Las diversas caras del antisemitismo – El BDS

 

logo-UAB_CourseraA menudo damos un rodeo cuando queremos atacar a alguien; en lugar de dirigirnos directamente a la persona con la cual estamos contrariados buscamos un tercero para focalizar en él nuestras embestidas aunque realmente estamos pensando en otra persona.

Esto mismo ocurre en nuestro corazón engañoso cuando vivimos en rebelión contra Dios. Por ello tenemos que el pueblo de Israel ha sido la nación más perseguida de la historia de la humanidad, y que la iglesia viva del Señor atrae la impopularidad y el oprobio de sectores amplios de la sociedad cuando proclama el mensaje del evangelio.

Me centraré en el odio exacerbado e irracional con el que se ataca a Israel de diversas formas. Los disfraces han sido variados: antisemitismo religioso, racial, político, económico y cultural.

Cada uno de ellos con los argumentos que los sustentan, siempre para oponerse con altivez al propósito de Dios. Hoy me referiré al que realiza la llamada Campaña BDS, que significa: Boicot, Desinversión y Sanciones, ¿hacia quién? por supuesto, dirigidos a Israel.

«La BDS nació en julio de 2005 cuando 171 organizaciones palestinas decidieron iniciar un boicot contra Israel. Una forma políticamente correcta de manifestar el viejo antisemitismo.

El propósito de esta campaña es tratar de estrangular la economía del Estado de Israel. Su argumento principal es según dicen sus proponentes, utilizar la presión económica y política para «obligar a Israel a poner fin a la ocupación de territorios palestinos, dar igualdad a los ciudadanos árabes de Israel, y aceptar el derecho de los refugiados palestinos para regresar a Israel”» (Mi Enfoque-David Mandel).

«El fundador de la «Campaña Palestina de Boicot Académico y Cultural de Israel» (CPBACI), organización que promueve el boicot académico y cultural contra Israel y co-fundador del movimiento BDS, ¡está matriculado en la Universidad de Tel Aviv! El individuo se llama Omar Barghouti. Nació en Qatar y se educó en Egipto. Vivió un tiempo en los Estados Unidos, donde se graduó en Ingeniería Eléctrica, y ahora reside en Ramallah. Se opone a la existencia del Estado de Israel, al que acusa de Estado racista que practica el apartheid; y critica severamente a los palestinos que toman parte en debates y diálogos con Israel. El propósito final de la campaña BDS es destruir Israel mediante boicots, desinversiones y sanciones que dañen la economía del Estado judío. Lamentablemente para los antisemitas esa campaña no tiene, hasta ahora, el resultado que ellos esperan. Los únicos que han sufrido hasta ahora por la campaña BDS fueron los cientos de palestinos que trabajaban en la planta de SodaStream en Maalé Adumim, y que perdieron sus puestos cuando la planta fue trasladada al Negev» (Mi Enfoque – David Mandel).

Este verano la delegación del BDS en Valencia promovió el boicot al cantante americano Matisyahu, de religión judía, para que no participara en el festival de Benicàssim. Después de una agria polémica, el cantante pudo realizar su actuación en medio de la oposición de quienes mantienen el Boicot a Israel, mayoritariamente pandillas izquierdistas y antisemitas en nuestro país.

Otro caso de la presión que ejerce la campaña BDS lo hemos conocido hace algunas semanas. La Unión Europea ha aprobado una ley que obliga a Israel a etiquetar los productos que se facturan en las empresas israelíes ubicadas en la antigua Judea y Samaria, región llamada Cisjordania por los enemigos de Israel, como procedentes de los territorios ocupados.

Y el enésimo caso de la antisemita campaña BDS se ha producido cerca de mi propio domicilio, concretamente en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), donde dos de mis hijos han realizado sus estudios.

Veamos los hechos. Cito textualmente del artículo escrito por Hatzad Hasheini aparecido en el periódico digital Por Israel.

«Una minoría de fanáticos antisemitas, apoyados por profesores y representantes del gobierno de la Universidad Autónoma de Barcelona se conjuran, adrede o por omisión, para demonizar al Estado de Israel y, de paso, ganarse la poco noble etiqueta de ser la primera institución académica en España en adherirse a ésta inmoral campaña. El jueves 18/12/2015 se reunió en sesión el Claustro de la Universidad Autónoma de Barcelona […] Suele estar integrado por 300 personas y sus decisiones podrían ser vinculantes o guiar las políticas de la UAB. Según nos explicó Judit Sollé, de la Secretaria de la UAB, “en el momento de la votación, solamente 107 representantes se habían quedado en la sesión. Si 15 miembros proponen una moción pasa a votación y la moción fue aprobada en secreto por lo que no sabemos por cuántos votos se aprobó…” Lo cierto es que estudiantes de la UAB ligados al movimiento BDS en Cataluña llamaron a aprobar, exitosamente, la siguiente propuesta que leemos en la página de internet de la UAB: “La segunda (propuesta) insta a que la UAB se declare espacio libre de apartheid y rompa todo tipo de relaciones con aquellas instituciones israelíes que estén directa o indirectamente implicadas en la ocupación de Palestina”. En la página de Facebook, los fanáticos de BDS UAB se regodean con su logro: “Grandes noticias!!!!!! La UAB se declara Espacio Libre de apartheid. PRIMERA UNIVERSIDAD DE ESPAÑA […] Una institución académica con el prestigio de la UAB no debería permitir que el antisemitismo se “sienta en casa”[…] El calificar a Israel como un estado Apartheid es propio de aquellos que desean demonizar al Estado de Israel […] Es tiempo de remediar la vergonzosa decisión […] No vaya a ser que en el mundo comiencen a creer que UAB es Universidad Antisemita de Barcelona».

Hasta aquí la reseña del artículo mencionado.

Con todo esto lo que quiero poner de manifiesto es que vivimos rodeados de antisemitismo, de argumentos altivos para oponerse a Israel manifestando así su oposición a lo que Israel representa y en última instancia la oposición a la soberanía de Dios.

Calumniar a Israel, la única Democracia de Oriente Medio, de estado Apartheid es una muestra más de la falsedad que esconde este nuevo disfraz antisemita.

El mundo occidental ha dado la espalda a la revelación y sabiduría de Dios manifestada en la Biblia; ha levantado su propio ídolo de ciencia y razón para guiar sus destinos, y se opone a los valores universales que emanan mayoritariamente de su herencia judeo-cristiana. Está focalizando sus ataques al pueblo del Libro, Israel, y a la congregación y Cuerpo del Mesías, la Iglesia viva de Dios. Mientras tanto, abre sus puertas a la invasión islámica, una religión totalitaria que no tiene en su naturaleza respeto a la diversidad religiosa, ni se somete a las leyes democráticas, sino que pretende –en muchos casos ya lo ha conseguido− imponer la ley Sharia, ley islámica de obligado cumplimiento y restrictiva de las libertades como pocas.

Siempre nos quedará el arrepentimiento y el regreso a la cordura de la fe en Jesús para escapar del juicio venidero que ya ha comenzado y lo tenemos a las puertas.

Cuando los hombres no reciben el amor de la verdad para ser salvos, el mismo Señor les envía un poder engañoso para que crean la mentira (2 Tesalonicenses 2:8-12). Y por no tener en cuenta a Dios, Dios los entrega a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen (Romanos 1:18).

Oponerse a Dios mediante la oposición a Israel o su iglesia no tapará nuestra vergüenza antisemita o anticristiana. La cordura y un corazón justo vendrán a través de la luz del evangelio alumbrando los ojos de nuestro entendimiento para que la verdad nos haga libres.

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El pañuelo palestino

En mi ingenuidad innata siempre he creído que los creyentes no debemos conformarnos al esquema de este siglo, sino transformarnos mediante la renovación de nuestros pensamientos para conocer cuál es la voluntad de Dios.

Personalmente no suelo enterarme de ciertas modas hasta que éstas se arraigan en la sociedad y son tan evidentes que difícilmente pueden pasar desapercibidas. Esto es lo que me ha pasado con el llamado pañuelo palestino. Fue mi hijo Marcos el que me lo comentó por primera vez, pero lo asombroso no fue que lo llevaran los progres y modernillos de turno, sino que los mismos creyentes sigan esta moda sin saber lo que significa identificarse con semejante atuendo. Investigando un poco sobre el asunto me he dado cuenta que es una plaga muy extendida, que hay una infinidad de modelos de estos pañuelos y que han brotado por todas partes como hongos después de un día lluvioso. Lo asombroso para mí no es la moda de llevarlo, sino que haya recalado tan “alegremente” entre los creyentes a quienes se les supone algo más de discernimiento. Una vez más se cumple la máxima del profeta Oseas, “Mi pueblo es destruido por falta de conocimiento” (Oseas, 4:6).

 

Me deja perplejo pensar hasta dónde puede llegar la ignorancia de un pueblo

que sin saberlo, por endurecimiento,  o sencillamente estupidez al seguir las modas de las corrientes de este mundo sin ton ni son, es capaz de oponerse a la voluntad de Dios con estos pañuelos,  identificativos de una persona y una causa opuesta frontalmente a la revelación de Dios en Su Palabra.

 

Sabemos que los símbolos siempre son identificativos de personas, causas, ideologías, instituciones o naciones. Algunos símbolos identifican  ideologías que han causado  terror y muerte, como los distintivos nazis, y están prohibidos por el dolor que han producido; sin embargo a mi no me parece que sea menor que los creyentes se cuelguen en sus cuellos un pañuelo que les identifica con un terrorista, mentiroso, ladrón y engañador como ha sido Yasser Arafat dirigente del grupo terrorista OLP.

 

 

 

 

Comprendo que muchos siguen una moda por la inercia de las masas arrastradas por un hechizo que se instala en la sociedad y al que multitudes de personas se suman sin saber lo que realmente significa. Aunque debo decir que en este caso la ignorancia tiene  menos justificación porque hasta hace muy poco, teníamos al líder de la OLP (Organización para la liberación de Palestina) vistiendo este atuendo en todas partes por donde iba.

 

Yasser Arafat ha sido un personaje público muy conocido, y aunque se le concedió el premio nobel de la paz, junto al líder judío Simón Peres, nunca se arrepintió de su pasado terrorista y sus engaños han quedado tan evidenciados que es difícil mantener la imagen de este líder como la de un hombre de paz. La OLP históricamente se instaló en Jordania, de donde fue expulsada por el ejército del rey Hussein dejando a su paso destrucción y muerte entre los árabes. Luego se instalaron en el Líbano donde formaron un estado dentro del Estado libanés y que desató una guerra civil con más ruina y muerte entre los mismos árabes. Por no hablar de los fondos que recibió de la Comunidad Económica Europea y que nunca llegaron al pueblo que representaba sino que en gran parte fueron usados como un arma de su gobierno populista y tiránico, siendo una de las grandes fortunas mientras sus gobernados padecían todo tipo de escasez y penurias. Eso sí, supo muy bien manipular y extorsionar a los medios de comunicación dóciles para desviar la atención culpando al Estado judío de ser el causante de todas sus miserias

 

La OLP fue la responsable de los asesinatos de once atletas judíos en las Olimpiadas de Múnich en septiembre de 1972. Este grupo terrorista ha sido uno de los más sanguinarios de la historia reciente.

 

Pues bien, el líder más conocido de este grupo terrorista, Arafat, adoptó como señal de identidad el pañuelo palestino, conocido como hatta y Kuffiya, y que a su vez había sido impuesto por el gran muftí de Jerusalén, Al-Husseini,

-pariente de Arafat y gran amigo de los nazis-, como prenda masculina obligatoria bajo pena de muerte entre los años 1936 y 1939.

 

Por otro lado este pañuelo viene a identificar la causa del pueblo palestino en su batalla por la destrucción del Estado de Israel, una lucha que pretende reivindicar el territorio de Erets Israel como propio y la capitalidad de Jerusalén.

 

Esta causa desde el punto de vista político puede ser muy compleja y se puede discutir de ella hasta el día final, pero desde el punto de vista de un creyente en las Escrituras del Dios de Israel no puede haber duda de que esa tierra le pertenece a Israel por voluntad Soberana de Dios. La Historia también da la razón al pueblo judío puesto que en ella nunca ha habido un pueblo palestino, ni un Estado palestino. Ha estado bajo dominio de diferentes potencias: Roma, imperio Bizantino, de los califas árabes en 638 d.C. que la gobernaron desde las distantes Damasco o Bagdad, luego los cruzados cristianos, fue anexada a Siria como provincia sujeta  a los mamelucos egipcios y finalmente bajo los turcos Otomanos, cuya capital estaba en Estambul. Después de la primera guerra mundial vino a estar bajo mandato británico hasta el surgimiento del moderno Estado de Israel en 1.948. Durante todo este tiempo hubo presencia de judíos en la llamada Palestina, judíos a quienes también se les llamaba palestinos por residir en el territorio conocido por ese nombre, nombre puesto por los romanos en la época del emperador Adriano (117-138 d.C.), que significa tierra de filisteos; también cambiaron el nombre de Jerusalén por el de Aelia Capitolina.

 

Estos son datos históricos que están a disposición de cualquiera que ame la verdad histórica con un mínimo de decencia. Estos hechos tuvieron lugar durante la llamada rebelión de Bar Kojba (132–135 d.C). Cito a continuación una reseña sacada de la enciclopedia wikipedia de internet sobre esa rebelión. “Según Dión Casio, 580.000 judíos fueron asesinados. Asimismo 50 ciudades fortificadas y 985 aldeas fueron arrasadas. Los romanos sufrieron grandes pérdidas también.[ ]Adriano intentó destruir de raíz la identidad judía, que había sido la causa de continuas rebeliones. Prohibió la ley mosáica (Torah), el calendario judío y asesinó a numerosos estudiosos y eruditos. Los rollos sagrados fueron quemados en una ceremonia en el monte del Templo. En el lugar del templo, instaló dos estatuas, una del dios romano Júpiter, otra de él mismo. Administrativamente eliminó la provincia romana de Judea fusionándola con otras en «Syria Palaestina», tomando el nombre de los filisteos, antiguos enemigos de los judíos, y fundó la ciudad de Aelia Capitolina en el sitio de Jerusalén, prohibiéndoles a los judíos ingresar en ella”. Y añado que los filisteos no eran árabes, sino procedentes de la isla de Creta. Digo esto porque una de las mentiras de Arafat ha sido la de propagar que los palestinos son descendientes de los antiguos filisteos, con el fin de establecer a los palestinos en tierra santa antes que los judíos, lo cual no se sostiene históricamente.

 

Resumiendo diremos que el pañuelo palestino viene a ser un símbolo identificativo de un líder terrorista, y una causa, la palestina, que pretende desalojar a Israel de su tierra dada por Dios.

 

El presidente español actual, José Luis Rodriguez Zapatero, se dejó fotografiar con este pañuelo en el Festival Internacional de las Juventudes Socialistas causando  gran controversia en el mundo político por su partidismo e importunidad.

 

Como estudioso y amante de las Escrituras, al pensar en la influencia que tiene en tantos creyentes este pañuelo, veo el resultado lógico de la teología del reemplazo tan extendida en algunos círculos cristianos, que pretende ignorar los propósitos eternos de Dios con su pueblo Israel y reemplazarlos por la iglesia institucional. Dios le dio la promesa de la tierra de Canaán a Abraham y su descendencia para siempre, por tanto, identificarse con la causa palestina, aunque sea con el distintivo de un pañuelo,  es oponerse a la voluntad de Dios.

 

14Y Jehová dijo a Abram, después que Lot se apartó de él: Alza ahora tus ojos, y mira desde el lugar donde estás hacia el norte y el sur, y al oriente y al occidente. 15Porque toda la tierra que ves, la daré a ti y a tu descendencia para siempre. 16Y haré tu descendencia como el polvo de la tierra; que si alguno puede contar el polvo de la tierra, también tu descendencia será contada. 17Levántate, ve por la tierra a lo largo de ella y a su ancho; porque a ti la daré. 18Abram, pues, removiendo su tienda, vino y moró en el encinar de Mamre, que está en Hebrón, y edificó allí altar a Jehová (Génesis, 13).

 

Identificarse con la causa palestina a través del pañuelo es ponerse al lado del Adversario de Dios, el que se opone a Su Voluntad, ciega el entendimiento de los incrédulos, engaña al mundo levantando argumentos contra el conocimiento y la Voluntad de Dios (2 Corintios, 10:3-5); es seguir las corrientes del sistema de este mundo dirigido por el príncipe de la potestad del aire que opera en los hijos de desobediencia (Efesios, 2:2), es no discernir los tiempos (Romanos, 13:11) ni los espíritus (1 Juan, 4:1), sino seguir la disolución de una época llena de ignorancia y manipulación en el que las masas de creyentes que no aman la verdad, sino el espectáculo mundano, son atrapadas y arrastradas por la hechicería de formas de vida que nada tienen que ver con la sencillez del evangelio y el Espíritu de verdad.

 

El apóstol Pablo nos exhorta a no conformarnos al esquema de este siglo, sino a transformarnos, mediante la renovación de nuestro entendimiento, para que podamos conocer cuál es la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta (Romanos, 12:2).

 

Andar con Dios, vivir en Cristo, es caminar por la senda estrecha que va a la vida. Es llevar la cruz cada día y sufrir el oprobio de la impopularidad por causa del evangelio y la verdad de Dios. Pero este pueblo que se ha levantado hoy con tanta autosuficiencia, tan fuerte en la carne y en sus potencialidades, no sabe que es miserable, pobre, ciego y desnudo (Ap. 2:17). Un pueblo obstinado en el error, con la conciencia cauterizada, que se deja arrastrar por cualquier viento de doctrina o novedad en forma de sistemas de éxito para dar expresión a sus propios deseos de grandeza y dominio, ese pueblo no está edificado en su espíritu, ni fortalecido con la comida del ángel que le aleja de Jezabel y su hechicería, y andando en la soledad del desierto alcanza Horeb, el monte de Dios para oír su voz (1 Reyes, 19).

 

Históricamente, ese camino de soledad y desierto ha sido recorrido por el pueblo de Israel  -y muchos creyentes que no doblan sus rodillas ante Baal-  a lo largo de estos dos mil años de diáspora, expulsado de su tierra y perseguido por los pueblos y naciones denominados cristianos cuya teología les despojó incluso de sus Escrituras, para ocupar su lugar, y con una buena dosis de oscuridad e ignorancia colocarse el pañuelo de la causa palestina, despreciando la palabra de los profetas de Israel que se leen en las iglesias cada domingo, y que hablaron de la restauración de este pueblo a su tierra en los días anteriores al advenimiento del Mesías.

 

14Y traeré del cautiverio a mi pueblo Israel, y edificarán ellos las ciudades asoladas, y las habitarán; plantarán viñas, y beberán el vino de ellas, y harán huertos, y comerán el fruto de ellos. 15Pues los plantaré sobre su tierra, y nunca más serán arrancados de su tierra que yo les di, ha dicho Jehová Dios tuyo (Amós, 9).

 

29También les dijo una parábola: Mirad la higuera (Israel, Joel, 1:6,7)  y todos los árboles (en Ez. 17:22-24 tenemos que los árboles son figura de las naciones cuyo surgimiento nacionalista vemos en nuestros días). 30Cuando ya brotan, viéndolo, sabéis por vosotros mismos que el verano está ya cerca. 31Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el reino de Dios (Lucas, 21).

 

Cuando pensaba en todo ello la conmoción de mi espíritu me turbó y pensé en escribir este artículo para exponer el sentir de mi corazón. Comprendo que hay muchos amados hermanos que se alarmarán por tales palabras y se preguntarán acerca de la veracidad o exageración de las mismas. No he querido escatimar en la crudeza de mi exposición con el propósito abierto de producir una reflexión seria, usando como botón de muestra el llamado pañuelo palestino, como un ejemplo de la lejanía de la verdad en la que vivimos en estos días, especialmente en lo que tiene que ver con el misterio de Israel.

 

El autor de los Hebreos nos habla de los pecados del pueblo cometidos en ignorancia, el sumo sacerdote entraba una sola vez en el lugar santísimo con sangre para hacer expiación incluso de los pecados cometidos en ignorancia, de la misma manera, nuestro Sumo Sacerdote, Jesucristo, ha hecho expiación con su sangre de los pecados de  nuestra ignorancia y nos ha provisto a través de la verdad que nos hace libres ( Juan, 8:31-32) y santifica (Juan, 17:17) el medio para escapar de ellos.

 

“… Pero en el segundo, (lugar santísimo) solo entra el sumo sacerdote una vez al año, no sin llevar sangre, la cual ofrece por sí mismo y por los pecados del pueblo cometidos en ignorancia” (Lit. por la ignorancia del pueblo) (Heb.9:7 Biblia de las Américas).

 

 

Vuestro en Cristo

Diciembre 2008

 

 

 

 

 

El Antisemitismo

bandera-de-israel-lazo-44522526El antisemitismo es odio a los judíos. Un odio que a lo largo de los siglos ha producido, con machacona insistencia, destrucción y muerte hacia la descendencia de Abraham, los hijos de la promesa. El carácter demoníaco del antisemitismo se muestra con total nitidez en el hecho de contradecir la Palabra de Dios dada a Abraham:

“Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familia de la tierra” (Génesis 12).

Lo que Dios ha bendecido el hombre, bajo la influencia de las huestes espirituales de maldad, maldice. Al que Dios aprueba y escoge para canalizar Su bendición a todas las familias de la tierra el diablo, a través del pensamiento antisemita, destruye para abortar los beneficios de Dios a la Humanidad.

Hay diversas manifestaciones de antisemitismo pero yo me voy a centrar en el más incomprensible e ingrato de todos ellos, el eclesiástico. La iglesia cristiana en general hemos pecado gravísimamente a lo largo de la historia por nuestra teología y doctrinas antisemitas que han producido injusticia, dolor y muerte hacia el pueblo judío. Los argumentos teológicos que se han usado han sido básicamente tres: los judíos mataron a Jesús; dijeron que su sangre cayera sobre ellos y sus hijos, por consiguiente la persecución que sufren es el resultado de esa proclamación, y en tercer lugar, la llamada teología del reemplazo, es decir, que la iglesia ha substituido a Israel como pueblo de Dios. Los tres argumentos son falsos, por tanto, como no podía ser de otra manera, el padre de la mentira ha basado sus maquinaciones contra la simiente de Abraham en el engaño.

En primer lugar a Jesús le llevó a la cruz y la muerte los pecados de todos nosotros, era necesario un substituto, el justo por los injustos para llevarnos a Dios.

Decir que los judíos mataron a Jesús demuestra una ignorancia perversa del plan redentor de Dios.

En segundo lugar, Jesús dijo en la cruz: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”. Por tanto, Jesús mismo perdonó a aquellos que dijeron “su sangre caiga sobre nosotros y nuestros hijos”.

En tercer lugar, Dios no ha desechado a su pueblo, ni lo ha substituido por otro. Pablo lo deja claro en su carta a los Romanos cuando aborda este espinoso tema. “Digo, pues: ¿Ha desechado Dios a su pueblo? En ninguna manera. Porque también yo soy israelita, de la descendencia de Abraham, de la tribu de Benjamín. *o ha desechado Dios a su pueblo, al cual desde antes conoció” (Romanos 11).

Más bien los gentiles hemos sido injertados en Israel, el olivo verdadero, compuesto ahora, en Cristo, de todos aquellos judíos y gentiles que han nacido de nuevo y forman la congregación, los llamados fuera, el pueblo de Dios. La iglesia no ha reemplazado a Israel como pueblo de Dios, sino que de ambos pueblos hizo uno, haciendo la paz, mediante la sangre de su cruz.

La falsa teología nos conduce a pensamientos erróneos y éstos a las acciones incorrectas y pecaminosas. Un creyente nacido de nuevo no puede ser nunca antisemita porque sería “echar piedras sobre nuestro propio tejado”. Nuestra fe arranca en Abraham, el padre de la fe, y se perfecciona en Cristo, la simiente que había de venir. Nuestra fe está edificada sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo Cristo Jesús la piedra angular. Todos ellos fueron judíos. La salvación viene de los judíos, y nosotros, gentiles, debemos estar agradecidos a Dios porque hemos sido hechos participantes de la rica savia del olivo. Hemos sido hechos conciudadanos (ciudadanos juntamente con) de los santos y miembros de la familia de Dios.

Cuando estábamos sin Cristo vivíamos “alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo. Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo. Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz, y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades. Y vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais lejos, y a los que estaban cerca; porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre. Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu” (Efesios 2:12-22).

Por tanto, si hemos mantenido doctrinas antisemitas o las hemos enseñado a otros, debemos arrepentirnos de nuestro pecado y orar a Dios por la paz de Jerusalén y por aquellos judíos que aún no han reconocido a Jesús como el Mesías, en muchos casos por el tropiezo que ha supuesto el cristianismo, para que en su restauración y admisión haya vida de entre los muertos, o sea, avivamientos.