierra; orando que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio, mientras esperamos el establecimiento de su reino mesiánico.

Un saludo en el Mesías
Virgilio Zaballos
Barcelona, diciembre – 2015