Capítulo 6 – Sus promesas (Primera parte)

promesasIntroducción

Una de las preguntas más comunes sobre la oración es cómo podemos saber si lo que pedimos es la voluntad de Dios. Para ello debemos conocer las Escrituras, donde están contenidas las promesas de Dios, y por tanto la base para pedir con confianza. Nuestras oraciones deben estar basadas en la palabra de Dios, donde tenemos la revelación de Su voluntad.

Y esta es la confianza que tenemos delante de Él, que si pedimos cualquier cosa conforme a su voluntad, El nos oye. Y si sabemos que El nos oye en cualquier cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hemos hecho (1 Juan 5:14,15).

Las Escrituras están llenas de promesas que son la voluntad de Dios para sus hijos y para cualquier persona que busca a Dios.

Pues tantas como sean las promesas de Dios, en El todas son sí; por eso también por medio de Él, Amén, para la gloria de Dios por medio de nosotros (2 Corintios 1:20).

Cornelio y PedroEl ejemplo de Cornelio

Cornelio es el prototipo de gentil que ora al Dios de Israel aunque no tiene mucho conocimiento de su voluntad. A pesar de ello, es piadoso, temeroso de Dios, apoya a Israel con ofrendas y oraba continuamente. Le faltaba oír el evangelio de la gracia de Dios en boca del apóstol Pedro.

Ciertamente ahora entiendo que Dios no hace acepción de personas, sino que en toda nación el que le teme y hace lo justo, le es acepto (Hechos 10:34,35).

Esta verdad concordaba con el mensaje de los profetas. Cornelio tenía práctica en la oración aunque le faltaba conocimiento. Nosotros tenemos conocimiento, aunque nos falta mucha práctica en la oración.

El profeta Isaías profetizó de la universalidad del mensaje de Dios a todas las naciones (Isaías 42:6 y 49:6). Allí tenemos la base de las promesas de Dios para acercarnos a Él y buscarle con confianza.

Jesús dijo que el evangelio debía ser predicado en Jerusalén, Judea, Samaria y hasta lo último de la tierra (Hechos 1:8).

En el caso de Cornelio tenemos el encuentro de los gentiles con el mensaje de Dios dado a Israel, los profetas y los apóstoles, acerca del Mesías y el evangelio. Veamos cómo se produce la conexión

  • Cornelio ora a Dios continuamente (Hch. 10:1-6)
  • Se le aparece un ángel y le dice que busque a Pedro en Jope
  • Pedro ora en Jope al día siguiente (Hch. 10:9)
  • Tiene la visión de un lienzo con animales inmundos (Hch.10:10-18)
  • El Espíritu le dice que vaya a casa de Cornelio (Hch.10:19-22)
  • El encuentro de Pedro y Cornelio (Hch.10:23-43)
  • El Espíritu Santo se derrama como en Pentecostés (Hch.10:44-48)
  • Algunos judíos piden explicaciones a Pedro (Hch.11:1-18)

En todo este proceso vemos cómo el Espíritu de Dios conecta a dos personas y dos ciudades a través de la oración, para que el evangelio alcance a los demás pueblos, según las promesas de Dios.

La oración eficaz necesita la fe (Hebreo 11:6); y la fe se sustenta sobre la palabra de Dios (Romanos 10:17).

La Biblia está llena de promesas, pero esas promesas tienen un recorrido que no debemos ignorar para que nos alcancen y podamos disfrutarlas. La voluntad de Dios está expresada en su palabra a través de las promesas hechas al pueblo de Israel. Fueron anunciadas por los profetas. Nos llegan a través de Jesús para que alcancen a todas las naciones.

Pues os digo que Cristo se hizo servidor de la circuncisión para demostrar la verdad de Dios, para confirmar las promesas dadas a los padres (Romanos 15:8).

Para comprender bien este fundamento esencial haremos un recorrido breve por las promesas de Dios. Todo ello pondrá una base sólida en nuestra vida de oración.

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