Cómo Hacerlo

Escuela de oración - como hacerloCon voz audible. De viva voz. Mediante lo que se llama oración sacramental (más adelante explicaré lo que significa). Haré oraciones escritas para que las leas primeramente y si estás de acuerdo puedas hacerlas conmigo, decir tu amén. Recuerda lo que dijo el Señor: Además os digo, que si dos de vosotros se ponen de acuerdo sobre cualquier cosa que pidan aquí en la tierra, les será hecho por mi Padre que está en los cielos. Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos (Mt.18:19,20 LBLA).

Para explicarlo mejor quiero que leas conmigo varios textos de la Escritura donde se nos enseña a orar con voz audible de manera explícita. Hay diversas formas de orar, sí, incluso el silencio puede ser una oración de nuestro corazón, como dijo el salmista: En Dios solamente espera en silencio mi alma; de El viene mi salvación (Sal.62:1 LBLA). Pero aquí queremos enfatizar la oración audible, verbalizarla en voz alta, con fe en el corazón, creyendo cada palabra y pronunciándola minuciosamente. Hazlo con sabiduría y cordura dependiendo del lugar donde te encuentres. Veamos los textos.

Después que Samuel escuchó todas las palabras del pueblo, las repitió a oídos del Señor (1 Sam.8:21 LBLA). El pueblo había argumentado que quería un rey, como todas las naciones. Samuel conocía que esa no era la voluntad de Dios, sin embargo, trajo delante del Señor sus palabras, las repitió una por una, tal cual. ¿Acaso el Señor no había oído las palabras de los ancianos del pueblo? Claro que sí. Sin embargo, Samuel las repitió ante Él, las verbalizó de viva voz.

La misma enseñanza encontramos en el apóstol Pablo. El enseñó: Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias… (Fil.4:6 RV60). ¿Cómo hacemos conocidas nuestras peticiones delante de Dios? Con nuestras palabras, verbalizando de viva voz el anhelo de nuestros corazones. ¿No conoce Dios ya nuestras necesidades? Sí, pero el mandamiento es que sean conocidas, repetidas delante de Él.

Y el salmista lo enseña una y otra vez. Veamos un ejemplo claro. Escucha mis palabras, oh Señor; considera mi lamento. Está atento a la voz de mi clamor, Rey mío y Dios mío, porque es a ti a quien oro. Oh Señor, de mañana oirás mi voz; de mañana presentaré mi oración a ti, y con ansias esperaré (Sal.5:1-3 LBLA). Fíjate las veces que se repite la necesidad de que nuestras palabras sean oídas, vocalizadas, articuladas de viva voz, en voz alta.

Pablo dice: Teniendo el mismo espíritu de fe, según lo que está escrito: CREÍ, POR TANTO HABLE, nosotros también creemos, por lo cual también hablamos (2 Co.4:13 LBLA).

Jesús oraba tan alto cuando estaba solo que sus discípulos le oyeron y fueron persuadidos para pedirle que les enseñara a orar (Lc.11:1) (Jn.11:41-43) (Lc.23:46).

Y qué diríamos de muchos de los que se acercaron a Jesús para formular sus peticiones, lo hicieron a gran voz, incluso gritando, aunque otros se escandalizaban. Bartimeo (Mr.10:46-52). La entrada de Jesús en Jerusalén (Lc.19:37-40).

La oración del profeta Habacuc, recogida en el capítulo 3 de su libro dice lo siguiente: Oración del profeta Habacuc, en tono de Sigionot (Hab.3:1 LBLA). ¿Y que es una oración en tono de Sigionot? La nota que aparece en la Biblia de las Américas nos dice que es «canto vehemente». Como la oración del profeta Elías. Nos dice el apóstol Santiago: Elías era un hombre de pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviera, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses (Stg.5:17).

Sin embargo, el salmista David nos dice: Mientras callé, se envejecieron mis huesos en mi gemir todo el día… dije: Confesaré mis transgresiones a YHVH; y tú perdonaste la maldad de mí pecado… Y luego añade: Con cánticos de liberación me rodearás (Sal.32:3,5,7 RV60).

Sí, podemos caer en la vana palabrería y repetición. Podemos engañarnos a nosotros mismos pensando que repetir palabras como mantras cambiará nuestras circunstancias. Ese error ya lo hemos cometido en muchas ocasiones, y se sigue haciendo. Pero esos extremos no anulan la verdad de Dios. Nuestras palabras dichas delante del Señor, en humildad, sometidos y atados a Cristo en oración sincera, resonarán en el cielo en favor de la tierra.

Tenemos el libro de Salmos que es un libro de oración y alabanza en su mayor parte. Podemos comenzar a orar esas oraciones. Hay lo que se llama en la liturgia cristiana la oración sacramental. Veamos lo que significa.

La oración sacramental

Este tipo de oración se hace mediante oraciones escritas, bien articuladas, que dan respuesta a muchas de las necesidades del alma humana. Al ser escritas, meditadas y reflexionadas evitamos la dispersión, nos concentramos en la letra que tenemos delante y la hacemos nuestra mediante la fe, para orar con verdadera pasión en un espíritu abierto y dispuesto.

Este tipo de oración nos da la posibilidad de usar este medio para orar juntos en un mismo sentir, unánimes, diciendo nuestro amén al final con plena convicción. Para ello podemos leer primero la oración escrita y luego, una vez asumida, hacerla nuestra y realizarla en voz alta, en plena certidumbre de fe.

La tradición cristiana ha usado ampliamente este tipo de oración, especialmente el libro de los Salmos. También tenemos lo que se llama El Libro de Oración Común de las iglesias Episcopales y otros. Yo no pretendo introducir ningún libro de oración, lo que quiero hacer es usar esta herramienta para que podamos orar juntos desde la página web y de forma práctica.

Aunque pueda parecernos extraño, este tipo de oración aparece en la Escritura de diversas formas, y por supuesto la encontramos en la tradición judía. Tenemos un ejemplo claro en la Shema que es la oración que recitan los judíos al menos dos veces al día. Esta oración la encontramos en Dt. 6:4 LBLA y dice así: Escucha, oh Israel, el Señor es nuestro Dios, el Señor uno es. Y luego añade el texto: Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablaras de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes (Dt.6:6,7 RV60). Con toda seguridad fue hecha por el mismo Jesús en muchas ocasiones.

Este tipo de oración no está en contradicción con el espíritu del Nuevo Pacto, donde se nos dice que la ley de Dios ha sido escrita en nuestros corazones, se nos ha dado un nuevo corazón. Pues bien, es desde ese corazón nuevo que podemos elevar nuestra oración sacramental al trono de la gracia.

También en el Nuevo Testamento encontramos declaraciones que eran repetidas en las congregaciones en el tiempo del culto. Una de ellas parece haber sido un himno primitivo, la tenemos en 1 Tim.1:17 RV60. Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén. Y otro ejemplo lo vemos en la declaración de fe que aparece en 1 Tim.3:16 RV60 donde dice: Dios fue manifestado en carne, justificado en el Espíritu, visto de los ángeles, predicado a los gentiles, creído en el mundo, recibido arriba en gloria.

Por supuesto, este tipo de oración sacramental nunca debe sustituir a nuestras oraciones espontáneas, pero sí pueden complementarlas para ser usadas aquí.

Resumiendo. Podemos decir que la oración sacramental es una oración escrita para hacer en voz audible, con fe, unidos en el mismo sentir. Antes de orar podemos leerla para ver su contenido, y si estamos de acuerdo, hacerla nuestra con toda convicción. Iré poniendo diversos tipos de oraciones en el apartado ENTRA Y ORA. Si te identificas con la oración que escribiré de forma continuada, puedes ponerte de acuerdo conmigo y orar en voz alta, no es necesario que grites, usa la cordura y el sentido común dependiendo de donde te encuentres, y allí donde estés puedas orar de todo corazón.

Una vez hecha la oración, habrá un pequeño apartado donde si quieres puedes escribir tu amén y anotar tu nombre y país.

Esa misma oración se puede hacer en distintos momentos del día, incluso algunas estarán allí varios días. Las iré renovando. Las oraciones ya realizadas quedarán archivadas en la misma página web.

Usaremos varios modelos de oración que encontramos en la Escritura, comenzando con la oración de Jesús en Mateo 6.

Una vez conoces la mecánica de esta Escuela de Oración pasa al vínculo ENTRA Y ORA y comienza a orar.

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