El pañuelo palestino

En mi ingenuidad innata siempre he creído que los creyentes no debemos conformarnos al esquema de este siglo, sino transformarnos mediante la renovación de nuestros pensamientos para conocer cuál es la voluntad de Dios.

Personalmente no suelo enterarme de ciertas modas hasta que éstas se arraigan en la sociedad y son tan evidentes que difícilmente pueden pasar desapercibidas. Esto es lo que me ha pasado con el llamado pañuelo palestino. Fue mi hijo Marcos el que me lo comentó por primera vez, pero lo asombroso no fue que lo llevaran los progres y modernillos de turno, sino que los mismos creyentes sigan esta moda sin saber lo que significa identificarse con semejante atuendo. Investigando un poco sobre el asunto me he dado cuenta que es una plaga muy extendida, que hay una infinidad de modelos de estos pañuelos y que han brotado por todas partes como hongos después de un día lluvioso. Lo asombroso para mí no es la moda de llevarlo, sino que haya recalado tan “alegremente” entre los creyentes a quienes se les supone algo más de discernimiento. Una vez más se cumple la máxima del profeta Oseas, “Mi pueblo es destruido por falta de conocimiento” (Oseas, 4:6).

 

Me deja perplejo pensar hasta dónde puede llegar la ignorancia de un pueblo

que sin saberlo, por endurecimiento,  o sencillamente estupidez al seguir las modas de las corrientes de este mundo sin ton ni son, es capaz de oponerse a la voluntad de Dios con estos pañuelos,  identificativos de una persona y una causa opuesta frontalmente a la revelación de Dios en Su Palabra.

 

Sabemos que los símbolos siempre son identificativos de personas, causas, ideologías, instituciones o naciones. Algunos símbolos identifican  ideologías que han causado  terror y muerte, como los distintivos nazis, y están prohibidos por el dolor que han producido; sin embargo a mi no me parece que sea menor que los creyentes se cuelguen en sus cuellos un pañuelo que les identifica con un terrorista, mentiroso, ladrón y engañador como ha sido Yasser Arafat dirigente del grupo terrorista OLP.

 

 

 

 

Comprendo que muchos siguen una moda por la inercia de las masas arrastradas por un hechizo que se instala en la sociedad y al que multitudes de personas se suman sin saber lo que realmente significa. Aunque debo decir que en este caso la ignorancia tiene  menos justificación porque hasta hace muy poco, teníamos al líder de la OLP (Organización para la liberación de Palestina) vistiendo este atuendo en todas partes por donde iba.

 

Yasser Arafat ha sido un personaje público muy conocido, y aunque se le concedió el premio nobel de la paz, junto al líder judío Simón Peres, nunca se arrepintió de su pasado terrorista y sus engaños han quedado tan evidenciados que es difícil mantener la imagen de este líder como la de un hombre de paz. La OLP históricamente se instaló en Jordania, de donde fue expulsada por el ejército del rey Hussein dejando a su paso destrucción y muerte entre los árabes. Luego se instalaron en el Líbano donde formaron un estado dentro del Estado libanés y que desató una guerra civil con más ruina y muerte entre los mismos árabes. Por no hablar de los fondos que recibió de la Comunidad Económica Europea y que nunca llegaron al pueblo que representaba sino que en gran parte fueron usados como un arma de su gobierno populista y tiránico, siendo una de las grandes fortunas mientras sus gobernados padecían todo tipo de escasez y penurias. Eso sí, supo muy bien manipular y extorsionar a los medios de comunicación dóciles para desviar la atención culpando al Estado judío de ser el causante de todas sus miserias

 

La OLP fue la responsable de los asesinatos de once atletas judíos en las Olimpiadas de Múnich en septiembre de 1972. Este grupo terrorista ha sido uno de los más sanguinarios de la historia reciente.

 

Pues bien, el líder más conocido de este grupo terrorista, Arafat, adoptó como señal de identidad el pañuelo palestino, conocido como hatta y Kuffiya, y que a su vez había sido impuesto por el gran muftí de Jerusalén, Al-Husseini,

-pariente de Arafat y gran amigo de los nazis-, como prenda masculina obligatoria bajo pena de muerte entre los años 1936 y 1939.

 

Por otro lado este pañuelo viene a identificar la causa del pueblo palestino en su batalla por la destrucción del Estado de Israel, una lucha que pretende reivindicar el territorio de Erets Israel como propio y la capitalidad de Jerusalén.

 

Esta causa desde el punto de vista político puede ser muy compleja y se puede discutir de ella hasta el día final, pero desde el punto de vista de un creyente en las Escrituras del Dios de Israel no puede haber duda de que esa tierra le pertenece a Israel por voluntad Soberana de Dios. La Historia también da la razón al pueblo judío puesto que en ella nunca ha habido un pueblo palestino, ni un Estado palestino. Ha estado bajo dominio de diferentes potencias: Roma, imperio Bizantino, de los califas árabes en 638 d.C. que la gobernaron desde las distantes Damasco o Bagdad, luego los cruzados cristianos, fue anexada a Siria como provincia sujeta  a los mamelucos egipcios y finalmente bajo los turcos Otomanos, cuya capital estaba en Estambul. Después de la primera guerra mundial vino a estar bajo mandato británico hasta el surgimiento del moderno Estado de Israel en 1.948. Durante todo este tiempo hubo presencia de judíos en la llamada Palestina, judíos a quienes también se les llamaba palestinos por residir en el territorio conocido por ese nombre, nombre puesto por los romanos en la época del emperador Adriano (117-138 d.C.), que significa tierra de filisteos; también cambiaron el nombre de Jerusalén por el de Aelia Capitolina.

 

Estos son datos históricos que están a disposición de cualquiera que ame la verdad histórica con un mínimo de decencia. Estos hechos tuvieron lugar durante la llamada rebelión de Bar Kojba (132–135 d.C). Cito a continuación una reseña sacada de la enciclopedia wikipedia de internet sobre esa rebelión. “Según Dión Casio, 580.000 judíos fueron asesinados. Asimismo 50 ciudades fortificadas y 985 aldeas fueron arrasadas. Los romanos sufrieron grandes pérdidas también.[ ]Adriano intentó destruir de raíz la identidad judía, que había sido la causa de continuas rebeliones. Prohibió la ley mosáica (Torah), el calendario judío y asesinó a numerosos estudiosos y eruditos. Los rollos sagrados fueron quemados en una ceremonia en el monte del Templo. En el lugar del templo, instaló dos estatuas, una del dios romano Júpiter, otra de él mismo. Administrativamente eliminó la provincia romana de Judea fusionándola con otras en «Syria Palaestina», tomando el nombre de los filisteos, antiguos enemigos de los judíos, y fundó la ciudad de Aelia Capitolina en el sitio de Jerusalén, prohibiéndoles a los judíos ingresar en ella”. Y añado que los filisteos no eran árabes, sino procedentes de la isla de Creta. Digo esto porque una de las mentiras de Arafat ha sido la de propagar que los palestinos son descendientes de los antiguos filisteos, con el fin de establecer a los palestinos en tierra santa antes que los judíos, lo cual no se sostiene históricamente.

 

Resumiendo diremos que el pañuelo palestino viene a ser un símbolo identificativo de un líder terrorista, y una causa, la palestina, que pretende desalojar a Israel de su tierra dada por Dios.

 

El presidente español actual, José Luis Rodriguez Zapatero, se dejó fotografiar con este pañuelo en el Festival Internacional de las Juventudes Socialistas causando  gran controversia en el mundo político por su partidismo e importunidad.

 

Como estudioso y amante de las Escrituras, al pensar en la influencia que tiene en tantos creyentes este pañuelo, veo el resultado lógico de la teología del reemplazo tan extendida en algunos círculos cristianos, que pretende ignorar los propósitos eternos de Dios con su pueblo Israel y reemplazarlos por la iglesia institucional. Dios le dio la promesa de la tierra de Canaán a Abraham y su descendencia para siempre, por tanto, identificarse con la causa palestina, aunque sea con el distintivo de un pañuelo,  es oponerse a la voluntad de Dios.

 

14Y Jehová dijo a Abram, después que Lot se apartó de él: Alza ahora tus ojos, y mira desde el lugar donde estás hacia el norte y el sur, y al oriente y al occidente. 15Porque toda la tierra que ves, la daré a ti y a tu descendencia para siempre. 16Y haré tu descendencia como el polvo de la tierra; que si alguno puede contar el polvo de la tierra, también tu descendencia será contada. 17Levántate, ve por la tierra a lo largo de ella y a su ancho; porque a ti la daré. 18Abram, pues, removiendo su tienda, vino y moró en el encinar de Mamre, que está en Hebrón, y edificó allí altar a Jehová (Génesis, 13).

 

Identificarse con la causa palestina a través del pañuelo es ponerse al lado del Adversario de Dios, el que se opone a Su Voluntad, ciega el entendimiento de los incrédulos, engaña al mundo levantando argumentos contra el conocimiento y la Voluntad de Dios (2 Corintios, 10:3-5); es seguir las corrientes del sistema de este mundo dirigido por el príncipe de la potestad del aire que opera en los hijos de desobediencia (Efesios, 2:2), es no discernir los tiempos (Romanos, 13:11) ni los espíritus (1 Juan, 4:1), sino seguir la disolución de una época llena de ignorancia y manipulación en el que las masas de creyentes que no aman la verdad, sino el espectáculo mundano, son atrapadas y arrastradas por la hechicería de formas de vida que nada tienen que ver con la sencillez del evangelio y el Espíritu de verdad.

 

El apóstol Pablo nos exhorta a no conformarnos al esquema de este siglo, sino a transformarnos, mediante la renovación de nuestro entendimiento, para que podamos conocer cuál es la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta (Romanos, 12:2).

 

Andar con Dios, vivir en Cristo, es caminar por la senda estrecha que va a la vida. Es llevar la cruz cada día y sufrir el oprobio de la impopularidad por causa del evangelio y la verdad de Dios. Pero este pueblo que se ha levantado hoy con tanta autosuficiencia, tan fuerte en la carne y en sus potencialidades, no sabe que es miserable, pobre, ciego y desnudo (Ap. 2:17). Un pueblo obstinado en el error, con la conciencia cauterizada, que se deja arrastrar por cualquier viento de doctrina o novedad en forma de sistemas de éxito para dar expresión a sus propios deseos de grandeza y dominio, ese pueblo no está edificado en su espíritu, ni fortalecido con la comida del ángel que le aleja de Jezabel y su hechicería, y andando en la soledad del desierto alcanza Horeb, el monte de Dios para oír su voz (1 Reyes, 19).

 

Históricamente, ese camino de soledad y desierto ha sido recorrido por el pueblo de Israel  -y muchos creyentes que no doblan sus rodillas ante Baal-  a lo largo de estos dos mil años de diáspora, expulsado de su tierra y perseguido por los pueblos y naciones denominados cristianos cuya teología les despojó incluso de sus Escrituras, para ocupar su lugar, y con una buena dosis de oscuridad e ignorancia colocarse el pañuelo de la causa palestina, despreciando la palabra de los profetas de Israel que se leen en las iglesias cada domingo, y que hablaron de la restauración de este pueblo a su tierra en los días anteriores al advenimiento del Mesías.

 

14Y traeré del cautiverio a mi pueblo Israel, y edificarán ellos las ciudades asoladas, y las habitarán; plantarán viñas, y beberán el vino de ellas, y harán huertos, y comerán el fruto de ellos. 15Pues los plantaré sobre su tierra, y nunca más serán arrancados de su tierra que yo les di, ha dicho Jehová Dios tuyo (Amós, 9).

 

29También les dijo una parábola: Mirad la higuera (Israel, Joel, 1:6,7)  y todos los árboles (en Ez. 17:22-24 tenemos que los árboles son figura de las naciones cuyo surgimiento nacionalista vemos en nuestros días). 30Cuando ya brotan, viéndolo, sabéis por vosotros mismos que el verano está ya cerca. 31Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el reino de Dios (Lucas, 21).

 

Cuando pensaba en todo ello la conmoción de mi espíritu me turbó y pensé en escribir este artículo para exponer el sentir de mi corazón. Comprendo que hay muchos amados hermanos que se alarmarán por tales palabras y se preguntarán acerca de la veracidad o exageración de las mismas. No he querido escatimar en la crudeza de mi exposición con el propósito abierto de producir una reflexión seria, usando como botón de muestra el llamado pañuelo palestino, como un ejemplo de la lejanía de la verdad en la que vivimos en estos días, especialmente en lo que tiene que ver con el misterio de Israel.

 

El autor de los Hebreos nos habla de los pecados del pueblo cometidos en ignorancia, el sumo sacerdote entraba una sola vez en el lugar santísimo con sangre para hacer expiación incluso de los pecados cometidos en ignorancia, de la misma manera, nuestro Sumo Sacerdote, Jesucristo, ha hecho expiación con su sangre de los pecados de  nuestra ignorancia y nos ha provisto a través de la verdad que nos hace libres ( Juan, 8:31-32) y santifica (Juan, 17:17) el medio para escapar de ellos.

 

“… Pero en el segundo, (lugar santísimo) solo entra el sumo sacerdote una vez al año, no sin llevar sangre, la cual ofrece por sí mismo y por los pecados del pueblo cometidos en ignorancia” (Lit. por la ignorancia del pueblo) (Heb.9:7 Biblia de las Américas).

 

 

Vuestro en Cristo

Diciembre 2008

 

 

 

 

 

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