A propósito del «orgullo gay»

Orgullo gaySe ha vuelto a celebrar el llamado «orgullo gay» en las principales ciudades del mundo occidental. La forma en que recogen la noticia la mayoría de los medios de comunicación me llama la atención. La idea básica es presentarlo como un grupo minoritario que sufre el rechazo de la sociedad, y por tanto, necesitan salir airadamente a las calles para poner de manifiesto su lucha por una causa que necesita la comprensión y el amparo de las leyes para impedir la intolerancia que sufren.

La manipulación es de tal magnitud que se necesita una buena dosis de dominio propio para no ser devorado por la indignación ante semejante mentira, falsedad y manipulación

Precisamente hoy asistimos al totalitarismo LGTB que desde los organismos mas relevantes a nivel mundial (léase ONU, Unión Europea y otros) están imponiendo su agenda en todas las naciones de manera absolutamente intolerante. Las naciones que se resisten a dicha agenda son amenazadas con la exclusión de las partidas económicas que ayuden a sus economías, quedando a merced de una disyuntiva insoportable: o someterse a la implantación de sus leyes −contrarias a la familia natural−, o quedar marcados como parias del mundo y sin fondos que promuevan las inversiones para su desarrollo.

Si echamos un vistazo a las listas de algunas de las personas más influyentes en el mundo de la moda, los medios de comunicación, la industria cinematográfica, las empresas multinacionales y los líderes políticos veremos que en muchos casos son dirigidas por personas de orientación homosexual o lesbianas; y en los casos que no es así quienes las lideran asumen plenamente su agenda promoviendo un proselitismo obsceno para vender sus productos o mendigar votos.

La presión de este lobby internacional es ejercida sobre las naciones llamadas democráticas y occidentales, cuya coacción en muchos casos ha sido insoportable para implantar su agenda minoritaria a pueblos enteros, (manipulados debidamente por los medios de comunicación, políticos rendidos a su proyecto y de intereses económicos que parecen justificarlo todo), y sin embargo, no se ejerza ni un mínimo de presión sobre las naciones islámicas donde verdaderamente se asesina a los homosexuales. ¿Por qué no existe esa misma imposición por parte de la ONU y la Unión Europea que impidan en las naciones musulmanas asesinar a esas mismas personas a quienes dicen defender en sus derechos? La hipocresía mundial en este caso es tan elocuente que da asco.

El orgullo gay puede manifestar todo su exhibicionismo, (en muchos casos traspasando todos los límites aceptables de tolerancia a la «diversidad» de opciones sexuales) enfocado contra quienes han optado por una postura distinta a la suya, y ejercer su influencia en las autoridades para que legislen contra la comunidad cristiana, (salvo en aquellos que se han rendido a sus tesis) y a la misma vez aparecer como víctimas de la intolerancia. Falso. Muy falso.

El orgullo gay cuenta hoy con el apoyo de la mayoría de los gobiernos occidentales que defienden la implantación de su agenda, contra la voluntad mayoritaria de los padres que no quieren ver a sus hijos expuestos a semejante influencia contraria a su educación.

El orgullo gay se presenta como víctima de la intolerancia, aunque sea el lobby que promueve su ideología quien más presiona para impedir que otras opciones, distintas a las suyas, puedan ser expuestas abiertamente sin perjuicio de ser acusados de homófobos.

Cuando una agenda ideológica alcanza los resortes del poder en poco tiempo se vuelve insoportablemente impositiva y totalitaria. Las nuevas formas de pensar, impulsadas por una minoría y establecidas mediante leyes aceptadas en gobiernos llamados democráticos, son tan dictatoriales como las que fueron impuestas en naciones con ese tipo de régimen, aunque ahora se haga en nombre de la Democracia. La libertad de escoger no existe, el ser humano rara vez la tolera cuando llega al poder; de su naturaleza caída brota la manifestación intrínseca de imponerse a los demás. Si tiene el apoyo de un Estado saldrá reforzada, y si cuenta con la aceptación de un Imperio (muchas naciones unidas en la misma «causa») lo que sale a luz es Babilonia con toda su extensión y expresión.

El orgullo gay y la agenda del movimiento LGTB no es más que otro intento de imponer, (sin aceptar la libertad individual, aunque al hacerlo aparezcan como portaestandartes de ella), su imposición dogmática. Sus manifestaciones multitudinarias son reflejo de una actitud vengativa contra quienes asumen otro rol en sus vidas. Es imponer. Una nueva dictadura. Es exhibicionismo bajo la bandera de libertades que atropellan las opuestas. Pero hay dinero. Dejan millones de beneficio económico, por tanto, son justificables. Hemos regresado a lo más primitivo del ser humano: imponer, dominar y ganar. Todo ello mezclado con sexo y drogas, promiscuidad y orgía, culto a Baal y el becerro de oro. Estamos ante la expresión propia de la idolatría. Nada nuevo debajo del sol.

Estatua de NabucodonosorLos hijos de Dios no adoran la estatua levantada en la llanura de Dura, en la provincia de Babilonia, por las Naciones Unidas, la Unión Europea y los promotores de un Gobierno Mundial, para que al son de los tambores del día del «orgullo gay» todos los pueblos se postren y adoren la estatua de la ideología de género y lo políticamente correcto, por tanto, sufrirán la ira de gobernantes llenos de sí mismos que no toleran semejante impertinencia, no adorando la estatua de los derechos LGTB. Nuestro Dios, el Dios de Israel, puede librarnos del horno de fuego, pero si no lo hace, no serviremos a sus dioses, ni adoraremos su estatua (Daniel 3:17,18).

Adoramos al Rey del Universo. Nos sometemos a su ley natural y moral, implantada en los corazones de todos aquellos que aman la verdad. Oramos por nuestra generación, entregada a los placeres efímeros y una vida sin sentido trascendente. Amamos a nuestro prójimo, sea quien sea y haga lo que haga, y le decimos que hay uno que ha venido a dar vida sustancial y eterna, cuyo mensaje de tolerancia verdadera concluye con estas palabras: Yo tampoco te condeno, vete y no peques más. [Jesús de Nazaret]. (Evangelio de Juan capítulo 8 y versículo 11).

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3 comentarios sobre “A propósito del «orgullo gay»

  1. 2. Daniel 11:37 Del Dios de sus padres no hará caso, ni del AMOR DE LAS MUJERES; ni respetará a dios alguno, porque sobre todo se engrandecerá.

  2. Tremendo lo que estamos viviendo, Hermano. Tenemos que pedir a Dios misericordia por lo que veremos en futuro no se compará con lo que hoy vemos. Dios es amor pero tambien es fuego consumidor.

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